El Seminario de Comunicación para Obispos de Centroamérica y Caribe ”Repensar la comunicación eclesial desde la cultura del encuentro” al que asisten 35 obispos de América Central y El Caribe comenzó el 5 de febrero con la presencia del arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, y del presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, monseñor Claudio María Celli.

El encuentro, que tiene lugar en la Casa Sacerdotal de la capital cubana, está organizado por el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales (PCCS) y por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) a través de sus departamentos Comunicación y Prensa, y Misión y Espiritualidad.

La primera jornada de trabajos se inició con la eucaristía y rezo de laudes, presidida por el cardenal Jaime Ortega. En su homilía, el cardenal Ortega subrayó la relevancia de la misión comunicativa de la Iglesia, que consiste en dar a conocer un “contenido único, la presencia de Jesús en la historia, a los seres humanos de hoy que viven realidades muy diversas”. Comentando las lecturas del día, el arzobispo de La Habana reafirmó que “Dios misericordioso nos ayuda a mostrar caminos para alcanzar el corazón de nuestros hermanos”. Recalcó que “la Iglesia no busca poder ni cálculos con la comunicación: lo que busca es encontrarse con las personas, en lo sencillo, para dar testimonio del Dios que irrumpe en nuestra historia”.

Sesión inaugural

El cardenal Jaime Ortega dio la bienvenida a todos los asistentes en la apertura del seminario, destacando la experiencia de comunión en la Iglesia de América Latina y El Caribe: “No existe en el mundo otra realidad de comunión eclesial como la que se ha dado en nuestro continente, y este seminario es una oportunidad de potenciar esta realidad maravillosa entre nosotros”, afirmó.

Por su parte, monseñor Claudio María Celli, presidente del PCCS, al saludar a los participantes expresó que el papa Francisco está enterado del encuentro, “nos acompaña con su oración y bendición”. También celebró la profunda sintonía entre el PCCS y el CELAM en cuanto a las visiones y perspectivas de comunión eclesial: “Este seminario no es un entrenamiento tecnológico, sino un momento de reflexión eclesial sobre la cultura del encuentro y la comunicación al servicio de la comunión eclesial”.

Por qué en Cuba

Monseñor Claudio M. Celli expresó que la realización del seminario en Cuba es una decisión y una señal que ha sido fruto de un profundo discernimiento: “Hemos venido a un país donde la Esperanza nos ayuda a vivir y no decepciona. Vinimos a aprender lo que significa hacer vivir a un pueblo en la esperanza”. Agregó que haber escogido La Habana como sede es un testimonio de presencia, de cercanía y de amistad, por parte de los obispos de Centroamérica y El Caribe, y de las instituciones eclesiales organizadoras. Por su parte, monseñor Adalberto Martínez, obispo castrense de Paraguay y presidente del Departamento de Comunicación y Prensa del CELAM, agradeció la comunión de esfuerzos que han hecho posible este encuentro y que se ha visto fortalecida y profundizada con el apoyo y empeño del PCCS. Al mismo tiempo, expresó su confianza en que este taller será un “mejor servicio a la evangelización de los pueblos, desde la comunicación y para la comunión”.

En representación del Presidente de la Conferencia Episcopal Cubana, monseñor Dionisio García, saludó a los participantes su vicepresidente, monseñor Marcelo Arturo González, quien manifestó que la Iglesia en Cuba tiene una importante experiencia de promoción del diálogo como medio de comunicación. Añadió que lo esencial es “una espiritualidad de verdadera y eficaz comunión” y agradeció a los organizadores por haber pensado en Cuba como sede de este encuentro de comunión. Monseñor Wilfredo Pino, presidente de la Comisión de Comunicación de la Conferencia Episcopal de Cuba, se refirió al testimonio eclesial cubano: “de una Iglesia de cinco panes y dos peces, Iglesia con pocos recursos”. Y en ese sentido valoró la iniciativa del seminario: “ustedes traen aire fresco y solidario que recibimos con agrado y que necesitamos”.

Cultura del encuentro

“La comunicación al servicio de una auténtica cultura del encuentro”, el tema de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2014, será el núcleo articulador de las charlas y talleres que conforman el presente seminario.

La primera exposición estuvo a cargo del profesor Galo Pozo, ecuatoriano, especialista en la motivación dirigida al éxito, quien desde la psicología de la comunicación profundizó en la cultura del encuentro. Recordó que el encuentro es un proceso en el cual el ser humano hace un esfuerzo por ir hacia otro desde su propia identidad: “Esto hace que cuando yo me encuentro con el otro soy más yo mismo y ayudo a que el otro sea más él mismo”. El profesor Pozo destacó que la relación se construye de persona a persona, no de rol a rol. “El encuentro solo es posible cuando, de persona a persona, puedo ser yo mismo y ayudar al otro a ser el mismo”. Ahondó en las tres condiciones necesarias para un verdadero encuentro: que cada uno haya aprendido algo de sí mismo, que cada uno ayude al otro a sacar lo mejor de sí mismo, y que exista una transformación en cada quien. Después de ofrecer unos dinámicos y lúdicos ejemplos a través de aplaudidos trucos de magia, el profesor Pozo invitó a los obispos a un ejercicio práctico de encuentro a través de la modalidad de breves entrevistas recíprocas.

Eclesiología de comunión

Los trabajos continuaron con una reflexión de monseñor Carlos Aguiar, arzobispo de Tlalnepantla, México, y presidente del CELAM, quien en un video-mensaje profundizó sobre algunos de los principales aspectos de la eclesiología de comunión que ha subrayado el papa Francisco. Monseñor Aguiar aludió a la experiencia eclesial de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, celebrada en Aparecida, Brasil, en 2007, y recordó los cuatro rasgos de esa Conferencia que, según el Santo Padre Francisco, reflejan el dinamismo de una eclesiología de comunión: a) aunque había un documento de síntesis, comenzó sin documento previo; b) se realizó en un santuario, acompañados en un ambiente de oración por el pueblo de Dios; c) se prolongó en un compromiso pastoral: la misión continental; y d) la Virgen María acompañó a los obispos como a los apóstoles en Pentecostés.

El presidente del CELAM sostuvo que la conversión pastoral a la que somos invitados, es un proceso que exige un discernimiento y un cambio de actitudes que deben estar orientados por cuatro líneas o pautas eclesiológicas que el Papa estima estratégicas para poner en práctica la eclesiología de comunión que nos regala el Concilio Vaticano II: 1) discipulado misionero vivido en comunidad; 2) Iglesia descentrada que no se queda en sí misma sino que refleja a Jesucristo como la luna al sol; 3) cercanía y encuentro, dos categorías a promover, acercando a Dios misericordioso a los seres humanos de hoy en sus circunstancias, poniendo en el centro a la persona; y 4) el obispo, pastor servidor de su Iglesia. “Ustedes participan en este encuentro para ser mejores servidores de su Iglesia (…) La gran tentación es buscarnos a nosotros, querer ser los protagonistas y el centro. Siempre tenemos que reflejar a Cristo, Señor de la historia, presente en su Iglesia y redimiendo al ser humano en cada tiempo, en cada época”, concluyó monseñor Carlos Aguiar. Posteriormente, los obispos se reunieron en grupos para reflexionar sobre la eclesiología de comunión, a partir de la reflexión del presidente del CELAM.

Transformar la realidad desde la Comunicación

Por la tarde del primer día del seminario, los Obispos participaron en un laboratorio denominado “Concebir, construir y transformar la realidad desde la Comunicación”, que fue facilitado por el profesor Alberto Ivern, argentino, académico en Filosofía y Educación en la Universidad de Buenos Aires. En su charla, el profesor Ivern sostuvo que todo está cambiando: “la realidad está siendo producida o coproducida constantemente”. Añadió que, a pesar de las creencias que nos llevan a afirmar la existencia de realidades inmutables, “la tradición judeo-cristiana nos plantea otro paradigma: sí se puede cambiar y transformarse en algo totalmente otro”. El facilitador de este momento agregó que desde esta dinámica, la fe, la esperanza y la caridad adquieren un nuevo sentido y nos hacen posible una mirada que, a su juicio, es necesario contagiar: “el reino de Dios se esta construyendo, y hay signos de ello”. Conscientes de que convertir en narración un acontecimiento, una experiencia, es una encarnación del Reino de Dios, los obispos trabajaron posteriormente en grupos sobre la construcción periodística de relatos a partir de hechos que ellos consideran “signos de los tiempos” desde sus experiencias particulares.

Iglesia llamada a ser “el GPS del siglo XXI”

Los trabajos del día concluyeron con la conferencia “Nuevas Tecnologías: asumir y habitar el nuevo ambiente comunicativo”, conducida por el profesor Arturo Merayo, español, consultor de comunicación, periodismo e inteligencia emocional. El expositor sostuvo que en el escenario comunicativo y tecnológico que vivimos, con un debilitamiento de la autoridad, cambios rápidos y constantes, y sobreinformación, la Iglesia está llamada a ser “el GPS del siglo XXI”. En ese sentido, planteó que la comunicación está en el centro de la actividad sacerdotal, y esto se relaciona con los fieles, con los colaboradores del obispo, con las personas que están alejadas de la fe, y con las instituciones de su comunidad. Añadió que la comunicación no es algo decorativo, estético o anecdótico, sino que responde a una opción directiva, estructural, integral y permanente: “La comunicación es el fundamento de cualquier tipo de instituciones, y una comunicación integral pasa siempre e inexcusablemente por los comportamientos individuales”, manifestó el profesor Merayo. Y con abundantes ejemplos, recordó que una buena comunicación debe ser simple, específica, clara, sorprendente y emotiva. Con relación a las nuevas tecnologías, planteó que la Iglesia no puede vivir de espaldas a ellas. “Es cierto que Internet y el mundo digital es peligroso, ¿acaso pensábamos que no iba a serlo? Pero también los automóviles y los aviones son peligrosos. Y hay que estar en el mundo digital, porque la Iglesia es misionera y está donde el ser humano está”. Tras un breve coloquio del charlista con los obispos, particularmente sobre la formación que se imparte sobre Comunicaciones en los seminarios a los futuros sacerdotes, el primer día de sesiones del seminario concluyó con el rezo de Vísperas.

 

(PCCS/CELAM)