17.06.13

 

No salgo de mi asombro. Porque estoy descubriendo ahora una seria de maldades de Benedicto XVI en las que sinceramente jamás se me hubiera ocurrido reparar.

No. No. Nadie dice nada abiertamente de Benedicto XVI, pero es que tampoco es tan complicado sacar conclusiones de lo uno anda leyendo por los medios de información religiosa de un tiempo a esta parte. Porque naturalmente se subrayan aspectos del papa Francisco como si antes el papado hubiera sido poco menos que un nido de orgullo, prepotencia y gestos antievangélicos.

“Francisco es la primavera de la Iglesia”. Vaya por Dios. Verás como va a resultar que el pontificado de Juan Pablo II y Benedicto XVI fueron un invierno polar. Pues fueron muchos años llenos de santos, de gestos, de vitalidad, de acercamiento especial a los jóvenes. Uno y otro. Al final resultará que la JMJ de Madrid, por ejemplo, era invierno del duro.

“Francisco es un papa sencillo y humilde” Anda la osa, ¿y Benedicto no?Su gesto de vivir escondido en la clausura es todo un tratado sobre esa humildad que consiste en pasar desapercibido.. Y supongo que la visita De Juan Pablo II a su agresor en la cárcel fue una muestra de altivez.

“Francisco es el papa de los pobres”. ¿Juan Pablo II no lo era visitando una favela de Rio? ¿Benedicto XVI y Juan Pablo II no estaban cerca de los enfermos, de los pobres, de los desvalidos?

“Francisco es un papa dialogante”. Pareciera que los papas anteriores fueran gente de ordeno y mando. Ejemplos tenemos mil. Y en cuanto al diálogo de Francisco entiendo que se referirán a lo que les ha dicho a las religiosas disidentes norteamericanas.

“Francisco es cercano a la gente”. Pues como sus antecesores. No sé por qué nos empeñamos en soltar tantas vulgaridades.

Francisco es papa de gestos y es sobre todo papa de palabras muy serias cada día. Pero me parece vergonzoso alabarle a costa de ir dejando porquería en sus antecesores, como si Juan Pablo II, beato Juan Pablo II, no hubiera sido alguien de Dios que supo dar su vida por la Iglesia. Como si Benedicto XVI no hubiera sido, para mí lo es, el hombre de la sencillez, de la paz interior, por encima del color de los zapatos o la ubicación de su dormitorio.

El beato Juan Pablo II y después Benedicto XVI han sido dos extraordinarios pontífices. Estoy convencido que Francisco lo será, aunque de momento hemos visto poca cosa. Pero, por favor, eso de que por fin han llegado a la Iglesia el evangelio, la sencillez, la humildad, la primavera y el diálogo, eso no. Es completamente injusto.