28.10.13

 

Este fin de semana ha tenido lugar la segunda reunión de blogueros de InfoCatólica. Aunque nuestra idea es celebrar al menos una al año, diversas razones impidieron que la misma se celebrara en el 2012. El P. Jorge González Guadalix tuvo la generosidad de dejarnos uno de los salones de su parroquia en Madrid. A quienes vivan o se acerquen por la capital les aconsejo que se pasen a visitarle. Desde que el Señor le dio la felicísima idea de instalar una capilla de Adoración Perpetua, la parroquia de la Beata Ana Mª Mogas es sin duda uno de los corazones espirituales más potentes de la archidiócesis madrileña.

Aparte de un buen número de blogueros que pudieron venir de diversas partes de la península ibérica, nos acompañaron también algunos de nuestros articulistas habituales. Y la tarde del sábado pudimos charlar por video-conferencia con “infocatólicos” de fuera de España. Tuvimos algunas dificultades técnicas, pero los que sí pudieron participar estaban tan encantados de vernos y oírnos como nosotros de verles y oírles a ellos. En futuros encuentros procuraremos que esos problemas no estén presentes.

Una de las cosas que más claro tenemos en InfoCatólica es que todos los que formamos parte de este proyecto, procediendo de filiaciones regionales y espirituales muy diversas, sin embargo, hemos sido congregados por el Señor para formar un grupo unido a su servicio en un medio católico diario de información y formación. Por supuesto, hay quienes se sienten más o menos integrados, pero eso pasa en todos los grupos humanos. Este portal no es una mera recolección de blogueros en la que va cada cual a lo suyo. Tenemos una línea editorial muy clara y sabemos cuál es nuestra aportación al servicio de Dios, de la Iglesia y de la sociedad. Somos más que un simple medio de comunicación y todos entendemos nuestra labor como una obra apostólica. Desde nuestro nacimiento supimos que la Providencia marcaría el lugar que debíamos ocupar en la Iglesia de Cristo. Y aunque cometemos errores, nos mantenemos atentos a posibles correcciones, y creemos que estamos donde Dios quiere que estemos. Que no es poca cosa en este momento concreto de la Historia.

El crecimiento en visitas ha sido constante desde el principio, pero lo de este año está siendo espectacular. En ello ha influido, como no podía ser de otra forma, todo lo relacionado con la renuncia de Benedicto XVI y la llegada al papado de Francisco, pero eso por sí solo no explicaría semejante incremento. En las redes sociales, especialmente en Facebook -más de 145.000 amigos cuando escribo esto-, tenemos ya una presencia muy importante, sin parangón entre los medios de información religiosa en España y ya significativa en relación al resto de medios católicos en lengua española del resto del mundo.

Constantemente recibimos peticiones de personas que quieren unirse como blogueros o articulistas. Si diéramos paso a todos, tendríamos un exceso de blogs y artículos, así que tenemos que hacer una selección. De hecho, la mayor parte de las nuevas incorporaciones llegan porque el consejo editorial las hemos buscado. Quede bien claro que si decimos no a alguien, no significa que no nos parezca bien lo que escribe. Simplemente no caben todos.

InfoCatólica vive por la labor incansable e impagable del consejo editorial, del que formamos parte tanto el editor, P. José María Iraburu, como yo mismo, el director. Somos un poco el corazón del portal, pero nada seríamos sin el trabajo del resto de blogueros. Económicamente estamos como siempre. Dependemos totalmente de la Providencia. Es evidente que si pudiéramos contar a más gente trabajando, tendríamos mayor calidad informativa, pero eso lo dejamos en manos de Dios. Si podemos mantener el actual sistema durante el tiempo que Dios quiera, estamos contentos.

Pido a todos nuestros lectores cristianos que rueguen al Señor por cada uno de nosotros. Que nos siga ayudando a servirle. Que su gracia sobreadunde en este portal para mayor gloria suya. Que seamos instrumentos en sus manos.

A todos vosotros, tanto blogueros como articulistas y lectores, gracias de corazón.

Luis Fernando Pérez Bustamante