19.02.14

OLRC

Es bien cierto aquello que dice que ser católico no es fácil. Eso cualquiera puede demostrarlo en cuanto eche un vistazo a lo que pasa en muchos lugares del mundo donde la persecución arrecia contra los discípulos de Cristo seguidores de la Iglesia verdadera.

Hay un refrán, muy propio, pues, de la sabiduría popular que dice “en todas partes cuecen habas y en mi casa a calderadas” que quiere decir, así dicho por de pronto, que si cosas pasan allí donde pasen no es poco cierto que aquí mismo, lo que puede ser nuestra casa, las cosas están bastante mal también.

Esto lo digo porque el Observatorio para la libertad religiosa y de conciencia (OLRC, que “Es una asociación civil creada en 2006 que defiende el derecho de los ciudadanos a participar en la vida pública sin ser difamados o discriminados por sus convicciones morales y religiosas” y “miembro del European Dignity Watch y del Observatory on Intolerence and Discrimination Against Christians in Europe”) ha elaborado un informe la mar de interesante. A lo mejor a alguno le parece extraño lo que dice pero lo extraño, de verdad, es que muchos católicos no se den cuenta del polvorín sobre el que están caminando.

En fin…

Bueno, pues el mismo dice lo siguiente (traemos aquí el resumen del mismo pues el completo excede, en mucho, la extensión que es posible poner aquí):

“La libertad religiosa está protegida en España por el artículo 16 de la Constitución de 1978. Además, la Declaración Universal de Derechos Humanos, en su artículo 18, garantiza la “libertad de pensamiento, de conciencia y de religión”.

El Informe realizado por el Observatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia (OLRC) refleja en 2013 una especial virulencia en las agresiones hacia las confesiones religiosas en España, muy en especial hacia los cristianos, llegando en algunos casos a atacar físicamente iglesias, interrumpiendo cultos, haciendo pintadas o incluso prendiendo fuego o poniendo bombas que, por el momento, no se han cobrado víctimas. Pero, por desgracia, este no es un caso aislado de España.

Las fuentes de este informe son las noticias aparecidas en los medios de comunicación y las páginas web del Congreso, del Senado y de los parlamentos regionales. Sin embargo, los ataques pueden ser más numerosos de los que aparecen en esta recopilación.

Lamentablemente, desde la clase política la hostilidad hacia las confesiones o la vulneración sistemática de la libertad religiosa presenta dos formas:

Impedir que las autoridades eclesiásticas puedan expresar su opinión pública sobre ciertos temas, como puede ser el aborto.

Incumplir sistemáticamente los Acuerdos entre el Estado español y las diferentes confesiones religiosas, que en algunos casos tienen incluso rango de tratado internacional. Por ello, este tipo de ataques incluyen a cristianos y musulmanes, impidiendo o dificultando que la clase de Religión se imparta tal y como está regulado en los acuerdos suscritos. También afecta a la petición, por parte de políticos de todos los partidos, para que las confesiones religiosas paguen el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), tributo del que está exento y que tampoco pagan otras entidades sin ánimo de lucro.

Es llamativa también, la aparición de grupos anarquistas cuyos ataques han llegado hasta la colocación de dos bombas, una en la Catedral de La Almudena de Madrid y otra en El Pilar de Zaragoza. En el segundo caso, los delincuentes han sido detenidos. Pero en el primero, no. Lo que esta vez se ha quedado en una anécdota, la próxima vez podría provocar heridos o incluso muertes. Con motivo de la beatificación de mártires en Tarragona, en esa ciudad aparecieron carteles, de escasa calidad, en los que se mostraba un dibujo de un circo romano, un león persiguiendo a un sacerdote y las frases: ‘Una tradición milenaria. Beatos a los leones’.

Los ataques a la libertad religiosa son de diferente grado e intensidad. En el ámbito político y legislativo, un tema recurrente es la petición por parte del PSOE de la revisión de los acuerdos Iglesia-Estado, que tienen el rango de tratado internacional. La petición de que la Iglesia Católica pague el IBI o las preguntas sobre el coste de determinados servicios, como los capellanes en los hospitales y en las cárceles o los profesores de religión, también entran dentro de este grupo. Los intentos de prohibir celebraciones religiosas en el contexto de actos institucionales, como San Jordi en Cataluña, la eliminación o reducción de conciertos educativos en Andalucía o la pretensión de eliminar la Semana Santa y la Navidad del calendario escolar en Asturias forman parte también de una agresiva agenda laicista. El Grupo Entesa Catalana de Progrés ha intentado legislar, mediante una Proposición de Ley de Libertad Ideológica, Religiosa y Culto que expulsaba la religión de la escuela, derogaba los acuerdos entre el Estado y las confesiones religiosas y eliminaba cualquier subvención a entidades de ideario religioso.

Los obispos católicos han sido blanco preferido de los ataques. Así, en octubre el cardenal arzobispo de Madrid, monseñor Rouco Varela, sufrió un escrache feminista radical mientras al arzobispo de Granada, monseñor Javier Martínez, le amenazó el PSOE en el Parlamento andaluz con acciones legales por la publicación de un libro.

En el ámbito intelectual, es llamativo el empeño de algunas autoridades académicas de la Universidad Complutense de expulsar cualquier referencia religiosa en el ámbito universitario. Así sucedió en la Facultad de Geografía e Historia, en la que el decano quiere eliminar la capilla a pesar del acuerdo existente con el Arzobispado de Madrid y el coste cero que implica para la Universidad.

En relación con otras confesiones religiosas, el Informe recoge el hecho de que no exista ningún imán en centros hospitalarios, como establece la Ley de 1992 del Acuerdo de Cooperación del Estado con la Comisión Islámica de España que regula el derecho a la asistencia religiosa islámica en centros hospitalarios. También es llamativo que solo haya 46 profesores de religión musulmana en centros públicos a pesar de que en 1996 un convenio firmado con el Estado preveía 400.

A modo de conclusión, el OLRC anticipa que los ataques registrados durante el mes de enero hacen presagiar que 2014 no será muy distinto a 2013. ¿Seguirán las autoridades sin mover un dedo ante los ataques a templos (un incendio en una iglesia de Sevilla, pintadas en templos de Málaga, una pancarta proabortista en Zamora…)? ¿Continúan investigando para conseguir arrestar a los delincuentes de la Catedral de la Almudena? ¿Por qué la presión de algunos grupos llega a que se quiten los símbolos cristianos de una exposición sobre la Madre Teresa de Calcuta, religiosa de la Iglesia Católica? ¿Entenderán algunos políticos que los Acuerdos nacionales o de rango internacional deben cumplirse? ¿Seguirán las instituciones mandando callar a los obispos, como ha vuelto a pasar con el futuro cardenal Fernando Sebastián?

El OLRC solicita a las autoridades políticas que respeten y garanticen la libertad religiosa de los ciudadanos. La religión es una dimensión de la vida de las personas que no se puede encerrar en el ámbito privado. Los creyentes deben poder expresar sus opiniones sin que se les mande callar solo por el hecho de tener determinada religión y deben poder acudir a sus templos sin temor de que una bomba les pueda coartar su libertad de culto. Por último, recordar que el respeto a la libertad religiosa no beneficia únicamente a los creyentes sino que favorece a toda la sociedad al promover la convivencia entre ciudadanos de diferentes culturas y confesiones.”

¿Cómo se les ha quedado el cuerpo?

Es bien cierto que cada cual puede pensar lo que crea conveniente al respecto de este informe. Por nuestra parte es bastante clarificador de la situación por la que pasa nuestra fe cristiana en esta tierra, otrora muy católica, y que no es todo lo buena que algunos quisieran hacernos ver. Es más, es todo lo contrario en cuanto a actitudes enfrentadas a una fe que procura el amor para la humanidad y que recibe, las más de las veces la indiferencia como respuesta y si apuramos un poco las intenciones de muchos, la respuesta más vil y rastrera que pueda salir del pensamiento y hacer humano.

Contamos, sin embargo, con saber que Dios perdona las ofensas que recaen sobre quienes se consideran hijos suyos a pesar de que sepamos que, para nosotros, a tal misericordiosa actitud nos cuesta llegar.

A lo mejor con oración…

Eleuterio Fernández Guzmán