16.08.13

 

No sé si desde España o desde Japón, el sacerdote jesuita Juan Masiá sigue ignorando la orden que le dio sus superiores en la Compañía de Jesús. Concretamente le prohibieron seguir escribiendo fuera del país asiático.

De él hemos tenido que leer esto sobre la forma en que fue concebido Cristo:

“yo velaba en el umbral mientras María y José dormían su primera noche. Irrumpió el Espíritu Santo. María y José hicieron al niño que el Espíritu les dio. El Espíritu les dio el niño que hicieron ellos".

Y esto sobre el ayuno de Cristo en el desierto:

El ayuno le debilitó y el exceso de meditación le provocó náuseas de estómago y alucinaciones de cerebro. Tuvo pesadillas angustiosas. Se le apareció en sueños una figura extraña, medio humano, medio cabrito. Pero el rostro del monstruo parecía su propio retrato, solo que en la frente llevaba una leyenda: “yo soy yo, 666″ (Ap 13, 18).

Y esto sobre los “hijos” de María:

“Madre, dice Jesús desde el otro lado de la mesa, tú ya sabes, por la experiencia de cuatro partos que tuviste, que cuando la mujer va a dar a luz se siente triste, porque le ha llegado su hora; pero, cuando nace la criatura, ya no se acuerda del apuro, por la alegría de dar nueva vida al mundo” (Jn 16, 21)

Y ayer, día de la Asunción, en Religión Digital publicaron su última ocurrencia. Lean ustedes:

María murió y la enterraron, como Jesús murió y lo enterraron. La fe en la resurrección no necesita una tumba vacía. La Asunción no necesita “ángeles aviadores” que transporten un cadáver incorrupto a un paraíso en lo alto de las nubes.

Basta con buscar en las noticias de este portal para encontrar declaraciones de este religioso en las que ataca o contradice abiertamente el Magisterio de la Iglesia en temas que afectan a su “especialidad", que no es la otra que la bioética. Él apoyó la eutanasia de Eluana Englaro, la de Inmaculada Echevarría. El doctor Montes, paladín en España de la cultura de la muerte, ha recibido también el apoyo de este jesuita, al que llegó a invitar al congreso “Eutanasia y suicidio asistido. Un derecho del siglo XXI”.

El P. Masiá ha llegado a decir que el aborto es un deber moral en determinados casos y recientemente afirmó que el aborto de un anencéfalo no es el aborto de un ser humano.

Sé que varios obispos españoles están hartos, muy hartos, de ese jesuita. Sé que en la reciente visita a España del P. Adolfo Nicolás, Prepósito General de la Compañía de Jesús, hubo al menos un prelado que le dijo que el P. Masiá era un escándalo permamente. Y sé también que el P. Adolfo no hace nada para evitar este escándalo.

Se me ocurren algunas cosas que podrían hacer los obispos de este país para poner fin a este sinsentido. Pero si las digo y luego da la casualidad de que las hacen, se les acusará de seguir mis indicaciones. Por tanto, me limitaré a pedir, por enésima vez, que alguien haga de una vez algo. O sea, lo mismo que reclamo respecto a Sor Teresa Forcades, OSB.

Luis Fernando Pérez Bustamante

PD: Entiéndase el término “herejías” del título del post en un sentido amplio. Es decir, no en todas las citas que doy del P. Masiá está en juego un dogma de fe.