Católicos
03 de septiembre del 2013

La futura ley del aborto, "un retroceso en la cultura de la muerte", pero aún no es suficiente. Además, los provida ya no se fían del Gobierno para sacarla adelante

El ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, ha encontrado los apoyos suficientes dentro del Gobierno  y de su partido para asegurar que en octubre se aprobará la nueva ley del aborto. La decisión del ministro, que se ha encontrado con la oposición, no  sólo  de los grupos políticos contrarios sino de corrientes progresistas dentro de su partido, supone un importante avance en defensa de la vida, aunque desde la sociedad civil aseguran que la ley tendría que haber sido aún más clara en la protección al no nacido.


 

Desde que Bibiana Aído abriera el coto de caza para los no nacidos todos aquellos que se lucran con este negocio a costa del sufrimiento de las mujeres, millones de personas se han manifestado para cambiar la ley de plazos que convertía el aborto en un derecho. La nueva propuesta vuelve al concepto de delito despenalizado de modo que considera de nuevo que el aborto es siempre un mal, aunque se excluya la penalización en determinadas circunstancias.

Las reacciones no se han hecho esperar y el director del Foro Español de la Familia, Ignacio García-Juliá, ha declarado a Religión Confidencial que aunque la nueva ley no va a gustar a nadie "aplaudimos este retroceso en la cultura de la muerte, lo que siempre es un avance social". Aunque no quieren mostrarse escépticos sí recalca que "llevamos un año y medio escuchando lo mismo".

Aunque aún hay que esperar a la literalidad del proyecto que se presente en el Parlamento, se conocen ya algunos detalles. En principio, parece que la nueva ley volverá a la ley de plazos de 1985, pero no permitirá coladeros como el supuesto de "riesgo de daño psicológico" para la mujer. Sí se mantiene la despenalización del aborto en caso de malformaciones incompatibles con la vida.

A este respecto, la directora general de la fundación Red Madre, Carmina García-Valdés, ha explicado a Religión Confidencial que hay malformaciones compatibles con la vida, aunque sea en el vientre materno y por un espacio breve de tiempo, como la anencefalia. Carmina ha declarado que "es más fácil para una mujer superar la muerte natural de su hijo que si participa en su muerte".

García-Valdés ha añadido que "echamos de menos que no se hable de medidas de apoyo y asesoramiento a la mujer embarazada, ya que en muchas ocasiones no se encuentra realmente informada, ni siquiera se le ofrece una ecografía para que vea a su hijo".

Es la quinta vez que el ministro anuncia el intento de aprobar esta ley a pesar de los recelos y controversias que levanta en el Partido Popular. Según los expertos, tiene que ser ahora cuando se haga ya que pronto se tienen que tramitar los Presupuestos Generales del Estado y es poco probable que el Gobierno quiera más enemigos políticos. Por otro lado, su tramitación en este momento supondría contradecir el comentario que dejó caer la vicepresidenta del Gobierno, horas después desmentido, que hacia entender que la cuestión del aborto no era prioritaria para su Gobierno.

Lo que sí parece claro es que el Ejecutivo de Rajoy no va a esperar finalmente a que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre la actual ley de plazos. Esa decisión se puede retrasar aún muchos meses y es poco probable que quitase la razón a la propuesta de Gallardón porque el ponente es el magistrado Andrés Ollero, que ha defendido la vida con intensidad en reiteradas ocasiones.