IGLESIA EN EL MUNDO

El Papa Francisco pide en la JMJ de Río dar voz tanto a los jóvenes como a los ancianos, las dos puntas de la sociedad


 

Si bien, la celebración puede ser también en agosto, en Brasil, como en otros países del mundo, este 26 de julio, en la fiesta de San Joaquín y Santa Ana, los abuelos de Jesucristo, se celebra el “Día del abuelo” conocido también como el Día internacional de las Personas de edad. La vigésimo octava Jornada Mundial de la Juventud en Río presenta pinceladas que la distinguen de todas las demás. La novedad de esta edición la ha dado el Santo Padre Francisco cuando ha aludido a la necesidad urgente de dar voz ya no solo a los jóvenes, futuro del mundo y de la Iglesia, sino también a los ancianos.

A lo largo de sus días de viaje en Brasil ha expresado este concepto, inclusive en modo muy elocuente. En efecto, a continuación se recogen dos momentos en los que el Papa alude a esta novedad de “las dos puntas”, inicialmente (y luego hacia el final de nuevo) con el maravilloso discurso de saludo pronunciado en nuestro idioma a los jóvenes argentinos reunidos en la Catedral de Río de Janeiro este 25 de julio; pero también con las reveladoras palabras pronunciadas durante el vuelo que lo estaba conduciendo a Brasil, traducidas al español, cuando encontrándose con los periodistas al final del encuentro les pidió que lo ayudaran y colaboraran con él en este viaje “por el bien de la sociedad, el bien de los jóvenes y el bien de los ancianos”… “los dos juntos” les dijo… “no lo olvidemos”. 

(Patricia L. Jáuregui Romero  – Radio Vaticano)

A continuación, se añaden las palabras pronunciadas en español por Su Santidad el Papa Francisco, en la Catedral de Río de Janeiro, este jueves día 25, durante su encuentro con el grupo de argentinos, muchos de los cuales participan en la JMJ de Río de Janeiro

Miren, yo pienso que, en este momento, esta civilización mundial se pasó de rosca, se pasó de rosca, porque es tal el culto que ha hecho al dios dinero, que estamos presenciando una filosofía y una praxis de exclusión de los dos polos de la vida que son las promesas de los pueblos. Exclusión de los ancianos, por supuesto, porque uno podría pensar que podría haber una especie de eutanasia escondida; es decir, no se cuida a los ancianos; pero también está la eutanasia cultural: no se les deja hablar, no se les deja actuar. Y exclusión de los jóvenes. El porcentaje que hay de jóvenes sin trabajo, sin empleo, es muy alto, y es una generación que no tiene la experiencia de la dignidad ganada por el trabajo. O sea, esta civilización nos ha llevado a excluir las dos puntas, que son el futuro nuestro. Entonces, los jóvenes: tienen que salir, tienen que hacerse valer; los jóvenes tienen que salir a luchar por los valores, a luchar por esos valores; y los viejos abran la boca, los ancianos abran la boca y enséñennos; transmítannos la sabiduría de los pueblos.

En el pueblo argentino, yo se los pido de corazón a los ancianos: no claudiquen de ser la reserva cultural de nuestro pueblo que trasmite la justicia, que trasmite la historia, que trasmite los valores, que trasmite la memoria del pueblo. Y ustedes, por favor, no se metan contra los viejos; déjenlos hablar, escúchenlos, y lleven adelante. Pero sepan, sepan que, en este momento, ustedes, los jóvenes, y los ancianos, están condenados al mismo destino: exclusión; no se dejen excluir. ¿Está claro? Por eso, creo que tienen que trabajar. Y la fe en Jesucristo no es broma, es algo muy serio. Es un escándalo que Dios haya venido a hacerse uno de nosotros; es un escándalo, y que haya muerto en la Cruz, es un escándalo: El escándalo de la Cruz. La Cruz sigue siendo escándalo, pero es el único camino seguro: el de la Cruz, el de Jesús, la encarnación de Jesús. Por favor, no licuen la fe en Jesucristo. Hay licuado de naranja, hay licuado de manzana, hay licuado de banana, pero, por favor, no tomen licuado de fe. La fe es entera, no se licua. Es la fe en Jesús. Es la fe en el Hijo de Dios hecho hombre, que me amó y murió por mí. Entonces: Hagan lío; cuiden los extremos del pueblo, que son los ancianos y los jóvenes; no se dejen excluir, y que no excluyan a los ancianos. Segundo: no licuen la fe en Jesucristo. Las bienaventuranzas. ¿Qué tenemos que hacer, Padre? Mira, lee las bienaventuranzas que te van a venir bien. Y si querés saber qué cosa práctica tenés que hacer, lee Mateo 25, que es el protocolo con el cual nos van a juzgar. Con esas dos cosas tienen el programa de acción: Las bienaventuranzas y Mateo 25. No necesitan leer otra cosa. Se lo pido de corazón. Bueno, les agradezco ya esta cercanía”.

A continuación, las palabras de Papa Francisco extraídas de aquellas pronunciadas durante su vuelo hacia Río de Janeiro, en el marco de su saludo a la prensa que le acompañaba el lunes 22 de julio.

Los jóvenes tienen una pertenencia y y no debemos aislarlos! son jóvenes, van hacia adelante… Pero también en el otro extremo de la vida, las personas mayores, los ancianos son el futuro de un pueblo. Un pueblo tiene futuro si va adelante con todos con la juventud, con la fuerza – porque la fuerza va adelante- y con los ancianos….

Creo que cometemos una injusticia con los ancianos… tienen la sabiduría, la sabiduría de la vida, la sabiduría de la historia, la sabiduría de la patria, la sabiduría de la familia, y de todo ello tenemos necesidad.

Y por eso digo que voy a encontrar a los jóvenes, pero en su tejido social, principalmente, con los ancianos… Los jóvenes, en este momento, están en crisis. Y … estamos acostumbrados a esta cultura del descarte: con los ancianos se hace a menudo…

Tenemos que cortar esta costumbre del descarte La cultura de la inclusión, la cultura del encuentro, debemos hacer un esfuerzo para incluir a todos en la sociedad