27.01.14

Doce laicos contratados en una parroquia

A las 12:54 PM, por Jorge
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Así son las cosas, para qué nos vamos a engañar. Hay parroquias con más medios materiales que otras porque están en zonas más ricas o porque tienen una feligresía especialmente espléndida, mientras que en otras no alcanzan ni para pagar la luz.

Las más ricas, insisto en que no nos vamos a engañar, se pueden permitir pequeños lujos que en otras están vedados, desde tener alguna persona contratada hasta poder contar con apoyos y conferenciantes de tronío a los que incluso se les puede pagar el viaje y tener un detalle con ellos.

En las diócesis, al menos en Madrid, tenemos lo que se llama una caja de compensación que se surte de las parroquias con más posibilidades y atiende a su vez a aquellas que peor lo tienen. Con todo y eso, insisto, las diferencias existen, y la parroquia de Santa Apapucia, en la zona de más poderío de la ciudad de A, aún ayudando a otras, que lo hace, se puede permitir organista, limpiadoras, conserje, jardinero… que jamás podrá tener la de San Gundisalvo ubicada en la última periferia.

Dicho todo esto, hay cosas que a uno le dejan con los ojos a cuadros. Hace un par de días, en un comentario que me dejan en wordpress, y hablando de una parroquia, me encuentro lo siguiente: “Puede que al final sea un simple problema de presupuestos y de tamaño de parroquia porque además de los curas hay contratadas a jornada completa, o media jornada: 3 sacristanas, 2 secretarias, 2 limpiadoras y 5 liberados para la pastoral. Además del servicio de seguridad para las noches y madrugadas en la capilla de adoración perpetua…”

Todavía no me he repuesto. Porque si lo que dice esta amable comentarista es cierto, eso significa que, además de los curas (que por lo que cuentan bien pueden ser tres o cuatro más algún ayudante, hay contratadas nada menos que DOCE PERSONAS, aparte el el servicio de seguridad.

Estoy que no me recupero. Porque en la parroquia de un servidor, y hablo de la mía para no meterme con nadie, somos dos curas y una señora contratada para la limpieza unas horas. Y NADA MÁS. En los pueblos, servidor solito. En la primera parroquia que estuve, grande y con muy buenas posibilidades económicas, aparte de los curas, no había más nómina que la señora de la limpieza. El resto, voluntarios, que habían salido de la misma parroquia, de un trabajo bien hecho, de un ir creciendo como comunidad.

No me explico cómo es posible que en una parroquia medianamente trabajada no haya un voluntario para llevar al día por ejemplo el archivo y el despacho. No entiendo que la pastoral directa sea imposible si no es pagando a cinco liberados. ¿Y para abrir la iglesia, cerrar, preparar las vinajeras y el cáliz, organizar las misas, tres sacristanas contratadas? Eso lo hacían Charo y María en los pueblos gratis et amore y si no andabas listo encima pagaban el vino y las formas de su bolsillo. ¿Dos secretarias? Ahora mismo está en un despachito María poniendo en orden el archivo. Otra voluntaria.

No es solo problema económico, que lo es mantener en una simple parroquia DOCE contratados además de los sacerdotes, cuando en otras andan tan justitos. Es que todo se pone al revés. Y si para que las cosas salgan hay que pagar y contratar… es que algo no estamos haciendo bien. Los primeros, los curas. Por cierto, la última parte del comentario también tiene su arte: “Lo malo de esto, que al cura hay que verlo en pintura o pidiendo cita!”