8.02.14

Mucho buenismo y pocas soluciones

A las 12:35 PM, por Jorge
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Debe ser que hoy me he levantado “masoca” porque sé que con esta entrada me van a caer más palos que a una estera. Qué le vamos a hacer, la vida es así, no la he inventado yo…

Alguna vez he hablado de lo que un servidor llama “buenismo” y que me parece no solo inútil sino peligrosísimo. Qué quieren que les diga. Que una cosa es la caridad cristiana y otra muy distinta la inconsciencia y el no saber dónde estamos, y además que lo mejor demasiadas veces es un cruel enemigo de lo bueno.

Más aún, el buenismo –insisto que en la forma de verlo un servidor- peca constantemente de ofrecer sueños sin concretar soluciones, lo cual es aún más nefasto. No hay un solo buenista que ofrezca una alternativa real. Y para buenas palabras, frases grandilocuentes e idealismos varios, valemos todos.

Vamos a por ejemplos.

Buenismo uno. Las famosas cuchillas de las vallas de Ceuta y Melilla. Antes de nada unas preguntas. ¿Mantenemos esas fronteras? ¿Creemos que la entrada de extranjeros en España y por consiguiente en la Unión Europea ha de estar regulada o por el contrario debe ser libre para todos los ciudadanos del mundo?

Si ha de ser libre total, no hay más que decir, que vengan todos los habitantes del mundo que lo deseen a trabajar, a vivir o a delinquir, que de todo hay en la viña del Señor, y sea lo que Dios quiera. Ya nos apañaremos.
Pero si no ha de ser libre total habrá que poner fronteras. Y si aun poniéndolas la gente se la salta y se cuela, habrá que buscar otras soluciones. Vale, cuchillas no. ¿Alguien nos podría sugerir algo alternativo y eficaz cien por cien?

Buenismo dos. Sanidad para todos, papeles para todos, derechos para todos, ayudas para todos. No me parece mal. Pero si el dinero que hay tiene que llegar a muchos más, andaremos más justos. Por mí de acuerdo. Si con un sueldo en casa en lugar de mantenerse cuatro, tienen que hacerlo seis, entiendo que comerán peor. Además de que si para comer, tener seguridad social, pensión no hace falta ni trabajar ni nada, a lo mejor fomentamos la economía sumergida y tampoco es bueno. En fin, cosas mías.

Buenismo tres. Qué malos son los bancos y que malo el dinero per se. Pues si el dinero es malo per se, volvamos al trueque. Y si los bancos son malos per se, a guardar el dinero en un ladrillo. ¿Es la solución? Yo creo que no. Pero insisto, cosas mías.

Queda fantástico andar por la vida con cara de sabio y santo proclamando la abolición de todas las fronteras, la maldad del dinero, la perversidad de los bancos y la proclamación de un mundo nuevo donde todo sea de todos, la gente comparta feliz con el menesteroso, todos seamos buenísimos y te quiero y me quieres. Perfecto. Está genial.

Rafaela, serrana ya saben, tiene sus respuestas. Por ejemplo, que creerá en lo de abajo las fronteras cuando aquellos que lo anuncian tengan sus casas sin cerraduras y sus mochilas y bolsillos sin cremalleras. Que lo de la sanidad y pensiones para todos que muy bien, pero que ella y su marido han estado cotizando más de cuarenta años y que ahora resulta que a los que jamás cotizaron e incluso no tienen ni papeles, los atienden igual que a ella y les dan una pensión, y que en sus cortas entendederas piensa que tampoco es justo.

Y que en cuanto al dinero y los bancos a ella la viene bien, tiene el dinero guardado, le pagan los recibos y hasta se ha hecho una tarjeta. Igual que antes cuando iba de compras con los billetes guardados en la faja. Es verdad que hay gente que se queja de los bancos por eso de los desahucios y tal, pero como dice Rafaela, deja el tema que de eso hay mucho que hablar y aquí nos conocemos todos.

Acabo de hablar con ella, le he dicho que iba a escribir de esto y que se iba a liar. Esta es su respuesta: que se líe, pero esos que ponen pegas, que te señalen tres leyes que pondrían en marcha mañana si fueran presidentes del gobierno. Luego me asomo a leer, que voy a ver si empiezo a preparar unas patatitas con bacalao para el almuerzo. ¿Gustas?