27.02.14

¡Ay, qué dura es la verdad!

A las 12:38 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Defender la fe

Obispo de Málaga

¡El obispo de Málaga, don Jesús E. Catalá Ibañez, es un hacha¡

Esto dicho aquí pudiera parecer algo radical. Sin embargo, lo decimos por esto, que pudiera parecer, decimos, de poca importancia pero que tiene todo que ver con la labor que ha de realizar un pastor y que no siempre se lleva a cabo.

Resulta que el Evangelio de San Mateo, en concreto en el versículo 10 del capítulo 3 recoge lo que, en el inicio de la predicación de Juan Bautista, dijo aquel santo varón. Y fue esto:

“Ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego”

Lo que quería decir quien perdiera la cabeza por ser fiel a Dios es que todo aquello que no se correspondiera con la voluntad del Creador, debía ser quitado, apartado y, en fin, quemado (metafóricamente hablando, es de suponer)

Y es que resulta que en Málaga (diócesis muy preocupante para el Mal por el bien que se hace) el obispo, citado arriba, ha demostrado que cumple con lo que tiene que cumplir por mucho que eso le acarree los desprecios del mal y de todos los adláteres que le bailan el agua y le ríen las (des)gracias.

¿Qué árbol no ha dado buen fruto?

Ha sido, como siempre suele ser, el árbol de la mundanidad que, arraigando en el corazón de muchos fieles católicos, les hace cumplir con una hoja de ruta muy distinta a la que Dios tenía previsto para ellos.

Resulta que un el Hermano Mayor de una hermandad de Málaga se ha divorciado. Y eso, por decirlo pronto, tiene muy poco que ver con la fe católica pues sabemos aquello dijo por Jesús de que “lo que ha unido Dios…” En fin…

Pues bien, a instancias del obispado de aquella diócesis a dicha persona se la instado a que deje el puesto que ocupa porque no es de recibo que quien se ha divorciado ocupe un tal cargo. Ya sabemos, eso de dar ejemplo y demás que tantas, pero tantas veces, se deja pasar como cosa de poca importancia.

Lo que aquí pasa es que muchos le tienen ganas al obispo de Málaga pues se muestra, y actúa en consecuencia, en contra de lo que pueda parecer o sonar a anticatólico. Y eso, para según qué personas, anticatólicas, no está muy bien que digamos.

Y para que vean que esto no es más que, por una parte, la puesta en práctica del hacha de la que hablaba el Bautista y, por otra, de las citadas ganas, esto es lo que achacan al obispo de Málaga:

1. El respaldo al cardenal Fernando Sebastián cuando dijo verdades como puños sobre la homosexualidad.

2. Cuando se opuso a que un ¡comunista! hiciera las veces de pregonero de las cofradías de Gloria.

No me negarán ustedes que el hecho mismo, incomprensible como poco, que una persona de ideología tan contraria a la fe católica pueda pregonar algo en una cofradía católica, es como para que quien haya tomado la decisión, invitándolo, para que eso pase, se lo haga ver y, luego, se marche a su casa a juntarse con otro tipo de personas más presentable, espiritualmente hablando.

Pues eso, al parecer, también está mal. Pero una cosa es poner la otra mejilla para que te den otra bofetada y otra, muy distinta, es poner la cara, directamente, para que te den la primera. Y tal es el caso en tal caso que supone, además, un exceso de confraternización con el Maligno y sus discípulos.

Se puede comprobar, con toda facilidad, que el obispo de Málaga no se anda con chiquitas y que donde es no siempre dice no que es otra cosa dicha por el Mesías y que en tantas y tantas ocasiones olvidamos los católicos. Pero, al parecer, este hombre de Dios sabe que no debe olvidar y ¡va y lo cumple!

¡Ay, si el hacha cortara más árboles que merezcan ser cortados qué bien se nos quedaría el cuerpo y qué bien dormirían tales leñadores!

Eleuterio Fernández Guzmán