10.09.13

Un amigo de Lolo - Ir, sin dudarlo, hasta donde se quiere ir

A las 12:21 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Un amigo de Lolo

Presentación

Manuel Lozano Garrido

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Ir, sin dudarlo, hasta donde se quiere ir

“En el ideal, vuela alto y recto, como el águila, y no zigzagueando como la mariposa”
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (213)

“Saber dónde se va; saber cómo se va.”

Esta podría, muy bien, ser una frase publicitaria que, para el hijo de Dios, debería significar mucho para quien se dice hijo de Dios.

Juan, cuando predicaba en el Jordán, utilizada la expresión “enderezad los caminos”. Lo hacía porque, como profeta que era, sabía que los que formaban parte del pueblo elegido por Dios para llevar su Ley al mundo, muchas veces se salían de la senda que lleva al definitivo Reino de Dios. Entonces… debían hacer lo posible para rectificar tan errático caminar, confesar los pecados y, viéndose limpios de corazón, levantarse de tantas caídas y andar, ahora sí, bien derechos por donde Dios quería que caminaran.

¿Dónde vamos?

Quien tiene fe sabe que la muerte no es el final y que nos espera algo infinitamente mejor que lo que aquí tenemos. No podemos, sin embargo, despreciar la vida que Dios nos ha entregado pero debemos saber, necesitamos saber y nos conviene, que el definitivo Reino de Dios está preparado para nosotros. Y hacia ahí debemos querer ir porque es mucho mejor tener por cierta la verdad según la cual el Creador nos quiere junto a sí y que debemos cumplir con tal voluntad.

Pero, como es imaginar, para llegar al definitivo Reino de Dios y no quedarnos en la puerta, no podemos vivir y existir de cualquiera manera… espiritualmente hablando. Dios nos ha de querer limpios de corazón y, para eso, debemos tener más que claro que la voluntad del Creador es clara y diáfana al respecto de lo que quiere de nosotros.

Eso es lo ideal para nosotros: querer habitar las praderas del definitivo Reino de Dios y, en efecto, actuar con franqueza al respecto de tal voluntad. Orar pidiendo a Dios por lo que eso significa para nosotros y llevar una vida lo más cercana al Creador. Así no iremos de un lado para otro como si no fuera importante la vida eterna y lo que es para los hijos de Dios.

¡Vida eterna! Son sólo dos palabras pero tienen un significado demasiado importante como para tenerlas por no puestas por el Creador en nuestro corazón desde el mismo momento de la fecundación que dio lugar a lo que somos. Por eso el vuelo que debemos llevar hacia Dios que está en nuestra vertical (miramos hacia arriba porque ahí le creemos y sabemos que está y miramos hacia arriba porque es mirar alto, alto, alto) sólo puede ser recto, sin distracciones (que muchas tenemos) pero, sobre todo, sabiendo que es lo único que debemos hacer. Solo eso debería ser la causa de nuestra existencia.

Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, ruega por nosotros.

Eleuterio Fernández Guzmán