11.11.13
Recuerdo muy bien, que me enteré de los fenómenos que habían comenzado a ocurrir en Medjugorje desde junio de 1981, a través de la edición mensual de la revista Selecciones del Readers Diges´t.
Me llamó la atención de que el fenómeno se diera en Yugoslavia, entonces bajo el dominio comunista, pero ciertamente no tuve interés alguno respecto de las dichas supuestas apariciones, me encontraba como misionero seglar en Chile, y por entonces en ese país vino a ocurrir un evento semejante llamado Aparición de Peñablanca, cuyo «vidente» manifestaba que se le aparecía «la Dama Blanca de la Paz», resultando a la postre, ser una fraudulenta aparición, descartada completamente por el episcopado chileno desde sus inicios. El travestido falso vidente murió hace poco, consumido por el alcoholismo.
San Juan de la Cruz nos pone muy en guardia contra las llamadas «visiones y apariciones». El Santo advierte que el Enemigo de las almas, puede producir estos fenómenos para apartar el alma del «ejercicio intenso de la fe amorosa». En tales cosas puede tener mucha mano no sólo el Demonio, sino también el natural propio, los que pueden crear hermosas locuciones y apariciones que fomentan la aparición.
El fenómeno mariano de Medjugorje, ha cumplido treinta y dos años el 24 de junio. Es la manifestación mariana más extendida de las del siglo XX, que ha penetrado con hondura. María se presenta como la «Gospa», la «Señora de la Paz», mediante sus mensajes de oración, penitencia y revelaciones valiosas. Se afirma que en la parroquia de Medjugorje se escuchan más confesiones que en cualquier otro santuario.
A pesar del largo período transcurrido, hasta la fecha la Iglesia no ha reconocido la sobrenaturalidad del evento ni ha declarado que sea falso, que se debería al hecho de la continuidad de las supuestas apariciones hasta hoy en día, en tal circunstancia sería imprudente un reconocimiento eclesial.
Monseñor Pavao Zanic, entonces obispo del lugar, aunque al inicio no tenía dudas acerca de la veracidad de las apariciones de Medjugorje, ha sido uno de los más firmes adversarios de la presencia extraordinaria de María en su diócesis, que consideraba la existencia de engaño en los supuestos videntes, aparte de condenar el aspecto económico comercial que había tomado el asunto, pero es claro que son dos problemas diversos.
Puede haber verdaderas manifestaciones de la Virgen, y puede haber comercio y especulación por parte de otras personas como junto a cualquier acontecimiento que congrega a la gente, todos los santuarios, pululan los vendedores que hacen su negocio a costa de los peregrinos y turistas.
Los obispos de la ex Yugoeslavia en 1991 declararon: «Según los datos conocidos no es posible afirmar que se trate de revelaciones sobrenaturales», pero ni lo afirman, ni lo niegan, lo que sí manifiestan es que Medjugorje es un lugar especial en el que se reúnen millares de personas diariamente procedentes ya de todo el mundo, que existe en torno una piedad sincera y sacrificada. Y patentizaron:«Hemos aceptado Medjugorje como un lugar de oración, como un santuario que acoge grandes concentraciones de fieles, que llegan de todo el mundo». Algo habrá cuando el rio suena. Toda esa gente no acude por pura curiosidad, ni por intenciones turísticas, sino atraída por algo, por algo misterioso que existe en el lugar.
Lo que hay que frenar siempre son las fantasías de ver algo extraordinario, al mismo tiempo hay que educar a los fieles, que están dispuestos a cualquier sacrificio, por acudir a un lugar donde se dice que hay manifestaciones extraordinarias, y no toman con interés la Presencia Real de Jesús en el Sagrario y en la Misa. El pueblo sencillo es muy aficionado a supersticiones, demasiado crédulo a toda novedad, sin embargo no dan la debida importancia a lo que es sustancial como la unión con Dios por medio de los sacramentos.
Puede ser o no que en Medjugorje existan fenómenos extraordinarios, lo que sí existe es un clima de piedad elevada, un deseo de purificación con notables conversiones, unas sesiones largas de oración colectiva y fervorosa, una búsqueda de sacrificios para reparar los pecados propios y ajenos, según los mensajes de María, con lo que la Virgen ha conseguido conmover al mundo entero, ya es bastante, aunque en las locuciones de la Virgen con los supuestos videntes no haya nada sobrenatural, porque parece que sí lo hay.