IGLESIA EN EL MUNDO

Comunicadores católicos cubanos culminan un Diplomado en comunicación


 

En la tarde del sábado 8 de febrero se celebró la graduación de los 27 comunicadores de 10 diócesis cubanas, que terminaron el Diplomado en Comunicación Social auspiciado por la Conferencia Episcopal Cubana, el CELAM y el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales (PCCS), que durante tres años se realizó en La Habana – Cuba, en modalidad semi-presencial con participación de profesores de distintas universidades. Entre ellosestaban José María Gil Tamayo, Secretario de la CEE; José Martínez Vallvey, decano de la Facultad de Comunicación de la Pontf. Univ. de Salamanca; José María La Porte, decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de la Santa Cruz en Roma; y otros profesores de las Pontificias Universidades de Chile y de Argentina.

En la ceremonia académica estuvo presente Mons. Claudio María Celli, Presidente del PCCS, que invitó a reflexionar sobre puntos concretos del Mensaje del Papa Francisco para la 48 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales y desde su experiencia exhortaba a los presentes a “comunicar la verdad, con bondad y belleza”. También estuvieron presentes Mons. Adalberto Martínez, Obispo Castrense del Paraguay y Presidente del Departamento de Comunicación del CELAM, Mons. Wilfredo Pino Estévez, Obispo de Guantánamo – Baracoa y Presidente de la Comisión de Comunicación de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, junto a otros obispos participantes en el Seminario de Comunicación para obispos de Centroamérica y el Caribe. Hablaron además Mons. Pino, quien hizo un recuento evaluativo de la experiencia del Diplomado y el P. Ariel Beramendi del PCCS, quien organizó el proceso académico.

Según los organizadores, la experiencia del Diplomado ha sido un impulso de energía para los comunicadores cubanos, quienes están llamados a multiplicar los talentos recibidos y ponerlos en función de una Iglesia que necesita el testimonio coherente de personas que transmitan el mensaje cristiano, aplicando los conocimientos adquiridos y siendo facilitadores de ellos a otras personas que no pudieron participar pero que también colaboran con la misión de la Iglesia.
Para Cuba hoy, este grupo de 27 comunicadores es un signo de esperanza. Es encontrar en medio de una realidad difícil personas dispuestas a construir un mañana diferente, asumiendo el lugar para el que Dios nos ha llamado a servirle como comunicadores católicos.