CARTA DEL OBISPO

ME AMARÁS CON TODA TU MENTE

(San Alberto Magno, 15 de noviembre)

 

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SANTANDER | 14.11.2013


Queridos oyentes de Radio María, especialmente miembros de Vida Consagrada:

 

            El día 15 de noviembre, la Iglesia celebra la memoria litúrgica de San Alberto Magno, Doctor de la Iglesia. Una ocasión muy propicia para comentar algunos aspectos de la catequesis que el Papa Benedicto XVI hizo sobre los Doctores de la Iglesia.

            San Alberto Magno nos recuerda que entre ciencia y fe existe amistad, y que los hombres de ciencia pueden recorrer, mediante su vocación al estudio de la naturaleza, un auténtico y fascinante camino de santidad.

            Nació en Alemania a principios del siglo XIII. Sus brillantes cualidades intelectuales le permitieron perfeccionar el estudio de la Teología. Fue maestro de Santo Tomás de Aquino. Auténtico hijo de Santo Domingo de Guzmán, dominico, predicador al Pueblo de Dios, al que conquistaba por su palabra y por el ejemplo de su vida.

            San Alberto Magno tiene mucho que enseñarnos todavía hoy. El Doctor universalis, como se le llama,  muestra sobre todo que entre fe y ciencia no existe oposición, pese a algunos episodios de incomprensión que han tenido lugar en la historia. Un hombre de fe y de oración, como era San Alberto Magno, puede cultivar serenamente el estudio de las ciencias naturales y avanzar en el conocimiento del micro y macrocosmos, descubriendo las leyes propias de la materia, porque todo esto concurre a alimentar la sed de Dios y el amor a Él. La Biblia nos habla de la creación como el primer lenguaje a través del cual Dios – que es suma inteligencia, que es logos – nos revela algo de sí mismo. El libro de la Sabiduría, por ejemplo, afirma que los fenómenos de la naturaleza, dotados de grandeza y belleza, son como las obras de un artista, a través de las cuales, por analogía, podemos conocer al Autor de la creación (cfr. Sab 13, 5).

            ¡Cuántos científicos, siguiendo los pasos de San Alberto Magno, han llevado adelante sus investigaciones movidos por asombro y gratitud frente al mundo que, a sus ojos de estudiosos y creyentes, se presentaba y se presenta como la obra buena de un Creador sabio y amoroso! El estudio científico se transforma así en un himno de alabanza.

            Queridos hermanos oyentes de Radio María, pidamos al Señor que nunca falten en la Iglesia teólogos doctos, piadosos y sabios como San Alberto Magno, y que nos ayude a cada uno de nosotros a hacer nuestra la “fórmula de la santidad”, que él siguió en su vida: “Querer todo lo que yo quiero para la gloria de Dios, como Dios quiere para su gloria todo lo que Él quiere”, es decir, conformarse siempre a la voluntad de Dios para querer y hacerlo todo solo y siempre para su gloria.

            Con mi afecto, agradecimiento y bendición,

+ Vicente Jiménez Zamora
Presidente de la CEVC
Obispo de Santander