NOTA DE PRENSA

Francisco Alarcos: “La pobreza, el sufrimiento del ser humano, es el signo del empeño que Dios tiene para que esa situación sea superada”

  • .- El Profesor de la Facultad de Teología de Granada inaugura el curso de verano de Santander que la Universidad Católica de Valencia dedica hasta el 9 de agosto a la nueva evangelización y la pobreza.

  • .- Francisco Alarcos, Profesor de Ética y Moral Fundamental de la Facultad de Teología de Granada, ha inaugurado con la ponencia titulada “El Pecado Original y la pobreza” el curso de verano que la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir” celebra desde hoy y hasta el próximo viernes en Santander.

  • .- En su intervención, Alarcos ha señalado que “la pobreza, el sufrimiento del ser humano, es precisamente el signo del empeño que Dios tiene para que esa situación sea superada”. Estas jornadas tienen lugar por cuarta edición consecutiva en el Seminario Diocesano Monte Corbán de la capital cántabra.

 

SANTANDER | 05.08.2013


Francisco Alarcos, Profesor de Ética y Moral Fundamental de la Facultad de Teología de Granada, ha inaugurado con la ponencia titulada “El Pecado Original y la pobreza” el curso de verano que la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir” celebra desde hoy y hasta el próximo viernes en Santander.

En su intervención, Alarcos ha señalado que “la pobreza, el sufrimiento del ser humano, es precisamente el signo del empeño que Dios tiene para que esa situación sea superada”. Estas jornadas tienen lugar por cuarta edición consecutiva en el Seminario Diocesano Monte Corbán de la capital cántabra.

Este profesor ha trazado un recorrido por la tradición de la Iglesia sobre el relato del pecado original del Génesis para “intentar entenderlo desde nuestro contexto actual”, durante el curso titulado “Nuevos signos, nueva evangelización: el Evangelio y los pobres”.

En su opinión, “la pobreza sí que es consecuencia del Pecado Original”. “En un orden creado armónicamente por Dios para que todos pudiésemos vivir con dignidad, la realidad de transgredir para conocer el árbol de la ciencia, del bien y del mal, lleva inmediatamente al planteamiento de que cuando nos queremos convertir en dominadores del bien y del mal, buscamos la estrategia no para hacer el bien, sino para hacer el mal”.

“Y esta realidad sigue presente en nuestros días –ha afirmado- y un dato elocuente y significativo es la conciencia que adquiere Adán cuando se encuentra desnudo ante Dios. La pobreza radical es, precisamente, esta desnudez donde el ser humano se encuentra frágil, vulnerable, herido, cuando el origen de la Creación era bondad, plenitud o paraíso”, ha añadido.

Asimismo, en su ponencia, el teólogo ha “rastreado las consecuencias del pecado original” y ha enumerado las situaciones de “deuda impagable, miseria, hambre, condiciones de higiene, de vivienda y de salud miserables para dos terceras partes de la población, analfabetismo o desempleo”. “Todo esto reviste mayor gravedad aún cuando no nos encontramos ante una etapa provisional ni ante un fenómeno casual, sino que es una situación resultante de estructuras económicas, sociales y políticas permanentes y articuladas”, ha expresado Alarcos siguiendo el Documento de Puebla, que la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano realizó en 1979.

De esta forma, se ha referido a “un mal que no sólo se oculta en el fondo del corazón humano, sino que se introduce en las estructuras sociales. Y ese mal, en el que se mezclan elementos personales, interpersonales, comunitarios, sociales y hasta cósmicos, es en el podemos rastrear las consecuencias del Pecado Original”.

Francisco Alarcos también ha señalado que este “pecado estructural” se configura como un “complejo de mecanismos al mismo tiempo sociales, políticos, económicos, ideológicos y hasta religiosos, que, si bien suponen el elemento humano como responsable último, una vez establecidos funcionan con cierta autonomía”.

No obstante, este teólogo ha manifestado que “aunque el pecado estructural no sea una mera suma de pecados individuales, tampoco es un pecado sin pecador. Por el contrario, esa concepción presupone exactamente que nadie puede lavarse las manos y declararse inocente”.

El Profesor de Ética y Moral Fundamental de la Facultad de Teología de Granada ha subrayado que “revertir el pecado original solo se puede hacer con la Gracia de Dios, porque el hombre nunca lo podrá hacer por sí mismo, nunca podrá terminar de agotar todo el mal, la pobreza y el sufrimiento que hay en el mundo”. Es lo que plantea San Pablo en el capítulo 5 a los Romanos, si por un hombre entró el mal en el mundo, por Cristo hemos sido salvados de esa realidad negativa”.

Finalmente, también ha aludido a cómo pueden colaborar los cristianos con las personas que provienen de otras religiones o, incluso, desde la increencia. De esta forma, Alarcos se ha mostrado convencido de que “podemos cogernos de la mano de todos aquellos que de verdad quieren contribuir a que nuestro mundo sea más habitable y menos sufriente”.

Sin embargo, además de esta parte práctica ha realizado una “invitación intelectual para cómo gente que no está dentro de la dinámica de la experiencia religiosa es capaz de dar una explicación de cómo es posible convivir con el mal, la pobreza y el sufrimiento”, ha sugerido.

 

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