El 7 de enero es el día en el que la Iglesia Ortodoxa celebra la Navidad, una de las fiestas más importantes del año. Una fecha marcada por el antiguo calendario Juliano, establecido en el año 46 a. C. por Julio César y basado en el movimiento del Sol para medir el tiempo. Este calendario tiene un retraso de 13 días respecto al gregoriano y por lo tanto también respecto a los ritos religiosos católicos.

Durante todo el día 6 de enero los creyentes ortodoxos permanecen sin comer: es el punto final del ayuno de 40 días que precede a la Navidad. El 6 de enero, tanto por la mañana como por la noche, se asiste a misas solemnes. El ayuno termina al anochecer con la aparición de la primera estrella en el cielo, que simboliza la estrella sobre Belén en el momento del nacimiento de Jesús. Durante el Ángelus de la Epifanía del Señor, el Papa felicitó las navidades a los hermanos ortodoxos, un día después de anunciar su peregrinación, a Tierra Santa a 50 años del abrazo entre Pablo VI y el patriarca ortodoxo Atenágoras.

 

“Hermanos y hermanas, Dirijo mi cordial saludo a los hermanos y hermanas de las Iglesias Orientales que mañana celebran la Navidad. La paz que Dios ha dado a la humanidad con el nacimiento de Jesús, el Verbo Encarnado, fortalecida en toda la fe, la esperanza y la caridad, y dar comodidad a la comunidad cristiana, las iglesias que se encuentran en la prueba”.

 

(VIS)