24.07.13

 

Los sueños, sueños son. Por soñar que no quede. Buen soñador José Manuel Vidal que se hace eco de las palabras de otro fantasioso de la fe llamado Genésio Darci Boff, aunque en los carteles mediáticos decidió cambiar eso de Genésio, tan poco comercial, por Leonardo, que suena a fuerza y vende más. No saquen malas conclusiones. Es por facilitar las cosas a los sencillos.

Pues dice Vidal que Boff le ha dicho a Arias que según una amiga del papa de los tiempos de Buenos Aires, que habla con Francisco todas las semanas, ha dicho que le han contado que el papa podría rehabilitar a los quinientos teólogos condenados por la Iglesia durante los años en que en ella mandaban Ratzinger y Wojtyla, pero que cree que no lo hará “mientras viva Benedicto XVI". Por cierto, curioso que Francisco no sea Bergoglio mientras Juan Pablo II y Benedicto XVI son Ratzinger y Wojtyla. Misterios de la alta teología, inalcanzables para el común de los mortales.

En fin, que la gente se fuma cosas raras, hace desayunos experimentales, se monta una liturgia geo – mística – telúrica – selenita – candomblé con incienso, trances místicos, dos reflexiones del P. Ángel, una invocación a la Pacha Mama y un Om prolangado con los dedos pulgar e índice en contrato indisoluble y sentados en cuclillas, y como es natural entre el incienso, el preto velho, escuchar al P. Ángel y el esfuerzo de ponerse de nuevo en pie a cierta edad, se acaba viendo a Dumbo surcar los cielos en tecnicolor y se cree uno que en vez de las declaraciones de Boff han sido las del padre eterno, por la cosa de la barba mayormente.

¿Pero se puede saber a quién narices le importa la rehabilitación de Pepito Pérez, que jamás dijo nada de importancia, pero que a base de hacer el ridículo hoy lleva colgada la medalla de “condenado por la inquisición” a falta de cualquier otro mérito? Pero vamos, ni Pepito Pérez ni Küng, Boff, Tony de Mello o Tamayo importan un bledo a la catolicidad universal.

Los católicos lo que si desean es que el papa Francisco rehabilite tanta parroquia cerrada o semi cerrada, desempolve los rituales de sacramentos, en caso de que aún existan bajo el polvo y la desidia, saque brillo a los confesionarios, haga ediciones nuevas del catecismo de la Iglesia y se preocupe de que sea la base de la formación cristiana, enseñe a rezar especialmente ante el sagrario, recuerde la moral de toda la vida y hable de que la salvación está solo en Cristo tal y como lo ha recibido y lo transmite la Iglesia Católica.

Los católicos desean que Francisco rehabilite la vida religiosa, anime a los religiosos y religiosas a vivir como tales, gozosos en la oración, generosamente pobres, castos por el Reino, alegremente obedientes ante sus superiores y la Iglesia. Una vida religiosa que sea testimonio del Reino de Dios que empieza a habitar entre nosotros.

Los católicos confían en que Francisco rehabilite la fe de los jóvenes, una fe en Cristo, el Hijo de Dios vivo, Dios mismo, por quien merece la pena dar una vida entera. Que anime a los jóvenes a vivir unidos en oración ente el Maestro, que sepan celebrar su fe cada día, que entreguen su vida radicalmente a Cristo en la vida religiosa, el sacerdocio o como laicos según les llame.

Los católicos no quieren demagogia con los pobres. Buscan que Francisco les ayude a vivir su compromiso en el mundo en la política, las realidades sociales, las organizaciones civiles. Y desean servir a los pobres como creyentes, como hermanos, como amigos.

Bueno, al menos eso acaba de decirme Rafaela.

P.D. Acaba de llamarme Tamayo. Que dice que lo único que quieren los católicos es el celibato opcional, el sacerdocio de la mujer y la venta del Vaticano.