ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 15 de septiembre de 2013

La frase del día

"El lugar donde nacen los niños y mueren los hombres, donde la libertad y el amor florecen, no es una oficina ni un comercio ni una fábrica. Ahí veo yo la importancia de la familia". Gilbert Keith Chesterton. (1874-1936)

 


El papa Francisco

El cristiano no puede «juzgar» a Dios porque no castiga a los pecadores
Profunda reflexión del santo padre durante el Ángelus, durante el cual rezó con todos por los enemigos

Doc. Francisco

Francisco: «Si en nuestro corazón no hay misericordia, no estamos en comunión con Dios»
Clara advertencia del papa durante el Ángelus ante cientos de fieles que lo escuchaban bajo la lluvia en San Pedro

Mirada al mundo

Italia: La buena samaritana de Bérgamo
Todo un pueblo despidió a la "doctora ángel", muerta por auxiliar a un herido. Francisco envió un mensaje de consuelo a la familia.

Nigeria: Un conflicto interno olvidado
Extremistas liberaron al arzobispo anglicano Ignatius Kattey tras siete días secuestrado

Cuba: construir un futuro mejor que el presente
Carta pastoral de los obispos propone una esperanza activa

Ese cura con olor a oveja
Ya es beato el cura gaucho que le gusta a Bergoglio

Miles en el santuario de Torreciudad por la Jornada Mariana de la Familia
El arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, monseñor Francisco Pérez, ha presidido la edición número 24

SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA

Beato Paolo Manna
«Presbítero y fundador de la Pontificia Unión Misional. Ardiente promotor de las misiones. Considerado por Juan XXIII el Cristóbal Colón de la cooperación misionera»

Mensaje a nuestros lectores

Estamos todos felices con la boda
El periodista de ZENIT, Salvatore Cernuzio se casó ayer


El papa Francisco


El cristiano no puede «juzgar» a Dios porque no castiga a los pecadores
Profunda reflexión del santo padre durante el Ángelus, durante el cual rezó con todos por los enemigos

Por José Antonio Varela Vidal

LIMA, 15 de septiembre de 2013 (Zenit.org) -
Este domingo al mediodía el santo padre Francisco se asomó al balcón del Palacio Apostólico Vaticano para el tradicional rezo del Ángelus, antes del cual dirigió una reflexion centrada en el evangelio dominical del Hijo Pródigo.

Recordó que las tres parábolas que se leen hoy en toda la litugia universal, hablan de la alegría de Dios. "Dios es gozoso" --dijo, porque "la alegría de Dios es perdonar (..) es la alegría de un pastor que encuentra a su ovejita o de un padre que vuelve a recibir en casa al hijo que se había perdido".

Una síntesis del cristianismo

Hizo ver a los fieles, algunos de los cuales lo escuchaban en medio de la Plaza de San Pedro bajo la lluvia, que en estas parábolas de la misericordia está resumido todo el evangelio. "¡Aquí está todo el Cristianismo!", dijo emocionado.

Advirtió que no estamos ante una “ostentación de buenos sentimientos”, sino por el contrario, "la misericordia es la verdadera fuerza que puede salvar al hombre y al mundo del 'cáncer' que es el pecado, el mal moral, el mal espiritual".

Fue más allá cuando dijo que "solo el amor llena los vacíos, los abismos negativos que el mal abre en el corazón y en la historia". Porque para Francisco, "Jesús es todo misericordia (y) cada uno de nosotros es esa oveja perdida, esa moneda perdida, cada uno de nosotros es ese hijo que ha desperdiciado su propia libertad siguiendo ídolos falsos, espejismos de felicidad, y lo ha perdido todo".

El padre amoroso

Con el fin de profundizar sobre este mensaje que caracteriza ya su pontificado, el papa recordó que Dios no nos olvida, "el Padre no nos abandona jamás (..) es un Padre paciente, nos espera siempre". Si bien respeta nuestra libertad --continuó, "permanece siempre fiel, y cuando volvemos a Él, nos acoge como hijos, en su casa, porque no deja jamás, ni siquiera por un momento, de esperarnos, con amor".

"Y su corazón está de fiesta por cada hijo que vuelve, porque Dios tiene esta alegría, cuando uno de nosotros, pecadores, va a Él y pide su perdón", aseguró.

En referencia a la parábola del Hijo Pródigo, el Catequista universal insistió en que a veces se cae en las actitudes del hermano mayor del relato, quien, igual que muchos cristianos "presumimos que somos justos, y juzgamos a los demás; juzgamos también a Dios, porque pensamos que debería castigar a los pecadores, condenarlos a muerte, en lugar de perdonar".

Amar siempre

Porque para el papa, "si en nuestro corazón no hay misericordia, la alegría del perdón, no estamos en comunión con Dios, incluso si observamos todos los preceptos; porque es el amor el que salva, no la sola práctica de los preceptos. Es el amor por Dios y por el prójimo lo que da cumplimiento a todos los mandamientos".

Finalmente, recomendó no vivir según la ley del 'ojo por ojo, diente por diente', porque jamás se sale de la espiral del mal.

"El Maligno es astuto, y nos hace creer que con nuestra justicia humana podemos salvarnos y salvar al mundo (cuando) el acto supremo de justicia es precisamente también el acto supremo de misericordia", enseñó Francisco, quien en varios momentos de su reflexión se salió del texto previsto, dándole calidez y cercanía a sus palabras.

Antes de terminar, comprometió a todos a rezar "por quienes estamos enojados y que no queremos". Invitó a pensar en "esa persona", y creó una pausa de silencio durante la cual él y todos los oyentes rezaron por sus enemigos, con quienes pidió tener misericordia siempre.

El texto completo del papa durante el Ángelus aquí

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Doc. Francisco


Francisco: «Si en nuestro corazón no hay misericordia, no estamos en comunión con Dios»
Clara advertencia del papa durante el Ángelus ante cientos de fieles que lo escuchaban bajo la lluvia en San Pedro

Por Francisco papa

CIUDAD DEL VATICANO, 15 de septiembre de 2013 (Zenit.org) - Queridos hermanos y hermanas. ¡Buenos días!

En la Liturgia de hoy se lee el capítulo 15 del Evangelio de Lucas, que contiene las tres parábolas de la misericordia: la de la oveja perdida, la de la moneda perdida, y después la más amplia de todas las parábolas, típica de san Lucas, la del padre de los dos hijos, el hijo “pródigo” y el hijo que se cree justo. Que se cree santo.

Todas estas tres parábolas hablan de la alegría de Dios. Dios es gozoso, es interesante esto, Dios es gozoso, y ¿cuál es la alegría de Dios? La alegría de Dios es perdonar, ¡la alegría de Dios es perdonar! Es la alegría de un pastor que encuentra a su ovejita; la alegría de una mujer que encuentra su moneda; es la alegría de un padre que vuelve a recibir en casa al hijo que se había perdido, que estaba como muerto y ha vuelto a la vida. Ha vuelto a casa.

¡Aquí está todo el Evangelio, aquí, eh, aquí está todo el Evangelio, está el Cristianismo! ¡Pero miren que no es sentimiento, no es “ostentación de buenos sentimientos”! Al contrario, la misericordia es la verdadera fuerza que puede salvar al hombre y al mundo del “cáncer” que es el pecado, el mal moral, el mal espiritual. Sólo el amor llena los vacíos, los abismos negativos que el mal abre en el corazón y en la historia. Sólo el amor puede hacer esto. Y ésta es la alegría de Dios.

Jesús es todo misericordia, Jesús es todo amor: es Dios hecho hombre. Cada uno de nosotros, cada uno de nosotros es esa oveja perdida, esa moneda perdida, cada uno de nosotros es ese hijo que ha desperdiciado su propia libertad siguiendo ídolos falsos, espejismos de felicidad, y ha perdido todo.

Pero Dios no nos olvida, el Padre no nos abandona jamás. Pero es un Padre paciente, nos espera siempre. Respeta nuestra libertad, pero permanece siempre fiel. Y cuando volvemos a Él, nos acoge como hijos, en su casa, porque no deja jamás, ni siquiera por un momento, de esperarnos, con amor. Y su corazón está de fiesta por cada hijo que vuelve. Está de fiesta porque es alegría. Dios tiene esta alegría, cuando uno de nosotros, pecadores, va a Él y pide su perdón.

¿Cuál es el peligro? Es que nosotros presumimos que somos justos, y juzgamos a los demás. Juzgamos también a Dios, porque pensamos que debería castigar a los pecadores, condenarlos a muerte, en lugar de perdonar. ¡Entonces sí que corremos el riesgo de permanecer fuera de la casa del Padre! Como ese hermano mayor de la parábola, que en lugar de estar contento porque su hermano ha vuelto, se enoja con el padre que lo ha recibido y hace fiesta. Si en nuestro corazón no hay misericordia, la alegría del perdón, no estamos en comunión con Dios, incluso si observamos todos los preceptos, porque es el amor el que salva, no la sola práctica de los preceptos. Es el amor por Dios y por el prójimo lo que da cumplimiento a todos los mandamientos. Y esto es el amor de Dios, su alegría, perdonar. Nos espera siempre. Quizá alguien tiene en su corazón algo grave, pero he hecho esto, he hecho aquello, Él te espera, Él es Padre. Siempre nos espera.

Si nosotros vivimos según la ley del “ojo por ojo, diente por diente”, jamás salimos de la espiral del mal. El Maligno es astuto, y nos hace creer que con nuestra justicia humana podemos salvarnos y salvar al mundo. En realidad, ¡sólo la justicia de Dios nos puede salvar! Y la justicia de Dios se ha revelado en la Cruz: la Cruz es el juicio de Dios sobre todos nosotros y sobre este mundo. ¿Pero cómo nos juzga Dios? ¡Dando la vida por nosotros! He aquí el acto supremo de justicia que ha vencido de una vez para siempre al Príncipe de este mundo; y este acto supremo de justicia es precisamente también el acto supremo de misericordia. Jesús nos llama a todos a seguir este camino: “Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso” (Lc. 6, 36).

Yo les pido una cosa ahora. En silencio, todos, pensemos, cada uno piense en una persona con la que no estamos bien, con la cual estamos enojados y que no la queremos. Pensemos en esa persona y en silencio en este momento oremos por esta persona. Y seamos misericordiosos con esta persona.

Invoquemos ahora la intercesión de Maria Mater Misericordiae.

Texto traducido por Radio Vaticana

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Mirada al mundo


Italia: La buena samaritana de Bérgamo
Todo un pueblo despidió a la "doctora ángel", muerta por auxiliar a un herido. Francisco envió un mensaje de consuelo a la familia.

Por José Antonio Varela Vidal

LIMA, 15 de septiembre de 2013 (Zenit.org) - Este sábado 14 de septiembre fue enterrada en la ciudad italiana de Bérgamo, la médico Eleonora Cantamessa en medio de escenas de dolor, mensajes de gratitud y reconocimientos públicos. Nada excepcional, ¿o sí? ¿Quién es esta profesional que ha acaparado los titulares de los medios de comunicación en los últimos días en Italia y en el mundo? ¿Por qué hasta el papa Francisco le envió un mensaje a sus familiares...?

Dicen los testigos que su vida fue extraordinaria cuando ejercía su profesión de ginecóloga, atendiendo con una alegría cristiana que atraía a las madres de diversas nacionalidades, dado que en su ciudad vive un gran de número de migrantes. Cuentan que para todas tenía una palabra de amor, las alentaba en su embarazo y les transmitía seguridad para continuar con sus nueve meses, aún frente a condiciones adversas como es lo típico en la vida de los sin patria.

Una noche más

Fue así que, con el corazón generoso que ya se le conocía, la doctora detuvo su coche al advertir que cuatro sujetos extranjeros habían atacado a un connacional, dejándolo abandonado en medio de la calle. Eran indios todos y parecía un ajuste de cuentas, sin embargo para ella era un herido, no importaba su nacionalidad o que no fuera de los suyos; no fue indiferente y lo atendió.

En medio de los primeros auxilios, el llanto y la confusión de la noche, la doctora escuchó de repente un ruido cerca al oído: eran unos neumáticos que aceleraban sobre el pavimento con tanta violencia que solo esperó el impacto... Eran los asesinos, quienes con el fin de que no auxiliara al moribundo, embistieron el carro del delito contra ella y la víctima, matándolos de forma instantánea.

No la dejaron que vende sus heridas ni que le eche aceites, tampoco pudo llevarlo a una posada para que se recupere y dejar pagado los gastos... Pero sí permitió leer una página del evangelio a muchísimos a través de tal gesto de amor.

La buena samaritana

Durante la misa de cuerpo presente celebrada por el párroco de Trescore, se destacó el testimonio de Eleonora, se le agradeció por el ejemplo de vida que dio a todos y sin dudarlo han empezado a llamarla "la doctora ángel".

Otros no han podido decir nada, quizás por temor, quizás por la conmoción. Un grupo de ellos han sido los representantes de la comunidad india que en un gran número vive en Bérgamo; estos, en silencio y con las manos en la cara en típico gesto de dolor, tomaban distancia de la barbarie.

El hospital Santa Ana al que pertenecía la profesional, quiere darle un homenaje mediante la asignación de una sala quirúrgica o un piso de consultorios con su nombre, para recordarles a todos lo que ha dado al mundo dicho nosocomio.

Pero el mensaje que más resonó en el templo y en los medios de comunicación fue el del papa Francisco. Presuroso como es él, envió un mensaje al obispo de Brescia a través de la Secretaría de Estado mediante el cual "da gracias a Dios por el testimonio de caridad cristiana de la difunta Eleonora".

Destacó el santo padre el estilo de vida de la médico, quien "ponía a disposición su propia profesión al servicio de tantas personas necesitadas".

Y ha querido reconocer en ella, para ejemplo de todos, a una persona que "ha concluido su vida terrena cumpliendo el gesto del Buen Samaritano".

Desde ahora, será más fácil hablar nuevamente de amor en Bérgamo...

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Nigeria: Un conflicto interno olvidado
Extremistas liberaron al arzobispo anglicano Ignatius Kattey tras siete días secuestrado

Por Abraham Cutipa Galindo

MILáN, 15 de septiembre de 2013 (Zenit.org) - Una sociedad dividida por el extremismo en Nigeria. La frecuente violencia contra las familias cristianas se está radicalizando por los grupos islámicos extremistas y según algunas fuentes informativas locales, esta persecución estaría fomentada principalmente por el grupo extremista Boko Haram.

Por ejemplo el último 8 de septiembre, la agencia de noticias Tempi informaba que un grupo de musulmanes de la etnia Fulani, exterminó a una familia cristiana compuesta de cinco miembros, en el puebo de Kungte, región de Plateu. El mismo día otro cristiano fue asesinado mientras retornaba a Kungte.

Por ello, los enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas de gobierno no cesan, dado que las actividades de Boko Haram han ido en aumento en las zonas fronterizas del estado nigeriano de Borno, que comparte fronteras con Camerún, Níger y Chad. Solo el 11 de septiembre, al menos diez combatientes de Boko Haram murieron en dos ataques aéreos del ejército nigeriano en el estado nororiental de Borno, informó un vocero del ejército.

Y el panorama de la convivencia religiosa en Nigeria se agravó aún más en los últimos días... Porque desde el 6 de este mes hasta el viernes 13 los extremistas tuvieron secuestrado al arzobispo de la diócesis anglicana del Delta del Níger, Ignatius Kattey, por quien pidieron un alto rescate. Hoy la agencia EFE cita fuentes locales que niegan pago alguno para su liberación.

Matar en nombre de Dios

De la convivencia pacífica entre cristianos y musulmanes ha surgido un radicalismo extremo de militantes islámicos dirigido por Boko Haram, que combate contra el gobierno de turno de Goodluck Jonathan, con el propósito de dividir la Nigeria y crear un estado islámico en la parte norte del país.

Según la revista virtual Meridiani Relazioni Internazionale, Boko Haram promueve un Islam radical al punto de prohibir a los musulmanes tener una relación de actividad social y política con las costumbres de la sociedad occidental, al punto de negarles de usar camisetas, pantalones o de recibir educación laica.

Otro ejemplo de su accionar es el tráfico de armas y de droga, que es uno de los motores para que avance este radicalismo religioso. Pero detrás de ello no solo está el aspecto religioso, sino también el interés transnacional de las riquezas naturales que ofrece este país africano.

Riqueza de hidrocarburos

Empresas privadas provenientes de China, India y Estados Unidos pusieron los ojos en el Africa subsahariana porque posee enormes reservas de petróleo y de gas. También es rico en piedras preciosas, lo cual serviría para abastecer el mercado europeo, asiático y americano.

Según la periodista Margherita Paolini, de la revista italiana Limes, en el África la reserva de petróleo al año 2020 sería aproximadamente de 200 millones de barriles, con lo cual estaría cubriendo gran parte del consumo del mercado mundial. Mientras que en lo que respecta al gas, el África tiene reservas estimadas en 458 trillones de pies cúbicos, y que en ese sentido el país nigeriano ocupa el primer lugar en reservas de gas de todo el continente africano.

Pero así como existe un interés mundial por los hidrocarburos de las transnacionales, se debería promover en Nigeria una mayor y mejor educación, además de abrir caminos que lleven a la tolerancia y al diálogo entre cristianos y musulmanes.

Solo en el África subsahariana existen dos mil etnias y 800 tipos de lenguas que se hablan, por lo tanto es necesario que los gobiernos y las empresas privadas fomenten la estabilidad en el país, preservando el medio ambiente y otorgando calidad de vida a la gente de la zona. Al respecto, cabe recordar que al año 2011 se contaban cerca de veinte millones de niños malnutridos en el Asia meridional y en el África subsahariana.

La sociedad nigeriana hasta el año 2012 tenía una población de más de 160 millones, de los cuales el 52,6% representan a los cristianos, mientras que los musulmanes en su mayoría de procedencia sunnita son 41%. También existe en menor cantidad el culto indígena africano, que representa un 6% de las etnias.

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Cuba: construir un futuro mejor que el presente
Carta pastoral de los obispos propone una esperanza activa

Por Araceli Cantero Guibert

SANTIAGO DE CUBA, 15 de septiembre de 2013 (Zenit.org) - La Habana, Cuba (15 de septiembre de 2013).- En un mensaje de esperanza dirigido a todos los cubanos, los obispos católicos de Cuba reconocen “que aunque Cuba ha cambiado en los últimos años y el presente no se parece a los años pasados, una nueva generación de cubanos vive con el firme deseo de que el futuro sea mejor que el presente”.

El mensaje de los obispos, dado a conocer el 15 de septiembre, en el Año de la Fe, tiene la virtud de la esperanza como hilo conductor. Sale a la luz veinte años después de la carta pastoral El Amor todo lo espera de 1993, en la que, de manera similar, los obispos ofrecieron un análisis de la realidad cubana y algunas pistas de renovación y cambio para Cuba.

El apremio en la ciudadanía

La actual carta pastoral reconoce que algunas de sus sugerencias de hace dos décadas se han cumplido, pero otras quedan por realizar. Sugiere que, para que el futuro sea mejor, es necesario que continúe y se aligere el proceso de reformas iniciadas en Cuba.Dada la constatación del “apremio en la ciudadanía”, los obispos consideran que la urgencia y la mejor herencia para la generaciones futuras es “precisamente trabajar por un presente mejor”. Piden para este esfuerzo el compromiso de una ‘esperanza que no defrauda’, título de su mensaje.

Los aportes que los obispos ofrecen para un futuro mejor son fruto de su compromiso con anunciar el evangelio y de haber observado la “realidad que vivimos, al escuchar y sentir en nosotros los anhelos, las esperanzas y las frustraciones de los hijos de Dios en esta tierra”.

Servir sin distinción de personas

En la nueva Carta Pastoral sobre la esperanza y para afianzar esta virtud entre los cubanos,los obispos se adentran en aspectos que superando lo estrictamente religioso forma parte de su misión pastoral.Como hicieran hace 20 años, exhortando a vivir en el amor, los obispos se adentran en aspectos sociales que forman parte de la misión pastoral de la Iglesia. Con palabras de Juan Pablo II en Cuba, afirman que la Iglesia brinda su servicio pastoral sin distinción de personas por su religión, raza, edad, sexo, condición social o pensamiento político.

Afianzar la esperanza con hechos concretos

En el mensaje de 10 páginas y 43 epígrafes no se limitan a la situación nacional, sino que hacen propuestas sobre Cuba en el concierto de las naciones y sobre las relaciones con los Estados Unidos. Su reflexión expresa preocupación por la familia y se refiere a los factores que potencian el deseo de emigrar, sobre todo entre los jóvenes, a quienes piden que busquen la verdad, no caigan en el vacío existencial y construyan no sólo la Cuba del futuro, sino la Cuba actual.

Losobispos piden que se abran, en Cuba, espacios para la realización personal, haciendo armonizar cualquier proyecto social con los proyectos de vida personal y familiar de los ciudadanos. Esto “hace imprescindible un proyecto económico de contornos definidos”, subrayan, con palabras ya expresadas en la Carta Pastoral de 1993.

A los ciudadanos les hablan de la verdadera libertad, que conlleva responsabilidad por el hermano. Les piden tener en cuenta al otro, salir del “sálvese quien pueda” y del “yo soy libre de hacer lo que quiero”.

Al Gobierno le recuerdan “su obligación de procurar el bien de todos”, teniendo en cuenta “los justos intereses de cada grupo que compone nuestra sociedad”. Esto se traduce, dicen, en sustituir definitivamente el Estado paternalista por un Estado participativo, sin temer “al desarrollo de una autonomía social fuerte y responsable, potenciada desde la base y de acuerdo con las normas de la convivencia civilizada”.

Superar la pobreza de distintos tipos

De su observación de la realidad los obispos concluyen que se ha de superar la pobreza de diversos tipos que ellos constatan en su “continuo andar por la comunidades parroquiales y casas de misión”. Hablan de pobreza material, “producto de salarios que no alcanzan para sostener dignamente a la familia” así como la pobreza que afecta a personas vulnerables y desamparadas.

Señalan la pobreza en grupos sociales que normalmente no deberían sufrirla: la del ingeniero, y del trabajador de la cooperativa agrícola, la del médico o la maestra, del deportista o la del pescador cuyo trabajo ingresa divisas al país. Indican que esto afecta al capital humano que, con la falta de oportunidades, se pierde por la emigración, especialmente en la población joven.

Dialogar para lograr un nuevo orden político

Las esperanzas de un futuro mejor incluyen también un nuevo orden político, según indican los obispos, quienes hacen notar que ya han surgido incipientes espacios de debate y discusión creados por los mismos ciudadanos “con opiniones y propuestas serias y diversas”. En su mensaje subrayan que “debe haber derecho a la diversidad con respecto al pensamiento, a la creatividad, a la búsqueda de la verdad” y reiteran que “de la diversidad surge la necesidad de diálogo”.

Al referirse al diálogo repiten palabras del Papa Francisco a la clase dirigente de Brasil para afirmar con él que “la única manera de que la vida de los pueblos avance es la cultura del encuentro, una cultura en la que todo el mundo tienen algo bueno que aportar, y todos pueden recibir algo bueno a cambio”.

Cambiar las relaciones con los Estados Unidos

La Carta Pastoral de los obispos no se limita al ámbito cubano sino que se extiende a la situación de Cuba en el concierto de las naciones. El mensaje afirma que “las necesarias reformas internas, tanto políticas como económicas pueden ayudar a insertarnos de manera dinámica y segura en el concierto internacional”.

El texto reconoce los cambios que se han dado en la política exterior hacia América Latina pero también aboga por la necesidad de considerar cambios en las relaciones con los Estados Unidos. Sin nombrar el embargo de Estados Unidos hacia la Isla, recuerdan palabras de Juan Pablo II, quien en su visita a Cuba, señaló que “el aislamiento provocado repercute de manera indiscriminada en la población, acrecentando las dificultades de los más débiles en aspectos básicos como la alimentación, la sanidad o la educación”, considerados en el pasado como los grandes logros de la revolución.

Preocupación por la familia y los jóvenes

Varios párrafos de su mensaje los dedican los obispos a la familia, que califican como “escuela de humanidad’ y transmisora de valores que enaltecen a la persona y la capacitan para una sana y constructiva vida social. Deploran que veinte años después de la carta El amor todo lo espera, la situación de la familia no ha mejorado. Para los obispos, no son suficientes las medidas de exigencia y disciplina pedidas por las autoridades del país. “Se hace apremiante un proceso educativo que favorezca, en todos los cubanos, el deseo de ser buenos y la práctica de la virtud”, dicen. Y aunque la Iglesia no participa en el sistema educativo, que en Cuba es estatal en su totalidad, los obispos se comprometen “a continuar con mayor empeño en la siembra de valores personales, familiares, sociales, y a cultivar la virtud”.

Cultivar la virtud es un llamado que los obispos hacen especialmente a los jóvenes. Recordando las palabras de Juan Pablo II al dirigirse a los jóvenes en Camagüey, en 1998, les piden que “sean creyentes o no, acojan el llamado a ser virtuosos… sean fuertes por dentro, grandes de alma, ricos en los mejores sentimientos, valientes en la verdad, audaces en la libertad, constantes en la responsabilidad, generosos en el amor, invencibles en la esperanza…No tengan miedo de abrir sus corazones a Cristo”.

incipientes cambios y también resistencias

En su análisis, los obispos reconocen ser testigos de algunos cambios en el entorno económico, social y hasta cierto punto político. Expresan su confianza en que el proceso de reformas más amplias continúen en bien de la población.

Son conscientes también de las resistencias internas al cambio, en parte por la incertidumbre que los cambios crean, y en parte debido a “una mentalidad, o modo de pensar, sustentada en los factores ideológicos que estuvieron en su origen y desarrollo” prolongados en el tiempo, al margen de una realidad cambiante, factores que, en la opinión de muchos, resultan obsoletos y no viables hoy.

Son temas ya abordados en los últimos 20 años

Esta nueva carta no es el único mensaje de los obispos desde 1993. Escribieron orientaciones para preparar la Visita del Papa Juan Pablo II en 1998, (El Espíritu quiere soplar en Cuba) y dos años después, “Un cielo nuevo y una tierra nueva”, con motivo del fin del milenio.

En 2003 los obispos deploraron cierta involución y retroceso, así como una vuelta al lenguaje de los años ya pasados, falta de esperanza en el pueblo y nuevos encarcelamientos. Lo hicieron al cumplirse los 10 años de la carta El amor todo lo espera, con una Instrucción Teológico Pastoral: La presencia Social de la Iglesia. En 2006, publicaron un Marco Teológico para el Plan Global de Pastoral 2006-20012 que se iniciaba en toda la Isla. Otros documentos han sido para el Año Jubilar Mariano y la Visita de Benedicto XVI en 2012.

Al revisar los contenidos se constata que los obispos han mantenido una línea continua en su magisterio colegiado, respaldado por los mensajes de dos Papas. Son temas recurrentes: la invitación al diálogo y a la reconciliación, la participación y la búsqueda de la unidad en la pluralidad de puntos de vista y opciones, la necesidad de un proyecto económico definido que aúne las voluntades, la invitación a una mayor apertura con espacio para nuevas iniciativas, la condena a las medidas económicas restrictivas impuestas a Cuba por otros países, la familia y cuestiones de inmigración, la exhortación a los jóvenes a formarse y crecer en la virtud, y la convocatoria a la solidaridad ante las carencias materiales que afrontan grupos específicos de la sociedad.

Un marco de signos de esperanza

El texto si inicia con la memoria de dos signos de esperanza: Los frutos del Año Jubilar Mariano en 2012, que unieron a todos los cubanos bajo la Madre de la Caridad, y la visita de dos Papas a Cuba: Juan Pablo II (1998) y Benedicto XVI (2012) cuyo mensaje evidenció “no sólo la dimensión religiosa, sino también la dimensión humana y social de la misión evangelizadora de la Iglesia”.

Inspirados en los mensajes papales los obispos se dirigen a todos los cubanos, indicando que la Iglesia de Cristo no puede quedarse encerrada en si misma y satisfecha con atender sólo a quienes la conforman.

Los obispos cubanos firman con su nombre el mensaje que lleva la fecha del 8 de septiembre de 2013, fiesta de la Virgen de la Caridad, Patrona de Cuba. Al despedirse del pueblo, le piden a la Virgen de la Caridad que “colme los anhelos de esperanza de todos los cubanos” y le ruegan para que los católicos en Cuba sepan extender la buena Noticia de Jesús, “sembrando en nuestra tierra la esperanza cristiana, que se apoya en la certeza de que Dios cumple siempre su promesa: ‘yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo’”.

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Ese cura con olor a oveja
Ya es beato el cura gaucho que le gusta a Bergoglio

Por Alvear Metalli

ROMA, 15 de septiembre de 2013 (Zenit.org) -

Por Alver Metalli

José Gabriel del Rosario Brochero murió a la edad de 73 años, con 47 de cura, agotado, enfermo de lepra, pobre y abandonado, cuando en Europa empezaban a sentirse los crujidos siniestros de la primera gran guerra. La causa de beatificación no fue rápida, a pesar de la extensa fama de santidad que lo acompañó todo este tiempo. Un diario de Córdoba publicó su biografía espiritual cuando todavía estaba vivo, e incluso antes de morir su nombre figuraba en los libros de las escuelas primarias de la zona. Pero recién en los años ’60 la causa empezó a dar los primeros pasos, en 2004 subió el primer peldaño con Juan Pablo II que lo declaró venerable, y el 20 de diciembre de 2012 el segundo con Benedicto XVI, que firmó el decreto de beatificación. Formalmente esa segunda etapa terminó hoy, entre las sierras heladas de Córdoba, junto a los gauchos envueltos, como Brochero, en los tradicionales ponchos para protegerse del frío inesperado de la noche. Medio siglo de pausas, empujones, frenadas, aceleradas y perplejidades (sobre el lenguaje de Brochero, por ejemplo, colorido y tosco, como lo describió el cardenal Angelo Amato recurriendo a un argentinismo). La causa de beatificación terminó justo durante el papado de un compatriota del nuevo beato y octavo candidato a santo de la Argentina.

No hay ninguna relación entre los dos hechos: el final del itinerario canónico de Brochero y la elección de Bergoglio como Papa. O por lo menos no existe ningún lazo visible, y sobre los invisibles no hay razón para aventurarse. Hacía falta un milagro, como dictan las reglas, y el milagro se produjo. Un milagro común, de bajo perfil si se quiere, al estilo Brochero. El milagro de un niño que sufrió un gravísimo accidente de tránsito en el año 2000 y se recuperó por su intercesión, verificado con todos los requisitos de los severos procedimientos canónicos. No hay ninguna relación entre la beatificación y la elección de dos argentinos. Pero no hay duda de que el Papa Francisco hoy estuvo allí con el corazón, entre los miles de paisanos y peregrinos que llegaron desde todos los puntos de Córdoba, algunos a caballo, en colectivos, autos, motos y hasta en bicicleta. Porque Brochero es uno de esos curas que le gustan a Francisco, “un pionero en salir hacia las periferias geográficas y existenciales para llevar a todos el amor y la misericordia de Dios”, como dijo en el mensaje que leyó el Cardenal Amato en su nombre. “No se quedó en la oficina parroquial, se desgastó sobre la mula y terminó enfermo de lepra a fuerza de salir a buscar la gente como un cura de la calle, como un cura callejero de la fe”. Uno de esos curas que Bergoglio señaló como modelo a los sacerdotes de Buenos Aires, que van al encuentro de la gente, que “entran en su conversación”, que “no tienen miedo de entrar en la noche de los hombres (que) vagan sin meta, solos con su propio desencanto, con la desilusión de un Cristianismo que ya consideran tierra estéril, infecundo, incapaz de generar sentido”.

El Cardenal Amato no dejó de destacar cada una de estas cosas durante la misa de beatificación, trazando de Brochero el perfil de un sacerdote del pueblo, dedicado a las almas, que se hacía todo con todos, “una perla de santidad argentina comparable con el santo cura de Ars”.

El resto vino por añadidura. Un desborde de caridad que en el caso del cura Brochero adquirió la forma de una obra civilizadora imponente. Porque José Gabriel del Rosario Brochero construyó caminos donde no había, abrió escuelas donde el Estado no llegaba, dispensarios donde los médicos jamás habían puesto un pie, casas para jóvenes abandonadas, iglesias, asilos, hospicios, comedores, escuelas. Y canales de riego, un cementerio, un acueducto, una oficina postal, trazó la extensión de la línea ferroviaria... Todo por amor a Dios.

(Traducción: Inés Giménez Pecci)

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Miles en el santuario de Torreciudad por la Jornada Mariana de la Familia
El arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, monseñor Francisco Pérez, ha presidido la edición número 24

Por Redacción

MADRID, 15 de septiembre de 2013 (Zenit.org) - El arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, monseñor Francisco Pérez, ha presidido hoy la edición número 24 de la Jornada Mariana de la Familia en el santuario de Torreciudad (Huesca), un evento que ha reunido hoy sábado a cerca de 10.000 personas procedentes de toda la geografía nacional en un ambiente festivo bajo el lema “La familia, formadora de valores humanos y cristianos” dentro de los actos enmarcados en este Año de la Fe que celebra la Iglesia Católica.

Los participantes procedían principalmente de Cataluña, Aragón, Madrid, Valencia y Navarra, comunidad de la que ha venido un numeroso grupo de fieles para acompañar a su arzobispo en la jornada. También han asistido familias andaluzas, murcianas, gallegas, vascas, castellanas y asturianas. El automóvil particular ha sido el medio de transporte más extendido, aunque bastantes grupos se han desplazado en alguno de los cerca de 100 autobuses que han llegado al santuario, en viajes de dos días organizados por diversos centros educativos, asociaciones juveniles y parroquias. Es el caso de Noé y Lola, que con la pequeña Candela han venido desde Murcia por primera vez y han pernoctado en Monzón, o la familia Barbés Cañal que han venido con sus seis hijos desde Gijón por quinta vez consecutiva y han dormido en Barbastro.

En representación de los participantes, la familia Soteras Escartín, de Zaragoza, ha iniciado los actos del día con la lectura de la Oración de las Familias, a la que ha seguido una colorida ofrenda a la Virgen: centros de flores, alimentos destinados a familias necesitadas, espárragos de Navarra, un jamón de Teruel, imágenes de Santa María, navajas gallegas, aceite y olivas de Andalucía, miel de La Alcarria, unos guantes de portero de fútbol y un brazalete de capitán, un plantón de olivo de Jaén, paños de ganchillo, piezas de cerámica granadina, embutidos de Vic (Barcelona), caramelos artesanales polacos… han sido algunos de los regalos que las familias traían para mostrar el cariño a Nuestra Señora. Grupos de niñas que van a hacer la Primera Comunión este año han ofrecido también trabajos manuales elaborados por ellas mismas. El Ayuntamiento de Secastilla, municipio al que pertenece Torreciudad, ha traído aceite, vino, uvas y repostería artesanal, mientras que la asociación RedMadre de Granada ha ofrecido una canastilla de recién nacido para el primer bebé que la necesite de la comarca del Somontano de Barbastro.

En la eucaristía al aire libre han cantado los coros de los colegios Miravalles y El Redín de Pamplona, acompañados por la organista titular del santuario, Maite Aranzabal. Durante la homilía, y en referencia a la liturgia del 14 de septiembre que se dedica a la Cruz de Cristo, Mons. Pérez ha dicho que “amor y dolor son dos medios círculos que unidos forman un anillo de comprensión, misericordia, perdón, fidelidad, generosidad, fecundidad y donación total, y dentro de ese círculo se enmarca la vida de la familia cristiana”. También ha recordado que “en la Madre Dolorosa que estaba al pie de la cruz, donde colgaba Jesús, encontramos el más perfecto equilibrio entre el amor y el dolor: María nos enseña a vivir con la cruz de cada día”.

En unas declaraciones previas el arzobispo de Pamplona ha querido dar un mensaje de apoyo y solidaridad con las familias que sufren las consecuencias del paro, y ha recordado la ayuda económica callada que realiza Cáritas en muchos lugares con familias amenazadas de desahucio. “La Iglesia debe ser solidaria con todos –ha afirmado-, y esforzarse para que nadie quede fuera de la mesa común que es la fraternidad”.

En un mensaje enviado por el Papa Francisco, el Pontífice ha exhortado a los presentes “a dejarse guiar siempre por la Virgen María”, y ha animado a todos a “colaborar en la construcción de un mundo cada vez más justo, fraterno y solidario, centrado en Dios, que comienza en el seno de cada hogar cristiano”.

Al mediodía ha habido varias actuaciones lúdicas y musicales para los más pequeños. La jornada ha concluido con el tradicional ofrecimiento de niños a la Virgen María para pedir su protección, el rezo del Rosario con una plegaria por los parados, la paz en Siria y el comienzo del nuevo curso, y la Bendición con el Santísimo.

Antonio Vidal, concejal del Ayuntamiento de Secastilla, piensa que estas jornadas son “una buena forma de que gente de fuera conozca el territorio, aunque para el pueblo nos hace falta una buena comunicación por carretera con el santuario”. Por su parte, Joaquín Vidal, alcalde-concejal de Ubiergo, opina que “este flujo de personas supone una importante fuente de ingresos para los pequeños negocios que existen en esta zona”. De hecho, la Asociación de Empresarios de Barbastro y la Hostería El Tozal han organizado un Mercado Artesanal en los jardines de este establecimiento hotelero para ofrecer a los asistentes productos típicos del Altoaragón.

En la organización del evento han colaborado más de 150 voluntarios ofreciendo su ayuda en los aparcamientos y accesos al santuario, en la guardería, en la información a los peregrinos, en la distribución de folletos y sillas y en el parque infantil. Varios sacerdotes han atendido a lo largo del día los confesonarios repartidos por distintas zonas del recinto. El desarrollo de la jornada también ha podido seguirse a través de internet.

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SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA


Beato Paolo Manna
«Presbítero y fundador de la Pontificia Unión Misional. Ardiente promotor de las misiones. Considerado por Juan XXIII el Cristóbal Colón de la cooperación misionera»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 15 de septiembre de 2013 (Zenit.org) - En esta festividad de la Virgen de los Dolores se celebra, entre otros santos y beatos, la vida de Pablo Manna, aclamado por distintos pontífices. Juan XXIII lo denominó «el Cristóbal Colón de la cooperación misionera». Pablo VI en su carta Graves et increscentes de 1966consideró que debía ser inscrito «con letras de oro en los anales de las misiones» recordando que fue «uno de los más eficaces promotores de la universalidad misionera en el siglo XX». Y Juan Pablo II, que lo beatificó en 2001, ya en 1990 había reparado en su grandeza, diciendo que «puso en evidencia, de una manera única, la esencial dimensión misionera de la Iglesia universal». Y es que su lema fue: «Todas las Iglesias para la conversión de todo el mundo».

Nació en Avellino, Italia, el 16 de enero de 1872 en el seno de una familia acomodada. Era el quinto de los hijos del matrimonio Ruggeri. A los dos años de nacer, murió la madre y quedó al cargo de unos tíos residentes en Nápoles. En 1882 regresó a Avellino donde su padre convivía con su segunda esposa. Durante unos años en el estío solía residir en la casa de unos tíos sacerdotes que influyeron en su vida. Y muy claro tuvo su porvenir, porque en 1887 ingresó en la congregación de los Salvatorianos. En Roma estudió filosofía y teología, pero intuía que debía elegir otro camino. Tras la lectura de unas revistas publicadas por el Instituto de Misiones Extranjeras de Milán (actual PIME), que daban cuenta de sus actividades, sopesó su vocación. Y sin tardanza alguna, en 1891 dejó a los Salvatorianos y se inscribió en él. Tenía 19 años y la idea clara de ser misionero.

Se ordenó sacerdote en mayo de 1894 en el Duomo de Milán, y al año siguiente fue traslado a Birmania. Partidario acérrimo de la inculturación hizo notar: «Me dirigiré a mis ovejas en su propia lengua, respetaré sus tradiciones, integraré sus locuciones y sus maneras de pensar en mi trabajo de evangelización». Así lo hizo durante ocho años compartidos con los indígenas de Ghekku al frente de la misión de Mombló fundada por él, hasta que su débil salud atacada por la tuberculosis le obligó a regresar. Ello no le impidió publicar un artículo de temática antropológica basado en su convivencia con la tribu birmana. Ese mismo año de 1902 volvió a la misión, pero de nuevo tuvo que partir a Italia por motivos de enfermedad. Aún hubo un tercer y definitivo intento con ida y vuelta. Su organismo se reveló ante las severas condiciones de vida que repercutían en su frágil constitución, y en 1907 retornó a Italia definitivamente.

¿Qué podía hacer? Al llegar a la misión por vez primera, al ver las carencias que le rodeaban había reiterado su ofrenda, sin ocultar su gozo: «estoy contento, es mi cruz y sin la cruz no se va al paraíso». Pero no pudo cumplir su sueño. En 1908 rogó a la Virgen de Lourdes que hiciera de él un hombre santo; es todo lo que anhelaba. Aún así, envuelto en cierta penumbra, confesaba: «Veo muy oscuro el futuro. Veo destruidas tantas esperanzas y planes de obras buenas, me veo a los 35 años envuelto en dificultades diversas...». Era el paso de la incertidumbre que frecuentemente asola el alma humana, aunque luego la voluntad divina ilumine lo más recóndito del apóstol. Abierto a ella, a los pocos meses el beato comenzó a vislumbrar otro horizonte.

Era un buen escritor y en 1909, poco antes de publicar su primer libro, le confiaron la redacción de la revista Le Missioni Cattoliche. Su pluma, de la que se dijo era su apóstol, se convirtió en un fecundo instrumento de grandes dimensiones apostólicas, ya que desde ella impulsaba las vocaciones misioneras. Una de sus primeras acciones en 1914 fue crear el periódico Propaganda Missionaria, editando cientos de miles de ejemplares. En 1916 consolidó esta acción con la fundación de la Unión Misionera del Clero, ayudado por el beato y fundador de los javerianos, Guido María Conforti, que fue reconocida como Obra Pontificia, y hoy es la Pontificia Unión Misional (PUM). La creó tras constatar la escasísima atención que ciertos obispos y presbíteros prestaban a la evangelización misionera: «Muchos sacerdotes se ocupan demasiado de sus propios problemas pastorales y no lo suficiente de las misiones». Tenía claro que «la clave del problema misionero está en las manos del sacerdote». Es más, con toda contundencia, sabiendo bien lo que decía, este hombre de Dios a quien guiaba un visible celo apostólico y que se alimentaba con la oración, manifestó: «¡No nos sirven sacerdotes mediocres!».

En 1919 puso en marcha la revista Italia Missionaria con el fin de suscitar vocaciones entre los jóvenes, la Rivista di studi missionari y un catecismo misionero. Su sed por las misiones era inagotable. En 1924 fue designado superior general del PIME que se fusionó con el Instituto Misionero de Roma y de Milán. Desempeñó ese oficio durante diez años. En esa época abrió y dirigió el Seminario Meridional para las Misiones Extranjeras en Ducenta, y dio los pasos para la fundación de la rama femenina de su Instituto: las Misioneras de la Inmaculada, que impulsó definitivamente al cesar en su alto cargo de gobierno, a petición propia. En 1927 emprendió un viaje apostólico para visitar diversas misiones de Asía, América y otros lugares. En el transcurso del mismo surgió su obra «Observaciones sobre el método moderno de evangelización en Asia». Mientras, seguía escribiendo incansablemente, fundando nuevas revistas y alentando a todos a amar las misiones. En 1943 fue designado superior regional del PIME. Terminó sus fecundos días dirigiendo y fomentando la Unión Misionera, que fue extendiéndose paulatinamente. Con sus escritos y cartas dirigidas a distintos cardenales y prelados logró que en la Iglesia se estimulasen las obras misioneras. Murió en Nápoles el 15 de septiembre de 1952. Juan Pablo II lo beatificó el 4 de noviembre de 2001.

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Mensaje a nuestros lectores


Estamos todos felices con la boda
El periodista de ZENIT, Salvatore Cernuzio se casó ayer

Por Redacción

ROMA, 15 de septiembre de 2013 (Zenit.org) - La redacción y toda la familia de ZENIT se alegran por el matrimonio de Salvatore Cernuzio, nuestro redactor de la edición italiana, celebrado ayer sábado con su bellísima novia Maria.

Tal vez nos acusen de ser "anti-modernos", pero para nosotros el matrimonio sigue siendo una gran fiesta.

Es un momento en el que dos personas enamoradas deciden ser "dos en uno", el comienzo de una familia que aumenta la esperanza para todos.

Queridos Salvador y Maria…, por favor acepten nuestras felicitaciones.

¡Y que vivan los novios!

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