IGLESIA EN ESPAÑA

Mons. Sánchez Monge señala cinco planes en el encuentro de formación ”La espiritualidad que anima a Cáritas”


 

“La espiritualidad que anima a Cáritas en su acción caritativa y social” fue el eje central del encuentro de formación de técnicos de las Cáritas de Galicia sobre el que versaron tanto la ponencia del Obispo de Mondoñedo-Ferrol, Mons. Manuel Sánchez Monge, como el audiovisual que precedió a un intenso debate entre los asistentes, así como de los tres testimonios vivenciales de sendos participantes, que pusieron el acento en el amor y en la caridad vividos con un sentido cristiano en su ejercicio en Cáritas.

La Casa de Ejercicios de Santiago de Compostela acogió este lunes 4 de noviembre a los alrededor de 70 participantes en esta jornada formativa, que fueron acogidos por el delegado episcopal de Cáritas Diocesana de Santiago, Jesús García, quien hizo hincapié en la “necesidad de pensar y reflexionar, para dar más.”

Cinco planes de espiritualidad en la acción caritativa y social

Mons. Sánchez Monge, como encargado del acompañamiento y animación de las Cáritas de Galicia, desarrolló en su ponencia “Cinco planes de espiritualidad en la acción caritativa y social”, que precedió de una serie de reflexiones sobre la caridad cristiana y el amor, señalando que “Cáritas es la Iglesia en una vertiente que nos afecta a todos y de la que unos se encargan específicamente”. También incidió sobre el amor de Dios y en cómo la caridad “es acoger el amor de Dios para luego darlo a los otros hermanos”.

En lo que respecta a los cinco planes de espiritualidad, el prelado señaló lo siguiente:

-Sin espiritualidad, Cáritas sería una ONG. Cáritas tiene un espíritu que la anima. Es un Espíritu Trinitario.

-Es una espiritualidad que ve. El amor es un complemento. “Vemos con el corazón que ve más allá de los ojos. Ve, escucha, se deja conmover y actúa”.

-La espiritualidad de Cáritas es “encarnada”. Ayuda a las personas necesitadas sin reparar en ideologías. “Colaborando con otros manteniendo la propia identidad”. “La persona es el centro de la acción”.

-La espiritualidad en Cáritas es transformadora. “La acción caritativa y social no puede conformarse, debe luchar contra la pobreza y las causas que la originan”.

-Es una espiritualidad de la ternura, que nos hace explicar lo débil, lo frágil y lo pequeño, y que no es un premio de consolación cuando no podemos alcanzar lo grande”.

“De dioses y hombres”

La proyección de la película de Xavier Beauvois “De dioses y hombres” dio paso a una serie de intervenciones en las que se analizaron diversas lecturas de la misma, tanto en clave religiosa como vocacional o social, y en las que el moderador del mismo, Jaime Barrecheguren, delegado episcopal de Cáritas Diocesana de Tui-Vigo, destacó un elemento como el discernimiento y señaló las reflexiones e incluso dudas sobre la fe, manteniendo en todo momento una comunicación con Dios a través de la oración, para reforzar una fe como herramienta para lograr la paz.

Mesa de testimonios

El programa del encuentro finalizó con una mesa de testimonios vivenciales en Cáritas, en la que participaron tres técnicos que expusieron sus experiencias vitales en el ejercicio de la caridad. Todos ellos coincidieron en subrayar el efecto positivo que en sus vidas ha tenido su dedicación a este ejercicio. Así lo afirmó Rubén iglesias, quien fue explicando los diversos caminos seguidos en su intención y acción social y caritativa, hasta encontrarse con la realidad cotidiana de Cáritas Diocesana de Santiago.

También Pilar Álvarez, técnica de Cáritas Diocesana de Lugo, quien, con un discurso sentido y emotivo, dio gracias a todas las personas con las que a lo largo de 27 años de servicio en Cáritas se había encontrado, tanto para dar como para recibir. Señaló, en este sentido, que “se sentía agradecida por lo que le habían dado” desde un campo en el que comenzó su labor –acogida de inmigrantes–, que siempre fue muy duro.

Por último, Quico Prat, técnico de los Servicios Generales de Cáritas Española, relató su andadura por el mundo social y de compromiso. Desde la dureza de ver a niños morirse de hambre en el Congo al acompañamiento a los enfermos de sida, cuando esta enfermedad era sinónimo de muerte, que es cuando comenzó a vivir en conciencia la espiritualidad del encuentro conviviendo con la de la contradicción, hasta llegar a la espiritualidad del cambio, de transmitir la esperanza. Sintiendo la necesidad de transmitir en el ámbito familiar la idea de Dios y que lo importante es “mirar hacia abajo, hacia los que están peor” y de volcarnos en “transmitir esta idea pedagógica a las nuevas generaciones para no cometer los errores de la sociedad en la que estamos”.

(Cáritas)