6.03.14

Una historia de película y el perdón del Papa

A las 8:47 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Pederastia en el clero católico

“Buen día. Ante todo tengo que decir que me sentí muy impresionado y compartí el dolor de algunos de ustedes y de todo el presbiterio, por las acusaciones hechas contra un grupo de ustedes. He hablado con algunos de ustedes que fueron acusados y vi el dolor de estas heridas injustas. Una locura, y quiero decirlo públicamente que estoy cerca del presbiterio, porque no son 8 o 15, sino es todo el presbiterio en la persona de estos 7, 8 o 15″.

“También quiero pedirles disculpas no tanto como obispo vuestro sino como encargado del servicio diplomático, como Papa, porque uno de los acusadores es del servicio diplomático, pero esto no fue olvidado y se estudia el problema, para que esta persona sea alejada de allí, se está buscando la vía. Es un acto grave de injusticia y les pido perdón por esto también".

Esas palabras son de Francisco, pronunciadas la mañana de este jueves en el Aula Pablo VI del Vaticano ante un grupo de sacerdotes de la diócesis de Roma. Un peculiar fuera de programa. Declaraciones que inicialmente carecieron de sentido, al menos para quienes ignoraban los antecedentes del caso al cual se refería concretamente Jorge Mario Bergoglio. Incluso llevaron a algunos periodistas a relacionarlas con circunstancias totalmente ajenas, como la del ex nuncio apostólico en República Dominicana, Josef Wesolowski, acusado formalmente de abusos contra menores. Nada que ver.

Para evitar equívocos recuperamos un artículo que publicamos hace ya muchos meses y que resume bien la historia a la cual se refirió el pontífice. Un caso grave que conmocionó a la Iglesia romana, tanto que llevó a conducir una amplia investigación eclesiástica interna. Todo ocurrió en los primeros meses del actual papado. En ese tiempo se llegó a sugerir públicamente que el mismo Papa había dado crédito a los acusadores, de los cuales formaba parte un consejero de la Nunciatura apostólica en Italia. Por el actuar de ese diplomático Bergoglio pidió perdón. Ahora sólo falta la aplicación de la anunciada medida disciplinar porque, al menos según cuanto hemos podido saber, esta persona todavía mantiene su puesto en la embajada.

Roma: ex sacerdote lanza fango y termina tras las rejas
Vatican Insider / 30 de junio de 2013

Parece una historia de película. Un ex sacerdote se presenta ante la policía para denunciar una supuesta red de prostitución masculina con menores que involucraría a varios clérigos de la diócesis de Roma. A los uniformados les entrega fotografías, supuestas pruebas. Pero las fuerzas del orden sospechan del denunciante, indagan a fondo y descubren que sus dichos son pura fantasía, mezclada con una buena dosis de malicia. ¿Resultado? El acusador terminó tras las rejas.

Aunque resulte increíble, el relato es verdadero. Este viernes 28 de junio el Núcleo Investigativo de Roma de los Carabinieri arrestó a Patrizio Poggi, de 47 años, por considerarlo artífice de un plan calumnioso que buscaba enfangar a otros sacerdotes romanos.

El caso salió a la luz el 25 de junio cuando el canal de televisión italiano La7 difundió parte de la denuncia presentada por Poggi. Pero el reportaje estaba plagado de errores. Uno de ellos demasiado evidente. En una interpretación libre la periodista, autora de la nota, sostuvo que los descargos del ex sacerdote contaban con un tácito aval del Papa. Una afirmación priva de fundamento.

Para probar que Francisco supuestamente estaba detrás de un “intento de limpieza” en el vicariato de Roma, el reportaje destacó que el abogado del denunciante es Luca Lorusso, funcionario de la nunciatura apostólica en Italia. Como el actual nuncio es Adriano Bernardini, anterior delegado vaticano en Buenos Aires, varios medios dieron por hecho su cercanía íntima con el Papa.

Pero quienes conocen la Iglesia argentina saben que Bernardini y Bergoglio tuvieron, más bien, una relación problemática durante el paso del primero por Buenos Aires. Aún así, era tan fácil como ver la fecha de la denuncia para advertir que Francisco nada tenía que ver con este caso. El expuesto lleva fecha del 8 de marzo, cinco días antes de la elección papal. ¿Como podía el pontífice intervenir cuando ni siquiera había iniciado el Cónclave?

En su denuncia Poggi expresó sentir “el deber de tutelar la Santa Iglesia y la comunidad cristiana, estando en conocimiento de graves hechos que amenazan su integridad". Pero los hechos lo contradicen.

Según la orden de aprensión emitida por el juez de Roma Aldo Morgigni, el ex sacerdote “concibió y puso en práctica un plan calumnioso, estableciendo circunstancias no verdaderas o basadas sólo en chismes, porque lo animaba el resentimiento por motivos personales contra algunos prelados".

Él estaba convencido que “el resultado positivo de las investigaciones por él estimuladas podía incidir positivamente, también con iniciativas de extorsión, sobre su intento por el obtener del Vaticano la revocatoria de la sentencia de dimisión del estado clerical o una eventual revisión del proceso con el cual había sido condenado, en pasado, por actos sexuales con menores".

Efectivamente, en 2007 Poggi fue excluido del sacerdocio tras un juicio eclesiástico. Ya había sido condenado por la justicia civil a cinco años de prisión por abusos a menores, los cuales pagó en el penal romano de Rebibbia. En su denuncia de marzo mintió. Entre otras cosas dijo haber sido suspendido “A divinis” en 2010 y que Benedicto XVI había decidido rehabilitarlo concediéndole un recurso “Restitutio integrum". Ambas cosas falsas.

Por eso el cardenal vicario de Roma, Agostino Vallini, hizo bien en expresar “profunda amargura” por la difusión de “noticias calumniosas” que “disparan al grupo en manera generalizada y sin distinguir entre quien erró, que debe pagar, y quien es calumniado".

Una nota de prensa estableció que al inicio de su mandato el purpurado fue a visitar a Poggi a la cárcel y por eso no se explica su comportamiento. “¿Cómo puede ser que en aquella circunstancia y en los coloquios sucesivos en el vicariato, él no sintió la necesidad de denunciar al obispo a sus hermanos?", se preguntó.

Lo que otros se preguntan en la Santa Sede es cómo un diplomático vaticano como Luca Lorusso haya podido prestarse a sufragar con su presencia una denuncia priva de cualquier fundamento objetivo.