11.09.13
De cómo es posible despistarse más de la cuenta
Hay cosas que pasan que a uno lo dejan perplejo porque manifiestan el grado de despiste en el que pueden incurrir algunas personas.
Lo que traigo hoy al artículo es cierto. No me invento nada porque la realidad es mucho mejor que la propia ficción y hace falta echarle mucha imaginación a la vida para superar esto.
Digo, desde ahora mismo, que no escribo esto con mala intención. No quiero, para empezar, que se crea que lo hago esto con cierto cachondeo; para seguir, tampoco quiero que se piense que pretendo poner en mala situación espiritual a las personas, cuyo nombre no pienso decir, que en dos comentarios a artículos distintos han escrito lo que aquí pongo.
Bueno, vayamos con lo que hay que ir:
Primer comentario
A un artículo, ya antiguo, de la serie sobre Juan Pablo II, entonces aún no beato de la Iglesia católica, en concreto al dedicado a “Iglesias y medios de comunicación”, una persona escribió esto:
”Hola keria saber si alguien de la pagina puede hacerme tener una charla con juan pablo o algún cura sanador para ayudar a mi abuela q tiene una enfermedad terminal ando desesperado ya nose a kien recurir tengo mucha fe en dios pero el miedo esta tmb nose si será por falta de fe o que es lo que me esta faltando”
Lo copio tal cual llegó a este blog. Recordemos que el Beato Juan Pablo II subió a la Casa del Padre en 2005.
Segundo comentario
A un artículo, menos antiguo que el anterior, de la serie dedicada al P. José Rivera, una persona escribió lo siguiente:
“hola necesitamos ubicar al padre jose rivera es amigo de Ricardo Pereira para que se acuerde ojala nos conteste fono…”
Lo copio tal cual llegó a este blog sin copiar el teléfono que el comentarista pone por si cabe el contacto. Recordemos que el P. José Rivera subió a la Casa del Padre en 1991.
Pues bien, no siendo importante (con serlo, claro) la forma en la que se escriba (hoy día hay mucha perversión del lenguaje por muchas causas) lo bien cierto es que estos dos comentarios nos pueden servir, más que bien, para darnos cuenta de en la situación en la que se encuentran algunos creyentes en la fe.
Seguramente trátase esto de una falta de formación espiritual que hay que tener en cuenta para no caer en la descalificación que, además, como hermanos en la fe, no merecen ambas personas. También es cierto que el Amor de Dios y su Misericordia ha de suplir, en mucho, las carencias que aquí se manifiestan y que, seguro estoy de ello, sabrá el Padre poner a cada uno donde le corresponde en su corazón pues no todos sus hijos son culpables de lo que hacen y de lo que dicen.
A mí me basta, tampoco quiero extenderme más de la cuenta, con decir que vale la pena pedir a Dios por las vidas de aquellas personas que queriendo buscar al Creador no saben qué hacer.
Y que me perdone Dios si he hecho mal escribiendo esto.
Eleuterio Fernández Guzmán