Poder hablar

 

Guido Barilla, presidente del grupo de alimentación Barilla, ha dicho que su empresa no hará «publicidad con homosexuales porque nos gusta la familia tradicional. Si los gays no están de acuerdo siempre pueden comprar pasta de otra marca».

29/09/13 9:39 AM


Barilla está en su perfecto derecho de orientar su publicidad como prefiera, y es libertad de expresión promover los valores de la familia del mismo modo que lo es promover la estética gay y su modo de vida.

La libertad de expresión tiene que alcanzar más allá de las estrecheces de la corrección política. Los homosexuales tienen derecho a vivir y a expresarse como quieran, pero también tienen que poder hablar los que entienden que la familia es el eje vertebrador de la sociedad.

Barilla es una empresa honesta al no tratar de aprovecharse del cliché gay si sus propietarios y dirigentes son partidarios de la familia; y, en cualquier caso, su objeción es respetuosa y dentro del margen de acción que una empresa privada tiene y tiene que tener. Barilla, como su presidente ha dicho, tiene el mismo derecho a no hacer una publicidad orientada a los gays al que tienen los gays de consumir pasta de otra marca.

Las críticas que la marca ha recibido no se pueden interpretar como una defensa de los homosexuales o de la homosexualidad, sino como un intolerable ataque a la libertad de expresión de una empresa privada que tiene todo el derecho a promover la familia y sus valores.

No sólo la izquierda, no sólo el relativismo, no sólo los homosexuales, no sólo los ateos tienen que poder expresarse. También los católicos, también los liberales, también la derecha, también los individualistas, también los conservadores tienen que poder decir lo que piensan de todas las maneras posibles y proyectar sus ideas a través de su actividad creativa, empresarial, o como estimen oportuno.

Es loable, además, que Guido Barilla haya hablado claro y se haya expuesto a pagar el alto precio que la defensa de la familia le puede suponer. A cualquier marca comercial le perjudica que un público tan amplio como los gays dejen de comprar sus productos. No sé si es inteligente desde el punto de vista comercial, pero desde el punto de vista personal hay que decir que es noble que uno dé la cara por aquello en lo que cree.

Barilla presenta una pasta de gran calidad y la familia es la estructura fundamental de Dios en la Tierra.

Si el hombre es libre de acercarse o no acercarse a Dios, imagínate la libertad que tiene para elegir su marca de espaguetis.

Salvador Sostres

Publicado originalmente en Guantánamo, diario El Mundo