Pese a algunos datos esperanzadores, el reciente Informe dela Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación (FAO) nos advierte de que 868 millones de personas en el mundo, es decir, el 12,5% de la población mundial, pasan hambre y padecen subnutrición.
En la reciente reunión del Comité de Seguridad Alimentaria dela FAO celebrada en Roma, entre el 7 y el 11 de octubre, reunion en la que Manos Unidas participó, los ministros de Agricultura de 124 países debatieron sobre causas y consecuencias de esta realidad, identificando un problema que incide directamente en el hambre en el mundo: la especulación de los alimentos, que afecta especialmente a los sectores más pobres y vulnerables de la población, y que provoca una subida de precios.
No hay una causa única que explique el hambre en el mundo, sino una serie de causas que van sumando. Entre otras, tenemos que considerar la pobre inversión realizada por los países para mejorar sus infraestructuras agrícolas, haciéndolos dependientes de los mercados globales; el aumento de la demanda por el aumento de la población; la limitación de los recursos naturales y el cambio climático.
Hace tan sólo unos meses Manos Unidas sacaba a la luz el informe “El desafío del hambre en el mundo. La seguridad alimentaria en nuestro mundo globalizado”, en el que ya destacábamos que la especulación de los alimentos es, en el mundo actual, uno de los factores más relevantes para impedir el acceso a los mismos por parte de un gran porcentaje de la población mundial.
¿Cómo podemos hacer frente a esta amenaza para la seguridad alimentaria? La propuesta es trabajar en la transparencia de los mercados, para evitar la especulación, y reforzar la producción agrícola nacional.
Para Manos Unidas hoy es un día que celebra con renovadas ansías de continuar en un proyecto que empezó hace ya más de cincuenta años, de acabar con el hambre en el mundo. Tal y como se recoge en su manifiesto fundacional, el manifiesto de la UMOFC (Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas) de 1955 : “Un solo obstáculo en la lucha contra el hambre sería insuperable: creer que la victoria es imposible”