7.03.14

Gustavo Gutiérrez, ¿héroe en Vaticano?

A las 10:14 PM, por Andrés Beltramo
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Por estos días el tema de la Teología de la Liberación parece volver una y otra vez al debate público, en el mundo de los vaticanistas y observadores de cosas de la Iglesia. Personalmente considero el debate en torno a esta corriente de pensamiento un asunto más del pasado que del futuro. Pero reconozco también que, no obstante la posición de la Santa Sede al respecto ya fue fijada 30 años atrás, todavía se mantienen “cuentas pendientes". Como lo demuestra la entrevista al “padre” de esta teología, Gustavo Gutiérrez, que publicamos este día en el Vatican Insider.

Abajo compartimos el texto. Pero merece algunas anotaciones al margen. Tras la comparecencia del teólogo peruano por primera vez ante un auditorio y en una sala de propiedad de la Sede Apostólica, algunos medios a nivel internacional reportaron que fue recibido “como un héroe en El Vaticano". ¿Realmente fue así? Aquí algunos matices.

Primero: llamó la atención que las invitaciones distribuidas por la Librería Editorial Vaticana originalmente anunciaron un solo relator para la presentación del texto escrito por Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Según esto la única persona prevista para comentar el volúmen era el cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, coordinador del C-8 del Papa Francisco.

 

Por eso los asistentes se sorprendieron cuando el portavoz vaticano, Federico Lombardi, le dio la palabra a Gustavo Gutiérrez. Todos esperaban que pronunciase sólo unos saludos, en cambio impartió una ponencia de más de 20 minutos sobre el tema de la “Iglesia samaritana". Una idea quedó flotando en el aire: desde el inicio estaba prevista aquella inédita intervención.

Segundo matiz: A nivel de publicidad “Pobre y para los pobres” se manejó como un texto de Müller con prólogo de Jorge Mario Bergoglio. Pero el mismo contiene una fuerte contribución de Gutiérrez, más de 90 páginas sobre diversos asuntos fueron de su autoría. Sólo revisando el libro se puede advertir esto.

Tercer matiz: El ambiente entre la mayoría de los presentes era, ciertamente, entusiasta por escuchar al “padre” de la Teología de la Liberación. Así lo hizo notar Lombardi, quien en varios pasajes de su moderación se deshizo en elogios hacia Gutiérrez y hacia lo que, a su juicio, es la definitiva “rehabilitación” de su pensamiento.

Aquí cabe un matiz dentro del matiz. Si bien cundía una evidente emoción entre los asistentes (entre ellos los obispos peruanos Salvador Piñeiro García Calderón, presidente de la Conferencia Episcopal, y Miguel Cabrejos Vidarte, arzobispo de Trujillo), la “representatividad” del auditorio era curiosa. La sala no se llenó por completo y un tercio de las sillas las ocuparon los periodistas. En primera fila los lugares vacíos fueron notorios. Ningún cardenal, fuera de los relatores, acudió a la cita. Ni siquiera el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid e íntimo amigo de Müller, que se encontraba en Roma para la visita “ad limina” de los obispos españoles.

Los oficiales de curia fueron escasísimos. Evidentemente no podía faltar Luis Ladaria, secretario de la Doctrina de la Fe. Fuera de él los dedos de la mano sobran para contar a los curiales que participaron. Tampoco se vio a importantes exponentes de movimientos o congregaciones. Vaya, ni siquiera respondió a la invitación el embajador peruano ante la Santa Sede. No obstante el obispo Piñeiro haya asegurado que aquella fue una “gran noche de peruanidad". Hecha las aclaraciones, ahora sí los dichos del “padre” de la Teología de la Liberación.

Gutiérrez: “¿Murió la Teología de la Liberación? No me invitaron al funeral”
Vatican Insider / 7 de marzo de 2014

Por primera vez Gustavo Gutiérrez, teólogo peruano “padre” de la Teología de la Liberación, fue relator ante un auditorio en El Vaticano. Momento histórico que ocurrió el 25 de febrero en la presentación del libro “Pobre y para los pobres”, firmado por el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard Ludwig Müller y que incluye textos suyos. Un volumen prologado por el Papa. Signos de una evidente distensión con una corriente teológica que todavía afronta turbulentos debates en América Latina. Gutiérrez contó al Vatican Insider como vive este momento.

¿Cómo cree que se llegó a esta “reconciliación”?

La palabra reconciliación es un poco fuerte para lo que ha habido. Hubo ciertos problemas con algunos y tampoco muy justos. No hubo una determinación contraria, si no uno no hubiese podido seguir escribiendo y eso ha continuado. Claro, existen personas que no están de acuerdo (conmigo) y yo eso lo respeto. A mi muchas teologías no me parecen, sólo que no las persigo. Pero uno tiene diferencias. Por otra parte la gente de la Iglesia piensa que todo pasa en la Iglesia, pero no es así. La Teología de la Liberación tuvo problemas, sobre todo, con los políticos y los militares. Le voy a dar dos ejemplos: en diciembre de 1987 tuvo lugar una reunión, en Buenos Aires, de los ejércitos de Canadá hasta Chile y Argentina, del continente. ¿Sabe usted cuál fue el problema? El peligro de la Teología de la Liberación. ¿Usted escuchó alguna vez que los ejércitos de Europa se hayan reunido para hablar de la teología de Rahner o de Congar? Nunca. Nosotros sí. ¿Quiénes matan? Es la sociedad civil. Tenemos centenares de personas asesinadas y eso siempre escapa a las personas. Como que el pleito en la Iglesia hoy queda chico al lado de lo otro. ¿Quién mató a Romero? (Roberto) d’Aubuisson (Arrieta), un militar que ya está muerto. Pero ese hombre no era de Iglesia, respondía sólo a sus intereses políticos.

¿Siente que existe un clima de comprensión diferente?

Hoy en día sí, por supuesto, y eso influye en lo que acabo de decir porque le quita armas a quienes, sin ninguna razón cristiana, desconfían de la Teología de la Liberación. Porque se dan cuenta que están metiéndose con la Iglesia entera. Ya no es lo mismo. Pero eso es muy frecuente. Le doy otro ejemplo, para la campaña presidencia de (Ronald) Reagan en el año 80 hubo una personas, que más tarde fueron embajadores en América Latina, que emitieron un documento en el cual se advertía como uno de los grandes peligros de la política exterior de los Estados Unidos era la Teología de la Liberación. Yo nunca he encontrado aquellos que digan, al menos, que habla de Dios. Eso es lo más grave, ese clima es el que mata.

¿No será que algunos instrumentalizaron la Teología de la Liberación?

Todo se puede instrumentalizar. Pero en Sudáfrica también se instrumentalizó el cristianismo con el Apartheid, eso no puedo impedir que lo hagan. Uno puede responder por uno mismo o por amigos a quienes conoce bien. Lo otro, si alguien utiliza las propias ideas ¿qué puede uno hacer? Problemas ha habido, pero ha habido más y de mayor seriedad en el campo civil, más graves. ¿Por qué cree que hablamos de “martirio latinoamericano”? Nos referimos a situaciones políticas, militares de América Latina. Compatriotas de Continente. Es lo que pasó en Brasil bajo la dictadura, con Videla en Argentina, en Uruguay. Eso ha pasado mucho y un argumento, que se usaba a menudo, era considerar como marxista a una persona que hablase de derechos humanos y justicia social. Al respecto digo: ustedes creen en el marxismo más que yo, porque para ustedes las personas que hacen cosas buenas son marxistas. No digo que no ha habido problemas en la Iglesia, estoy añadiendo lo que me parece, personalmente, más grave. Igual eso repercute en la Iglesia, que está en este mundo.

¿Se hubiese imaginado alguna vez que un amigo suyo llegase a guiar la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede?

Ni lo había imaginado ni lo había descartado, porque nunca se sabe. Yo soy muy poco de prever cosas. No, ciertamente no, pero eso quién lo podía prever.

¿Eso puede ser providencial para su trabajo?

Si, puede ser útil para el trabajo. Pero a mí lo que me interesa es qué le va a pasar a los pobres de América Latina. ¿Usted me pregunta si para ellos esto es útil? Yo pienso que sí. Que sea útil para la Teología de la Liberación, claro. No menosprecio. Sería un tonto si digo que no me interesa. Yo hasta los 40 años nunca había hablado de la Teología de la Liberación, porque no sabía. De todas formas era cristiano. Entonces si era cristiano antes, espero serlo después. La gente me dice: “La Teología de la Liberación… ha muerto”. Les respondo: “Puede ser que haya muerto, pero a mi no me invitaron al entierro". La teología no es lo decisivo, lo son las personas.

Y el Papa Francisco, ¿está siendo decisivo?

Ah bueno, claro que sí. Justamente en esa manera, yendo a lo concreto, a lo cotidiano, a decir: Dinero corrompido yo no quiero, dinero sucio. Eso es muy concreto. Claro que sí, por supuesto.