El Papa Francisco recibió en el curso de la mañana de este viernes a los prelados de la Conferencia Episcopal Checa al final de su Visita Ad limina Apostolurum. El Papa en su discurso dijo que para animar a los fieles a un adecuado conocimiento de Jesucristo, los obispos están llamados a aumentar las iniciativas pastorales dirigidas a una sólida preparación para los sacramentos y para la participación activa en la liturgia. También deben ser puntos importantes: la educación religiosa y tener una presencia significativa en el mundo de la educación y de la cultura.

El Papa subrayó que para hacer frente a los desafíos contemporáneos y a las nuevas urgencias pastorales, se requiere sinergía entre el clero, los religiosos y los fieles laicos. Cada uno en su propio papel está llamado a dar una generosa contribución para que la Buena Nueva sea anunciada en todos los ambientes, incluso en los más hostiles o fuera de la Iglesia, para que el mensaje pueda llegar a las periferias, hasta alcanzar a los más débiles y más pobres de esperanza.

Luego, el Pontífice recordó que, si bien durante mucho tiempo la Iglesia checa vivió bajo la opresión de regímenes basados ​​en ideologías contrarias a la dignidad y la libertad humana, ahora se enfrentan a otros peligros, como el secularismo y el relativismo. Por ello es necesario, dijo además de un anuncio incansable de los valores del Evangelio, entablar un diálogo constructivo con todos, incluso con aquellos que están lejos de cualquier sentimiento religioso. Porque las comunidades cristianas han de ser siempre lugares de acogida, de reconciliación y de paz.

Ante las condiciones de precariedad que viven distintos segmentos de la sociedad, especialmente familias, ancianos, enfermos, y ante la fragilidad espiritual y moral de tantas personas, en su mayoría jóvenes, el Santo Padre exhortó a los obispos checos a ser perseverantes en la oración y en el servicio generoso a su pueblo.
También les invitó a cuidar con afecto a los sacerdotes, porque ellos son sus principales colaboradores y les animó a promover cada vez más la atención pastoral orgánica y extensa de las vocaciones, la pastoral familiar y la presencia de los católicos en la vida pública, así como en los medios de comunicación.

Finalmente, Francisco puso en alerta a los pastores de la Conferencia Episcopal Checa para que aseguren que los bienes eclesiásticos se administren con precaución y transparencia, y sean tutelados y preservados, incluso con la ayuda de laicos de confianza y competentes.

(ER – RV)