SANTA SEDE

Papa Francisco: “La caridad es la mayor riqueza de la Iglesia”


 

El Papa Francisco presidió la audiencia general semanal en la Plaza de San Pedro. Este miércoles 6 de noviembre el Obispo de Roma -luego de dedicar su última catequesis a la comunión de los santos- se detuvo en otro aspecto de aquella realidad: la participación en los bienes espirituales de la Iglesia. El Santo Padre subrayó que “en los Sacramentos nos encontramos con Jesús y, por medio de Él, entramos a formar parte del Pueblo de Dios”. Al poner de relieve que todo encuentro con el Señor tiene un carácter misionero, Francisco enfatizó en que los Sacramentos “constituyen una invitación a comunicar a los otros lo que hemos visto y oído, a llevar a los demás la salvación que hemos recibido”.

La catequesis del Papa se refirió asimismo a los carismas: “dones y gracias especiales que el Espíritu Santo reparte para la edificación de la Iglesia”. Ellos enriquecen la caridad, que está por encima de todo. “Sin amor, advirtió el Pontífice, los carismas son vanos. Con amor, hasta el menor de nuestros actos repercute en beneficio de todos”. El Santo Padre finalizó su catequesis de este miércoles recordándonos que los bienes espirituales que compartimos en la Iglesia están al servicio de la comunión y de la misión, y mediante la comunión de los santos cada uno de nosotros somos signo y sacramento del amor de Dios para los demás y para el mundo entero.

(RC-RV)

Resumen de su catequesis y palabras del Papa en nuestro idioma 

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy quisiera hablar de la comunión de los santos, que crece mediante la participación en los bienes espirituales de la Iglesia.

En los Sacramentos nos encontramos con Jesús y, por medio de Él, entramos a formar parte del santo Pueblo de Dios. Todo encuentro con el Señor tiene un carácter misionero. Por eso, los Sacramentos constituyen una invitación a comunicar a los otros lo que hemos visto y oído, a llevar a los demás la salvación que hemos recibido.

A su vez, los carismas son dones y gracias especiales que el Espíritu Santo reparte para la edificación de la Iglesia, es decir, de su santidad y de su misión en el mundo. Ellos enriquecen la caridad, que está por encima de todo. Sin amor, los carismas son vanos. Con amor, hasta el menor de nuestros actos repercute en beneficio de todos.

La caridad es la mayor riqueza de la Iglesia. Vivir la comunión en la caridad significa no buscar el propio interés, sino ser capaces de compartir las alegrías y los sufrimientos de los hermanos, ser capaces de llevar los unos los cargas de los otros.

No lo olvidemos: los bienes espirituales que compartimos en la Iglesia están al servicio de la comunión y de la misión, y mediante la comunión de los santos cada uno de nosotros somos signo y “sacramento” del amor de Dios para los demás y para el mundo entero.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, México, Panamá, Argentina y los demás países latinoamericanos. Que María Santísima haga de todos nosotros discípulos misioneros, que dan gratis las gracias recibidas. Muchas gracias.