7.11.13

Una parroquia como Dios manda

A las 6:09 PM, por Luis Fernando
Categorías : Actualidad, Espiritualidad cristiana, Evangelio

 

Cuenta con dos sacerdotes que celebran dignamente la Misa, predican homilías conformes a la fe de la Iglesia, sin separarse del Magisterio. Además tienen la sana costumbre de sentarse en el confesionario para administrar el sacramento de la confesión.

Al párroco se le ocurrió la feliz idea de abrir una capilla de adoración perpetua. No es moco de pavo hacer eso, porque previamente hay que contar con los fieles, que son los que tienen que comprometerse a que haya siempre al menos una persona ante el Santísimo.

La última idea ha sido abrir un economato social para atender a los más necesitados. No es que antes no lo hicieran, pues contaban con un grupo de fieles que se encargaban de la Cáritas parroquial, pero lo del economato es un paso más. Al fin y al cabo, ya lo dice la Escritura:

¿Qué le aprovecha, hermanos míos, a uno decir: Yo tengo fe, si no tiene obras? ¿Podrá salvarle la fe? Si el hermano o la hermana están desnudos y carecen de alimento cotidiano, y alguno de vosotros les dijere: Id en paz, que podáis calentaros y hartaros, pero no les diereis con qué satisfacer la necesidad de su cuerpo, ¿qué provecho les vendría? Así también la fe, si no tiene obras, es de suyo muerta. (Stg 2,14-17)

Estamos pues, ante una parroquia que cumple con lo indicado por Cristo:

Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad asentada sobre un monte. Ni se enciende una lámpara y se la pone bajo el celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a cuantos hay en la casa. Así ha de lucir vuestra luz ante los hombres, para que, viendo vuestras buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos. (Mt 5,14-16)

En el caso de esta parroquia concreta, da la casualidad de que geográficamente está asentada sobre una lugar que se ve desde lejos. Pero aunque estuviera hundida en una sima, en una caverna profunda, seguiría iluminando todo el barrio que la rodea.

Quienes leen InfoCatólica saben de qué parroquia concreta estoy hablando, pero eso es lo de menos. De hecho, sé que hay otros sacerdotes que escriben en este portal a los que les encajaría todo o buena parte de la descripción que he hecho. Y ni les cuento la de sacerdotes que no escriben aquí hacen más o menos lo mismo. No son perfectos. Pero son fieles al llamado que Dios les hizo.

Todos ellos deben recordar lo que dijo Cristo:

Así también vosotros, cuando hiciereis estas cosas que os están mandadas, decid: Somos siervos inútiles; lo que teníamos que hacer, eso hicimos. (Luc 17,10)

Ahora bien, me van ustedes a permitir que a esos siervos inútiles les dé las gracias por ser fieles a Dios y por ayudar a otros a servir al Señor. Y a nuestros obispos les pido que mimen con esmero a ese tipo de sacerdotes. Sé que muchos ya lo hacen. Pues más aún. Son de lo mejor que tiene la Iglesia. La mayoría no figurará nunca en los titulares de los medios de comunicación terrenos. Pero en el cielo se habla mucho de ellos. Ojalá los fieles aprendiéramos a ser más agradecidos a los sacerdotes que dedican su vida a servirnos.

Luis Fernando Pérez Bustamante