10.07.13

Anacleto Rodríguez Moyano, profeta de las ondas de radio

A las 12:09 AM, por Tomás de la Torre Lendínez
Categorías : General

En la vieja Cope, hasta el año 2010, trabajaron hombres y mujeres de una categoría profesional, humana y cristiana digna de pasar a la historia con letras de oro. Mientras llega ese deseo imposible nos contentamos con verlos en letra de molde.

Uno de ellos fue Anacleto Rodríguez Moyano, que estuvo en la cúspide de la calle Alfonso XI, siendo jefe de máquinas de muchos programas, por ejemplo, el dirigido entonces en Cope por Carlos Herrera, el líder indiscutible de las mañanas de la radio en España.

Mi buen amigo Anacleto ha tenido la valentía de poner por escrito cómo el ha vivido, visto y ve hoy, lo que él llama el descarrilamiento del tranvía de Cope.

Reproduzco el artículo entero, porque es histórico, realista y profético. Aquí está.

DESCARRILA EL TRANVÍA QUE LE VENDIERON A COPE

Corría el verano del 2010. La Cadena COPE había renovado su programación tras una temporada de transición tras la marcha de Federico Jiménez Losantos. Las mañanas para Buruaga, las tardes para Lumbreras, las noches para Colmenarejo y el deporte para Abellán, al que acababan de renovar el contrato después de una azarosa travesía del desierto, víctima de los caprichos de unos malos directivos como eran Coronel de Palma y González del Yerro, ya que, gracias a él, se mantenían un número digno de oyentes.

Por aquel entonces, con la llegada al poder de Giménez Barriocanal parecía que la COPE iba a recuperar la sindéresis de los tiempos de don Bernardo Herráez. A fin de cuentas, Barriocanal era el discípulo aventajado del principal creador de la cadena. Se notaba tanto que había vuelto el sentido común que se llegó, incluso, a presentar la nueva programación ante los directores de las emisoras de la cadena a mediados de junio para devolverles la ilusión. Recuerdo que fue durante una convención.

España jugaba el Campeonato Mundial de Sudáfrica y en la COPE se empezaba a estudiar el planteamiento de la campaña de lanzamiento de la nueva programación, aunque los números negros empezaban a no cuadrar en sus cuentas debido a la crisis económica que ya azotaba a España, hecho que hacía que la publicidad se comenzase a resentir.

Pero Julián Velasco, el jefe de publicidad (ay Julián, lo tuyo no es la profecía), seguía prometiendo el oro y el moro. Tanto prometió que, sin saber nada de radio, le ascendieron a Director General de Programación y Publicidad. O algo así. Porque, en COPE, el organigrama es inescrutable como los caminos del Señor. En cualquier caso, se cumplía su anhelo. No hay mayor aspiración egocéntrica de un publicitario que mandar en programación.

Pero de pronto, como se decía en las antiguas radionovelas, se abrió un portón por el que empezaron a entrar cantos de sirena. Lama y González, que habían sido echados de la Cadena SER porque ya no daban más de sí, empezaron a susurrar bondades a oídos de Barriocanal, Pérez y Velasco, los grandes mandamases de la cadena de los Obispos. Y, como el demonio a Jesús en el desierto, durante cuarenta días y cuarenta noches tentaron a los tres directivos de COPE en su vanidad: ‘Con nosotros, la COPE le ganaría a la SER’. Una aspiración imposible, por cierto, y que ya la propia COPE había intentado en varias ocasiones con escaso éxito.

Lama y González les intentaban vender un tranvía y ellos, en su vanagloria, cayeron en la trampa. Y compraron las promesas de una manera de hacer radio que se moría y de una filosofía que rompía totalmente con el Estilo COPE. Y no solo en el pensamiento de Lama y González sino en el propio lenguaje que utilizaban.

Total, que la COPE compró el tranvía de Lama y González sin darse cuenta que ya no existían tranvías. Que era algo del pasado. Que sólo servían, como mucho, para trasportar turistas. Y que, además en este tiempo, los tranvías tienen muy poco recorrido.

Pero Lama y González ya se habían dado cuenta de la bobería de Barriocanal, de la codicia de Pérez y de la ambición de Velasco y apretaron. Abellán a la calle y sustitución de la redacción de deportes por una nueva que traerían ellos (tres veces mayor), más Pepe Domingo Castaño y sus canciones de los años 70 y un montón de gente más. Famosos y famosillos. Reliquias y graciosetes. Todos con buenos sueldos. Muy buenos sueldos. Como si no costase.

Y Barriocanal, Pérez y Velasco tragaron. Era un tranvía llamado deseo y sucumbieron a su encanto. Y echaron a Abellán (todavía anda en pleitos con la COPE por aquel dislate) y se cepillaron la redacción de deportes y, como en el milagro de los panes y los peces, la COPE se puso al servicio de un Departamento de Deportes que lo quería todo mientras jugaba a las adivinanzas con la llegada de Lama, que un contrato televisivo le impedía incorporarse.

Pero se había invertido tanto en el tranvía que ya no quedaba pasta para más. Y hubo que hacer un ERTE. Y hubo que recortar salarios a los trabajadores. Todo para que Lama y González se pudieran vengar de la SER. Sólo por eso. De hecho, se pasaban los programas anunciando el baño que le iban a pegar a la cadena de Gran Vía en el EGM. Ellos. No la COPE. Siempre ellos. Clamaban venganza. La COPE era el tonto útil.

Pero los resultados no llegaban. Y no llegaban. Y no llegaban. Y ya el EGM era malo. Había sido bueno mientras les favorecía en la SER pero ahora era malo porque los ponía en su sitio. En la nadería. Y alguno de los que trajeron como estrellas, para ganar audiencia, se pasaron siete pueblos con noticias escandalosas y torticeras que le costaban dinero a COPE. Pero poco importaba. Ese era un problema menor para la victoria final. El fin lo justificaba todo. Todo por la venganza.

Después, la Liga de Futbol Profesional le dio la puntilla a un tipo de radio que ya agonizaba al poner los horarios de lo partidos en fila india. Uno tras otro. Se acabó el show. Se acabó el Carrusel. Se acabó el Tiempo de Juego. La televisión era lo que importaba para la LFP. La radio era algo menor en consumidores y en capacidad de pago. Y con ello empezó a descarrilar el tranvía que había comprado COPE.

Como es natural, Lama y González no admitieron que su tiempo había pasado y le echaron la culpa a los pocos postes que tenía la COPE: ‘Con más postes no nos pasaría. Seríamos líderes’. Había que mantener el momio como fuese y esa era la excusa perfecta. Se olvidaron que en COPE hubo líderes con menos postes aún.

Y como Barriocanal, Pérez y Velasco ya estaban en sus manos porque habían apostado demasiado por ellos y se jugaban, personalmente, más aún, si se atrevían a reconocer el fracaso de su gestión, se pusieron a buscar postes emisores. Y se encontraron con ABC Punto Radio y un Enríquez necesitado de oxigeno económico en Vocento. Se juntaba el hambre con las ganas de comer.

Y el acuerdo fue rápido. Pero de nuevo perdió COPE. Barriocanal, Pérez y Velasco tragaron con las condiciones de Enríquez para contentar a Lama y González. Y otra vez el dinero de la nueva operación lo tuvieron que volver a poner los trabajadores de COPE con un nuevo ERTE y una nueva rebaja del sueldo. Los caprichos de unos fracasados y de unos directivos torpes a hombros de trabajadores. Todo por los 500.000 pájaros volando. Y, de paso, un ‘se siente’ a los profesionales de la radio de Vocento… Viva el artículo (no recuerdo cuál) de los Estatutos de COPE sobre el Humanismo Cristiano.

Y en eso, llegamos a la debacle de este último EGM con el descarrilamiento definitivo de una programación deportiva antigua y cara. Y Barriocanal, Pérez y Velasco venga a buscar justificaciones. Y venga a echar números. Y venga a marear la perdiz. Cuando la realidad es bien sencilla: Tres años después de aquel absurdo fichaje, con una súper inversión y con la absorción de ABC Punto Radio (dejando a 230 personas en la calle), el Departamento de Deportes de COPE tiene poco más de cien mil oyentes de los que había y facturan bastante menos.

Y del arrastre de audiencia, mejor no hablar. El oyente de Lama y González va con ellos. Parece mentira que no lo supieran Barriocanal, Pérez y Velasco. Y cuando terminan su emisión se va. No le interesa la COPE. Como hace la publicidad.

¿Qué se van a inventar ahora Lama y González para justificar su fracaso? ¿Qué se van a inventar Barriocanal, Pérez y Velasco para justificar su mala gestión cuando la CEE les pida cuentas? ¿Qué se va a contar en la Convención de directores de mañana? ¿Les contarán que Lama y González son los que realmente mandan en COPE…? ¿O les contarán, acaso, que Lama y González mandan ya también en 13TV? De hecho han vetado la llegada de Pedrerol y Punto Pelota a la televisión de Boadilla…

Yo sostengo, en cualquier caso, que la temporada que viene o la otra, como COPE no podrá pagar el alquiler de los postes, Vocento se quedará con todo. O, al menos, con una parte muy importante del accionariado de la Conferencia Episcopal. De hecho, ya manda en Informativos.”

Fuente

http://www.diarioliberal.com/2013/07/08/descarrila-el-tranvia-que-le-vendieron-a-cope/

Conclusión

Los amigos lectores son los que disponen del foro para dejar sus comentarios. Muchas gracias.

Recomendación

Invito a leer la novela titulada:
El hombre que nunca votó
Prologada por don Juan Manuel de Prada

http://marianojv.awardspace.com/novela.html

Tomás de la Torre Lendínez