14.05.13

Colombia: el Papa Francisco apoya el proceso de paz

A las 12:16 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Diplomacia y Política

Del Vatican Insider

“Solamente los valientes insisten en objetivos como la paz, que pueden ser costosos, pero a final de cuentas son los que valen la pena”. Eso le dijo Francisco al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, este lunes durante una audiencia privada en El Vaticano. Un coloquio en el cual el Papa confesó que, como argentino, debe ser muy prudente para no privilegiar demasiado a América Latina, por eso no visitará este año un país de esa región fuera de Brasil. Y dio una pista para el futuro: no le gusta viajar mucho.

Unos 15 minutos duró el cara a cara entre el pontífice y el mandatario, sentados ante un gran escritorio de madera, en la biblioteca ubicada en el segundo piso del Palacio Apostólico. “En Colombia apreciamos sus oraciones y sus palabras por la situación del país, por la paz”, fueron las primeras palabras de Santos en español.

El tema de las negociaciones entre el gobierno y los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) centró la reunión, como era previsible. El delicado proceso parece estancado y el apoyo del obispo de Roma podría darle un nuevo impulso. Un apoyo que era el principal objetivo del viaje a Roma del presidente, junto a la asistencia a un hecho histórico: la canonización de la madre Laura Montoya Upegui, la primera santa de su país, el domingo en la Plaza de San Pedro.

Según contó el propio Santos tras su visita al Vaticano, Jorge Mario Bergoglio insistió mucho en la necesidad de promover la “cultura del encuentro” en toda América Latina. Se trata de un concepto madurado durante años por el Papa, desde antes de ser arzobispo de Buenos Aires.

“Con el presidente (de Venezuela, Hugo) Chávez y con el presidente (Nicolás) Maduro tenemos unas profundas diferencias, pero eso no es obstáculo para encontrar puntos en común para que podamos trabajar, mancomunadamente por el bien de nuestros pueblos”. Así ejemplificó el mandatario sudamericano esa idea de la “cultura del encuentro”, una actitud que el líder católico calificó como vital para hacer realidad en América Latina el sueño de la “patria grande” de José de San Martín y Simón Bolivar.

Pero ese no fue el único tema de la audiencia. Bergoglio confirmó lo que ya se sabía: en 2013 sólo cumplirá un viaje apostólico, a Brasil a fines de julio. Y ofreció dos consideraciones más, significativas. “Me dijo que debe ser democrático en la elección de sus viajes, siendo él latinoamericano está inhibido a privilegiar a América Latina, me confesó también que no le gusta viajar mucho, que por ahora el único viaje a esas tierras será a Brasil. Tiene una invitación de México y otra de Colombia, pero que eso lo va a considerar para después”, explicó el presidente Santos.

Una frase pareció descolgada en el comunicado oficial vaticano, emitido tras la audiencia. Una sola línea pero de suma actualidad: “Por último se ha reiterado el compromiso de la Iglesia en favor de la vida y de la familia”. Una advertencia a cuento del reciente proyecto de ley sobre el llamado “matrimonio homosexual” que el Senado colombiano rechazó “in extremis” apenas hace unos días.

Finalmente también con Francisco se mantuvo la regla protocolaria según la cual el Papa no recibe en audiencia oficial a la esposa de un matrimonio en segundas nupcias. Por eso no formaron parte de la delegación colombiana ni la primera dama, Clemencia Rodríguez Munera, ni sus tres hijos (Martin, María Antonia y Esteban). Ya no hubo foto de familia y si saludaron al pontífice en un segundo momento, nunca se supo. Al menos oficialmente.

Serafines susurran.- Que al final de la audiencia con el presidente colombiano tuve la oportunidad (y fortuna) de saludar por unos instantes al Papa. Fueron apenas unos instantes, en medio de una jornada llena de actividades para Francisco. Aún así el pontífice tuvo tiempo de bromear y hablar de fútbol porque, al presentarme, me confesé fanático de Boca, el gran equipo de la primera división de Argentina que ahora pasa un muy mal momento. Y claro, no podía dejar de decirle que asistía a aquel encuentro especialmente acongojado luego que el sábado anterior su equipo, San Lorenzo de Almagro, había vencido al mío por 3 a 0.

Cuando escuchó esto Bergoglio abrió bien grande los ojos, esbozó una gran sonrisa y me dijo: “si, viste…". Yo le reclamé, cándidamente: “Me parece que usted le está dando una mano a San Lorenzo". Él esperó un instante y me replicó: “A boca… ¡Cómo se le quemó la pizza". Y se despidió, con un poco de nostalgia en sus ojos.