6.08.13

 

A falta de saber en qué se sustancia la “revolución” del papado de Francisco, son muchos los que están escribiendo artículos sobre los posibles cambios que el Santo Padre va a introducir en la doctrina y la moral de la Iglesia. Parece que hay quienes creen que, en vez de su custodio, el Papa es el amo de la fe, de la doctrina y de la moral, pero intentar explicarles a estas alturas que eso no es así, me parece una pérdida de tiempo.

Para que vean ustedes el grado de histerismo de algunos, les copio un párrafo de un artículo infame del responsable de un medio de comunicación religioso de este país:

Tras tocar la estructura del papado y de la Curia, Francisco está iniciando también reformas doctrinales. En dos pasos. El primero, ya en marcha, es cambiar la tendencia respecto a temas “delicados” de moral sexual, como los matrimonios gays, el preservativo o las relaciones prematrimoniales. Francisco sabe que no puede reconquistar a los jóvenes, si les obliga a llegar vírgenes al matrimonio o a mantener relacione sexuales siempre abiertas a la procreación.

¿Se imagina ustedes a un Papa admitiendo que los jóvenes mantengan relaciones sexuales antes de casarse? ¿o cambiando la doctrina de la Iglesia sobre el gaymonio? Pues ese señor, sí.

Sin embargo, mi post de hoy tiene como objetivo aclarar una cuestión importante a un sacerdote jesuita, el P. Pedro Miguel Lamet, que ha escrito otro artículo “peculiar” en su blog en 21RS. Dice lo siguiente:

En el gobierno interno de la Iglesia ha recalcado una vez más que prefiere ser obispo de Roma a primus inter pares,lo que supone subrayar el aspecto de la colegialidad sobre el viejo-pontífice rey absoluto.

Pero vamos a ver, ¿cómo es posible que alguien con la formación teológica e intelectual del P. Lamet pueda cometer el error de creer que eso de “primus inter pares” tiene algo que ver con el “viejo-pontífice rey absoluto"? Pero, ¡hombre de Dios!, si precisamente el Patriarca de Constantinopla es el “primus inter pares” entre todos los patriarcas ortodoxos, lo cual significa que, a diferencia del Papa sobre la Iglesia Católica, no tiene ninguna autoridad sobre el resto de patriarcas.

Leamos la pregunta del periodista y la respuesta del Papa en el avión que le llevaba a Roma:

- Desde el 13 de marzo usted se presenta como obispo de Roma con una enorme y fortísima insistencia. Nos gustaría saber el sentido profundo de esta insistencia, si tal vez más que la colegialidad está relacionado con el ecumenismo, con el ser primus inter pares…

- En esto no se debe ir más allá de lo que se dice. El Papa es obispo, es obispo de Roma. Y porque es obispo de Roma es sucesor de Pedro, vicario de Cristo. Son otros títulos, pero el primer título es obispo de Roma y de ahí viene todo. Pensar que esto quiere decir ser primus inter pares no, eso no, no es consecuencia de esto. Es simplemente que es el primer título del Papa. Ha hablado de ecumenismo. Creo que esto favorece un poco el ecumenismo, pero sólo eso.

Como no podía ser de otra forma, el Papa rechaza ser un primus inter pares como lo pueda ser el Patriarca de Constantinopla entre los ortodoxos o el Arzobispo de Canterbury entre los anglicanos. Es decir, admite implícitamente que tiene autoridad plena sobre toda la Iglesia. El P. Lamet se ha equivocado en una cuestión muy elemental.

Y por el amor de Dios, a los que se asombran de que el Papa hable tanto de su condición de Obispo de Roma, como si tal cosa fuera un desdén a su condición de cabeza del colegio episcopal, que se lean la encíclica Ut unum sint de Juan Pablo II. No verán en las palabras de Francisco nada que no aparezca en dicho texto magisterial del Papa beato polaco.

Que nadie espere de este Papa giros copernicanos en cuestiones doctrinales. Es más, en mi opinión se va a tratar de un papado en el que la doctrina tendrá un papel relativamente secundario. Habrá mucha pastoral y mucho llamamiento a la acción social. Creo que será un papado de muchos gestos, de mucha predicación kerigmática y, eso sí, de una reforma profunda en la organización de la curia. Pero incluso en este tema, es muy sintomático lo que Francisco dijo a los periodistas sobre el perfil que quiere para los curiales:

Una cosa que nunca he dicho antes y de la que me he dado cuenta: creo que la curia ha caído de nivel respecto al que tenía en los tiempos de los viejos curiales, fiel, que hacía su trabajo. Necesitamos esas personas. Creo que hay, pero no tantas como en una época. El perfil del viejo curial, yo lo llamo así; tenemos que tener más de esos.

Que cada cual saque las conclusiones que estime oportunas de esas palabras de Francisco.

Luis Fernando Pérez Bustamante