5.03.14

Purgatorio

 

En un post anterior comentaba la respuesta que un apologeta protestante publicó en su blog respecto a un vídeo del ex pastor Fernando Casanova sobre el purgatorio. Había dicho, que a ese apologeta lo conocía desde hace tiempo cuando solía visitar los foros de Catholic.net, armado de argumentos anticatólicos cual soldado con fusil de palo, pensando que era bazooka antiaérea. Hoy he visitado su blog (Respuestas evangélicas) a ver si ha respondido algo, y veo que efectivamente ya me respondió.

En primer lugar me ha sorprendido ver que dicho personaje muestra luego de tantos años un resentimiento hacia mi persona, y me reprocha haberle llamado a su abuela y a su novia “prostituta”. Debo decir que esto no es cierto. Recuerdo simplemente que él llego al foro muy eufórico diciendo que nuestra Iglesia era una “ramera”, yo le respondí a secas: “eso lo será su abuela”. Las conclusiones las sacó él. Lo que no deja de ser paradójico es la capacidad que tienen estos sujetos de martirizarse cuando son ellos quienes llegan agrediendo.

¿Y cómo entró su novia en el asunto? No me pregunten a mí que ni sabía que el sujeto tenía novia, y si he de ser franco, todavía no me lo creo (pero quien sabe… entre gustos y colores, no se han escrito los autores).

En fin, dejando de lado los roces personales que han mantenido a este sujeto resentido, vamos directo a los argumentos.

 

Nota: Una vez más me evitaré el tener que aumentar innecesariamente los enlaces vivos a este blog anticatólico, por lo que si el lector quiere leer la réplica en el blog protestante puede encontrarlo sin dificultad por medio de Google buscando: “Respuestas evangélicas Purgatorio y Respuesta a José Miguel Arraiz”

Comentario protestante:
“Hace tiempo escribí una respuesta a unos de los vídeos del Dr. Fernando Casanova donde el argumenta a favor de la doctrina católica del purgatorio y da sus “bases” bíblicas.

Si bien no recibí respuesta de tal supuesto “Dr.", Jose Miguel Arraiz si dio una respuesta en su sitio web a mi entrada.

Así que vamos a pasar directamente a los argumentos y respuestas Bíblicas de José Miguel Arraiz.

1 Corintios 3:13-15

Este es el pasaje estrella respecto a la doctrina del purgatorio que utiliza la iglesia católica, la Biblia dice lo siguiente:

Su obra se mostrará tal cual es, pues el día del juicio la dejará al descubierto. El fuego la dará a conocer, y pondrá a prueba la calidad del trabajo de cada uno. Si lo que alguien ha construido permanece, recibirá su recompensa, pero si su obra es consumida por las llamas, él sufrirá pérdida. Será salvo, pero como quien pasa por el fuego. 1 Cor. 3:13-15.

Hay que notar que José Miguel Arráiz dice que a simple vista el texto contradice su catecismo por las siguientes razones:

1) A simple vista el texto afirma que el fuego es para probar la calidad de algo no la de purificar como lo afirma el catecismo.

2) A simple vista el fuego prueba las obras no al obrador. José dice: “.. cada una de las obras de las personas quedara al descubierto en el juicio y será probada por el fuego” mientras el catecismo dice que el fuego es purificador del elegido ver 1031.

En pocas palabras contradice a su propio catecismo.

Ok, ¿cómo lo explicamos de manera que se entienda mejor? Hagamos otro intento. Dice el Catecismo:

Catecismo de la Iglesia Católica:

1031 La Iglesia llama purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados. La Iglesia ha formulado la doctrina de la fe relativa al purgatorio sobre todo en los Concilios de Florencia (cf. DS 1304) y de Trento (cf. DS 1820; 1580). La tradición de la Iglesia, haciendo referencia a ciertos textos de la Escritura (por ejemplo 1 Co 3, 15; 1 P 1, 7) habla de un fuego purificador:

Esto es exactamente lo mismo que he venido diciendo, y es que la referencia implícita al purgatorio como un fuego purificador está en 1 Corintios 3,15, y enfatizo: VERSICULO 15, no en el 13, no en el 14.

Es cierto, y lo he dicho, que en el versículo 13 la figura del “fuego” se utiliza de manera simbólica para ilustrar que las obras de cada persona serán probadas en el juicio de Dios. Dice así: “la obra de cada cual quedará al descubierto; la manifestará el Día, que ha de revelarse por el fuego. Y la calidad de la obra de cada cual, la probará el fuego” . Es un lenguaje simbólico, efectivamente, pero se entiende sin dificultad que aquí se simboliza el hecho de que las obras serán probadas tal como se prueba un material que se expone al fuego, y que, si no es resistente se consume. Hasta allí todos de acuerdo, pero luego viene lo interesante:

Versículo 14: “Aquél, cuya obra, construida sobre el cimiento, resista, recibirá la recompensa.”

Aquí se empieza a hablar de la persona que es la que hace las obras. Por lo tanto, es ella, la persona, quien recibirá la recompensa. Las obras no son personas que se puedan recompensar, por eso el texto dice: “AQUEL…recibirá la recompensa”, no dice “la obra…recibirá la recompensa” (Sé que esto es obvio, pero tengo que explicarlo de esta manera para que nuestro amigo comprenda).

Versículo 15: “Mas aquél, cuya obra quede abrasada, sufrirá el daño. Él, no obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego”.

En el siguiente versículo ¿quién dice el texto que sufrirá daño? ¿La obra o la persona?. Si en el versículo anterior la persona es recompensada por sus buenas acciones, es de lo más natural entender que será ella también quien sufrirá daño por aquellas que no lo fueron. La oración tampoco permite entenderlo de otro modo, porque el sujeto de la oración es la persona, no las obras.

Por eso luego el versículo 15 continúa: “El, no obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego”. Pregunto: ¿A quién se hace referencia como quien queda a salvo? ¿a la persona cuyas obras son juzgadas, o a las obras de la persona?. Es casi innecesario explicar que las obras no pueden quedar a salvo, porque son acciones, y estoy seguro que esto no lo discutirá nuestro amigo, ya que seguramente reconoce que una obra no se salva o se condena, pero una persona sí. Por lo tanto, es a la persona a la que se refiere este texto, y que, aunque a pesar de haber cometido algunas obras que no pasaron la prueba, aún así se ha salvado, pero su salvación será, como un “pasar a través del fuego”.

¿Pero puede utilizarse la figura del fuego en distintos sentidos?. Efectivamente, como toda figura simbólica, y es que incluso ambas cosas están muy relacionadas, y esto se entiende bien si se comprende la naturaleza del purgatorio. No se trata de una purificación donde se castigue a la persona con un fuego literal el cual implique una especie de tortura. Es la persona, la que al entrar con contacto con la verdad divina, en el juicio de Dios, contempla la consecuencia de sus obras, y por tanto sufre y se purifica al darse cuenta del mal realizado y del bien dejado de hacer. No me extiendo más acá, porque eso lo expliqué acá: Conversando con mis amigos evangélicos sobre el purgatorio.

A esto, que se entiende meridianamente bien, nuestro amigo responde que es nuestra interpretación personal del texto, que es “subjetiva”:

Comentario protestante:
“Lo que hace José Miguel es solo ir al versiculo 15 del pasaje de Corintios y decir: “es ahi donde vemos los catolicos la figura del purgatorio", pero el ve ahi el purgatorio de manera: “implícita” o como diría yo subjetiva.”

Es cierto que es la interpretación de la Iglesia Católica que yo comparto porque es la más natural. Comprendo que a él pueda no satisfacerle y le parezca “subjetiva”. Pero el como protestante, que predica el derecho individual de interpretar la Biblia por la cuenta de cada quien, no tiene autoridad moral para intentar imponer su interpretación por sobre la mía. Me refiero a que los protestantes han sido incapaces de ponerse de acuerdo en una interpretación uniforme de las Escrituras en los puntos más fundamentales, y nos pretendan acusar de “subjetivos” cuando el protestantismo entero –y lo digo sin ánimos de ofender”- está basado en la subjetividad de cada denominación, a la hora de interpretar la Biblia. Nosotros podemos en cambio alegar que nuestra interpretación siempre ha estado acorde a la Tradición de la Iglesia durante todos los siglos, mientras la de él se basa solo a su personal entendimiento del asunto. Se trata pues, de su interpretación personal del texto, junto con la de los protestantes a partir del siglo XVI, versus la de la Iglesia de todos los siglos.

Comentario protestante:
A esto se escuda en la supuesta “tradición apostólica” que la iglesia siempre ha entendido el pasaje de esa manera pero si ese es su mejor argumento yo también le puedo mostrar cientos de citas patrísticas contradiciendo sus doctrinas demostrando que no hay tal cosa como “tradición apostólica”.

Analizar a fondo este exabrupto requeriría salirme del tema del post, así que seré breve. Para quienes no conocen la posición fundamentalista que sostiene este y otros protestantes, es que no existe ninguna Tradición Apostólica, y aquí se irá a mencionar textos de algunos padres donde no siempre estaban en desacuerdo entre ellos. Pero cuando decimos que la Iglesia ha preservado la Tradición en los escritos de los primeros cristianos y el consenso de los padres de la Iglesia, no decimos que siempre estuvieron de acuerdo absolutamente en todo. Estamos claros en que hubo un paulatino desarrollo de la doctrina cristiana que permitió a la Iglesia ir explicitando y clarificando verdades de fe, asistida por el Espíritu Santo que le había sido prometido para guiarles a la verdad completa (Juan 16,13). Es precisamente gracias a esto que hoy ellos mismos cuentan con un canon bíblico del Nuevo Testamento, porque éste fue recibido a través de esta Sagrada Tradición.

Y efectivamente, si recurro a la Tradición Apostólica es por una razón muy simple: a mí me parece mucho más confiable la interpretación que han tenido los cristianos desde que la Iglesia fue fundada, que la de los protestantes 16 siglos después, y que ni siquiera es compartida por los demás protestantes. Yo sí creo en una Iglesia que Cristo fundó hace 2000 años y sobre las cuales las puertas del infierno no prevalecerían.

Comentario protestante:
“Sin embargo hay que recordarle a José Miguel que el apóstol Pablo jamás habla de una persona “imperfectamente purificada” en 1 Corintios 3:13-15.

El no lo vé, como otros protestantes no ven una Trinidad en la Biblia, pero allí está. Si bien en 1 Corintios 3,13-15 no se utiliza literalmente esa expresión, se deduce cuando se habla de personas cuyas obras no fueron siempre buenas, y que aún sufriendo daño quedarían a salvo como por fuego

Comentario protestante:
“Le hago la siguiente pregunta:
De acuerdo con el pasaje de 1 Corintios 3:13-15,
¿Quien es el objeto del fuego? ¿El creyente? o ¿Las obras del creyente?”

Esto lo he explicado en detalle en líneas anteriores. Si no lo entiende, puedo devolverle la pregunta: ¿en el versículo 14, quién recibirá la RECOMPENSA, las obras o el creyente? El reconocerá que el creyente, entonces no veo por qué interpretar en el versículo siguiente, que quien recibe el daño es la obra.

Resalto nuevamente el texto al que hago referencia:

Versículo 15: “Mas AQUÉL, cuya obra quede abrasada, SUFRIRÁ EL DAÑO . Él, no obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego”.

Comentario protestante:
“Ademas hay que recordarle de nuevo que la Biblia dice que los creyentes al morir van directo al cielo y no a un purgatorio:

“Me siento presionado por dos posibilidades: deseo partir y estar con Cristo, que es muchísimo mejor, pero por el bien de ustedes es preferible que yo permanezca en este mundo. Filipenses 1:23-24″

(Rhodes, 2000) comenta: “Pablo está diciendo que en el momento en que ocurre la muerte física, el estará con Cristo.¿Como sabemos esto? Porque esto es claro en el texto griego. Sin ir a mucho detalle, es suficiente decir que el aoristo infinitivo (partir) esta ligado por un solo artículo con infinitivo presente (estar con Cristo).”

Aquí el problema es una insuficiente comprensión de la doctrina del purgatorio. Nosotros decimos que pasan por esa etapa de purificación aquellos que mueren imperfectamente purificados, no todas las personas. Tampoco especificamos cual es la duración de esta purificación o si de hecho transcurre en el tiempo tal como lo conocemos. El texto que menciona simplemente puede probar que San Pablo esperaba que al morir estaría con Cristo, pero no que esto sea aplicable a todos los creyentes, y ni siquiera, que él esté descartando pasar por esta etapa de purificación.

Sabemos por otros textos tomados de sus cartas, que San Pablo creía ya estar muy cerca de alcanzar la perfección, y aún así seguía esforzándose para llegar a la meta: No que lo tenga ya conseguido o que sea ya perfecto, sino que continúo mi carrera por si consigo alcanzarlo, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús. Yo, hermanos, no creo haberlo alcanzado todavía. Pero una cosa hago: olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante, corriendo hacia la meta, para alcanzar el premio a que Dios me llama desde lo alto en Cristo Jesús.” (Filipenses 3,12-14).

Comentario protestante:
El fuego no forma parte del proceso de purgar el pecado o purificar a la persona, porque el pasaje jamás lo comenta o lo indica.”

Sé que analizar en detalle toda la respuesta me expone a redundar demasiado en lo ya dicho, pero aquí vamos.

El versículo 15 habla directamente de que la persona cuya obra quede abrasada sufrirá daño, para luego continuar diciendo que aunque la persona se salve, será como pasando a través del fuego. La palabra que utiliza el texto griego aquí para indicar que la persona sufrirá daño es ζημιόω (zemióo) que significa:
“lastimar, herir, i.e. (reflexivamente o pasivamente) experimentar detrimento:- padecer, perder, pérdida, sufrir, destruir” (Strong). Es por eso que algunos traductores de la Biblia traducen esta palabra como “castigo”, “pérdida”, “daño”, etc.

Observe el lector cómo traductores de la Biblia tanto católicos como protestantes, entienden que este castigo, daño, o pérdida, lo sufrirá la persona, no las obras, y los distintos términos que utilizan para traducirla:

“…Si la obra se quema, será castigado, aunque se salvará como quien escapa del fuego” (Biblia del peregrino - Católica)

“…Si la obra de alguien se quemare, será perjudicado, mas él mismo será salvado, mas así como a través de fuego” (NT Besson - Protestante).

“…pero si su obra es consumida por las llamas, él sufrirá pérdida. Será salvo, pero como quien pasa por el fuego” (Nueva Versión Internacional – Protestante).

“…Si la obra de alguno se quema, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.” (Reina-Valera 1995 – Protestante)

“…Si la obra de otro se quemare, será suyo el daño; no obstante, él no dejará de salvarse, si bien como quien pasa por el fuego” (Torres Amat – Católica)

“Si la obra se quema, será castigado, aunque se salvará como quien escapa del fuego.” (Biblia de Nuestro Pueblo – Católica)

“…Pero si la obra se convierte en cenizas, el obrero tendrá que pagar. Se salvará, pero no sin pasar por el fuego.” (Biblia Latinoamericana 1995 – Católica)

“…si se quema la obra de alguno, éste sufrirá daño; él, desde luego, se salvará, pero como quien pasa por fuego” (Serafin Ausejo – Católica)

“… si la obra de alguien es quemada por completo, él sufrirá pérdida, pero él mismo será salvado; sin embargo, si así es, [será] como a través de fuego” (Nuevo Mundo - Testigos de Jehová)

“…If any man’s work shall be burned, he shall suffer loss: but he himself shall be saved; yet so as by fire.” (King James – Protestante)

Continúa la apología protestante:

Comentario protestante:
“En este caso (Pentecost, 1977) hace una muy buena observación sobre 1 Cor. 3:10-15 que pretendo defender:

“Por tanto, el juicio no es para determinar lo que es éticamente bueno o malo, sino mas bien aquello que es aceptable y aquello que es inútil. No es el propósito del Señor castigar a su hijo por sus pecados, sino recompensar su servicio por aquellas cosas hechas en el nombre del Señor” (p. 172).

Pablo comenta en este pasaje que hay un resultado doble posible para el creyente: Una recompensa recibida o una recompensa perdida.

El Nuevo Testamento se especifican 5 aspectos de recompensas para los creyentes: 1) Corona incorruptible para los que hayan tenido dominio sobre su propio viejo hombre (1 Co. 9:25), 2) Corona de gozo para los ganadores de almas (1 Ts. 2:19), 3) Corona de vida para aquellos que resisten las pruebas (Stg. 1:12), 4) Corona de justicia para aquellos que aman su venida (2 Ti. 4:8), 5) Corona de gloria para la disposicion de apacentar la grey de Dios (1 P. 5-4) (p. 173).

Estos aspectos sugieren los aspectos que se utilizaran para otorgar recompensas en los general para el creyente….

(Lacueva, 1989) hace una observacion precisa cuando las obras del creyente no pasan la prueba como lo indica el versículo 15:

“La idea es clara: Lo mismo que una persona que, en un incendio, no logra salvar ninguna de sus posesiones, ni aun la ropa que lleva, sino que escapa, sano y salvo, por entre las llamas, así el obrero cristiano que edifico con material inútil, vera perdido todo ese material, vera perdida cualquier recompensa, pero no perderá ni en un ápice su salvación (Ro. 8:1). Su escape no sera por fuego (por purificacion), sino del fuego (por evacuacion); el Señor lo sacara como se saca del incendio algo que está a punto de quemarse (Zac. 3:2).” (p. 394)”

Según esta forma de ver las cosas, el propósito del juicio no es para juzgar si las obras son buenas o malas, sino “aceptables” o “inútiles”, de esta manera, lo que la persona sufriría sería una pérdida de su recompensa. Lo cierto es que esta forma de entender el texto no armoniza con ninguno de los demás textos donde se habla del juicio de Dios. En ellos se nos muestra que en él “cada cual va a recibir conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal.” (2 Corintios 5,10). En Mateo 25 también se ve como el Señor separará a los unos de los otros, en base a los que hicieron sea bueno o malo, de allí que unos irán a la vida eterna y otros a la condenación. No parece pues, sensato, reducir el juicio de Dios sobre las obras de cada creyente, a un juicio de cuales fueron aceptables o inútiles, como si los creyentes fueran impecables y no cometieran malas acciones que serían también juzgadas.

Para el protestante esta explicación puede resultar más plausible y una salida fácil, porque ellos no conciben que alguien que esté justificado por la fe, pueda sufrir retribución o castigo por pecados cometidos, pero 2 Corintios 5,10 no hace ninguna excepción. De hecho, aunque imaginativa la imagen de la persona escapando de un incendio, es ajena al contexto, así como gratuita y subjetiva la clasificación de las obras en “aceptables” o “inútiles”. Para condimentar esta interpretación bastante deficiente, toma textos bíblicos donde se representa la salvación y la recompensa de los justos como coronas, y reduce el juicio de Dios sobre el creyente a la pérdida de estas coronas, como si se hablase de coronas literales.

Comentario protestante:
“Otro Problema para la Interpretación Católica

El periodo en el que se evaluaran o se pondrá de manifiesto las obras del creyente será en el tribunal de Cristo y este evento no se llevara acabo entre la muerte del cristiano y la venida de Cristo.

1) Según Lucas 14:14 las recompensas están asociadas con la resurrección. Puesto que, según 1 Tes. 4:13-17, la resurrección es parte integral de la translación, las recompensas tienen que ser parte de ese programa.
2) Cuando el Señor regresa a la tierra a reinar, se ve que esta esposa a sido recompensada. Esto se observa en Apocalipsis 19:8, donde debe notarse que las “acciones justas de los santos” es plural y no puede referirse a la justicia de Cristo impartida, que es la porción del creyente, sino las acciones justas que han sobrevivido a la prueba y han llegado a ser base de la recompensa.

3) En 1 Corintios 4:5; 2 Timoteo 4:8; y Apocalipsis 22:12, las recompensas están asociadas con “aquel día", esto es, el día en el cual El viene por los suyos.”

Este razonamiento está plagado de una muy mala exégesis, por lo que es más acertado calificarlo como eiségesis. Comienza citando Lucas 14,14 para intentar probar que los cristianos serán recompensados solamente en la resurrección. Veamos lo que dice Lucas 14,13-14: “Cuando des un banquete, llama a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos; y serás dichoso, porque no te pueden corresponder, pues se te recompensará en la resurrección de los justos»”.

Lo primero que hay que señalar es el tratamiento simplista que hace de la noción de “recompensa”. En lenguaje simple y llano, hay que distinguir que una cosa es decir que alguien será recompensado en algún momento en particular, y otra cosa decir que solamente será recompensado en ese momento. Una vez hecha esa distinción, surgen varias preguntas: ¿a qué recompensa se refiere allí Jesús? ¿será en la resurrección la única recompensa que recibiremos los cristianos? ¿no es estar en presencia de Dios una recompensa? ¿No acaba de reconocer nuestro amigo protestante que ya San Pablo estaba con Cristo desde el mismo momento de su muerte? ¿tendrá San Pablo que esperar al día de la resurrección para obtener esta recompensa? ¿no están los condenados ya sufriendo en el infierno por sus pecados y no es eso también una retribución?

En la Iglesia Católica creemos que al momento de morir, cada cristiano enfrenta su juicio particular, y desde ese momento, si se encuentra perfectamente purificado, ya goza de la visión beatífica y entra al Reino de los cielos en compañía de todos los ángeles y santos, mientras que si se condena, va inmediatamente al infierno. Esto, por supuesto, ya es para unos una recompensa y retribución, distinta, a la que recibiremos en el juicio final, donde resucitaremos con nuestros cuerpos glorificados y donde la obra de restauración quedará completa. Pero tomar textos como Lucas 14,13 para reducir la recompensa al juicio final, es como desmentir al propio Cristo que le prometió al buen ladrón recompensarle estando con Él desde aquel mismo día en el paraíso.

Comentario protestante:
Macabeos 12:38-45: Idolatría y un Purgatorio fuera del contexto histórico

Este famoso pasaje de Macabeos nos menciona cuando Judas hizo una oración para que se perdonara el pecado de algunos de sus soldados que murieron en batalla, se convierte en otro pasaje importante que utilizan los católicos para defender su doctrina del purgatorio.

José Miguel dice:

La respuesta a esta objeción es bastante simple: es cierto que la idolatría es pecado mortal, objetivamente hablando, el que muere en pecado mortal se condena. Otra cosa sin embargo, es la situación subjetiva y particular de cada persona, de la cual el juez último es solamente Dios. No puede ninguna persona estar segura de que esos soldados se condenaron, porque nadie sabe que pasó en los momentos finales de su vida e inclusive si en el último momento se arrepintieron de corazón de sus pecados.”

Este argumento parece de un niño, porque asume muchas cosas que el pasaje que leímos hace un momento descarta:

1) Se asume que todos los soldados tuvieron tiempo de arrepentirse, por lo tanto nadie murió en la batalla de manera inmediata.

2) Se asume que un soldado en agonía después de haber sido herido estaba físicamente y mentalmente preparado para arrepentirse.

3) Se asume que todos los soldados en agonía se arrepintieron.

El pasaje antes citado dice claramente:"Esto puso en claro a todos la causa de su muerte", en otras palabras la causa de su muerte fue el pecado osea no se arrepintieron.

Esta es la respuesta más razonable y no la que ofrece José Miguel.”

Aquí la verdad quedo perplejo. No sé si el problema es que nuestro amigo sufre de una severa deficiencia de comprensión, o es que lee tan apresuradamente que no se esfuerza entender lo que se le explica.

Primero afirma que yo sostengo y asumo que todos los soldados mencionados en el episodio de Macabeos tuvieron tiempo de arrepentirse. ¿En serio? ¿en dónde?. Me corregirán los lectores si es necesario que explique la diferencia entre “asumir que alguien se salvó” y “no estar seguro si alguien se salvó”. Este misterio de la oración, que puede rebasar todo tiempo y lugar, lo explica perfectamente hoy Bruno en su blog: Sor sonrisa y los misterios de Dios. Recomiendo encarecidamente leerlo porque explica muy bien como la oración ferviente nunca se pierde.

Las preguntas que debería hacerse nuestro amigo tomadas de las que él mismo ha hecho son:

1) ¿Puede estar seguro de que absolutamente todos los soldados se condenaron?

2) ¿Puede estar seguro de que ni uno solo de los soldados en agonía herido física y mentalmente no estuvo preparado para arrepentirse?

3) ¿Puede estar seguro que ninguno llegó a arrepentirse?

Por supuesto, él puede tomar el papel de Dios, y asegurar que es seguro que no les dio tiempo, como si fuese omnisciente, pero dudo que con eso logre engañar incluso a la poca audiencia protestante de su blog. Mucho menos a personas que vean los hechos objetivamente.

Y como dije anteriormente, en caso de duda, es mejor orar una persona que no lo necesite, a no orar por una que si lo necesite. Allí Judas Macabeo simplemente no sabe si todos allí se condenaron, porque el juicio último solo corresponde a Dios, y por eso ofrece sacrificios para que Dios tenga misericordia de ellos.

Comentario protestante:
“De nuevo el pasaje de Macabeos no da esta opción porque dice enfáticamente que murieron a causa de su pecado.

José Miguel luego dice que tal vez se arrepintieron, sin embargo esta explicación es tan improbable que mas bien parece desesperada.”

Morir a causa del pecado no es equivalente a condenarse a causa del pecado, y él debería conocer la diferencia. Así que podrá parecerle desesperado a él, lo cual es ciertamente irrelevante, yo dejo a juicio del lector decidir si está de acuerdo con nuestro amigo protestante, al creer, que él puede estar seguro de si una persona no se arrepintió de sus pecados antes de morir.

Comentario protestante:
“Primero hay que mantener todo en su contexto histórico, porque Judas era un judío que estaba atado religiosamente a la Ley judía en los escritos de Moisés y los Profetas.

“El Antiguo Testamento contiene de manera meticulosa y extensa las instrucciones para los judíos de la manera y naturaleza de los sacrificios que Dios les demandaba, pero en ningún lugar Dios ordena que se tenga que realizar sacrificio y oraciones por los muertos. Ni fueron avaladas por la costumbre judía o la Ley. Lo que es evidente de este relato es que Judas no estaba haciendo la voluntad de Dios ofreciendo sacrificios y oraciones por los soldados muertos"(Webster (P. 112)”

Aquí no se agrega nada al argumento anterior, salvo que cita a otro protestante (William Webster) que opina igual que él, como si la interpretación de otro protestante tuviese más autoridad. Pero si a él le importa poco más que un pimiento la interpretación de los cristianos que pertenecieron a la única Iglesia fundada por Cristo, durante 2000 años, no veo por qué a mi tendría que parecerme más creíble la interpretación personal de uno, dos o tres protestantes.

La cuestión es más bien simple: a medida que el pueblo judío avanzaba en el conocimiento de la Revelación, fue comprendiendo mejor la naturaleza de la retribución que recibirían los justos y los injustos. Por supuesto, no se pretende probar que los Macabeos, en una época anterior a la venida de Cristo, ya tenían un conocimiento escatológico similar al que tenemos los católicos hoy en día. Pero si que ya en ese entonces, conocían que habría una retribución y que la oración podía ayudar a sus compañeros caídos.

La objeción de que este acto no era contemplado por la Ley Judía no es válida, a excepto que se piense a la manera fundamentalista que ya he descrito, y que supone, que todo lo que no se ordene explícitamente en la Ley del Antiguo Testamento queda expresamente prohibido. Esto es un absurdo, así como un absurdo es suponer que Judas Macabeo actuó en contra de la voluntad de Dios, cuando el texto bíblico expresamente agrega que fue un acto bueno y piadoso. Resulta curioso que él se aferre a la parte del texto donde dice que murieron por su pecado (una cosa es morir y otra condenarse) y se haga de la vista gorda de este otro, donde se dice que el sacrificio que hizo Judas fue piadoso.

Conclusiones

Con esto pretendo darle continuidad a los argumentos que este apologeta protestante profiere en contra del purgatorio. Por supuesto, no pretendo elaborar réplicas hasta el infinito, en primer lugar, porque por experiencia se que quien no quiere entender, por más que se le explique no entenderá, y en segundo, porque sería seguir redundando inútilmente sobre lo mismo. Sólo contestaré a futuras respuestas si veo que aportan algo nuevo y no se estancan en sostener que algo es cierto, solo porque es su interpretación personal o la de algún otro protestante de turno. Mientras tanto, él puede seguir creyendo que derrumba la doctrina católica desde su pequeño blog, al igual que herejes mucho más notorios y cultos intentaron hacerlo durante todas las épocas, mientras nuestra Iglesia sigue allí, como columna del Dios vivo y fundamento de la verdad.