23.05.13

Cementerio de bebés de Fürth. Foto: © D. Karmann

Barbara y Mario Martin, han sido propuestos para el premio «Héroes del día a día» 2013. El cariño a sus hijos les ha hecho acreedores al galardón. Entre 2007 y 2008 el matrimonio perdió tres hijos: Joseph-Lennard (siete meses), Tamino Federio (20 semanas) y Penelope Wolke (nacida tres semanas después, a las 23 semanas), los dos últimos mellizos.

En España eres persona «en el momento del nacimiento con vida, una vez producido el entero desprendimiento del seno materno», hasta entonces, ‘gracias’ al gobierno socialista, no supones más que un residuo biológico, medida encaminada a proteger al multimillonario negocio del aborto. No ocurre así en Francia, USA o Alemania, que sitúa el límite de «la personalidad» en el peso: 500 gramos.

Cuando el matrimonio Martin fue a inscribir en el Registro Civil a sus hijos fallecidos se encontraron con que a Tamino, que sólo llegó a los 290 gramos, no se le podía nombrar ni enterrar. Comenta su padrino (trad. y nota de María Martínez en Alfa y Omega):

«Lo horrible es que, visto jurídicamente, este niño no existe. Uno se queda estupefacto por esta cruel burocracia. El pequeño era perfecto, tenía todo, era muy bonito, y saludable»

Los padres consiguieron recabar 40.000 firmas de apoyo para una ILP (iniciativa legislativa popular) que reconociese a las personas sin ningún tipo de límite. La ministra de familia K. Schröder (CDU), y del Interior, H. Friedrich (CSU) hicieron suyo el trámite parlamentario que terminó en el mes de marzo. A partir del 15 de mayo, los Sternenkinder –niños que están en las estrellas, no hay término en español– se pueden registrar presentado informe sanitario con los datos pertinentes al nacimiento y la muerte. Los bebés muy pequeñitos vuelven a ser personas.

La cultura de la vida avanza en todo el mundo. No es un tema menor, es el reconocimiento también vía administrativa de un hecho incontestable: la vida comienza en la concepción.

Y será la base para poder sacar de cuajo de las leyes la hecatombe abortista de esta sociedad y de las almas su justificación. Gracias, familia Martin.