ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 02 de junio de 2013

La frase del domingo 2 de junio

El modo mejor de alegrarte a tí mismo es tratar de alegrar a otro.

Mark Twain (1835 – 1910)

 


Francisco papa

Adoración eucarística mundial con el papa Francisco
Desde todas las latitudes, ''Un solo Señor, una sola fe''

''Dios llora por la locura de la guerra, suicidio de la humanidad''
Dijo el papa Francisco en la misa celebrada este domingo ante un grupo de militares

''El milagro, más que la multiplicación, es el compartir''
Dijo el papa esta mañana en su reflexión dominical

''Jesús se preocupa por la gente que tiene hambre''
Palabras del papa Francisco en el rezo del Ãngelus

Llamamiento del papa para que los secuestradores liberen a las víctimas en Siria
Animó los pasos dados en favor de la reconciliación en América Latina

SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA

San Eugenio I
''Fidelidad y autenticidad alumbrada por la fe''

AÑO DE LA FE

Panamá y Uruguay en adoración eucarí­stica
Respuesta al llamado del santo padre

Foro

Homofobia, no; la verdad, sí
Una pastoral abierta a las ''periferias existenciales''


Francisco papa


Adoración eucarística mundial con el papa Francisco
Desde todas las latitudes, ''Un solo Señor, una sola fe''

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 02 de junio de 2013 (Zenit.org) - Esta tarde a las cinco, hora de Roma, convocada por el papa Francisco, la Iglesia universal se detuvo simultáneamente en adoración eucarística, con un lema común: “Un solo Señor, una sola fe”.

En el marco del Año de la Fe, en un evento histórico, que es el primero en la historia de la Iglesia, las catedrales del mundo se sincronizaron con la hora de Roma y estuvieron, durante una hora, en comunión con el papa en adoración eucarística. La adhesión a esta iniciativa fue masiva y fue más allá de las catedrales, involucrando a las conferencias episcopales, a las parroquias, a las congregaciones religiosas, sobre todo a los monasterios de clausura y a las asociaciones, informa Radio Vaticana.

Desde las Islas Cook a Reikiavik, pasando por Chile, Burkina Faso, Taiwán, Irak, Bangladesh, Estados Unidos o Filipinas, las diócesis se sincronizaron con la hora de la diócesis del papa, que presidió esta adoración del Santísimo en la basílica de San Pedro. El mismo santo padre Francisco propuso las intenciones de oración.

La primera fue: “Por la Iglesia, extendida en todo el mundo y recogida hoy en señal de unidad en la adoración de la Santísima Eucaristía. Que el Señor la haga cada vez más obediente a la escucha de su Palabra para presentarse ante el mundo siempre 'más hermosa, sin mancha, ni arruga, sino santa e inmaculada'. Que a través de su fiel anuncio, la Palabra que salva resuene aún como portadora de misericordia y haga que el amor se redoble para dar un sentido pleno al dolor y al sufrimiento, devolviendo alegría y serenidad”.

La segunda intención del papa Francisco fue: “Por aquellos que en los diversos lugares del mundo viven el sufrimiento de nuevas esclavitudes y son víctimas de la guerra, de la trata de personas, del narcotráfico y del trabajo 'esclavo'; por los niños y las mujeres que padecen todas las formas de la violencia.

¡Que su grito silencioso de ayuda encuentre a la Iglesia vigilante para que, teniendo la mirada puesta en Cristo crucificado no se olvide de tantos hermanos y hermanas dejados a merced de la violencia! Por todos aquellos que, además, se encuentran en la precariedad económica, sobre todo los desempleados, los ancianos, los inmigrantes, los que carecen de hogar, los presos y cuantos experimentan la marginación. ¡Que la oración de la Iglesia y su cercanía activa les de consuelo y ayuda en la esperanza y fuerza y audacia en la defensa de la dignidad de la persona!”  

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''Dios llora por la locura de la guerra, suicidio de la humanidad''
Dijo el papa Francisco en la misa celebrada este domingo ante un grupo de militares

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 02 de junio de 2013 (Zenit.org) - “La guerra es el suicidio de la humanidad porque mata el corazón y mata el amor”. Es uno de los pasajes de la homilía del Papa Francisco, durante la Misa celebrada esta mañana en la capilla de la Casa de Santa Marta.

Participó en esta celebración un grupo de ochenta personas, compuesto por parientes de militares italianos caídos en las misiones de paz en los últimos cinco años, en particular en Afganistán, y por algunos militares heridos en el curso de estas misiones.

Los parientes de los caídos eran cincuenta y cinco, en memoria de veinticuatro militares y trece heridos, acompañados por algunos parientes.

El 2 de junio, se celebra en Italia la Fiesta de la República, “un día significativo” – tal como recordó en su saludo monseñor Vincenzo Pelvi, Ordinario Militar para Italia, quien concelebró con el papa Francisco – en el que el país – dijo – expresa “una deuda de amor hacia la familia militar”.

“¡El Señor escucha la oración de todos!”, la de Salomón en el día de la consagración del Templo, pero también la oración de cada uno de nosotros, dijo el Papa al resaltar, citando también el episodio evangélico del centurión que le pide a Jesús la curación de su siervo, “nuestro Dios es así – añadió Francisco – escucha la oración de todos, de todos no como si fuéramos anónimos, sino la oración “de todos y de cada uno”. “Nuestros Dios es Dios de lo grande y Dios de lo pequeño; nuestro Dios es personal”, escucha a todos con el corazón y “ama con el corazón”: “Nosotros hoy hemos venido a rezar por nuestros muertos, por nuestros heridos, ¡por las víctimas de la locura que es la guerra! Es el suicidio de la humanidad, porque mata el corazón, mata precisamente donde está el mensaje del Señor: ¡mata el amor! Porque la guerra viene del odio, de la envidia, del deseo de poder, y también - lo vemos tantas veces – de ese afán por más poder”.

El Obispo de Roma constató que “tantas veces hemos visto que los problemas locales, los problemas económicos, las crisis económicas”, “los grandes de la tierra quieren resolverlos con una guerra”: “¿Por qué? ¡Porque el dinero es más importante que las personas para ellos! Y la guerra es precisamente esto: es un acto de fe en el dinero, en los ídolos, en los ídolos del odio, en el ídolo que te lleva a matar al hermano, que lleva a matar el amor. Me viene a la mente esa palabra del nuestro Padre Dios a Caín quien, por envidia, había asesinado a su hermano: ‘Caín, ¿dónde está tu hermano? Hoy podemos oír esta voz: es nuestro Padre Dios que llora, que llora por esta locura nuestra, que nos dice a todos nosotros: ‘¿Dónde está tu hermano?’; que dice a todos los poderosos de la tierra: ‘¿Dónde está tu hermano? ¡Qué han hecho!’”

De aquí la exhortación del Pontífice a rezar al Señor para que “aleje de nosotros todo mal”, repitiendo esta oración “también con las lágrimas, con esas lágrimas del corazón”: “‘Dirígete a nosotros, Señor, y ten misericordia de nosotros, porque estamos tristes, estamos angustiados. Mira nuestra miseria y nuestra pena y perdona todos los pecados’, porque detrás de una guerra siempre están los pecados: está el pecado de la idolatría, el pecado de explotar a los hombres en el altar del poder, y sacrificarlos. ‘Dirígete a nosotros, Señor, y ten misericordia, porque estamos tristes y angustiados. Mira nuestra miseria y nuestra pena. Estamos seguros de que el Señor nos escuchará y hará, hará algo para darnos el espíritu de consuelo. Así sea”.

Al término de la Misa se rezó la “Oración por Italia”, compuesta por el Beato Juan Pablo II. La comunidad eclesial del Ordinariato militar regaló al Papa Francisco una obra de artesanía napolitana en terracota realizada por los maestros de Nápoles, Raffaele, Salvatore y Emanuele Scuotto. Se trata de una composición que representa a San José Obrero, que muestra los instrumentos del carpintero al pequeño Jesús, quien sostiene un cesto que contiene los objetos símbolo de la Crucifixión: los clavos, el martillo y la tenaza.

Traduccción al español de Radio Vaticana

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''El milagro, más que la multiplicación, es el compartir''
Dijo el papa esta mañana en su reflexión dominical

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 02 de junio de 2013 (Zenit.org) - “La fiesta del Corpus Domini nos pide convertirnos a la fe en la Providencia, saber compartir lo poco que somos y tenemos y no cerrarnos jamás en nosotros mismos”, "pidamos a nuestra Madre María que nos ayude en esta conversión, para seguir verdaderamente, cada vez más, a ese Jesús que adoramos en la Eucaristía", concluyó el o de Roma su reflexión previa a la oración mariana de Ángelus con la multitud de peregrinos venidos a la plaza de San Pedro de Italia y de otros países.

La fiesta de la Eucaristía, Sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo, fue el tema abordado por Francisco. Expresó que Jesús se preocupa por la multitud hambrienta pero de manera distinta de sus discípulos que proponen despedir a la gente, respondiendo así a la actitud humana más realista y que no genera problemas.

Mientras que la actitud de Jesús, netamente diversa, que nace de su unión con el Padre y de la compasión por la gente lo lleva a pensar en la Providencia: de lo poco Dios puede sacar lo necesario para todos.

Jesús dice a sus discípulos que den ellos mismos de comer a la gente, les pide que hagan sentar a la gente formando comunidades de cincuenta, toma el pan, los peces, levanta los ojos al cielo, los bendice, los parte –en clara referencia a la Eucaristía- y hace que los discípulos distribuyan los panes y los peces que no se acaban y que sacian la multitud.

“Este es el milagro –afirmó el papa- más que una multiplicación es un compartir, animada por la fe y la oración.” "Comieron todos y sobró: es el signo de Jesús, pan de Dios para la humanidad.

Los discípulos lo vieron, pero no comprendieron bien el mensaje. Quedaron prendados, como la multitud, por el entusiasmo del éxito. Una vez más, siguieron la lógica humana y no la de Dios, que es la del servicio, del amor y de la fe".

Leer el texto completo en: http://www.zenit.org/article-46025?l=spanish.

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''Jesús se preocupa por la gente que tiene hambre''
Palabras del papa Francisco en el rezo del Ãngelus

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 02 de junio de 2013 (Zenit.org) - Esta mañana en la reflexión previa a la oración del Ángelus que rezó con los peregrinos venidos a la plaza de San Pedro de Italia y de otros países, el papa Francisco abordó de nuevo el tema de la fiesta de Corpus Christi. Ofrecemos el texto completo de la reflexión del pontífice.

*****

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!:

El jueves pasado celebramos la fiesta del Corpus Domini, que en Italia y en otros países se ha trasladado a este domingo. Es la fiesta de la Eucaristía, Sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo.

El Evangelio nos propone la narración del milagro de los panes (Lucas 9, 11-17); yo quisiera detenerme sobre un aspecto que siempre me impacta y me hace reflexionar. Estamos en la orilla del lago de Galilea, la noche se acerca; Jesús se preocupa por la gente que desde hace tantas horas está con Él: se cuentan por miles y tienen hambre. ¿Qué hacer? También los discípulos se plantean el problema y le dicen a Jesús: «Despide a la multitud», para que vaya a los pueblos y caseríos de los alrededores y encuentre comida. Pero Jesús dice: «Denles de comer ustedes mismos» (v. 13). Los discípulos se quedan desconcertados y responden: «No tenemos más que cinco panes y dos pescados», como diciendo: sólo lo suficiente para nosotros.

Jesús sabe bien qué hacer, pero quiere implicar a sus discípulos, quiere educarlos. La actitud de los discípulos es la actitud humana, que busca la solución más realista, que no provoque demasiados problemas: Despide a la gente, que cada uno se las arregle como pueda, por otra parte ya hiciste tanto por ellos: has predicado, has curado a los enfermos...

La actitud de Jesús es completamente distinta y está dictada por su unión con el Padre y por la compasión hacia la gente, pero también por su voluntad de dar un mensaje a los discípulos. Ante a esos cinco panes, Jesús piensa: ¡he aquí la providencia! A partir de este poco, Dios puede hacer salir lo necesario para todos. Jesús confía totalmente en el Padre celestial, sabe que para Él todas las cosas son posibles. Por lo tanto le dice a los discípulos que hagan sentar a la gente en grupos de cincuenta - no es una casualidad: esto significa que ya no son una multitud, sino se vuelven comunidades, alimentadas por el pan de Dios. Y luego toma los panes y los peces, levanta los ojos al cielo, pronuncia la bendición - es una clara referencia a la Eucaristía - y después los parte y comienza a darlos a los discípulos, y los discípulos los distribuyen... ¡y los panes y los peces no se acaban! He aquí el milagro: más que una multiplicación es un compartir, animado por la fe y la oración. Comieron todos y sobró: es el signo de Jesús, pan de Dios para la humanidad.

Los discípulos lo vieron, pero no comprendieron bien el mensaje. Quedaron prendados, como la multitud, por el entusiasmo del éxito. Una vez más, siguieron la lógica humana y no la de Dios, que es la del servicio, del amor y de la fe. La fiesta del Corpus Domini nos pide que nos convirtamos a la fe en la Providencia, que sepamos compartir lo poco que somos y que tenemos, y que no nos encerremos nunca en nosotros mismos. Pidamos a nuestra Madre María que nos ayude en esta conversión, para seguir verdaderamente, cada vez más, a ese Jesús que adoramos en la Eucaristía.

Traducción al español de Radio Vaticana

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Llamamiento del papa para que los secuestradores liberen a las víctimas en Siria
Animó los pasos dados en favor de la reconciliación en América Latina

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 02 de junio de 2013 (Zenit.org) - Después de la oración mariana del Ángelus con los peregrinos, en la plaza de San Pedro, el papa Framcisco apeló a la humanidad de los secuestradores para que liberen a las víctimas en Siria y animó los pasos realizados hacia la reconciliación y la paz en América Latina, como un verdadero signo de esperanza. Ofrecemos el texto del llamamiento del pontífice.

*****

Queridos hermanos y hermanas:

Mi preocupación sigue siendo viva y sufrida por la persistencia del conflicto que desde hace más de dos años inflama Siria y golpea en especial a la población inerme, que aspira a una paz en la justicia y en el entendimiento. Esta atormentada situación de guerra conlleva consecuencias trágicas: muerte, destrucción, ingentes daños económicos y ambientales, así como el flagelo de los secuestros de personas. Al deplorar estos hechos, deseo asegurar mi oración y mi solidaridad por los secuestrados y sus familiares y hago un llamamiento a la humanidad de los secuestradores por la liberación de las víctimas.Recemos siempre por nuestra amada Siria

En el mundo hay tantas situaciones de conflicto, pero también hay tantos signos de esperanza. Quisiera alentar los recientes pasos cumplidos en varios países de América Latina hacia la reconciliación y la paz. Acompañémoslos con nuestra oración.

Esta mañana celebré la Santa Misa con algunos militares y con los parientes de algunos caídos en las misiones de paz que buscan promover la reconciliación en países en los que se derrama todavía tanta sangre fraterna en guerras que son siempre una locura. Todo se pierde con la guerra, todo se gana con la paz. Pido una oración por los caídos, los heridos y sus familiares, recemos juntos ahora, en silencio, en nuestro corazón, todos juntos una oración, por los caídos, los heridos y sus familiares, en silencio

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SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA


San Eugenio I
''Fidelidad y autenticidad alumbrada por la fe''

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 02 de junio de 2013 (Zenit.org) - Que «Dios escribe recto con renglones torcidos» es un conocido dicho popular. Las aparentes oportunidades muchas veces son «estrategias» divinas que trastocan las intenciones humanas. Al emperador Constante II le falló su maniobra ya que parece que él, bien directamente o quizá por haber suscitado hondo temor en los ciudadanos que no quisieron importunarle eligiendo a Eugenio pontífice, tuvo un papel determinante en la decisión que ellos tomaron. De hecho, se arguye que quiso imponer su voluntad a la del santo, forzándole a asumir la Silla de Pedro con la idea de mantenerle sometido. Es decir, que aunque la designación no la hubiera efectuado a título personal, la ratificó sin dudarlo. Eso induce a pensar que seguramente creyó que la bondad natural y la mansedumbre de este insigne discípulo de Cristo, que tenía un inequívoco carácter conciliador, le permitiría dominarle, que a través de él podría actuar a su antojo. Además, lograba su propósito de ser el artífice de su nombramiento, algo que no pudo conseguir con el papa Martín I quien se mantuvo al frente de la Iglesia sin haber sido ratificado por él, y al que había desterrado a Naxos, Constantinopla, acusado de alta traición. Determinó su exilio a través del exarca de Rávena, Teodoro Calíopa, todo por haberse negado a sustentar las tesis monotelistas que defendía dos naturalezas en Cristo, la humana y la divina y una única voluntad.

El ascendente histórico de este episodio radica en las enconadas luchas entre bizantinos y lombardos que caracterizaron al siglo VII. Martín I propició un resurgimiento del catolicismo como lo hicieron el papa Agatón y Máximo el Confesor. Posteriormente, tras el gobierno del exarca Eleuterio, que estuvo marcado por la paz, Teodoro reavivó las controversias por motivos religiosos, y las tensiones con Roma se acentuaron, lo que dio lugar a una separación que desembocó en un cisma. Antes de que él ostentara el exarcado había sucedido otro hecho capital. En el transcurso del concilio convocado por Martín I se condenaron todos los escritos monotelistas que suscribía Constante. Éste ordenó a Olimpio, exarca de Rávena, que fuese a Roma y le arrestara. Pero fue más lejos y quiso matarle. Sin embargo, en el momento en que se dispuso a segar su vida, quedó ciego. A su muerte le sucedió Teodoro, a quien el emperador había otorgado el exarcado, y por mediación suya arrestó al papa. Es de suponer que, con la designación de Eugenio, se tomaba la revancha ante lo que juzgó inadmisible afrenta realizada por Martín. Pero cometió una grave equivocación. Este ciudadano romano, hijo de Rufiniano, que desde su juventud estaba vinculado al clero, era un hombre fiel a la fe, íntegro, valeroso. Cuando tuvo que enfrentarse a él lo hizo sin vacilar, anteponiendo su amor a Cristo y a la Iglesia a todo lo demás. Sabía que su destino estaba en juego, y que, tal como le sucedía a Martín, podían aherrojarle con cadenas, pero eso no le hizo temblar. De modo que Dios, a través de las malintencionadas pretensiones de Constante, ocultas o manifiestas, trazó los convenientes caminos de la historia de la Iglesia otorgando todas las bendiciones a este nuevo sucesor de Pedro.

Eugenio se convirtió en el LXXV Vicario de Cristo en la tierra el 10 de agosto del 654. Desde su exilio el pontífice Martín I, que inicialmente reprobó su nominación, en su momento reconoció su legitimidad. Éste murió en Cherson al año siguiente a causa de los muchos sufrimientos que padeció. Es posible que antes de su deceso le llegaran noticias del ímpetu de Eugenio que no perdió el tiempo. Así, después de haber tomado posesión dispuso que viajasen a Constantinopla unos legados suyos que tenían la misión de notificar al emperador que se habían cumplido sus deseos. Quería informarle de que él asumía la más alta dignidad eclesial como había impuesto. Por razones no esclarecidas entró en liza Pedro, el patriarca de Constantinopla, quien a su vez entregó a los legados –que posiblemente se pusieron de parte suya– un documento de sombrío contenido que impedía dilucidar cuál era su postura exacta en el grave tema del monotelismo. Además, solicitó a Constante que indujera a Eugenio a establecer un vínculo estrecho con él. El contenido de este escrito sinodal conocido por los fieles en Santa María la Mayor a través del pontífice suscitó en ellos un clamoroso rechazo; le exigieron que secundara esta misma postura. Por si fuera poco, el Santo Padre informó a su pueblo del injusto trato que se estaba dando a su predecesor Martín I, amén de ignorar la profesión de fe suscrita por Constante que debía haber firmado. Parecía un desafío en toda regla, si bien lo único que perseguía era dejar sentada la única verdad que propugna la Iglesia que no tiene más obediencia que la debida a Dios.

La respuesta de los delegados bizantinos a esta reacción, realizada con notable violencia y agrias acusaciones, no doblegaron el ánimo de Eugenio. Le amenazaron con someterle a la misma pena que sufrió Martín I, intenciones frustradas por razones bélicas ya que los musulmanes derrocaron al emperador, y también porque murió al poco tiempo. De los escasos hechos que se han compilado de la vida de este santo pontífice uno tiene singular alcance. Fue el encuentro que mantuvo el año 654 con el obispo de York san Wilfrido, a quien dio su bendición. Éste había peregrinado a Roma con el fin de instruirse en las Escrituras y conocer otros aspectos importantes eclesiales. Pudo llegar al papa gracias a su sintonía con san Bonifacio. Por otro lado, Eugenio concedió al rey franco Clodoveo II poner bajo el amparo de la Santa Sede el monasterio de San Mauricio de’Agaune, como él pidió, lo que suponía mantenerlo a resguardo de intereses ajenos. Ester papa fue un hombre generoso con los desfavorecidos y estuvo agraciado con el don de milagros. A él se debe la prescripción de la castidad para los sacerdotes. Falleció el 2 de junio del año 657.

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AÑO DE LA FE


Panamá y Uruguay en adoración eucarí­stica
Respuesta al llamado del santo padre

Por Redacción

LIMA, 02 de junio de 2013 (Zenit.org) - Hoy, solemnidad del Corpus Christi, el papa Francisco invitó a la Iglesia católica a unirse en adoración eucarística a nivel mundial, presidida por él mismo en la Basílica de San Pedro, bajo el lema: “Un solo señor, una sola fe”.

A este evento han respondido casi todas las jurisdicciones eclesiásticas del mundo, entre ellas las iglesias de Panamá y del Uruguay.

Panamá eucarístico

En la archidiócesis de Panamá, el arzobispo José Domingo Ulloa Mendieta ha invitado a todas las parroquias para que se realice la adoración eucarística. El arzobispo preside la jornada en la parroquia San Antonio de Padua de Miraflores –dado que la Catedral está en reparación-, donde se congregarán las diferentes parroquias de la zona vicarial.

También participan las diócesis de David, Santiago de Veraguas, Chitré, Colón-Kuna Yala y de Penonomé. Se han unido para la ocasión la Prelatura de Bocas del Toro y el Vicariato de Darién.

Tal como lo ha propuesto el papa Francisco, los católicos panameños oran este domingo por la Iglesia, "extendida en todo el mundo, para que el Señor la haga cada vez más obediente a la escucha de su Palabra, para presentarse ante el mundo siempre más hermosa, sin mancha, ni arruga, sino santa e inmaculada”.

Asimismo, “por aquellos que en los diversos lugares del mundo viven el sufrimiento de nuevas esclavitudes y son víctimas de la guerra, de la trata de personas, del narcotráfico y del trabajo 'esclavo'; por los niños y las mujeres que padecen todas las formas de la violencia".

Uruguay unido en oración

Asimismo, y en respuesta a la invitación del papa Francisco, las catedrales de todo el Uruguay, junto a las catedrales del mundo, reservaron simultáneamente una hora de adoración al Santísimo hoy, Fiesta de Corpus Christi.

A esta Hora Santa confirmaron las diferentes catedrales, para orar en pro de las intenciones de la Iglesia presente en todo el mundo. 

Entre las catedrales que respondieron al llamado, en diferentes horarios, están: Montevideo, Canelones, Florida, Maldonado, Melo y Mercedes. También lo hicieron las sedes de Minas, Salto, San José y Tacuarembó.

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Foro


Homofobia, no; la verdad, sí
Una pastoral abierta a las ''periferias existenciales''

Por Felipe Arizmendi Esquivel

SAN CRISTóBAL DE LAS CASAS, 02 de junio de 2013 (Zenit.org) - Ofrecemos el artículo de nuestro colaborador monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de Las Casas, México. En este artículo reflexiona sobre una actitud pastoral abierta a las “periferias existenciales”.

*****

SITUACIONES

En nuestra reciente asamblea diocesana sobre la familia, se insistió mucho en esforzarnos por reflejar en la pastoral la actitud comprensiva y samaritana de Jesús hacia quienes viven en situaciones calificadas como irregulares. Se pidió tomar en cuenta los nuevos modelos de familia, incluso a quienes conviven como pareja siendo del mismo sexo, aunque en nuestro ambiente no son muchos estos casos. Podemos no estar de acuerdo con su estilo de vida, pero se repetía que no debemos caer en actitudes homofóbicas y excluyentes, sino pastoralmente abrirnos a esas periferias existenciales, que muchas veces desconocemos y condenamos. En las comunidades indígenas prácticamente no hay casos de homosexualidad; sólo acontece cuando alguien sale a otros ambientes. Si fuera algo connatural a la naturaleza humana, en todos los pueblos originarios deberían darse siempre estos casos, y no es así.

Nosotros también podemos contagiarnos por los criterios de este mundo, en que no importa la moral evangélica; en que da lo mismo ser fiel en un matrimonio entre hombre y mujer, unidos para siempre, que romper este vínculo sagrado e iniciar otra relación, aunque sean del mismo sexo; en que el modelo tradicional de familia cristiana no cuadra con estos tiempos y se ridiculiza; en que hay que aceptar las nuevas realidades como “normales”, aunque estén contra la “norma” que de Dios hemos recibido. Es la llamada dictadura del relativismo, en que todo se vale y todo se puede.

En los libros oficiales de Biología de 5º. y 6º. año de Primaria, así como en Secundaria, se afirma que el sexo no es algo fijado por la naturaleza humana, sino producto de las formas de pensar y actuar de la sociedad; que por tanto, cada quien es libre de escoger su género como quiera. Esto es lo que se enseña a todos en las escuelas del país.

ILUMINACION

El Papa Benedicto XVI es muy profundo en este tema: “Hoy se presenta el género como una nueva filosofía de la sexualidad. Según esta filosofía, el sexo ya no es un dato originario de la naturaleza, que el hombre debe aceptar y llenar personalmente de sentido, sino un papel social del que se decide autónomamente. El hombre niega tener una naturaleza pre-constituida por su corporeidad, que caracteriza al ser humano. Niega la propia naturaleza y decide que ésta no se le ha dado como hecho prestablecido, sino que es él mismo quien se la debe crear.

Según el relato bíblico de la creación, el haber sido creada por Dios como varón y mujer pertenece a la esencia de la criatura humana. Esta dualidad es esencial para el ser humano, tal como Dios la ha dado. Esta dualidad como dato originario es lo que se impugna. Ya no es válido lo que leemos en el relato de la creación: «Hombre y mujer los creó» (Gén 1,27). No, lo que vale ahora es que no ha sido Él quien los creó varón o mujer, sino que hasta ahora ha sido la sociedad la que lo ha determinado, y ahora somos nosotros mismos quienes hemos de decidir sobre esto.

Hombre y mujer como realidad de la creación, como naturaleza de la persona humana, ya no existen. El hombre niega su propia naturaleza. Ahora bien, si no existe la dualidad de hombre y mujer como dato de la creación, entonces tampoco existe la familia como realidad prestablecida por la creación.

Allí donde la libertad de hacer se convierte en libertad de hacerse por uno mismo, se llega necesariamente a negar al Creador mismo; con ello, el hombre como criatura de Dios, como imagen de Dios, queda finalmente degradado en la esencia de su ser. Y se hace evidente que, cuando se niega a Dios, se disuelve también la dignidad del hombre. Quien defiende a Dios, defiende al hombre” (21-XII-2012).

COMPROMISOS

Respetemos y tengamos un amor paterno y fraterno como el de Jesús hacia quienes son condenados, excluidos y no comprendidos, pero ofrezcámosles también la Verdad del Evangelio. Dios nos ha enseñado un camino, una luz para distinguir la verdad de la mentira. Para nosotros, su Palabra, no las modas del mundo, es el criterio definitivo para saber qué es bueno para la humanidad y qué le perjudica. Más allá de todo está el amor pastoral, que nos hace hermanos de todos.

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