21.10.13

 

¿De dónde habremos sacado y mamado los católicos ese complejo de culpabilidad que parece que arrastramos desde siempre, y especialmente en el último siglo? Es como si la humanidad, desde Sumer a la Unión Europea, pasando por Egipto, Grecia, Roma, las civilizaciones precolombinas, el islam y el estalinismo hubiera vivido siempre en un estado de bonhomía, paz y fraternidad universal que se rompió hace dos mil años con la llegada del cristianismo al mundo, y especialmente del catolicismo.

El caso es que ahí andamos los católicos cabizbajos, escondidos, huraños, temerosos y agitando la campanilla que dice: cuidado, soy católico, y por tanto destructor de la humanidad, mala persona, avieso, violento, asesino, totalitario y estafador. Tan en la cabeza nos lo han metido que hasta cuando somos golpeados, torturados y asesinados llegamos a la conclusión de que si eso nos pasa es que algo habremos hecho.

Me resulta incomprensible la forma de acercarse a los mártires víctimas de la persecución religiosa del siglo XX en España de algunos personajes de renombre de la Iglesia en España. Hace apenas unos días el arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, no sé si pretendiendo hacerse perdonar la beatificación (manda güevos, Trillo dixit) de nuevo con la cosa de que la Iglesia debe perdir perdón, y además afirma “que es el momento de hacer estudio histórico a fondo sobre el papel de la Iglesia durante la República, la Guerra Civil y la dictadura de Franco”. Yo le diría algo más: que efectivamente hay que seguir estudiando con detalle la República, la Guerra Civil y el franquismo, y analizar el papel que en ese tiempo jugaron la Iglesia, los partidos políticos, anarquistas, comunistas. Porque aquí parece que los demás eran pobres corderitos azuzados por la violencia de los católicos y especialmente de los obispos, a los que por su condición de tales hay que presuponer la peor voluntad.

Menos mal que reconoce que los obispos de Cataluña ya pidieron perdón en el año 2011. Pena se le olvide citar que la conferencia episcopal española ya había hecho lo mismo en 1999.Está visto que uno no puede estar en todo. ¿Qué pasa, que necesita, una vez más, hacerse perdonar el ser obispo de una tierra fecunda en tantos mártires? ¿Qué pretende?

Ayer nos hemos enterado de la última de Josep María Soler, abad de Montserrat, otro que tal baila. Celebración de una misa de acción de gracias en Montserrat por la beatificación de 21 de sus monjes. Pro en fin… hombre, dos de ellos no murieron exactamente mártires, sino más bien en acción de guerra… que no se enfade nadie. Y como es natural, petición de perdón, que hay que hacerse disculpar estas cosas. Mira que recordó que Juan Pablo II ya había pedido perdón en el año 2000, e incluso él mismo. Es igual, a seguir con las mismas. Es verdad que uno quisiera ver alguna vez una petición de perdón, aunque sea por lo bajinis, de los que asesinaron a tantos monjes y religiosos, pero por lo visto no hay que ponerse tiquismiquis con estas cosas.

Pero la guinda de la guinda del pastel es que Josep María Soler, abad de Montserrat, aprovechara para pedir perdón por el papel de la Iglesia durante el franquismo, según puede leerse hoy mismo en La Vanguardia. Pero vamos a ver, hombre de Dios, ¿se puede saber quién narices le ha convertido a usted en portavoz de toda la Iglesia? Es que aquí en cuanto te descuidas te llega un demócrata y sin consultar a nadie se autoproclama portavoz de la Iglesia universal y encima hay que tragárselo.

Pues esta ha sido la última. En el fondo, me temo, está un cierto sentimiento de culpabilidad por tener hermanos mártires beatos, y la necesidad de hacerse perdonar algo que les huele a franquismo y mentalidad reaccionaria. Pero no me hagan mucho caso. Quizá es que no tengo el mejor día… ¿o sí?