7.03.14

Mártires por visitar presos en la cárcel de Ventas


Cinco mártires de la guerra civil nacieron un 7 de marzo: un hospitalario navarro, un dominico barcelonés, un salesiano burgalés, una adoratriz madrileña y otra castellonense. Además, hoy se cumplen 15 años de la beatificación de siete agustinos y un sacerdote diocesano de Motril (Granada), que celebró Juan Pablo II el 7 de marzo de 1999, junto con la de Nicolás Barré y Ana Schäffer.

Tomás Urdánoz Aldaz, de 33 años y natural de Echarri (Navarra), era novicio de la Orden Hospitalaria de los Hermanos de San Juan de Dios, fue asesinado en Calafell (Tarragona) el 30 de julio de 1936 y beatificado en 1992, con sus 14 compañeros de martirio (ver artículo del 14 de noviembre).

Mandó a su madre recado de que estaba contento

Ramón Peiró Victori, dominico de 45 años y oriundo de Aiguafreda (Barcelona), fue asesinado en El Morrot (Barcelona) el 21 de agosto de 1936 y beatificado en 2001. Hizo en 1911 hizo la profesión solemne y fue ordenado sacerdote en 1915. Fue profesor en Solsona y superior en Calanda (Teruel), antes de ir a Barcelona. Al estallar la guerra, abandonó el convento (su hermano Miguel, laico y beatificado, fue asesinado el 24 de julio en L’Hospitalet después de haber ido a Barcelona en busca de Ramón) y se hospedó en casas de familias amigas, pasando por fin a una pensión dirigida por extranjeros. En un registro, al preguntarle si era sacerdote, contestó que sí, y después de dos días de encierro e interrogatorios, fue fusilado en el suburbio de El Morrot. Antes pudo enviar a su madre recado de que estaba contento.

Mártires por visitar presos

Tomás Gil de la Cal, natural de Guzmán (Burgos) y de 38 años, era postulante salesiano de la comunidad de Carabanchel Alto, fue asesinado al visitar presos en la Cárcel de Ventas (Madrid) el 25 de septiembre de 1936, en compañía del también coadjutor (y beato como Gil desde 2007) Juan Codera Marqués, de 53 años, que había profesado en 1919 en Carabanchel Alto, adonde volvió como enfermero en 1933.

Detenido Codera el 20 de julio de 1936, se refugió luego en la pensión Vascoleonesa de la calle Puebla, 17. El 25 de septiembre, por la mañana, salió para ir a la cárcel de Ventas, donde estaba recluida la comunidad de Mohernando, junto con el inspector de la Céltica, Felipe Alcántara y el aspirante Tomás Gil de la Cal, de 38 años. Tras la comida, salió otra vez de la pensión acompañado esta vez solo por Gil. Visitó en la pensión Arriba, a Juan Castaño y Maximiliano Francoy. Que intentaron persuadirle para que no volviera a la cárcel de Ventas, pero Codera dijo que no pasaría nada. No se supo más de ellos.

Nacidas y muertas el mismo día

Rosa (Rosaura de María) López Brochier, de 39 años y natural de Madrid, fue una de las esclavas adoratrices del Santísimo Sacramento asesinadas en Vicálvaro el 10 de noviembre de 1936 y beatificadas en 2007.

Luisa (de la Eucaristía) Pérez Adriá había nacido el mismo día que Rosa, en Castellón de la Plana. Murieron “con la sonrisa en los labios y bendiciendo a Dios” (ver artículo del aniversario).

Más sobre los 1.523 mártires beatificados, en “Holocausto católico”.