Crónica de Roma
Mercedes De La Torre

Me ha llamado el papa

He aceptado la sugerencia de escribir esta crónica después de una profunda reflexión… Comparto algo que viví hace unos días y que inicialmente pensé que no lo haría público -incluso en momentos me cuesta creer todavía que sucedió-. Desde el comienzo de este Pontificado he escrito historias similares en voces de otros, pero en realidad cuando se vive en primera persona, la experiencia es mucho más sorprendente.


 

Así es, el Papa Francisco me llamó por teléfono y lo hizo en dos ocasiones. Esta breve narración representa una experiencia que percibo como un regalo inesperado que no me canso de agradecer y que he decidido compartir con vosotros, lectores, sólo porque he confirmado en primera persona que el Papa es cercano a la gente, que se interesa de verdad por las personas que encuentra y que además… cumple su palabra.

En realidad, esta crónica busca confiar con sencillez una historia que he vivido sin dar detalles que conservo en mi interior. Se trata de mi encuentro con un Pastor con ojos que supieron ver un corazón abierto y que además consiguió recordarme el mensaje profundo del Evangelio y su actualidad en mi vida cotidiana.

Todo comenzó el domingo pasado cuando, como lo he dicho en crónicas anteriores, participé en la visita del Papa Francisco a la parroquia del Sacro Cuore de Roma, en la cual tuve la oportunidad de acompañarlo junto con un grupo de personas por casi cuatro horas en los diferentes encuentros que realizóDurante la visita, en un momento de calma de acuerdo el programa previsto por los organizadores, lo pude saludar.

Este momento no fue la primera vez que intercambio palabras en español con él, ya que por motivos de trabajo he tenido la ocasión de saludarlo anteriormente, pero sin embargo, sí fue la primera vez que le escribí unas letras -y lo hice “con el corazón abierto”- por lo que durante este breve saludo le entregué la carta personalmente.

Dos días después supe que el Papa leyó mis letras porque mientras me preparaba para salir a una entrevista, recibí una llamada de un número desconocido por lo que contesté en italiano “Pronto” (saludo común para contestar el teléfono) y después escuché una voz en español que me dijo: “Hola, soy el Papa Francisco”. En ese momento fue como si cada una de las noticias que yo había escrito sobre las conversaciones telefónicas que realiza se hicieran presentes, por lo que no dudé que era él. Simplemente me pareció increíble y me conmoví mucho (uno nunca sabe cómo reaccionará en ciertos momentos, en realidad nunca creí que me llamaría por teléfono).

En esta primera conversación telefónica abordamos brevemente un tema que le había escrito en la carta y después me preguntó la dirección postal en la que podría enviarme una foto que le había pedido me bendijera para enviar a mi familia que vive en México y me explicó que yo no había escrito mi dirección postal. Confieso que pensé que, en el mejor de los casos, un colaborador me mandaría un email para decirme que el Papa había leído mi carta y que rezaba por mí. En cambio, él la leyó y decidió llamarme personalmente.

Tras la emoción de la llamada le di mi dirección pero no recordaba el código postal y no tenía ningún documento a la mano para dárselo, por lo que me dijo: “te llamo mañana”. Se podrán imaginar cómo fueron las horas siguientes… el Papa me había llamado y quizá me volvería a hablar por teléfono, pero no quería ilusionarme por la posibilidad de que esta segunda llamada la hiciera uno de sus colaboradores para pedirme mi dirección completa. Sin embargo, el Papa Francisco cumplió su palabra: al día siguiente me llamó, le respondí muy feliz al volver a escuchar su voz, le di el código postal que tenía escrito en un papel para no olvidarlo y le compartí una intención personal. Por último, me aconsejó “ir hacia adelante con el Evangelio en la mano”.

Mientras escribo esta crónica acabo de recibir un sobre de su parte… mi nombre y dirección están escritos con su letra, en el interior está la foto que le pedí bendijera y ha escrito una dedicatoria, una estampa con su imagen felicitando a mi madre que cumple en febrero 70 años en la que también le pide rezar por él y una oración que comenzaré a rezar desde hoy. Gracias Papa Francisco procuraré seguir tu consejo lo mejor posible.