9.08.13

 

Mons. José Ignacio Munilla concedió hace un par de días una entrevista de media hora a Euskadi Irratia. La misma tuvo lugar en euskera, pero alguien debió traducir parte de la misma al castellano, de forma que a las pocas horas teníamos en las agencias -sobre todo Europa Press- algunos titulares. En InfoCatólica dimos uno bien distinto. El que creímos oportuno.

Como suele ocurrir en estos casos, los medios se fijaron en las palabras del obispo que más polémica podrían causar. Mons. Munilla habló del perdón a los etarras arrepentidos. Pero en ningún caso dijo que dicho perdón implique su salida de la cárcel. Y sin embargo, tanto sindicatos policiales como, desgraciadamente, la presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, se han lanzado a acusar al obispo de pedir poco menos que la impunidad de los criminales.

Unos y otros han optado por fijarse en lo que el obispo dice del perdón, que no es otra cosa que lo que aparece en el evangelio, en vez de valorar el hecho de que advirtiera que “no es suficiente con reconocer el daño causado sin que exista arrepentimiento“, y “el fin de la violencia no debe responder a intereses políticos del momento, porque sería pura estrategia“. También pidió a los presos de ETA que “se alejen de la estrategia” de la banda terrorista y “piensen en ellos“, ya que, “bajo la estrategia de otro, nunca se es libre“.

Los sindicatos policiales han criticado al obispo por decir lo que no ha dicho, el portavoz del SUP, José María Benito, ha llegado a decir que el arrepentimiento “no vale para nada. Pues oiga, no le valdrá para nada a usted, pero a los que creemos que es cosa buena que la gente que obra el mal se arrepienta, eso sí vale para mucho. Los cristianos sabemos que en el cielo hay más alegría por un pecador arrepentido que por cien justos. Y cuando un obispo habla de arrepentimiento y perdón no lo hace como abogado, fiscal o juez, sino como pastor de almas.

Ángeles Pedraza, presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, dice que el obispo ha asumido el lenguaje de la izquierda abertzale. ¿Desde cuándo la izquierda abertzale apuesta por el arrepentimiento verdadero de los etarras? ¿desde cuándo les pide a los presos de ETA que se alejen de la estrategia de la banda terrorista? ¿desde cuándo el lenguaje de la izquierda abertzale es el mismo que el del evangelio?

Dice doña Ángeles Pedraza que “yo personalmente no pienso perdonar nunca. El perdón que se lo dé la Iglesia“. Vale, pues deje usted a la Iglesia administrar el perdón que da Dios, que no tiene nada que ver con la situación penal de los terroristas, sean arrepentidos o no. El obispo no ha pedido que se les ponga en libertad.

Las palabras de Pedraza me llevan a hacer la siguiente reflexión. Aunque jamás criticaré a ninguna víctima del terrorismo que se niegue a perdonar -bien sé lo difícil que es eso-, sí les diré a todas que no hay mayor libertad para el alma que conceder el perdón. El padrenuestro nos pide perdonar como somos perdonados. Humanamente puede ser imposible perdonar al que ha matado a tus padres, tus hijos, tus hermanos, etc. Pero la gracia de Dios nos capacita para ello. Pido al Señor que conceda esa gracia a todos los familiares de víctimas de ETA. El perdón personal no está reñido ni con la reparación por el mal causado ni con la justicia que debe impartir el Estado.

Por si a alguien le queda alguna duda sobre lo que el obispo piensa sobre el tema de ETA y el perdón, ayer envió dos mensajes por twitter que son lo suficientemente elocuentes como para zanjar cualquier polémica. El primero iba acompañado de una imagen de Juan Pablo II y Ali Agca:

«Amad a vuestros enemigos, rogad por los que os persiguen» (Lc 6, 27) (Lo cual no quita que Ali Agca cumplió condena) pic.twitter.com/T6yLW2OksU

Y el segundo, contenía una imagen de tres terroristas de ETA:

«Os digo que si no os convertís, todos pereceréis» (Evangelio según San Lucas 13,3) pic.twitter.com/toebQCRlRD

No se puede decir que Mons. Munilla está haciendo lo mismo que sus predecesores en la diócesis de San Sebastián. Sencillamente no es cierto. Para empezar, jamás le oiremos decir que ama más a unas ovejas que a otras. Esa frase la dijo Mons. Setién. Difícilmente veremos a don José Ignacio aparecer al lado de un político acusando a la policía de matar a 94 personas. Tampoco parece posible que le oigamos decir a las víctimas de ETA que no les corresponde dictaminar la política anti-terrorista o asegurar que dichas víctimas no pueden tener una papel decisivo en el fin de la banda asesina. Por el contrario, Mons. Munilla pidió a Dios que la sangre de las víctimas del terrorismo sea semilla de paz y libertad y reclamó que no se cometieran más injusticias con ellas.

¿Significa eso que estoy de acuerdo con todo lo que ha dicho el obispo? En el fondo sí, pero cambiaría algunas expresión. Por ejemplo, en relación a ETA, no me acaba de convencer el uso de la palabra paz. No ha habido guerra alguna. Solo unos que mataban y otros que morían. Pero fuera de eso -que viendo el contexto tampoco es tan grave-, lo único que aprecio en las palabras de Mons. Munilla es el discurso de un obispo basado en el evangelio. Ojalá el mundo abertzale lo aceptara. Significaría el fin de la pesadilla terrorista en el País Vasco y en el resto de España.

Luis Fernando Pérez Bustamante