13.05.13

Un problema de buena educación

A las 12:19 PM, por Jorge
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Cuando ayer contaba esos bautizos surrealistas que me tocó sufrir en la parroquia, gente tuve que apelaba a la quizá insuficiente preparación de los sacramentos. Pero no es ese el problema. Porque claro, tienes una entrevista con los padres, primero individual, luego algunas charlas sobre lo que es el bautismo a las que en ocasiones asisten también los padrinos. Pero lo que no hay forma es de catequizar de paso a todos los asistentes.

No nos engañemos. Es un problema de mala educación, de no saber estar, de no comprender lo que significa vivir en sociedad.

Se ha ridiculizado hasta el infinito lo que en tiempos se denominaba “urbanidad y buenas costumbres”, que no era otra cosa que el conocimiento del arte de saber hacer agradable la vida a los demás. Porque eso es la buena educación: el arte de la agradable convivencia. Y si la buena educación es denostada, no quiero ni pensar en cosas como el protocolo, que también nos enseña a saber relacionarnos los unos con los otros de forma respetuosa y conveniente.

Protocolo, educación, hablan de hacer la vida agradable a los otros, norma de profunda sensibilidad humana, por la cual uno es capaz de renunciar a sus apetencias por mor de hacer la vida más fácil a los demás. El problema es que nos hemos empezado a creer los reyes del universo y sujetos de todos los derechos, de tal modo que en lugar de ser yo el que se esfuerza por lo común, son los otros los que han de amoldarse a mis caprichos. Así nos va.

Jamás he tenido el más mínimo problema en que asistan personas de otras religiones, agnósticos o ateos a celebraciones católicas. Comprendo que para ellos no tengan significado alguno, pero hay que entender que en ocasiones no les queda más remedio que asistir por compromisos sociales, por ejemplo una boda o un funeral. Una persona educada, sea creyente o no, sabe lo que es el silencio, el no molestar, el hace lo que hacen todos. Lo malo es el mal educado, que en lugar de pensar en lo común, por ejemplo una ceremonia religiosa o laica, piensa en que en este momento le apetece hablar a gritos con Fulanítez, acercarse a dar dos besos a Maripuri, cambiar de banco constantemente o dedicarse a hacer fotos por toda la iglesia. Ayer, por ejemplo, acabo el bautismo, vuelven los padres a su sitio para continuar con los ritos, y de repente veo que se han dado la vuelta, que no me hacen caso y que es que andan haciéndose fotos.

Y todo esto por no entretenernos demasiado en el tema de las vestimentas. Eso para otra ocasión.

Ah! Y no se te ocurra decir nada, porque en ese caso se volverán contra ti todas las iras: intolerante, irascible, retrógrado, carca, insoportable y lo de infocatólico por añadidura no, porque no saben lo que es, que si no, seguro.

Buena educación. Nada más (y nada menos).