IGLESIA EN ESPAÑA

En el Año de la Fe el Camino de Santiago se presenta como instrumento para la Nueva Evangelización


 

Conclusiones de las XXXIII Jornadas Nacionales de Patrimonio celebradas en Santiago de Compostela, del 17-21 de junio 2013

Al concluir estas trigésimo terceras Jornadas Nacionales de Patrimonio Cultural de la Iglesia, que desde el día 17 al 21 de junio hemos celebrado en Santiago de Compostela, queremos agradecer al Excmo.y Rvmo. Sr. D. Julián Barrio Barrio, Arzobispo de Santiago de Compostela, a los Señores Obispos de Mondoñedo – Ferrol y Ourense, Excmo. y Rvmo. Sr. D Manuel Sánchez Monje y el Excmo. y Rvmo. Sr. D Leonardo Lemos Montantet, por la acogida y deferencias que han tenido con nosotros. Al Illmo. Sr. D. Segundo Pérez López, Deán de la Santa Iglesia Catedral de Santiago de Compostela, por la celebración de la Eucaristía de clausura y la oportunidad que nos dio de conocer los grandes documentos que guarda su archivo. Nuestro agradecimiento al Muy Ilmo. Sr. D. Daniel Lorenzo Santo, Canónigo Presidente de la Fundación de la Catedral, así como a D. Ramón Yzquierdo Peiro, y a las guías que nos acompañaron en las diversas visitas de las iglesias de Santiago, Mondoñedo y Ourense.

Asimismo, queremos agradecer al Excmo y Mgfco Rector de la Universidad de Santiago de Compostela, Prof. Dr. D. Juan Casares Long por su colaboración.

Nuestro agradecimiento al Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Jesús García Burillo, Obispo de Ávila y Presidente de la Comisión Episcopal para el Patrimonio Cultural y a los Señores Obispos miembros de la misma, así como al Rvdo. D. Manuel Iñiguez Ruiz-Clavijo, Director del Secretariado y equipo del Secretariado por la organización de estas Jornadas que hoy clausuramos.

Por último queremos destacar el trabajo realizado por los diversos ponentes que a lo largo de estos días nos han acompañado con sus acertadas reflexiones.

Comenzamos estas Jornadas en el Año de la Fe, en el contexto del Camino de Santiago, para profundizar en la fe cristiana a través del arte en el Camino.

Contemplamos el Camino como un camino de fe que deja sus huellas de arte en ermitas, iglesias, catedrales, hospitales, obras públicas, etc.

El Camino como ruta de difusión de la fe cristiana donde el peregrino en la contemplación de las expresiones artísticas no sólo aprende el origen y fundamento de sus creencias cristianas sino que las vive en lo más profundo de su corazón a través de la celebración de los misterios y del ejercicio de la caridad como imagen del auténtico Camino de la vida que no es otro sino el que nos lleva a la patria eterna.

Hoy podemos contemplar el Camino como una ruta turística y ecológica por las obras histórico-artísticas y los hermosos paisajes que encontramos, pero lo mutilaríamos y lo dejaríamos sin el auténtico sentido de experiencia de fe a través del arte y de la obra de la creación. Hoy el Camino sigue vivo, es actual. Es el camino de fe que recorre el hombre de hoy en estos momentos difíciles para la evangelización, es por tanto un camino para la Nueva Evangelización.

A lo largo de las ponencias que hemos escuchado hemos contemplado el Camino es sus diferentes facetas y aspectos: propagación y celebración de la fe, el ejercicio de la caridad, difusión de los estilos artísticos, de costumbres, etc, siempre como señales que nos llevan a una meta, la vida de la gracia a la que está llamado todo hombre.

1.- Nos hemos fijado, sobre todo, de entre los estilos artísticos, en el Románico, como un estilo internacional que se propaga por toda la ruta jacobea y que, mediante el lenguaje simbólico, anuncia la fe al peregrino.

2.- También hemos contemplado el estilo Barroco que, en la Edad Moderna, pone de manifiesto las verdades y las devociones puestas en duda en la diferentes reformas europeas. La devoción Mariana, el culto a Santiago y los otros santos pondrán de manifiesto la comunión de los santos, la celebración de los sacramentos y la intercesión de la Iglesia en el camino de la gracia.

3.- El arte a lo largo del Camino hace visible en nosotros lo que algún día veremos claramente al final de nuestra peregrinación, reforzando en nuestro interior la fe de la Iglesia peregrina en el mundo.

Todo en el Camino nos invita conocer de modo experiencial: la arquitectura nos habla del templo verdadero, el trato con el prójimo de la caridad como medio para ver a Dios, las imágenes nos hacen sensible el mundo invisible. El Camino se nos presenta como una visión beatífica de la salvación.

4.- A través de las distintas rutas del Camino, el Camino Francés, el del Norte, el del Sur, lo descubrimos como una vía propagadora de la fe y de la cultura; es más, no sólo de propagación y difusión, sino también de reforzamiento y amplificación de aquello que ya se vive. Cultura y fe se interrelacionan a lo largo de toda la vía jacobea.

Pero no siempre el Camino tuvo la misma intensidad. Hay momentos históricos en que entró en decadencia y momentos en el que se vio reforzado por la intervención de los reyes y señores, pero sobre todo de las órdenes religiosas como benedictinos, cistercienses, de las mendicantes, franciscanos y dominicos y de las hospitalarias como la Orden de San Juan, hoy llamada de Malta. A través de todas estas órdenes los peregrinos son acogidos y reciben la presencia de lo sagrado para continuar su peregrinación, tanto física como espiritual.

5.- Es interesante estudiar la diferente tipología iconográfica para contemplar el misterio es sus diferentes manifestaciones. Nos hemos centrado en la imagen de la Trinidad como Paternitas, Trono de Gracia, del salterio, trifácica y triándrica donde Dios se nos manifiesta como Uno y trino, como fuente y fin de toda la creación.

6.- También hemos analizado la puerta, como tipo de Jesucristo: “Yo soy la Puerta, el que entre por mí se salvará (Jn 10, 9)”, y las distintas partes del templo como imagen de Cristo y de la Iglesia, donde nada es caprichoso sino que tiene su sentido: la planta, los ábsides, la pila bautismal, el crucero, etc.

7.- También es importante analizar los distintos puntos del camino: Navarra, La Rioja, Burgos, Palencia, León, Galicia, etc, porque en cada uno de ellos dentro de una unidad jacobea vemos también diferencias según la historia devocional de cada una de las poblaciones.

Conclusión

En este contexto del Año de la Fe el Camino de Santiago se nos presenta como instrumento para la Nueva Evangelización por ser un elemento vivo en nuestro camino de fe. Un elemento en el que el arte es esencial para ayudar al peregrino a conocer su fe, pero sobre todo a vivirla en su dimensión devocional, litúrgica y caritativa.

Es necesario, por tanto, conservar este patrimonio cultural, tanto material como inmaterial, para que a través del Camino de Santiago profundicemos en nuestro camino interior para que, mediante el camino de la gracia que nos indica el Apóstol, lleguemos, por el camino de nuestra vida a la patria eterna que nos prometió el Señor.