ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 19 de septiembre de 2013

El papa Francisco

Entrevista al papa Francisco: "La primera reforma debe ser la de las actitudes"
Seis horas de coloquio con Civilta' Cattolica. Las reformas organizativas y estructurales son secundarias, vienen después. Si se habla de aborto y temas difíciles van en un contexto. Al rezar me pregunto: ¿Qué hice, hago y que debo hacer por Cristo?

«Acogida, inculturación y buen humor»: las claves de un buen obispo, indicó Francisco
Los "baby bishops" encuentran al santo padre en El Vaticano. Cada año visitan la Tumba de Pedro los recién consagrados.

Francisco al Imam de al-Azhar expresa estima y respeto por el Islam y los musulmanes
En su carta pide favorecer 'la comprensión entre cristianos y musulmanes en el mundo para construir la paz y la justicia'

El papa cercano a las víctimas de las tormentas en México
Ha manifestado su sentimiento con una carta al presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano

Mirada al mundo

Catequistas de todo el mundo se reunirán en Roma por el Año de la Fe
La jornada va de 26 al 29 de septiembre. El papa Francisco impartirá una catequesis durante el encuentro

Nicaragua: los obispos peregrinan a la tumba del franciscano Odorico D'Andrea
El religioso de origen italiano es considerado un Cura Brochero en el país centroamericano

La Iglesia en América Latina: VENEZUELA
Una mirada al continente del papa Francisco. Especial XVI

La mujer en la Iglesia
Consideraciones del obispo de San Cristóbal de Las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel

SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA

San Alonso de Orozco
«Religioso agustino español. Una figura señera del siglo XVI. Gran apóstol, predicador y escritor. Bienhechor de los pobres, estimado por grandes personalidades de su época»

Comentario al Evangelio

Buenos administradores
Comentario al evangelio del Domingo 25º del T.O./C


El papa Francisco


Entrevista al papa Francisco: "La primera reforma debe ser la de las actitudes"
Seis horas de coloquio con Civilta' Cattolica. Las reformas organizativas y estructurales son secundarias, vienen después. Si se habla de aborto y temas difíciles van en un contexto. Al rezar me pregunto: ¿Qué hice, hago y que debo hacer por Cristo?

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 19 de septiembre de 2013 (Zenit.org) - El papa comenzó a darse cuenta –era el miércoles 13 de marzo durante el almuerzo– de que podría llegar a ser elegido. Sintió que le envolvía una inexplicable y profunda paz y consolación interior, junto con una oscuridad total que dejaba en sombras el resto de las cosas. Y que estos sentimientos le acompañaron hasta su elección. Francisco, en una entrevista concedida Antonio Spadaro  S.J., habla sobre sí mismo, sobre su sentirse jesuita, la Compañía, el gobierno de la Iglesia y las reformas, el hombre, la oración... Seis horas de diálogo, en las que se puede descubrir un poco más sobre el papa 'llegado desde el final del mundo'.

“No me reconocía a mí mismo cuando comencé a responder a los periodistas que me lanzaban sus preguntas durante el vuelo de vuelta de Río de Janeiro”, le comenta el papa al director de la revista Civiltá Cattolica, que parte con la primer pregunta: ¿Quién es Jorge Mario Bergoglio?, a lo que el santo padreresponde: “Bueno, quizá podría decir que soy despierto, que sé moverme, pero que, al mismo tiempo, soy bastante ingenuo. Pero la síntesis mejor, la que me sale más desde dentro y siento más verdadera es esta: “Soy un pecador en quien el Señor ha puesto los ojos”. Y repite: “Soy alguien que ha sido mirado por el Señor. Mi lema, ‘Miserando atque eligendo’, es algo que en mi caso, he sentido siempre muy verdadero”.

Sobre su elección de ser jesuita, Francisco responde que de la Compañía le impresionan tres cosas: su carácter misionero, la comunidad y la disciplina. Y esto es curioso, porque yo soy un indisciplinado nato, nato, nato. Pero su disciplina, su modo de ordenar el tiempo, me ha impresionado mucho”. También destacada la vida de comunidad ya que no se ve como un sacerdote solo, y así reitera su decisión de quedarse a vivir en Santa Marta: "Necesito vivir mi vida junto a los demás”.

Hablando sobre lo que para un jesuita significa ser papa, explica que “el discernimiento es una de las cosas que Ignacio ha elaborado más interiormente. Para él, es un instrumento de lucha que permite conocer mejor al Señor y seguirlo más de cerca". Al respecto, añade que "son muchos por ejemplo, los que creen que los cambios y las reformas pueden llegar en un tiempo breve. Yo soy de la opinión de que se necesita tiempo para poner las bases de un cambio verdadero y eficaz. Se trata del tiempo del discernimiento". Así mismo subraya el pontífice, las decisiones que toma, incluso las de la vida normal como puede ser usar un coche modesto, van unidas a un discernimiento espiritual y que "el discernimiento en el Señor me guía en mi modo de gobernar”.

Habla también sobre la experiencia de gobierno y sobre la experiencia previa que tuvo como superior en la Compañía “En mi experiencia de superior en la Compañía, si soy sincero, no siempre me he comportado así, haciendo las necesarias consultas. Y eso no ha sido bueno. Mi gobierno como jesuita, al comienzo adolecía de muchos defectos. Corrían tiempos difíciles para la Compañía: había desaparecido una generación entera de jesuitas. Eso hizo que yo fuera provincial aún muy joven. Tenía 36 años: una locura. Había que afrontar situaciones difíciles y yo tomaba mis decisiones de manera brusca y personalista. Es verdad, pero debo añadir una cosa: cuando confío algo a una persona, me fío totalmente de esa persona. Debe cometer un error muy grande para que yo la reprenda. Mi forma autoritaria y rápida de tomar decisiones me ha llevado a tener problemas serios y a ser acusado de ultraconservador. Tuve un momento de gran crisis interior estando en Córdoba. No habré sido ciertamente como la beata Imelda, pero jamás he sido de derecha. Fue mi forma autoritaria de tomar decisiones la que me creó problemas”.

El papa habla de esto y se sincera de esta forma para dar a entender algo: “Todo esto que digo es experiencia de la vida y lo expreso por dar a entender los peligros que existen. Con el tiempo he aprendido muchas cosas. El Señor ha permitido esta pedagogía de gobierno, aunque haya sido por medio de mis defectos y mis pecados".

Y concretizando sobre el gobierno actual de la Iglesia cree que consultar es muy importante: "los consistorios y los sínodos, por ejemplo, son lugares importantes para lograr que esta consulta llegue a ser verdadera y activa. Lo que hace falta es darles una forma menos rígida. Deseo consultas reales, no formales. La consulta a los ocho cardenales, ese grupo consultivo externo, no es decisión solamente mía, sino que es fruto de la voluntad de los cardenales, tal como se expresó en las Congregaciones Generales antes del Cónclave. Y deseo que sea una consulta real, no formal”.

¿Y sobre el sentir de la Iglesia? El papa dice que “una imagen de Iglesia que me complace es la de pueblo santo, fiel a Dios" y añade que "la pertenencia a un pueblo tiene un fuerte valor teológico: Dios, en la historia de la salvación, ha salvado a un pueblo. No existe identidad plena sin pertenencia a un pueblo. Nadie se salva solo, como individuo aislado, sino que Dios nos atrae tomando en cuenta la compleja trama de relaciones interpersonales que se establecen en la comunidad humana. Dios entra en esta dinámica popular”.  A este punto, habla de la santidad cotidiana,  "una 'clase media de la santidad’ de la que todos podemos formar parte".

La Iglesia es fecunda, debe serlo, dice el papa. Y reconoce que cuando percibe comportamientos negativos en ministros de la Iglesia o en consagrados o consagradas, lo primero a lo que piensa es  ‘un solterón’, o ‘una solterona’. "No son ni padres ni madres. No han sido capaces de dar vida. Y en cambio por ejemplo, cuando leo la vida de los misioneros salesianos que fueron a la Patagonia, leo una historia de vida y de fecundidad”, explica Francisco.

Sobre la Iglesia que el papa sueña, comenta: “Veo con claridad que la Iglesia hoy necesita con mayor urgencia la capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones de los fieles, cercanía, proximidad. Veo a la Iglesia como un hospital de campaña tras una batalla. ¡Qué inútil es preguntarle a un herido si tiene altos el colesterol o el azúcar! Hay que curarle las heridas. Ya hablaremos luego del resto. Curar heridas, curar heridas... Y hay que comenzar por lo más elemental”.

Y prosigue "yo sueño con una Iglesia madre y pastora. Los ministros de la Iglesia tienen que ser misericordiosos, hacerse cargo de las personas, acompañándolas como el buen samaritano que lava, limpia y consuela a su prójimo. Esto es Evangelio puro. Dios es más grande que el pecado. Las reformas organizativas y estructurales son secundarias, es decir, vienen después. La primera reforma debe ser la de las actitudes".

Y profundiza en este concepto señalando que “tenemos que anunciar el Evangelio en todas partes, predicando la buena noticia del Reino y curando, también con nuestra predicación, todo tipo de herida y cualquier enfermedad". Recuerda Francisco que rn Buenos Aires "recibía cartas de personas homosexuales que son verdaderos ‘heridos sociales’, porque me dicen que sienten que la Iglesia siempre les ha condenado. Pero la Iglesia no quiere hacer eso. Durante el vuelo en que regresaba de Río de Janeiro dije que si una persona homosexual tiene buena voluntad y busca a Dios, yo no soy quién para juzgarla. Al decir esto he dicho lo que dice el Catecismo. La religión tiene derecho de expresar sus propias opiniones al servicio de las personas, pero Dios en la creación nos ha hecho libres: no es posible una injerencia espiritual en la vida personal. Una vez una persona, para provocarme, me preguntó si yo aprobaba la homosexualidad. Yo entonces le respondí con otra pregunta: ‘Dime, Dios, cuando mira a una persona homosexual, ¿aprueba su existencia con afecto o la rechaza y la condena?’. Hay que tener siempre en cuenta a la persona. Y aquí entramos en el misterio del ser humano. En esta vida Dios acompaña a las personas y es nuestro deber acompañarlas a partir de su condición. Hay que acompañar con misericordia. Cuando sucede así, el Espíritu Santo inspira al sacerdote la palabra oportuna”.

Continúa explicando que "no podemos seguir insistiendo solo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos. Es imposible. Yo he hablado mucho de estas cuestiones y he recibido reproches por ello. Pero si se habla de estas cosas hay que hacerlo en un contexto. Por lo demás, ya conocemos la opinión de la Iglesia y yo soy hijo de la Iglesia, pero no es necesario estar hablando de estas cosas sin cesar".

Otro punto afrontado en la entrevista son los dicasterios romanos, a lo que Francisco dice que "están al servicio del Papa y de los obispos: tienen que ayudar a las Iglesias particulares y a las conferencias episcopales. Son instancias de ayuda. Pero, en algunos casos, cuando no son bien entendidos, corren peligro de convertirse en organismos de censura. Impresiona ver las denuncias de falta de ortodoxia que llegan a Roma. Pienso que quien debe estudiar los casos son las conferencias episcopales locales, a las que Roma puede servir de valiosa ayuda. La verdad es que los casos se tratan mejor sobre el terreno. Los dicasterios romanos son mediadores, no intermediarios ni gestores”.  Y explica también que “debemos caminar juntos: la gente, los obispos y el papa. Hay que vivir la sinodalidad a varios niveles. Quizá es tiempo de cambiar la metodología del sínodo, porque la actual me parece estática. Eso podrá llegar a tener valor ecuménico, especialmente con nuestros hermanos ortodoxos. De ellos podemos aprender mucho sobre el sentido de la colegialidad episcopal y sobre  la tradición de sinodalidad".

El papel de la mujer en la Iglesia también fue un tema afrontado en el vuelo papal de Río de Janeiro, por eso el papa recuerda que "la Iglesia no puede ser ella misma sin la mujer y el papel que ésta desempeña. La mujer es imprescindible para la Iglesia. María, una mujer, es más importante que los obispos. Digo esto porque no hay que confundir la función con la dignidad. Es preciso, por tanto, profundizar más en la figura de la mujer en la Iglesia".

Y retomando un tema más personal el papa habla de su forma favorita de orar:  “La oración es para mí siempre una oración ‘memoriosa’, llena de memoria, de recuerdos, incluso de memoria de mi historia o de lo que el Señor ha hecho en su Iglesia o en una parroquia concreta. Para mí, se trata de la memoria de que habla san Ignacio en la primera Semana de los Ejercicios, en el encuentro misericordioso con Cristo Crucificado. Y me pregunto: ‘¿Qué he hecho yo por Cristo? ¿Qué hago por Cristo? ¿Qué debo hacer por Cristo?'"

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«Acogida, inculturación y buen humor»: las claves de un buen obispo, indicó Francisco
Los "baby bishops" encuentran al santo padre en El Vaticano. Cada año visitan la Tumba de Pedro los recién consagrados.

Por Redacción

ROMA, 19 de septiembre de 2013 (Zenit.org) - Permanezcan siempre en medio del rebaño, no caigan en el espíritu del arribismo y den testimonio con su vida de aquello que enseñan: fueron algunas de las exhortaciones que el papa Francisco ha dirigido la mañana del jueves a los participantes de la conferencia dirgida a los nuevos obispos, organizado cada año en Roma por la Congregación para los Obispos y la Congregación para las Iglesias Orientales.

"Somos llamados y constituídos pastores no de nosotros mismos, sino del Señor; y no para servirnos a nosotros mismos, sino al rebaño que se nos ha confiado". El papa Francisco partió de aquí para realizar su reflexión sobre la naturaleza y la misión del obispo. El papa se centró especialmente en el verbo “apacentar” que, según él significa "acoger con generosidad, caminar con la grey, estar con las ovejas".

Vuestro corazón, dijo, "sea tan grande como para dar cabida a todos", los que "encontrarán a lo largo de sus días" y que "irán a buscar".

Acogedores y cercanos

"A partir de ahora pregúntense: ¿aquellos que llamarán a la puerta de mi casa, como la encontrarán? Si la encuentran abierta, a través de su bondad, su disponibilidad, experimentarán la paternidad de Dios y entenderán cómo la Iglesia es una buena madre que siempre acepta y ama".

"Acoger a todos –añadió--, para caminar con todos". E invitó a los nuevos obispos a "ponerse en camino con sus fieles", "compartiendo sus alegrías y esperanzas, dificultades y sufrimientos, como hermanos y amigos, pero aún más como padres, que son capaces de escuchar, comprender, ayudar, orientar".

Padres y hermanos

También dirigió un saludo especial a los presbíteros, los más cercanos al obispo, "colaboradores indispensables para buscar consejo y ayuda, a quienes atender como padres, hermanos y amigos":

"Una de las primeras tareas que tienen está en el cuidado espiritual del presbiterio, pero no se olviden de las necesidades humanas de cada sacerdote, sobre todo en los momentos más delicados e importantes de su ministerio y de su vida. ¡Nunca es una pérdida de tiempo el que pasa con los presbíteros!

Recíbanlos cuando lo piden; no dejen sin respuesta una llamada telefónica (...) ante la llamada de un presbítero: si no puedo este día, por lo menos el día siguiente para responderle y luego ver si podemos encontrarnos, estar en proximidad constante, en contacto permanente con ellos".

Inmersos e inculturados

Luego se refirió a la "presencia en la diócesis ", del obispo, reiterando que los pastores deben "tener olor a ovejas". Su presencia, continuó, "no es secundaria, es esencial". Esta presencia, dijo, "la pide el mismo pueblo que quiere ver a su obispo caminar con él, estar cerca de él".

"¡Lo necesitan para vivir y para respirar! ¡No se cierren! Bajen en medio de sus fieles, incluso en las periferias de sus diócesis y en todas aquellas "periferias existenciales" donde hay sufrimiento, soledad , degradación humana. Presencia pastoral significa caminar con el pueblo de Dios: delante, señalando el camino; en el medio, para fortalecerlo en la unidad; detrás para que nadie se quede atrás, sino, sobre todo, para seguir la intuición que tiene el pueblo de Dios para encontrar nuevos caminos".

Un obispo que vive en medio de los fieles, añadió, "tiene los oídos abiertos" para escuchar "la voz de las ovejas". Y esto también a través de las organizaciones diocesanas que "tienen la tarea de asesorar al obispo".

Esta presencia pastoral, prosiguió, "le permitirá llegar a conocer a fondo también la cultura, las usanzas, las costumbres de la región". Agregó que los obispos deben "¡sumergirse en el propio rebaño!" El papa dirigió su atención al "estilo de servicio a la grey", que, según él, debe ser la humildad, y "también la austeridad y la esencialidad".

Ni príncipes ni arribistas

"Nosotros pastores, no somos hombres con ‘psicología de príncipes’, hombres ambiciosos, que son cónyuges de una Iglesia, en espera de otra más hermosa, más importante o más rica. Y esto es un escándalo (...). ¡Estén atentos de no caer en el espíritu del arribismo! ¡Eso es un cáncer, eh! No se trata solo de palabras, sino también con un testimonio concreto de vida que de que somos maestros y educadores de nuestro pueblo. El anuncio de la fe nos pide conformar la vida con aquello que se enseña. Misión y vida son inseparables. Es una pregunta que nos hacemos cada día: ¿aquello que vivo coincide con lo que enseño?".

El papa hizo hincapié en lo importante que es para el obispo "permanecer con las ovejas". Permanecer en la diócesis "sin buscar cambios o promociones". Incluso "¡la antigua ley de la residencia no ha pasado de moda! Es necesaria para el buen gobierno pastoral”. Claro, dijo, “las otras Iglesias o la Iglesia universal pueden pedir de ausentarse de la diócesis", pero esto debe hacerse "por el tiempo necesario y no por lo general". La residencia, continuó, "no solo es necesaria para una buena organización, no es un elemento funcional; ¡tiene una raíz teológica! Están casados con su comunidad".

Pedir la gracia del buen humor

"¡Eviten el escándalo de ser ‘Obispos de aeropuerto’!", les dijo a los también conocidos como «baby bishops». Y añadió: "Sean pastores acogedores, caminando con su gente, con amor, con misericordia, con la dulzura del trato y firmeza paterna, con humildad y discreción, capaces de ver también sus límites y tener una dosis de buen humor".

Continuó diciéndoles: "Esto es una gracia que debemos pedir, los obispos, nosotros. Todos tenemos que pedir esta gracia: 'Señor, dame el sentido del humor'. Encontrar el camino para reírse de sí mismo, primero, y un poco de las cosas. ¡Y permanezcan con su rebaño! ¡Permanezcan con su rebaño!".

"La presencia de dos obispos sirios --concluyó el papa-- nos lleva a todos una vez más a pedir a Dios el don de la paz. Paz para Siria, paz para el Medio Oriente, la paz para el mundo".

Traducido y adaptado por José A. Varela del texto en italiano de Radio Vaticana

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Francisco al Imam de al-Azhar expresa estima y respeto por el Islam y los musulmanes
En su carta pide favorecer 'la comprensión entre cristianos y musulmanes en el mundo para construir la paz y la justicia'

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 19 de septiembre de 2013 (Zenit.org) - El papa Francisco ha enviado un mensaje a Ahmed al-Tayyeb, el gran Imam de la universidad islámica al-Azhar, la principal institución cultural del Islam sunita. La noticia fue comunicada ayer por la misma Universidad con sede en El Cairo, e informa que el mensaje del papa expresa su estima y respeto “por el Islam y los musulmanes”, junto a la esperanza de que se pueda favorecer “la comprensión entre cristianos y musulmanes en el mundo, para construir la paz y la justicia”.

Según la agencia de noticias Fides, la carta personal del papa fue entregada el martes 17 de septiembre al Gran Imán de Al-Azhar por el nuncio apostólico en Egipto, Mons. Jean-Paul Gobel, junto con el mensaje al mundo islámico también firmado por el papa en ocasión del fin del Ramadán y publicado por el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso.
Tal y como recuerda la agencia Fides, en los últimos tiempos el diálogo entre la Santa Sede y al-Azhar se vio interrumpido por decisión unilateral de la institución islámica, que interpretó como una interferencia indebida de occidente las declaraciones del papa Benedicto XVI sobre la necesidad de proteger a los cristianos en Egipto y Oriente Medio, pronunciadas después del ataque a la catedral copta en Alejandría en la víspera de Año Nuevo del 2011.

“La carta del papa Francisco al Imam al-Tayyeb” dice a Fides el padre Hani Bakhoum, secretario del Patriarca de Alejandría de los coptos católicos “es una forma de expresar el profundo sentimiento de respeto y afecto que la Iglesia Católica, la Santa Sede y el papa tienen a todos los musulmanes y en especial a al-Azhar, que es la institución más representativa del Islam sunita moderado. Sin duda, esta carta ayudará con el tiempo a dejar de lado cualquier malentendido y también de reanudar el diálogo bilateral con la Santa Sede".

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El papa cercano a las víctimas de las tormentas en México
Ha manifestado su sentimiento con una carta al presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 19 de septiembre de 2013 (Zenit.org) - En ocasión de las dramáticas consecuencias del huracán “Ingrid” y de la tormenta tropical “Manuel”, el santo padre ha enviado a través del secretario de Estado una carta al arzobispo de Guadalajara y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, el cardenal José Francisco Robles Ortega.

La tormenta tropical "Manuel" de huracán frente a la costa del Pacífico en el norte de México se debilitó a depresión tropical y se convirtió en tormenta cerca del puerto turístico de Acapulco, donde causó destrozos severos y dejó a decenas de miles de turistas varados por afectaciones en carreteras y el aeropuerto, según informa la agencia Reuters. Las tormentas Manuel e Ingrid han causado la muerte de al menos 80 personas en una decena de estados del país, según cifras oficiales.

En el mensaje, se puede leer que el papa Francisco  "hondamente apenado al conocer las dramáticas consecuencias del huracán "Ingrid" y de la tormenta tropical "Manuel" a su paso por esa amada nación, ocasionando víctimas, heridos y numerosos daños materiales, y dejando sin hogar a muchas familias, ofrece fervientes sufragios por el eterno descanso de los fallecidos, al mismo tiempo que pide a Dios su consuelo a quienes sufren estas graves desgracias e incremente en todas las personas de buena voluntad sentimientos de fraterna solidaridad para colaborar decididamente en la reconstrucción de las zonas afectadas y ayudar de modo efectivo a cuantos están sumidos en el dolor y la desesperación".

Así mismo, añade que el santo padre  "desea transmitir su sentido pésame a los familiares de los difuntos y su paterna solicitud y cercanía espiritual a los heridos y damnificados y, a la vez que los confía a las maternas manos de Nuestra Señora de Guadalupe, les imparte de corazón la confortadora bendición apostólica, como signo de afecto al querido pueblo mexicano, tan presente en su corazón de pastor de la iglesia universal en tan lamentables circunstancias".

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Mirada al mundo


Catequistas de todo el mundo se reunirán en Roma por el Año de la Fe
La jornada va de 26 al 29 de septiembre. El papa Francisco impartirá una catequesis durante el encuentro

Por Rocío Lancho García

CIUDAD DEL VATICANO, 19 de septiembre de 2013 (Zenit.org) - El Año de la fe sigue su curso y en Roma el siguiente evento organizado será la Jornada de los Catequistas, que tendrá lugar del 28 al 29 de septiembre y estará precedida del Congreso Internacional de Catequistas, del 26 al 28. Para contar más detalles sobre este encuentro, monseñor Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización ha presentado hoy la iniciativa en una rueda de prensa en el Sala de Prensa del Vaticano.

Hasta el día de hoy, ya han confirmado su asistencia 104 delegaciones y 1600 representantes de 50 países distintos de los cinco continentes y está prevista la presencia de unas 100.000 personas. 

Monseñor Fisichella ha explicado que "en un periodo de profunda fragmentación cultural, el Congreso pretende proponer algunas vías para la formación unitaria de los catequistas con el deseo de ofrecer a la comunidad cristiana un nuevo empuje dinámico en el redescubrimiento de la riqueza de la fe y de su innegable valor para llevar sentido a la vida personal". Mons. Fisichella señaló también que "el catequista es testigo de la fe".

Durante estas jornadas habrá distintos relatores procedentes de variados centros académicos y un momento especial será la catequesis que el papa Francisco dará el viernes por la tarde.

Durante el encuentro con los periodistas se ha presentado además un nueva App sobre el Catecismo de la Iglesia Católica para tablet y smarthphone. En unas semanas, la aplicación gratuita estará disponible para descargarla.

Monseñor Fisichella ha recordado que entre las competencias del dicasterio de la Nueva Evangelización, "que en su creación ha tenido el encargo entre otras cosas, de promover el Catecismo, se ha añadido recientemente también la jurisdicción sobre toda la catequesis".

El 25 de septiembre es el primer momento de este evento y estará dedicado al Consejo Internacional para la Catequesis. La tarea de este Consejo es el de estudiar las cuestiones más importantes de la catequesis para favorecer un servicio unitario a las Conferencias episcopales y permitir el intercambio de experiencias entre los catequistas.

A continuación, del 26 al 28 de septiembre, se celebra el Congreso Internacional de catequista en el Aula Pablo VI. La temática que se desarrollará hará referencia de forma particular a la primera parte del Catecismo de la Iglesia Católica sobre el tema de la fe. 

La Jornada de los Catequistas será la última etapa de este evento, durante el sábado 28 y domingo 29. Como todos las peregrinaciones organizados por el Pontificio Consejo de la Nueva Evangelización en este Año de la Fe, contará con la tradicional visita a la Tumba de Pedro, la catequesis unida al momento de la celebración del sacramento de la reconciliación y la Adoración Eucarística.

Se contará con las catequesis de 14 obispos para las distintas lenguas, entre ellos el cardenal Bagnasco, cardenal Ricard, el cardenal Edein O'Brien, el cardenal Braz de Aviz y el cardenal Martínez Sistach. Para finalizar el encuentro, el domingo el santo padre celebrará la misa en la plaza de san Pedro con el santo padre.

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Nicaragua: los obispos peregrinan a la tumba del franciscano Odorico D'Andrea
El religioso de origen italiano es considerado un Cura Brochero en el paí­s centroamericano

Por José Antonio Varela Vidal

LIMA, 19 de septiembre de 2013 (Zenit.org) - Con el fin de orar ante los restos del siervo de Dios Odorico D'Andrea, muerto en olor de santidad a fines del siglo pasado, los obispos miembros de la Conferencia Episcopal de Nicaragua llegaron este martes 17 en peregrinación hasta la capilla del Tepeyac en el pueblo de San Rafael del Norte, diócesis de Jinotega, ubicada en el departamento del mismo nombre.

Al término de la visita que contó con la presencia del nuncio apostólico, el obispo del lugar y presidente del episcopado, monseñor René Sándigo, expresó que se sentían "muy gozosos de estar ahí y de que los fieles sintieran la cercanía de sus pastores, así como ellos se sienten uno con ellos".

La ocasión fue propicia para que escucharan a los pobladores, quienes pidieron a los obispos que ayudaran a encaminar la causa de canonización de tan amado pastor.

Fama de santidad

En esta ciudad nicaragüense ubicada al norte-centro del país, el franciscano de origen italiano murió en 1990 tras consagrar 36 años de su vida entre los nicaraguenses, que hoy ven en él a un modelo de pastor "con olor a ovejas" y a quien aún recuerdan los pobladores por su sencillez, humildad y atención a los más necesitados.

Otro hecho que hizo crecer la atención sobre del padre Odorico fue que diecisiete años después de su muerte, al exhumar su cuerpo, este fue encontrado incorrupto y sin olor fétido, a pesar de que no había sido preservado con ninguna sustancia antes de su sepultura. Estaba allí presente el entonces obispo de la diócesis de Jinotega, monseñor Carlos Enrique Herrera.

Tal evidencia, unida a la fama de santidad y sus obras apostólicas, llevó a que en el año 2002 fuera introducida su causa de beatificación por monseñor Sergio Goretti, obispo de Asís en Italia, cuna del franciscanismo.

Apóstol de la paz y de la vida

Al hoy siervo de Dios se le ha considerado como un "profeta y reconciliador de la paz en Nicaragua", en el tiempo de la guerra interna. Cuenta la historia que de modo providencial, mientras celebraba la misa en la Naranja, agrupando a los grupos armados de los Contras y del Ejército Popular Sandinista, estos terminaron dándose un abrazo de paz.

Las noticias de la época recogieron que durante la celebración, los dos grupos armados se sentaron, y muy respetuosamente, ante la gran autoridad moral y religiosa del padre Odorico, asistieron a la misa; y el momento cumbre llegó cuando ambos bandos se estrecharon en un fraternal abrazo durante el saludo de la paz.

Desde su alejada posición, aunque con el celo pastoral de un gigante, D'Andrea fue un gran gestor en la construcción de carreteras, ermitas, escuelas, centros de salud, hospitales, templos y una casa de retiros para los pobladores a él encomendados. También trabajó mucho para dotar de agua potable y luz eléctrica a las comunidades, contribuyendo así al desarrollo integral de las familias y personas.

Al siervo de Dios, que fundó la congregación de las Hermanas Franciscanas Peregrinas del Inmaculado Corazón de María, se le atribuye el don de profecía, clarividencia y bilocación, todo lo cual es parte del estudio diocesano para la causa de beatificación ya en curso.

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La Iglesia en América Latina: VENEZUELA
Una mirada al continente del papa Francisco. Especial XVI

Por José Antonio Varela Vidal

LIMA, 19 de septiembre de 2013 (Zenit.org) - Ofrecemos a nuestros lectores la tercera y última parte de la serie sobre la Iglesia en América Latina, con información de algunos países sud y centro americanos, así como de El Caribe. 

Conscientes del interés que viene suscitando el subcontinente del papa Francisco, ZENIT viene difundiendo el valioso estudio del Observatorio Pastoral del Celam (OPC), que nos acerca a la realidad pastoral, social y devocional de los pueblos latinoamericanos.

En esta oportunidad, conoceremos un poco más a la Iglesia de Venezuela, un país ubicado en la zona nor este de sudamérica, con una extensión de 916.445 km2, y que acoge a cerca de 27.150.100 habitantes, de los cuales el 71% serían católicos.

Hechos históricos eclesiales

Lo inicios de la evangelización se dieron con la erección de la diócesis de Coro, la primera en Venezuela, el 21 de junio de 1531 por el papa Clemente VII, siendo su primer obispo Rodrigo de Bastidas y Rodríguez de Romera.

Caracas, creada el 20 de junio de 1637, fue elevada a arquidiócesis por el papa Pío VII el 27 de noviembre de 1803, siendo su primer obispo Francisco de Ibarra y Herrera. La diócesis de Mérida fue creada el 16 de febrero de 1778, sufragánea de Caracas, por el papa Pío VI quien nombró al franciscano Juan Manuel Antonio Ramos Lora, como su primer obispo. Fue elevada por Pío XI a arquidiócesis el 11 de junio de 1923, siendo su primer arzobispo Antonio Ramón Silva.

Comunidad de servicio

La Iglesia Católica en Venezuela cuenta con nueve arquidiócesis y 23 diócesis, así como con cuatro vicariatos apostólicos, un Ordinariato Militar y los exarcados apostólicos de Rito Griego Melkita y Sirio Antioqueño, los que completan la organización eclesiástica venezolana.

La Conferencia Episcopal Venezolana, fundada en 1973 para orientar y animar la pastoral, cuenta con cinco áreas que abarcan los aspectos de la evangelización, la educación de la fe, los agentes, la promoción humana, la cultura, entre otros. También se extienden algunas circunscripciones eclesiásticas para la atención del Pontificio Colegio Venezolano en Roma y el Consejo Fundacional de la Universidad Católica Andrés Bello.

Para cumplir con este trabajo, la Iglesia cuenta con nueve arzobispos, entre ellos un cardenal, así como con 23 obispos residentes y cuatro obispos auxiliares, un Ordinario Castrense, cuatro vicarios apostólicos y dos exarcas, quienes constituyen la Conferencia Episcopal Venezolana.

Son 38 las jurisdicciones eclesiásticas, donde existen 1.256 parroquias, y a través de las cuales prestan sus servicios 2.557 sacerdotes, de los cuales 1.493 son diocesanos y 1.064 son religiosos. Además hay 138 diáconos permanentes, 1.628 religiosos y 3.775 religiosas. Junto con ellos colabora un significativo número de laicos y laicas pertenecientes a movimientos apostólicos, comunidades eclesiales, dedicados a la catequesis, liturgia, pastoral social y familiar, y demás frentes de la labor evangelizadora.

En el caso de los religiosos, están organizados en la Conferencia Venezolana de Religiosos y Religiosas – CONVER y por parte de los laicos opera también el Consejo Nacional de Laicos de Venezuela – CNL, que reúne tanto laicos de movimientos como independientes.

Relación Iglesia - Estado

En el OPC se lee que la Iglesia "ha tenido siempre una posición muy firme y valiente frente a la actuación del (actual) gobierno, siendo voz de tantos que no la tienen, cuando el mismo ha tratado de alejarse de los principios de la Constitución". Igualmente, "ha mantenido una participación importante, a través de numerosas intervenciones y comunicados públicos para levantar su voz en relación con las medidas adoptadas por el Gobierno Nacional que atentan en varias oportunidades contra la dignidad de las personas".

Se recuerda --y el Informe lo recoge--, que durante el gobierno del extinto presidente Hugo Chávez, hubieron "numerosas actuaciones públicas de la Iglesia (en las que) se han levantado muchas críticas, ataques verbales, a veces una verdadera persecución contra algunas de sus cabezas visibles".

El análisis habla de una "marginación de la Iglesia de toda la vida del entramado institucional del Estado venezolano", aunque reconocen que aún así, "es la Institución que goza de mayor prestigio y credibilidad en el país".

Ante la coyuntura política, "la Iglesia ha manifestado su preocupación por la compleja situación ética, política, económica y social que encara el país (y) destacan como necesidades más urgentes la seguridad, el empleo, la vivienda, la salud, la orientación y calidad de la educación, los servicios viales y la capacidad alimentaria", es lo que recoge el OPC.

La Iglesia venezolana ha señalado en varias oportunidades "la necesidad de respetar los derechos humanos que no son una concesión del Estado ni del gobierno, sino que tienen su origen en el plan de Dios, al crear al ser humano como persona a su imagen y semejanza". Entre los casos más urgentes, el Informe destaca la necesidad de prestar atención a la situación carcelaria y al respeto por la vida.

La Iglesia en la sociedad

A pesar de que Venezuela es un país católico, el OPC señala que alrededor de un 17% de la población pertenece a la Iglesia Evangélica, siendo ésta la segunda en el país. El 2% está conformado por personas adeptas a otras religiones como el islam, el hinduismo, el budismo y el judaísmo; mientras que el 2% grupos practican religiones con raíces prehispánicas. Hay grupos importantes con el 2% de ateos y agnósticos con el 6%.

Las poblaciones afrodescendientes e indígenas desarrollan de manera sincrética muchas de sus creencias y cosmovisiones en el territorio venezolano, varios de ellos desde la fe cristiana católica.

A lo largo de la historia venezolana, el Informe señala que la presencia de la Iglesia ha sido destacada en la educación, la atención de personas y grupos en situación de abandono, formación en ciudadanía, atención a las cárceles, promoción de centros de formación laboral, programas de rehabilitación de viviendas, atención de hospitales, clínicas y centros de salud, siempre en una atención dirigida hacia los más necesitados.

En el OPC se lee que, junto con la Cáritas venezolana, "la acción pastoral de la Iglesia busca la promoción y la asistencia social de la Iglesia integrada y articulada al servicio de los más pobres y de las comunidades cristianas, con el propósito de impulsar el compromiso hacía la solidaridad con los hermanos".

Como apoyo a la acción evangelizadora en la sociedad, funcionan nueve medios de comunicación impresos, nueve emisoras de radio a nivel nacional, varias revistas periódicas y la página web de la Conferencia Episcopal.

Frutos de santidad

Venezuela cuenta con dos beatas, la madre María de San José y la madre Candelaria de San José, así como con dos venerables que son el médico José Gregorio Hernández y la madre Emilia de San José.

En el OPC encontramos que la madre María de San José (1875-1967), nacida en Choroní, fundó la congregación Hermanas Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús, siendo declarada beata por Juan Pablo II en 1995.

Allí se reseña también que la madre Candelaria de San José (1863-1940) fue la fundadora de la Congregación de Religiosas Carmelitas de la Tercera Orden Regular. Beatificada el 24 de abril de 2008 por Benedicto XVI, hoy a sus hijas se les conoce como las Religiosas Carmelitas de la Madre Candelaria.

En el caso de los venerables, destaca por su fama el médico José Gregorio Hernández Cisneros, nacido en Isnotú, Trujillo el 26 de octubre de 1864, murió en Caracas el 29 de Junio de 1919 víctima de un accidente automovilístico. Famoso por su servicio médico a los más pobres, Juan Pablo II lo declaró venerable en 1986.

Asimismo, los venezolanos veneran a la madre Emilia de San José, nacida en Caracas el 7 de diciembre de 1858 y muerta en Macuto, Distrito Federal, en enero de 1893, víctima de la tuberculosis. Fundó la congregación Hermanitas de los Pobres de Maiquetía y Juan Pablo II la proclamó venerable en 1993.

Son varios los siervos de Dios que esperan su proclamación. Tal es el caso de la religiosa Georgina Josefa Febres Cordero y del jesuita Tomás Morales Pérez, así como de los obispos Tomás Antonio Sanmiguel Díaz, Sixto Sosa Díaz y Arturo Celestino Álvarez, entre otros.

También están los laicos Adelia Abbo Fontana de Calvani y Arístides Calvani Silva.

Amor a María

El principal Santuario venezolano es el dedicado a Nuestra Señora de Coromoto, ubicado en el Guanare, es venerada como patrona de Venezuela desde 1950 y patrona principal de la Iglesia arquidiocesana de Caracas desde 2011.

Su historia se remonta al siglo XVII, cuando la Virgen se habría aparecido al nativo Coromoto en la selva, quien se resistía a recibir el bautismo. Luego de este hecho, el indígena quiso agredir a la dama que le hablaba, lo que se materializó en una estampilla hecha de fibra de árbol impresa con la imagen de la Madre de Dios, la misma que hoy se venera como reliquia en en el Santuario Nacional.

Termina el relato con la conversión y el bautismo de Coromoto, quien rogó al grupo de indios cospes rebeldes que estaba bajo su mando, que se bautizaran. Después Coromoto, ya con el nombre cristiano de Ángel Custodio, murió en buena vejez.

El papa Juan Pablo II la coronó en su visita al Santuario mariano en Guanare y el papa Benedicto XVI elevó en 2006 al Santuario Nacional de Nuestra Señora de Coromoto a la categoría de Basílica Menor.

Lo venezolanos también muestran su amor a María como Virgen del Carmen, Virgen del Valle y Nuestra Señora de Chiquinquirá, entre otras, compartiendo esta última devoción con el vecino país de Colombia.

Para conocer más de la Iglesia venezolana aquí

 

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La mujer en la Iglesia
Consideraciones del obispo de San Cristóbal de Las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel

Por Felipe Arizmendi Esquivel

SAN CRISTóBAL DE LAS CASAS, 19 de septiembre de 2013 (Zenit.org) - SITUACIONES

Con frecuencia se oyen veces pidiendo más participación de la mujer no sólo en la vida eclesial ordinaria, sino en ministerios jerárquicos, con la posibilidad de la ordenación sacerdotal, como lo hacen algunas confesiones no católicas. Cerrarles esta puerta es juzgado como una discriminación, una cerrazón a los nuevos tiempos, un machismo que ya debería ser superado.

Es verdad que, en general, son las mujeres quienes más participan en las celebraciones, en las catequesis, en las diversas áreas de la pastoral social. Son quienes más se acercan al sacramento de la reconciliación. Son las más disponibles para muchas de las iniciativas parroquiales. Su presencia siempre ha sido significativa. Sin embargo, no es esto lo que se pide. Se exige la ordenación no tanto para el diaconado, sino para el presbiterado y el episcopado. No faltó algún despistado sacerdote, seducido por su propaganda mediática, que dijo que llegará el tiempo en que habrá una mujer como Papa.

Que las mujeres siempre han desarrollado variados servicios, todos lo constatamos. Mi abuela fue líder religiosa en mi pueblo, durante mi infancia. Una tía fue la única catequista del lugar. Sin ellas no habría vida y movimiento en muchas de nuestras parroquias. Todavía falta camino para avanzar en algunas poblaciones indígenas, pero poco a poco los varones van reconociendo que ellas también valen, que son inteligentes y que pueden servir en muchas tareas pastorales, indispensables para el crecimiento de la vida cristiana en las comunidades.

ILUMINACION

Al respecto, dijo el Papa Francisco en su vuelo de Brasil a Roma: “Una iglesia sin las mujeres es como el Colegio Apostólico sin María. El papel de la mujer en la Iglesia no es sólo la maternidad, sino que es más fuerte: es como el icono de la Virgen, Nuestra Señora; ¡aquella que ayuda a crecer a la Iglesia! ¡Piensen que Nuestra Señora es más importante que los Apóstoles! ¡Es más importante! La Iglesia es femenina: es Iglesia, es esposa, es madre. No se puede entender una Iglesia sin las mujeres, pero mujeres que estén activas en la Iglesia, con sus perfiles, que llevan adelante. En la Iglesia, debemos pensar en la mujer en esta perspectiva de opciones arriesgadas, pero como mujeres. Esto se debería explicar mejor. Creo que no hemos hecho todavía una profunda teología de la mujer.

No se puede limitar al hecho de que haga de monaguillo, o sea la presidenta de Cáritas, la catequista... ¡No! Tiene que haber más, más profundamente, incluso más a nivel místico. Y, en relación con la ordenación de mujeres, la Iglesia ha hablado y dice: "No". Lo ha dicho Juan Pablo II, y con una declaración definitiva. Aquella puerta está cerrada, pero sobre esto quiero decir algo. Ya lo he dicho, pero lo repito. Nuestra Señora, María, era más importante que los apóstoles, que los obispos, los diáconos y presbíteros. La mujer, en la Iglesia, es más importante que los obispos y los presbíteros. ¿Cómo? Es lo que debemos tratar de explicar mejor, porque creo que falta una explicación teológica de esto”.

COMPROMISOS

Pastores y fieles debemos revisar nuestra apertura a esta mayor participación de las mujeres en los consejos parroquiales, en los centros de formación teológica, en la preparación de los futuros sacerdotes, en cargos pastorales no sólo parroquiales, sino también diocesanos e internacionales, etc.

Lamentamos que haya mujeres que se resisten a recibir la comunión eucarística de manos de una mujer, incluso de una religiosa, sino sólo de manos de un sacerdote. Con paciencia y comprensión, hemos de educarles y educarnos en el plan de Dios para la mujer, que de ninguna manera es discriminatorio, aunque sí distribuye los servicios en forma diferenciada. Sólo a las mujeres confió la gran dignidad y el enorme servicio de ser madres.

En definitiva, como recordaba Juan Pablo II, "el único carisma superior que debe ser apetecido es la caridad (cf. 1 Cor 12-13). Los más grandes en el Reino de los cielos no son los ministros, sino los santos" (22-V-1994). A ser santos hemos de aspirar todos, y es más santo quien más ama, quien más sirve a los demás.

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SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA


San Alonso de Orozco
«Religioso agustino español. Una figura señera del siglo XVI. Gran apóstol, predicador y escritor. Bienhechor de los pobres, estimado por grandes personalidades de su época»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 19 de septiembre de 2013 (Zenit.org) - Dejó una imborrable estela en el Madrid del siglo XVI como insigne predicador e incansable apóstol. Nació el 17 de octubre de 1500 en Oropesa, localidad toledana integrada en la diócesis de Ávila, y de cuyo castillo era gobernador su padre, Hernando de Orozco. Debía su nombre a una profunda convicción de su madre quien, hallándose encinta y pensando cómo habría de llamar al hijo que esperaba, sintió que la Virgen María le sugería el nombre de Alonso en honor de san Ildefonso, puesto que deseaba que el niño fuese su «capellán». Sus tres hermanos se abrazaron, como él a la vida religiosa. Su infancia también se caracterizó por su amor a Dios y la clara voluntad de consagrarle su vida. Cursó estudios elementales en Talavera de la Reina, donde fue monaguillo, y en Toledo, de cuya catedral fue «seise» (niño de coro). En esta época se originó su afición por la música y nunca perdió su dilección por ella. Los estudios universitarios los realizó en Salamanca. Su intención era cursar leyes como su hermano Francisco y secundándole ingresó en el convento de los ermitaños de San Agustín, un lugar que habían encumbrado con su virtud venerables e insignes figuras, entre otros, san Juan de Sahagún y santo Tomás de Villanueva. Alonso tomó el hábito de manos de éste último en 1523.

Después de ser ordenado sacerdote, completó sus estudios en la universidad salmantina, pero su camino no discurriría por la vertiente académica, sino por la vía de la predicación que le encomendaron, prestigioso ministerio en la época. No se destinaba a cualquiera para esta misión ya que requería una sólida formación, además de unas cualidades para la oratoria que no están en manos de todos. Ahora bien, no era cuestión de talento o condiciones; era un asunto de virtud. Como Alonso la poseía, Dios le dio la gracia de llegar al corazón de las gentes de diversa procedencia, y obtener incontables conversiones a través de sus palabras y de acciones apostólicas que le hicieron muy popular. Lo mismo alternaba con la corte y nobleza, se codeaba con escritores ya inmortales como Quevedo y Lope de Vega, que se volcaba en el pueblo. Eran las gentes humildes y sencillas quienes se sentían identificadas por el testimonio de su vida austera y su ardiente caridad con los enfermos, los abandonados y los reclusos.

Doña Juana, hija de Carlos V, le admiraba profundamente por haberle escuchado predicar en Valladolid; le acogió como predicador real, misión ratificada por su padre en 1554 y por Felipe II. Pero antes de recalar en Madrid, Alonso ya había desempeñado el oficio de prior de los conventos de Medina, Soria, Sevilla, Granada y Valladolid. Además, fue visitador de Andalucía y definidor provincial. Una artritis gotosa frustró su anhelo de evangelizar y obtener la palma del martirio en Méjico; ya había emprendido el camino, y estando en Canarias se vio obligado a regresar al convento. En 1561, cuando Felipe II le llamó a Madrid, le avalaba una larga trayectoria como religioso y como escritor, porque hallándose en Sevilla en 1542 había sentido que la Virgen le instaba a hacerlo: «¡escribe!», le dijo. Y de su pluma surgieron numerosos tratados de espiritualidad, libros, sermones, obras poéticas y una notable correspondencia. De modo que, entre su capacidad como predicador para elevar el corazón de las gentes a Dios, sus dotes musicales (tañía el clavicordio) que eran aclamadas por espíritus selectos, y su ingente producción literaria, coronadas por su virtud, amor a la oración y devoción por la Eucaristía y por María, que eran el centro de su vida, se comprende la expectación con la que se acogía su palabra y el cariño del pueblo llano que lo denominaba «el santo de San Felipe», aludiendo al nombre del convento madrileño en el que vivía.

Los que recurrían a él ignoraban la batalla interior que libraba. Durante treinta años padeció unos escrúpulos tales que solo cesaban durante la confesión y la celebración de la Santa Misa. En una etapa de su vida tuvo que luchar para defender su vocación al sentirse atraído por el mundo, escuchar la llamada del amor humano y tener que aceptar las dificultades del día a día dentro de la vida religiosa. «¡Oh cuántas veces estuve determinado de dejar la vida santa que había comenzado!», confesó después.En particular, siempre le costó tener que acoger obedientemente las misiones de gobierno que le encomendaron: «Si algunas veces, ordenándolo vuestros ministros, sentí pesadumbre en aceptar […], al fin, peleando con mi voluntad, me sujetaba al yugo de la obediencia, en la cual Vos, bondad infinita, siempre me fuisteis favorable, de suerte que hallaba nuevas fuerzas adonde yo no pensaba». Todo lo superó con insistente oración, mortificación y vivencia de la radicalidad evangélica. De su intensa oración extrajo la sabiduría que vertía en sus numerosos textos.

En 1570 fundó el convento de las agustinas de la Magdalena de Madrid, en 1576 el de las agustinas y los agustinos de Talavera, y en 1588 el de agustinas de la Visitación, también en Madrid. Siempre preocupado por la santidad de todos, y sabiendo el alcance que tiene la misión sacerdotal, decía a los presbíteros: «no os engañéis diciendo no me siento devoto para celebrar, porque eso es decir que arda la lámpara sin echarle aceite o el fuego sin leña. El santo David dice que los carbones fríos son encendidos en la presencia de este santísimo fuego. Lleguémonos luego a él; que si flacos somos, él es nuestra fortaleza; y si pecadores, él es nuestra salud y remedio; y si tibios, él mismo se llamó fuego abrasador por su inmensa caridad y amor». A los 90 años, residiendo junto a un grupo de agustinos en la casa de doña María de Aragón, enfermó gravemente. Allí le visitaron Felipe II, Isabel Clara Eugenia y el cardenal Quiroga, entre otros. Murió el 19 de septiembre de 1591. León XIII lo beatificó el 15 de enero de 1882. Juan Pablo II lo canonizó el 19 de mayo de 2002.

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Comentario al Evangelio


Buenos administradores
Comentario al evangelio del Domingo 25º del T.O./C

Por Jesús Álvarez SSP

SANTIAGO, 19 de septiembre de 2013 (Zenit.org) - «Dijo Jesús a sus discípulos: "El que es digno de confianza en cosas de poca importancia, será digno de confianza también en las importantes; y el que no es honrado en las cosas mínimas, tampoco será honrado en las cosas grandes. Por lo tanto, si ustedes no son dignos de confianza en manejar el sucio dinero, ¿quién les va a confiar los bienes verdaderos? Y si no se han mostrado dignos de confianza con cosas ajenas, ¿quién les confiará los bienes que son realmente suyos? Ningún siervo puede servir a dos señores, porque necesariamente rechazará a uno y amará al otro, o bien será fiel a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al dinero"» (Lucas 16, 10-13).

Los bienes materiales: dinero, posesiones, carrera, puesto de trabajo, cualidades, capacidades, familia, salud… son bienes mínimos frente a los bienes eternos. Los bienes temporales valen cuanto vale el amor con que se administran, se gozan y se comparten, ya que así se gozarán eternamente, multiplicados y mejorados al infinito. 

Se dice que con dinero se puede comprar todo. ¡Pues no es cierto! Con dinero se puede comprar una casa, pero no el calor de un hogar; un placer, pero no el amor; una compañía, pero no una amistad; un libro, pero no la sabiduría; una droga, pero no la paz; la comida, pero no la vida; un reloj, pero no el tiempo; una golosina, pero no el aire que respiramos; una luz, pero no el sol; una imagen, pero no la fe; una tumba en el cementerio, pero no un puesto en el cielo; un amuleto o un ídolo, pero no al Dios vivo y verdadero.

Los más grandes bienes y la verdadera felicidad no se compran con dinero. Y Dios nos regala cada día eso que no podemos comprar, y que tal vez ni se lo agradecemos, olvidando que agradecer y compartir es la mejor manera de que Dios nos dé el ciento por uno en esta vida y luego la vida eterna. 

Pero el dinero se convierte en ídolo sucio y destructor cuando se busca por sí mismo y para sí mismo, excluyendo a otros -personas y pueblos- en la pobreza y el hambre. La inmensa multitud de pobres evidencia el fracaso de los sistemas económicos y militares, de la falsa solidaridad y de la globalización egoísta de la riqueza.

San Juan Bosco decía: “Quien nada en la abundancia, pronto se olvida de Dios”. Es hipócrita el rico que se cree religioso porque se inclina ante Dios, pero no se inclina ni abre el corazón ante el sufrimiento de los hijos de Dios y hermanos suyos. 

“Quien tiene mucho, es rico; quien necesita poco, es más rico; quien comparte, es el más rico”. Nacimos para compartir, para ser felices haciendo felices a los demás, compartiendo con los ellos incluso sus sufrimientos y los nuestros.

La felicidad que se pretende encontrar en el lujo y en la abundancia, sólo se consigue en el compartir. Se perderá todo lo que se haya disfrutado por puro egoísmo.

Quien comparte sus riquezas materiales, humanas y espirituales, es acreedor a la bienaventuranza de Jesús: “Felices los pobres, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mt 5, 3).

Que Dios nos conceda la bendición de saber si estamos sirviéndolo a Él o al dinero, y nos conceda la valentía de servirle a Él, poniendo el dinero al servicio del bien, de la vida y de la felicidad ajena, para así conquistar la felicidad temporal y eterna.

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