5.03.14

"En la Legión no entran ingenuos"

A las 10:25 AM, por Andrés Beltramo
Categorías : Legionarios de Cristo

Del Vatican Insider

Sufrimiento interno, la sombra de un fundador inmoral, grandes deudas y una historia pendiente de escribir. Un panorama difícil le tocará afrontar a Eduardo Robles-Gil, flamante director general de los Legionarios de Cristo. Un desafío tan grande que sus amigos le dicen, usando una típica frase mexicana, que se sacó “la rifa del tigre”. “Pero la acepto sin miedo, porque elegí dar mi vida a Dios”, responde él. En esta entrevista con el Vatican Insider explica por qué.

¿Cuáles son las situaciones más urgentes que le tocar atender?

Con todo el proceso que vivimos existen miembros que han salido, otros que podrían encontrarse inquietos. Lo principal es la consolidación interna, la unidad entre todos nosotros, el querer trabajar juntos. Por otra parte tanto las consagradas como los consagrados tienen sus propios superiores y tenemos gobiernos independientes pero juntos, lo cual es un desafío. Es parte de la nueva etapa. Dedicamos mucho tiempo a analizar las constituciones, a analizarnos nosotros mismos y eso ya terminó con el Capítulo general. Ahora nos toca retomar el esfuerzo apostólico.

El Capítulo emitió un amplio comunicado sobre el problema del fundador. ¿Dieron ya por zanjado ese tema? ¿Es posible que todavía existan legionarios que viajen a Cotija para honrar a Maciel?

Es importante separar. Cada legionario tiene sus pensamientos personales, no estamos programados para que cada quien piense igual y se ha visto en los últimos años. Si alguien va a Cotija, ¿por qué lo hace? Nosotros no podemos meternos en las mentes de ellos. Tenemos una gran casa en Cotija y la usamos para retiros. Eso no nos causa dificultad alguna. El caso de Maciel para nosotros está cerrado. Reconocemos el mal que hizo y su doble vida. Eso no es algo nuevo, ya lo habíamos hecho. Pero como Capítulo sentimos que debíamos expresarnos en el mismo sentido que el gobierno anterior. Con la declaración este asunto queda ya en el pasado.

En su comunicado ustedes reconocieron ciertas responsabilidades de superiores anteriores que todavía hoy tienen puestos en la Legión, por atrasos y mala gestión del caso Maciel. ¿Con eso dan por terminado el problema, sin ir más allá?

Con eso se termina. Las críticas quedan, la mancha queda, somos Legionarios de Cristo y tenemos eso en nuestra historia. Aceptamos que en nuestra historia existen situaciones que no están bien, intentamos seguir adelante aprendiendo las lecciones y buscando ser mejores.

¿No sería injusto repartir la responsabilidad por el fundador sobre todos los legionarios cuando existen personas que pudieron intervenir y no lo hicieron, ni tampoco asumieron sus errores?

No. Para cualquier ser humano es importante actuar con inteligencia y conciencia, eso no quiere decir que no te equivoques. Hay una equivocación en el tiempo en el cual se comunicó la situación de Maciel, pero ese fue un error de juicio. Cuando nosotros nos enteramos no supimos de los casos, sino de la convicción que existía en la Santa Sede sobre la culpabilidad del fundador. Nos dijeron que había una culpabilidad real pero que por sus problemas de salud no se le iba a realizar un juicio, entonces se le ordenó retirarse a una vida de oración. Pero no teníamos más información. Los datos fueron llegando posteriormente. En 2008 decidimos comunicar las cosas a toda la congregación y el movimiento.

¿En estos errores incluyen el comunicado de 2006, en el cual se calificó como una cruz para Maciel la sanción impuesta por la Santa Sede?

Hasta el 2006 habíamos negado sistemáticamente las acusaciones, porque no creíamos que fuesen ciertas. Cuando en mayo de ese año llegó la sanción, algunos pensaron: “Si la Santa Sede actuó fue porque tiene certeza”. Le preguntamos al padre Maciel y él seguía negando. Ahí se presentó un problema de credibilidad. No podíamos dudar de la Santa Sede, por eso en el comunicado pusimos que aceptábamos con obediencia, pero manifestamos una cierta perplejidad por algo que nos superaba en ese momento. No existía un consenso interno sobre aceptar totalmente la determinación de la Santa Sede.

¿Cómo garantizan ahora que los abusos no se volverán a repetir en al congregación?

Estamos trabajando en varios campos. Por una parte en la selección de los candidatos al sacerdocio, con un camino de formación para que estemos seguros que llegan a ordenarse personas dignas. También habrá más rendición de cuentas, eso implica que nadie está libre de ser vigilado, debemos firmar documentos en los cuales declaramos conocer las consecuencias de los abusos, hay códigos de conducta para prevenir todo lo que es prevenible. Pero siempre está la libertad humana para comportarse mal. Aseguramos tajantemente que si eso ocurre no lo vamos a dejar pasar.

Un asunto pendiente corresponde a la economía de la congregación. ¿Qué conclusiones sacaron al respecto?

Tenemos que ser más cuidadosos y más responsables en el crecimiento de las obras de apostolado porque el problema de la economía provenía de dos preguntas: primero si el padre Maciel había usado dinero indebidamente ¿de dónde lo había sacado? Entonces fue necesario revisar si fueron bien llevadas las cuentas. La comisión de economía dictaminó que no hubo malversación de fondos.

¿Incluso de parte de Maciel?

Bueno, si una persona te regala algo y tú no me lo dices, yo no sé que te la regaló.

¿Entonces Maciel tenía una “caja chica”?

En realidad tenía su “caja grande”. Pero no había en la economía de las obras de apostolado y de los territorios, un mal manejo. Además de eso está el manejo de la deuda. ¿Por qué nos endeudamos tanto? Ese es un tema pendiente. Adquirimos mucha deuda porque crecimos de manera desmedid, con un impulso de crecimiento más allá del tamaño real.

¿Cómo se aborda ahora el pasado negativo de la congregación con los aspirantes a ser legionarios?

Cuando alguien hoy entra a la Legión de Cristo sabe que nuestro fundador no se comportó para nada bien. Eso no lo puedes negar y quien entra sólo debe leer un periódico o buscar en internet para darse cuenta de muchas cosas. Hoy no entran ingenuos, entran sabiendo. De los primeros tiempos de la historia de la Legión contamos sólo los hechos fundamentales.

Las nuevas Constituciones aprobadas por el Capítulo General, ¿cuándo entrarán en vigor? ¿serán públicas?

Son estatutos que son válidos sólo para nosotros, por lo tanto no pretendemos que sean secretos. Cuando las apruebe el Santo Padre las haremos públicas, antes no podemos ponerlas a disposición. Entrarían en vigor cuando recibamos la autorización definitiva, pero podrían pasar hasta seis meses.