4.11.13

Un Cristo casi como el Corcovado brasileño en medio de Siria

A las 6:00 PM, por Juanjo Romero
Categorías : General

Estatua en Sednaya, Siria. «Yo he venido para salvar al mundo»

Se ha erigido una escultura de 32 metros de altura (11 pisos aproximadamente) que representa al Salvador en su Segunda Venida. Corona la montaña de los Querubines, la más alta de Siria, Saydnaya, a 20 kilómetros de Damasco y muy cerca del monasterio. Seis metros menor que el Corcovado de Río de Janeiro, si contamos el pedestal. Una zona que todavía conserva la lengua de Nuestro Señor, el arameo

El monumento de bronce se ve perfectamente desde el Líbano, Jordania, Palestina e Israel, y es el símbolo de la esperanza de paz no solo en Siria y en toda la zona. Los dos bando enzarzados en la guerra civil decretaron tres días de alto el fuego para que la maquinaria pudiese acceder al Monasterio de los Querubines y levantar la escultura.

La imagen fue elaborada por el escultor armenio Artush Papoian y es una iniciativa de la Fundación San Pablo y San Jorge que contó con el apoyo de la Academia Teológica de Moscú y las autoridades religiosas ortodoxas de Rusia y Oriente Medio. El nombre del monumento adquiere significado especial: «Yo he venido para salvar al mundo», aunque curiosamente fue concebido antes de la guerra.

Samir Shakib el Gadban director de la Fundación de San Pablo y San Jorge lo detalla:

La idea surgió en 2005 con la bendición de Ignacio IV, entonces Patriarca de Antioquía y todo Oriente. Él fue precisamente el padre de esta idea. La propia escultura representa la imagen de la Segunda Venida. Con las dos manos Cristo bendice y al propio tiempo pisotea a una serpiente, símbolo del mal. A su derecha se encuentra Adán y a la izquierda Eva con la cabeza inclinada. Había varios lugares para la composición. Al fin y al cabo, el Patriarca Ortodoxo de Antioquía escogió la montaña de los querubines, un símbolo del Antiguo Testamento, que se utiliza en el cristianismo y no es negado por el Islam.

En la base de la escultura se construirá una capilla dedicada a Nuestra Madre. El día elegido, 14 de octubre, los ortodoxos celebran la fiesta de la «Intercesión de la Madre de Dios».

En torno a esta noticia me llaman la atención muchas cosas, aunque la que más me sorprende es que sea precisamente ¡una escultura!, ya que tanto ortodoxos como musulmanes cuanto menos son reacios a ese tipo de representación.