10.07.13

Monseñor Keith Newton, ordinario del Ordinariato Personal de Nuestra Señora de Walsingham, en Roma los días posteriores a la elección del papa Francisco

A estas alturas de la película supongo que nadie se extraña que continúe con el tema de los «Ordinariatos personales para anglicanos». En InfoCatólica hemos ido informando y analizando puntualmente y con alegría sobre esta estructura canónica. Una figura con la que el papa Benedicto XVI quería pastoralmente acoger en plena comunión a grupos de cristianos anglicanos que lo habían pedido insistentemente. Podían mantener su rito y alguna de sus costumbres.

La misión y estructura quedaba bien fijada en la Constitución Apostólica Anglicanorum coetibus. Los ordinariatos personales pasaban a formar parte de la iglesia local.

Quizá donde mayores problemas hayan tenido sea precisamente en Inglaterra, no voy a ahondar en tristes detalles de un episcopado poco ejemplar (salvo contadas excepciones). El Ordinariato de Nuestra Señora de Walsingham que debería haber sido acogido como un regalo de la Providencia es visto como una «molesta reliquia».

Las alarmas sonaron bien alto cuando trascendieron unas supuestas confidencias del cardenal Bergoglio al obispo anglicano de Argentina, Greg Venables, que suponían acta de defunción de los ordinariatos:

Me llamó para desayunar con él una mañana y me dijo muy claramente que el Ordinariato era absolutamente innecesario y que la Iglesia nos necesita como anglicanos

Pues por lo que parece, o el anglicano mintió tanto como muchos otros en esos días posteriores a la elección papal, o Francisco no es para nada Bergoglio.

Según informa Damian Thompson, el papa Francisco no sólo ha ampliado los criterios para pertenecer a los ordinariatos, los ha incorporado por la puerta grande a la tarea de la evangelización.

El 31 de mayo de 2013, el Papa modificó el párrafo 2 (nn 5) de las normas complementarias, dejándolo tal que así:

Una persona que ha sido bautizada en la Iglesia católica, pero que no ha completado los sacramentos de iniciación, y posteriormente vuelve a la fe y la práctica de la Iglesia como resultado de la misión evangelizadora de la Ordinariato, puede ser admitido como miembro de la Ordinariato y recibir el Sacramento de la Confirmación y el sacramento de la Eucaristía, o ambos.

Para entendernos, si un católico sólo lo es de bautismo, pero vuelve a la fe gracias a la labor del Ordinariato puede pertenecer a él, y confirmarse y recibir la primera comunión en él.

De este modo se mantiene el criterio objetivo de pertenencia «recepción de sacramentos» y se evitan subjetividades como la preferencia o el gusto. Y se abre un periodo evangelizador apasionante, tanto en el Reino Unido como en Estados Unidos y Australia.

No descarto que parte del episcopado británico se moleste todavía más, en la línea de los ortodoxos de los países eslavos que acusan a los católicos de evangelización intrusiva. ¡Qué bonito reproche!

Gracias, Santo Padre.

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PD: También es un estupendo aviso a navegantes sobre lo que han oído que le han contado que había dicho el Papa antes de serlo.