ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 01 de febrero de 2014

La frase del día

"La esperanza es el sueño del hombre despierto"

Aristóteles - 384 AC-322 AC

 


El papa Francisco

El papa Francisco recibe en audiencia al Camino Neocatecumenal
Enviadas otras 174 familias que se unirán a las 414 del Camino ya en misiones 'ad gentes'

Palabras del Papa en la audiencia a los integrantes del Camino Neocatecumenal
Recordarse en donde se vaya que el Espíritu de Dios llega siempre antes que nosotros

Mirada al mundo

Concluyó Ginebra 2: 'aceptaron a Ginebra Uno, pero en Siria se sigue disparando'
Entrevista a Mons. Tomasi, observador de la Santa Sede ante organismos internacionales

Los obispos de Guatemala piden: 'Construyamos la paz y la fraternidad'
Mensaje al concluir su asamblea plenaria anual

Espiritualidad

Comentario a la Liturgia dominical
2 de febrero - Ciclo A - Textos: Malaquias 3, 1-4; Salmo 23; Hebreos 2, 14-18; Lucas 2, 22-40

Una vida iluminada
La Presentación del Señor - 2 Febrero

Beato Luigi Variara
«La mirada de un santo, exceptuando la de Dios, no tiene parangón con ninguna otra. Penetra los entresijos del corazón, consuela, anima, seduce, arrastra Luigi tuvo esta experiencia con Don Bosco y se propuso conquistar el cielo»


El papa Francisco


El papa Francisco recibe en audiencia al Camino Neocatecumenal
Enviadas otras 174 familias que se unirán a las 414 del Camino ya en misiones 'ad gentes'

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 01 de febrero de 2014 (Zenit.org) - El Papa Francisco ha recibido este sábado 1 de febrero en el Vaticano 
a unas 8 mil personas del Camino Neocatecumenal. Al concluir la audiencia, han sido enviadas unas 414 familias del movimiento a diversos destinos, entre los cuales, China, India y Viet-nam. con una pequeña ceremonia en la que le entregaban una cruz a cada una de ellas y a las cuales el papa ha saludado, en particular a los niños.

El pasado 9 de septiembre el Santo Padre ya recibió en audiencia privada en el Palacio Apostólico a sus iniciadores y responsables, Kiko Argüello, Carmen Hernández y el padre Mario Pezzi.
 


De las 414 familias en misión, 174 formarán parte de 40 nuevas missio ad gentes y que se sumarán a las 52 misiones que existen hasta la fecha. Estarán también presentes en la audiencia los 900 hijos que pertenecen a las familias. Además asistieron más de 100 familias que se encuentran ya en misión en distintos lugares del mundo. 


En el encuentro con el Papa participaron los iniciadores y responsables del Camino Neocatecumenal, los rectores de los 100 seminarios misioneros Redemptoris Mater que están presentes en diversos países, los presbíteros formados en los seminarios de Europa y los seminaristas que se forman actualmente en ellos. Además, de los equipos de catequistas-itinerantes internacionales del Camino, así como los responsables de las primeras comunidades de España e Italia y una representación de las comunidades de diferentes parroquias de Europa.
 
La 'missio ad gentes' hace referencia a la evangelización en lugares donde no está presente el Evangelio y en donde es preciso realizar la primera evangelización.

La mayoría de las familias que serán enviadas por el papa Francisco son de Europa, sobre todo de España e Italia. Cada una de estas 'missio' está compuesta por cuatro familias, un sacerdote y un "socio" que le acompaña (puede ser un laico o un seminarista); una hermana mayor que les ayuda, y tres hermanas jóvenes que, sin hacer votos, colaboran con la misión.
 


Las 'missio ad gentes', a imitación del modelo apostólico de la Iglesia primitiva, se desarrollan en las casas, en medio de los no bautizados. Juntos hacen presente una comunidad cristiana que muestran en medio de los paganos los signos que llevan a la fe: el amor y la perfecta unidad.



El Camino, que fue aprobado de manera definitiva en 2008 con la firma de sus estatutos finales, está presente en 124 naciones, en 1.479 diócesis con 20.432 comunidades presentes en 6.272 parroquias. 

El camino cuenta con 100 seminarios diocesanos misioneros Redemptoris Mater. 2.300 seminaristas diocesanos que participan en esta iniciación cristiana y que se preparan para el presbiterado.  1.880 presbíteros diocesanos ordenados de estos seminarios. Más de 1.000 familias en misión repartidas en 93 países y 92 missio ad gentes.

Lea: Las palabras del papa Francisco a los participantes a la audiencia del Camino Neocatecumenal

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Palabras del Papa en la audiencia a los integrantes del Camino Neocatecumenal
Recordarse en donde se vaya que el Espíritu de Dios llega siempre antes que nosotros

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 01 de febrero de 2014 (Zenit.org) - Este sábado primero de febrero de 2014, el Santo Padre dirigió las siguientes palabras a los aproximadamente ocho mil miembros del Camino Neocatecumenal, presentes en el Aula Pablo VI, en el Vaticano. 

Queridos hermanos y hermanas,

agradezco al Señor por la alegría de vuestra fe por y el ardor de vuestro testimonio cristiano. Gracias a Dios. Les saludo a todos cordialmente comenzando por el equipo responsable internacional del Camino Neocatecumenal, junto a los sacerdotes, seminaristas y catequistas. Un saludo lleno de afecto dirijo a los niños, presentes aquí en gran número. ¿Podemos ver a todos los niños? !Que lindo, gracias!

Mi pensamiento va de manera especial a las familias que viajarán a diversas partes del mundo para anunciar y dar testimonio del Evangelio. ¡La Iglesia les agradece esta generosidad! Les agradezco por todo lo que hacen en la Iglesia y en el mundo!

Y justamente en el nombre de la Iglesia, nuestra Madre, nuestra Santa Madre Iglesia jerárquica, como amaba llamarla San Ignacio de Loyola, quiero proponerles algunas simples recomendaciones. La primera es la de tener el máximo cuidado para construir y conservar la comunión dentro de las Iglesias particulares, en las que irán a obrar. El Camino tiene un carisma propio, una dinámica propia, un don que como todos los dones del Espíritu tiene una profunda dimensión eclesial. Esto significa ponerse a la escucha de la vida de las Iglesias en las cuales los responsables del movimiento les envían, para valorizar las riquezas, a sufrir por las debilidades si necesario, y a caminar juntos como un único rebaño bajo la guía de los pastores de las Iglesias locales.

La comunión es esencial: a veces, sucede que es mejor renunciar a vivir todos los detalles que el itinerario exigiría, con tal de garantizar la unidad entre los hermanos que forman la única comunidad eclesial, de la cual es necesario siempre sentirse parte.

Otra indicación: en cualquier lado en que vayan, les hará bien pensar que el Espíritu de Dios llega siempre antes que nosotros. El Señor siempre nos precede, piensen a Felipe, cuando el Señor lo envía a ese camino y sobre la carroza estaba ese ministro de economía, el Espíritu había llegado antes, él leía al profeta Isaías, no entendía lo que leía, pero el corazón ardía, y así cuando Felipe se acerca está preparado para la catequesis y el bautismo.

El Espíritu siempre nos precede. Dios siempre está antes de nosotros. Mismo en los lugares más lejanos, mismo en las culturas más diversas, Dios esparce por todas partes las semillas de su Verbo. De aquí nace la necesidad de poner una atención especial al contexto cultural en el cual se irá a obrar: se trata de un ambiente muchas veces muy diverso del que uno proviene.

Muchos fatigarán para aprender el idioma local, a veces difícil, y este esfuerzo es apreciable. Aún más importante será el empeño para aprender --lo he dicho a Kiko-- las culturas que encontrarán, sabiendo reconocer la necesidad del Evangelio que hay por todas partes, pero también aquella acción que el Espíritu Santo ha cumplido en la vida y en la historia de cada pueblo.

En fin, les exhorto a cuidarse con amor los unos a los otros, en particular a los más débiles. El Camino Neocatecumenal, como itinerario de descubrimiento del propio bautismo es un camino exigente, durante el cual un hermano o una hermana podrán encontrar dificultades imprevistas. En estos casos el ejercicio de la paciencia y de la misericordia por parte de la comunidad es signo de madurez en la fe.

La libertad de cada uno no tiene que ser forzada, y se debe respetar también la eventual elección de quien decidiera buscar, afuera del Camino, otras formas de vida cristiana que lo ayuden a crecer en la respuesta a la llamada del Señor.

Queridas familias, queridos hermanos y hermanas, les animo a llevar por todas partes, también en los ambientes más descristianizados, especialmente en las periferias existenciales, el Evangelio de Jesucristo. Evangelicen con amor, lleven a todos el amor de Dios. A todos los que encuentren en las calles de vuestra misión indiquen que Dios ama al hombre así como es, mismo con sus límites, con sus errores, mismo con sus pecados. Y por eso envió a su Hijo para que Él tomara los pecados sobre sí.

Sean mensajeros y testimonios de la infinita misericordia del Padre. Les confío a nuestra madre María, para que les inspire y sostenga siempre en este apostolado. Siguiendo la escuela de esta tierna Madre sean misioneros celantes y alegres. ¡No pierdan la alegría!

Leer también: 
El Papa Francisco recibe en audiencia 
al Camino Neocatecumenal  
Enviadas unas 414 familias del Camino en misiones ad gentes

(Traducido por H. Sergio Mora)

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Mirada al mundo


Concluyó Ginebra 2: 'aceptaron a Ginebra Uno, pero en Siria se sigue disparando'
Entrevista a Mons. Tomasi, observador de la Santa Sede ante organismos internacionales

Por H. Sergio Mora

ROMA, 01 de febrero de 2014 (Zenit.org) - Concluyó este viernes la cumbre de Ginebra 2, sin grandes resultados, y ahora siguen las diferencias internacionales sobre Siria. En Munich se ha abierto la Conferencia internacional sobre seguridad, en la que participan los principales países y entes internacionales que intervienen en la crisis medioriental.

El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, pidió a EE.UU y Rusia que hagan presión al gobierno y a la oposición siria para que vuelvan a negociar el 10 de febrero próximo en Ginebra. La finalidad es siempre la de lograr un alto al fuego y detener un conflicto que ya ha causado 136 mil muertos.

ZENIT entrevistó telefónicamente a Mons. Silvano Tomasi, representante permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y entes internacionales con sede en Ginebra, pidiéndole que ilustrara a qué punto se encuentra la situación.

“Las informaciones que tenemos indican que las negociaciones retomarán el 10 de febrero”, indicó Mons. Tomasi. Sobre los logros obtenidos, precisó que “no se ha concluido mucho”, puesto que las expectativas eran “que se obtuviera la suspensión de la violencia y de la guerra, y sobre esto las cosas no han madurado lo suficiente”.

“A pesar de ello -precisó el arzobispo- no se puede decir que haya sido todo negativo, porque han manifestado la voluntad de reencontrarse para negociar, sea el gobierno sirio que la oposición”. Añadió que además “existe el deseo que haya más participación por parte de otros componentes de rebeldes, de manera que algo pueda concluirse”.

El observador de la Santa Sede ante los entes internacionales en Ginebra, indicó entre los logros el hecho que los participantes de esta última cumbre “hayan aceptado como punto de partida las conclusiones de la conferencia de Ginebra Uno, que era la base sobre la cual se quería concordar”. Precisó que “Ginebra Uno fue aceptada como dijeron los comunicados y el negociador de la ONU y de la Liga Árabe ante Siria, Lakhdar Brahimi”. Motivo por el cual “algo de positivo hubo” dijo.

La cumbre de Ginebra Uno se realizó en junio de 2012 y las conclusiones piden un gobierno de transición, que se prepare una nueva Constitución y se realicen elecciones libres. El acuerdo fue avalado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Mons. Tomasi lamentó entretanto “que no se haya logrado un alto al fuego” y que “no haya madurado nada sobre los corredores humanitarios”.

Interrogado sobre la oposición, si es solamente política o tiene algún poder dentro de la lucha armada, el observador de la Santa Sede recordó que “la semana pasada hubo una batalla abierta entre la oposición y estos grupos de mercenarios, irregulares que según indicó el ministro de Exteriores de Siria, Walid Al Mualem, contarían con 'voluntarios' de unos ochenta países. O sea que la oposición siria se puso a combatir contra algunos de estos grupos”.

Sobre las minorías religiosas, precisó que “todas las partes que negocian indicaron que se quiere un futuro democrático en el cual todos tengan derecho de existir; por lo tanto que valga para cristianos, drusos y alawitas, y todos los otros, porque Siria es un país conformado por grupos, aunque la mayoría parezca sunita”.

“En mi intervención en Motreux --recordó Mons. Tomasi-- he insistido mucho que sea la ciudadanía el criterio que indique la pertenencia al país, de manera que la gente se pueda organizar de acuerdo con los principios de la libertad de asociación, de la libertad religiosa. Pero partiendo de esta base común que es la ciudadanía, para construir un Estado que sea realmente democrático y neutro por lo que se refiere a etnias, grupos culturales o religiosos”.

“Recemos --concluyó Mons. Tomasi-- para que llegue la paz en esta Siria martirizada, pero no sólo, porque también hay tantos países atormentados, como la República Centroafricana, Malí, Congo, etc”.

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Los obispos de Guatemala piden: 'Construyamos la paz y la fraternidad'
Mensaje al concluir su asamblea plenaria anual

Por Redacción

ROMA, 01 de febrero de 2014 (Zenit.org) - La Conferencia Episcopal de Guatemala (CEG), en el marco de su asamblea plenaria anual, exhortó a ejercer la paz y justicia social, o sea a cumplir con las obligaciones ciudadanas exigidas por un estado de Derecho.

Tras enumerar las situaciones de dificutlad y pobreza precisan que superar esa situación depende de todos. Y enumeran:

- Los diputados al legislar en favor del bien común sin perder el tiempo en polémicas inútiles y sin caer en la tentación del dinero que compra conciencias;

- el poder ejecutivo en la búsqueda del bien común y de un nuevo modelo de desarrollo que satisfaga las necesidades de los más pobres, con un oído atento a las demandas de la población que pide ser escuchada y no criminalizada;

- el organismo judicial al poner verdaderamente la justicia como el principio rector de sus acciones y decisiones sin ceder a presiones ni intereses de ninguna clase;

- el empresariado que con una mentalidad abierta y realista favorezca un desarrollo inclusivo, sin acaparamientos de riquezas ni ambiciones desmedidas, en el respeto al medio ambiente y en la práctica de la justicia en las relaciones laborales;

- quienes tienen la obligación de garantizar la seguridad de los ciudadanos en una vida recta y coherente con los principios morales del respeto a la vida y a la verdad;

- los trabajadores en el cumplimiento exacto y respetuoso de sus obligaciones;

- los terratenientes en la práctica del principio básico que Dios hizo todo para todos;

- la sociedad civil que en sus protestas legítimas no recurre a la violencia ni a medidas de hecho que afectan los derechos de otros ciudadanos.

Texto completo del mensaje:

Conferencia Episcopal de Guatemala

CONSTRUYAMOS EL PAIS EN LA PAZ Y LA FRATERNIDAD

Introducción:

Los Obispos de Guatemala y los administradores diocesanos concluida nuestra Asamblea Plenaria Anual, con ánimo agradecido a Dios, nos dirigimos a todos los creyentes en Cristo Jesús y a quienes como nosotros quieren construir un país en paz y fraternidad.

En esta asamblea hemos elegido a quienes ocuparán diversos cargos en el seno de la Conferencia, reestructurado las comisiones episcopales y discernido la realidad que vive nuestro país, para cumplir con nuestra tarea pastoral de orientar y animar a hombres y mujeres de buena voluntad.

Nuestro discernimiento pastoral:

Como muchas veces lo hemos señalado, nuestro país desde hace años enfrenta grandes desafíos, afronta una grave problemática humana, personal y comunitaria, y expresa un profundo deseo y voluntad de alcanzar una vida plena.

Algunas señales de esta grave problemática han sido mencionadas por el Papa Francisco en su Mensaje del pasado primero de enero: “el egoísmo que se desarrolla socialmente tanto en las múltiples formas de corrupción ….como en la formación de las organizaciones criminales, el drama lacerante de la droga con la que algunos se lucran despreciando las leyes morales y civiles, la devastación de los recursos naturales y la contaminación, la tragedia de la explotación laboral, la especulación financiera, la prostitución que cada día cosecha víctimas inocentes, la abominable trata de seres humanos, los delitos y abusos contra los menores, la tragedia frecuentemente desatendida de los emigrantes con los que se especula indignamente en la ilegalidad, las desigualdades entre personas y grupos, la pobreza e injusticia, el consumismo materialista”, la violencia salvaje todavía no dominada.

Ellas son el fruto de la falta de una verdadera apertura a Dios, que “tanto ha amado al mundo que envió a su Hijo Unigénito para salvarlo” ( cfr.Jn 3,16), como también las manifestaciones de un proceso deshumanizador que hunde sus raíces en el olvido del prójimo, como “mi hermano y hermana” y promueven una mentalidad de la indiferencia y desprecio hacia los más pobres y vulnerables.

Este proceso deshumanizador se da contradictoriamente en un país en el que la mayoría se considera creyente en Cristo Jesús.

En este mensaje no queremos insistir sobre lo que siempre hemos denunciado como opuesto al plan de Dios que quiso que su Hijo se hiciera uno de nosotros para darnos vida y dárnosla en abundancia, pero no podemos dejar de mencionar que en el momento actual la percepción común es que vivimos en un país de contradicciones, de polarizaciones, de antagonismos y conflictos, de descontento y desilusión que deben ser resueltos con celeridad para evitar caer en el fondo del abismo de la desesperación.

En este contexto tres cuestionamientos nos preocupan grandemente y queremos compartirlos:

¿Podremos con nuestras fuerzas vencer estas realidades negativas que impiden que alcancemos la paz?

¿Cómo llenar las profundas ansias de una vida plenamente humana de los guatemaltecos y guatemaltecas?

¿Qué debemos hacer los creyentes en Jesús y todos cuantos tienen buena voluntad para ajustar la realidad guatemalteca al Plan de Dios?

Nuestra respuesta desde el Evangelio:

Dios es nuestro Padre. Un Padre amoroso y providente que nos ama con “un amor personal, puntual y extraordinariamente concreto por cada ser humano (Mt.6,25-30).Una paternidad por tanto que genera eficazmente fraternidad , porque el amor de Dios cuando es acogido, se convierte en el agente más asombroso de transformación de la existencia y de las relaciones con los otros , abriendo a los hombres a la solidaridad y a la reciprocidad” (Papa Francisco, mensaje del 1 de Enero, 2014).

El amor de Dios manifestado en Jesús, que entregó su vida totalmente por la humanidad y pasó por este mundo haciendo el bien, es la fuerza poderosa que vence el mal y hace que seamos hijos del mismo Padre. Jesucristo es quien ha derribado los muros de la insolidaridad, del egoísmo, de la enemistad y del odio. “Quien acepta la vida de Cristo y vive en El reconoce a Dios como Padre y siente el llamado a vivir una fraternidad abierta a todos. En Cristo, el otro es aceptado y amado como hijo o hija de Dios, como hermano y hermana y no como un extraño, y menos aún como un contrincante o un enemigo” (Papa Francisco, ibídem).

Este es, en el momento actual, el gran reto y desafío que los cristianos tenemos en Guatemala: emprender el camino de la fraternidad que es el camino de la paz verdadera, fundamentada sobre la Fe, justicia, la verdad, la libertad y la solidaridad.

Qué hacer para emprender este camino?

Para responder a este reto queremos recordar que el espíritu de fraternidad se expresa en tres deberes fundamentales, que al cumplirlos lograremos crear un porvenir de progreso y bienestar para todos y todas.

El deber de solidaridad: este deber exige compartir, ayudar a los más necesitados, e incluye “la asistencia, promoción, liberación y aceptación fraterna” ( Beato Juan Pablo II, Iglesia en América No. 58) de quienes son los más desfavorecidos, muchas veces considerados inútiles y son marginados y excluidos de condiciones de vida acorde a su naturaleza de personas: los campesinos sin tierra, los indígenas discriminados, las mujeres abandonadas que también son víctimas de la violencia, las familias empobrecidas y desintegradas, los ancianos, los desempleados, los jóvenes sin oportunidades, las madres solteras, los enfermos sin asistencia médica, los niños y niñas desnutridos, los que no tienen que comer, y tantos otros que sufren las consecuencias de la pobreza y miseria.

El deber de justicia social: implica cumplir con las obligaciones ciudadanas exigidas por un Estado de derecho fundamentado en los valores éticos, en la justicia y realizar cada quien el rol que ocupa en la sociedad:

- los diputados al legislar en favor del bien común sin perder el tiempo en polémicas inútiles y sin caer en la tentación del dinero que compra conciencias;

- el poder ejecutivo en la búsqueda del bien común y de un nuevo modelo de desarrollo que satisfaga las necesidades de los más pobres, con un oído atento a las demandas de la población que pide ser escuchada y no criminalizada;

- el organismo judicial al poner verdaderamente la justicia como el principio rector de sus acciones y decisiones sin ceder a presiones ni intereses de ninguna clase;

- el empresariado que con una mentalidad abierta y realista favorezca un desarrollo inclusivo, sin acaparamientos de riquezas ni ambiciones desmedidas, en el respeto al medio ambiente y en la práctica de la justicia en las relaciones laborales;

- quienes tienen la obligación de garantizar la seguridad de los ciudadanos en una vida recta y coherente con los principios morales del respeto a la vida y a la verdad;

- los trabajadores en el cumplimiento exacto y respetuoso de sus obligaciones;

- los terratenientes en la práctica del principio básico que Dios hizo todo para todos;

- la sociedad civil que en sus protestas legítimas no recurre a la violencia ni a medidas de hecho que afectan los derechos de otros ciudadanos.

En una palabra este deber de justicia social abarca todas las actividades y funciones de quienes formamos esta sociedad guatemalteca, incluidos quienes tienen deberes pastorales en su condición de clérigos o de pastores de denominaciones cristianas no católicos, al ser promotores de la unidad y el respeto mutuo.

El deber de caridad universal: este deber “implica la promoción de un mundo más humano para todos, en donde todos tengan algo que dar y recibir, sin que el progreso de unos sea un obstáculo para el desarrollo de los otros” (Pablo VI, El desarrollo de los pueblos, 44).

Estamos convencidos que el cumplimiento de estos tres deberes promoverá una sociedad guatemalteca en paz y bienestar.

Al finalizar este comunicado, nuestro deseo y oración, al mismo tiempo que exhortación es este: creamos con firmeza y vivamos de acuerdo a ello, que “la relación fraterna con el prójimo constituye el bien más preciado “(Papa Francisco, ibid.) Descubramos, experimentemos, testimoniemos y amemos la fraternidad. Es nuestra vocación.

En palabras del Papa Francisco: “ en la apertura a Aquel que ama a cada hombre y a cada mujer, la política y la economía conseguirán estructurarse sobre la base de un auténtico espíritu de caridad fraterna y podrán ser instrumento eficaz de desarrollo humano integral y de paz”.

Santa María, que abrió totalmente su vida al Plan de Dios, nos anime a seguir su ejemplo e interceda por nosotros para tener la fuerza de hacerlo.

Guatemala, 31 de enero de 2014.

Rodolfo Valenzuela Núñez

Obispo de la Diócesis de La Verapaz

Presidente de la

Conferencia Episcopal de Guatemala

Domingo Buezo Leiva

Obispo Vicario de Izabal

Secretario General de la

Conferencia Episcopal de Guatemala

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Espiritualidad


Comentario a la Liturgia dominical
2 de febrero - Ciclo A - Textos: Malaquias 3, 1-4; Salmo 23; Hebreos 2, 14-18; Lucas 2, 22-40

Por Antonio Rivero

BRASILIA, 01 de febrero de 2014 (Zenit.org) - P. Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor y director espiritual en el seminario diocesano Maria Mater Ecclesiae de são Paulo (Brasil).

Idea principal: Jesús es presentado a Dios para ser consumado en la llama de la oferta, y así ser luz en su sacrificio.

Resumen del mensaje: Los cirios que se llevan hoy a la iglesia son un símbolo bellísimo de esta oferta para ser luz. La cera significa toda la disponibilidad a la llama, se consume en la llama y así difunda la luz.

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, la vida de Jesús es luz. Él es todo disponible al fuego del amor que viene del Padre, el amor del Espíritu Santo: se ofrece a este fuego para que la humanidad que Él ha asumido se transforme en gloria y luz. Cada instante de la existencia de Jesús es ofrecido para llegar a ser luz. Y esa luz se irradia de manera especial en el momento del sacrificio de la cruz. Ahí la luz es puesta sobre el candelabro para iluminar toda la casa, todo el mundo. Todos miramos a esa luz que viene del Calvario.

En segundo lugar, esta fiesta es un preanuncio del misterio pascual. La procesión con las velas es una anticipación de aquella del Sábado Santo, cuando acompañamos a Cristo-Luz, simbolizado en el cirio pascual. Las palabras de Simeón dejan entrever la pasión, el misterio de Cristo que llega a ser luz a través de su sacrificio, iluminando así las naciones todas.

Finalmente, nosotros hoy vamos al encuentro de esta luz que es Cristo, para ser también luz a nuestro alrededor. Nuestra vida cristiana tiene que ser luminosa con nuestro ejemplo de entrega. Pero sobre todo, llega a ser luminosa nuestra vida porque ofrecemos nuestros cuerpos como sacrificio viviente en la cruz de Cristo. Nuestra vida así se consume en la llama del amor y llega a ser luz, gracias al Espíritu Santo.

Para reflexionar: ¿pedimos con insistencia al Espíritu Santo que nuestra vida sea una ofrenda bella, santa, agradable a Dios porque la hemos inmolado en la cruz de Cristo y de ahí Jesús la hace luz para iluminar a nuestro mundo?

Cualquier sugerencia o duda pueden comunicarse con el padre Antonio a este email: arivero@legionaries.org

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Una vida iluminada
La Presentación del Señor - 2 Febrero

Por Mons. Enrique Díaz Diaz

SAN CRISTóBAL DE LAS CASAS, 01 de febrero de 2014 (Zenit.org) - Mal 3,1-4: Entrará en el santuario el Señor, a quien ustedes buscan Salmo 23: El Señor es el Rey de la gloria San Lucas 2,22-40: Mis ojos han visto al Salvador Llegó hace muchos años y ahora pertenece ya a la historia, al paisaje y familias de la región. ¿Cuántos años tiene? No lo sé, pero debe andar rondando los noventa. Encorvado, delgado a más no poder, pero con una luz y una alegría que le brotan por sus ojos, por sus palabras, por su generosidad.

El Tío Lole, italiano de nacimiento, mexicano por opción, Hermanito de Jesús, ha hecho de estas tierras lugar de encuentro e intimidad con el Dios que le sostiene. Ermitaño, tres o cuatro cosas son toda su riqueza y le bastan para sostenerse. Su pobre posesión la destina a la comunidad y hace brotar de su pequeña huerta alimento generoso para quien se acerca a visitarlo. Siempre habla de Dios, siempre tiene palabras de esperanza, siempre está dispuesto, aunque la ancianidad y las enfermedades ya casi lo destruyen. Sólo espero el día feliz de mi encuentro final con el Señor. Que sea cuando Él quiera. Que sea como Él quiera. Yo ya estoy en sus manos, lo dice con plena convicción y mucha esperanza. Es una vida que llega al final con plenitud y me brota la pregunta: ¿Yo he encontrado también esa paz y esa felicidad? ¿Qué te gustaría hacer antes de morir? ¿Cuál sería tu sueño, que una vez realizado, podrías decir: ahora sí, ya me voy en paz?

Sorprenden las palabras de Simeón porque revelan una paz y una armonía interior plena. Y tiene razón porque la esperanza largamente alimentada por todo un pueblo, el sueño que los ha sostenido por los siglos, la promesa que mantuvo encendidos sus anhelos, ahora está frente a él y lo considera como plenitud de su propia vida. No necesita más, ha visto al Salvador, se siente realizado y puede morir en paz. Lo acoge no como un privilegio personal, sólo para él, sino como un don que debe compartir y se atreve a presentarlo como luz, no exclusivamente del pueblo de Israel sino para todos los pueblos.

Las esperanzas de este hombre que ha vivido en justicia y rectitud, que es temeroso de Dios y aguarda el consuelo de Israel, se encarnan en el pequeño que presentan José y María. Este encuentro, aunque es un regalo, implica un esfuerzo y una aceptación. Interiormente ha vivido cerca del templo, en constante encuentro con Dios y en espera de la consolación. Vive orientado hacia lo que redime, hacia Quien ha de venir. Por eso su corazón se alegra al tomar en sus brazos a aquel Niño y bendice a Dios diciendo: Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo. Su corazón rebosa de alegría y en sus bendiciones nos enseña toda la verdad de Quien sostiene en sus brazos. Lo llama el Salvador, retomando las palabras de Navidad y haciéndolas actuales y precisas para ese momento.

Para cada uno de nosotros se hace presente el Salvador, en nuestra historia, en nuestras dificultades y en nuestro tiempo, solamente deberemos abrir bien los ojos para descubrir al que viene a salvarnos. Su grito de alegría descubre a este Salvador como el bien de todos los pueblos y la luz de todas las naciones. Es una nueva manifestación de Jesús como un amor y una luz capaz de atraer a los lejanos, como una llamada audible y amiga que convoca, moviliza y vincula más allá de las barreras levantadas por los hombres. Como un don universal no sujeto a los particularismos de los pueblos, de las culturas o de las religiones. Qué equivocados estamos nosotros cuando nos apropiamos de ese Jesús y lo enfrentamos a los pueblos. Qué miope nuestra mirada cuando solamente buscamos nuestros intereses y nuestros caprichos. Si pusiéramos toda nuestra vida, nuestra historia y nuestra economía, delante de esta luz que es Jesús, caerían esas torpes manipulaciones que protegen sólo a unos cuantos y a los demás los dejan sumidos en las sombras. Cristo es la luz que se anticipa y surge entre nosotros, que lo toca todo, a todos los hombres y todo el hombre. Seguir su resplandor implica y exige una promoción integral de cada ser humano. Por consiguiente, nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad secreta de las personas, sin influencia alguna en la vida social y nacional.

Una auténtica fe siempre implica un profundo deseo de iluminar el mundo y a toda la humanidad. Amamos este magnífico planeta donde Dios nos ha puesto, y amamos a la humanidad que lo habita. La tierra es nuestra casa común y todos somos hermanos. Este anciano con sus palabras nos encamina en este nuevo sendero. Simeón, con el niño en brazos, tras haber alabado a Dios, se dirige con una palabra profética a María, y en ella a todos los discípulos, en la que une a este resplandor de la luz una especie de profecía de la cruz. Primeramente le descubre la contradicción que provocará este Niño, pues mientras para unos la luz es claridad, a los otros les descubre sus mentiras y corrupción. Y aquí no se habla del pasado. Todos nosotros sabemos hasta qué punto Cristo hoy es signo de contradicción. Para muchos Cristo, Dios mismo, es una especie de límite a la ambición y libertinaje del hombre que es necesario combatir. Dios, con su resplandor y verdad, se opone a la mentira del hombre, a su soberbia y a su egoísmo.

Es cierto, Dios es amor, pero también se puede odiar el amor cuando nos exige salir de nosotros mismos. El amor no es una romántica sensación de placer, el amor duele cuando es entrega, el amor duele cuando es fiel y llega a los extremos. La palabra final la dirige Simeón concretamente a María: Y a ti, una espada te atravesará el alma. La oposición contra el Hijo hiere también a la madre. Y afecta su corazón. La cruz de la contradicción, que se ha hecho radical, se convierte en ella en una espada que le traspasa el alma. Fiesta de la Candelaria no es sólo una bella tradición de tamales y candelas, sino la manifestación de Cristo como nuestra luz y la presentación clara de las exigencias para el discípulo. Quien sigue a Jesús debe dejarse iluminar en el fondo de su corazón y enfrentar la contradicción.

Con María aprendamos el significado de la verdadera compasión, libre de sentimentalismo alguno. Ella padeció-con Jesús, nosotros ahora debemos acoger el dolor ajeno como sufrimiento propio. Padecer-con Jesús en nuestros hermanos. Candelaria, día de la presentación de la luz en medio de nosotros y nuestras vidas. Dios, Padre de amor y misericordia, que nos donas a tu Hijo para que sea nuestro Salvador, concede que su luz ilumine nuestras sombras y nos sostenga en los momentos de contradicción. Amén.

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Beato Luigi Variara
«La mirada de un santo, exceptuando la de Dios, no tiene parangón con ninguna otra. Penetra los entresijos del corazón, consuela, anima, seduce, arrastra Luigi tuvo esta experiencia con Don Bosco y se propuso conquistar el cielo»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 01 de febrero de 2014 (Zenit.org) - De entre los muchos jóvenes que Don Bosco conmovió con su poderoso carisma, algunos conquistaron la santidad y uno de ellos fue Luigi, un muchacho nacido el 15 de enero de 1875 en Viarigi, Asti, Italia. Estudiaba en Valdocco y fue de los tantos que acogió expectante y lleno de júbilo al fundador mientras compartía juegos con otros compañeros en el patio del Oratorio.

Nadie es capaz de mirar como un santo, excepto Dios. Y desde esta perspectiva contempla aquél lo que le rodea. Luigi se sintió profundamente traspasado por la mirada de Juan al punto de cambiarle la vida. Y llevado de su mano, urgido por la autoridad moral, compendio de la virtud que destilaba, junto a su ternura y aliento, se adentró por las formidables veredas de la perfección. Tenía que ser así, porque un santo no busca prosélitos, no espera que revierta en él la atención y gratitud de las personas a las que se dirige, sino que vuelen hacia Dios. De tanta generosidad emana una fuerza misteriosa que atrae a todos con independencia de edades y condiciones.

Luigi acariciaba la idea de encontrarse con Don Bosco, como él mismo narró de forma deliciosa: «Estábamos en la estación de invierno. Jugábamos una tarde en el amplio patio del Oratorio, cuando de repente se oyó gritar de un lado a otro: ¡Don Bosco!... ¡Don Bosco! Instintivamente nos abalanzamos todos hacia el sitio donde aparecía nuestro buen Padre, a quien sacaban a dar un paseíto en un coche. Pronto se vio Don Bosco rodeado de su querida turba infantil. Yo buscaba afanosamente el modo de situarme en algún punto donde pudiera verlo a mi gusto, pues deseaba ardientemente conocerlo. Me acerqué lo más que pude y, en el momento de ser ayudado a subir al coche, me dio una dulce mirada y sus ojos se fijaron detenidamente en mí; tenía la seguridad de haber conocido a un santo y que ese santo había leído en mi alma algo que solo Dios y él pudieron saber».

Cursó estudios eclesiásticos y antes de ser ordenado partió a Colombia, a un lugar donde habitaba el dolor de forma desgarrada: el leprosorio de Agua de Dios. Así lo soñó y demandó a sus superiores. Don Rúa se lo había concedido dando respuesta a la petición efectuada por el padre Unía que se hallaba en el lazareto y que lo seleccionó personalmente en Turín. Llegó el intrépido apóstol en 1894, con 19 años, entregando a Cristo el néctar de su juventud. Portaba la gracia de tocar el corazón de todos con sus muchas cualidades que aliviaron a los enfermos; una de ellas la música, cuyas notas se extendían por aquél valle de lágrimas a través de la banda musical que él mismo creó. Fue ordenado sacerdote en 1898 y centró su labor apostólica entre la infancia y la juventud herida por tantas desdichas. Lo tenía claro: «Nadie sirve más a Jesús, que el que sirve a los enfermos en nombre de Jesús». Les prestó su voz luchando por sus legítimos derechos y persiguió la justicia en bien de todos en una época que aislaba cruelmente a los afectados por la lepra. Con su valentía y tesón contribuyó a mejorar la situación. Fue un ángel de esperanza.

Dos centenares de jóvenes mujeres que, o bien habían contraído la enfermedad, o ésta era triste patrimonio de sus padres, se formaban bajo la atenta mirada del padre Variara como integrantes de la Asociación de Hijas de María. Por sus circunstancias personales era impensable que la llama de la vocación que prendía en el espíritu de la mayoría pudieran encauzarla en algún Instituto religioso. Y Luigi, consciente de la situación, en 1905 les dio la Congregación de las Hijas de los Sagrados Corazones y esta consigna: «Ser todas de Jesús, he ahí vuestro anhelo y vuestro cielo». Ellas se ofrecían gozosas a Cristo como víctimas expiatorias. Que estos enfermos tuvieran una Institución donde canalizar su entrega religiosa era algo inexplorado en la Iglesia. Seguro que en las numerosas dificultades que tuvo que atravesar a partir de ese momento, el recuerdo de Don Bosco fue acicate para los días y noches de Luigi, alumbrándole en su quehacer junto a María Auxiliadora y sosteniéndole ante la incomprensión del estamento eclesial y la reticencia de ciertos superiores suyos.

Sensato, humilde, prudente y abnegado, no sin dolor, abrazado a la cruz, en 1919 obedientemente partió hacia nuevas misiones confiando a la Virgen su obra. Pasó por Bogotá, Mosquera, Barranquilla y Táriba, pero jamás olvidó a los enfermos ni a sus hijas, que sostuvo con una correspondencia epistolar de tal hondura que tuvo un peso fundamental en su causa de beatificación. Cuando se sintió morir, pidió que le enviaran a Cúcuta. No era el lazareto, pero se hallaba en la tierra que había regado con sus sufrimientos. Murió el 1 de febrero de 1923. Tenía 48 años. Había sido fidelísimo a esta convicción: «Seamos pues firmes en la vocación, humildes ante Jesús y solo a Jesús busquemos en todo».Juan Pablo II lo beatificó el 14 de abril de 2002.

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