ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 21 de marzo de 2014

La frase del día

 "Cuando Dios borra, es que va a escribir algo".

Jacques Benigne Bossuet (1627 - 1704)

 


El papa Francisco

El Santo Padre a los mafiosos: 'Conviértanse y dejen de hacer el mal'
Vigilia de oración con los familiares de las víctimas inocentes del crimen organizado

Francisco en Sta. Marta: el peligro de manipular la palabra de Dios
El Santo Padre propone en la homilía de este viernes, humildad y oración para ser dóciles al Espí­ritu Santo

El Santo Padre habla con el presidente de Malta de inmigración
El fenómeno migratorio afecta de lleno a este pequeño Estado miembro de la Unión Europea

Pareja de recién casados posa para un 'selfie' papal
El novio, Marco Antonio Lome, tocado por la simplicidad y la humildad del Pontí­fice argentino

El Papa escucha la composición de un sacerdote y le anima a proseguir
El joven español le entrega al Pontífice un DVD y un CD en la plaza y después este le escribe animándole a seguir componiendo buena música

Santa Sede

Divorciados vueltos a casar y la comunión: el pensamiento del cardenal Kasper
La relación al consistorio del purpurado alemán en "Evangelio de Familia" ha desencadenado un fuerte debate. Pero, ¿qué ha dicho realmente?

Segunda predicación de Cuaresma 2014 - San Agustín, «Creo en la Iglesia una y santa»
Padre Raniero Cantalamessa, ofmcap.

Mirada al mundo

Obispos europeos piden construir un mundo presidido por la solidaridad
Mensaje de la COMECE ante las próximas elecciones al Parlamento Europeo en mayo en el que abordan temas como la pobreza, la juventud, la solidaridad, la inmigración o el medioambiente

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El gobernador de Kaduna ha descrito los ataques como una masacre "impía y bárbara"

Rome Reports

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Contiene una de las colecciones más importantes del mundo

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Espiritualidad

En el brocal del pozo
III Domingo de Cuaresma -

Beato Miguel Gómez Loza - 21 de marzo
«Laico mexicano, mártir de Cristo Rey. Junto al beato Anacleto González lideró la asociación católica. Fue impulsor de la prensa católica; fundó la sociedad de Propagación de la Buena Prensa»


El papa Francisco


El Santo Padre a los mafiosos: 'Conviértanse y dejen de hacer el mal'
Vigilia de oración con los familiares de las víctimas inocentes del crimen organizado

Por Rocío Lancho García

CIUDAD DEL VATICANO, 21 de marzo de 2014 (Zenit.org) - El primer día de primavera se recuerda en toda Italia, desde 1996, a las víctimas inocentes de las mafias. Y este año, el papa Francisco ha querido ser partícipe de esta memoria presidiendo una vigilia de oración. Momento que el Santo Padre ha aprovechado para pedir a los hombres y mujeres mafiosos su conversión, porque "el poder, el dinero que tenéis ahora, de tantos negocios sucios, de tantos crímenes mafiosos, está ensangrentado, es poder ensangrentado y no podréis llevarlo a la otra vida".

Pocos minutos después de las 17.30 el Papa ha llegado a la parroquia de San Gregorio VII, cercana al Vaticano. A su llegada, ha sido recibido por don Luigi Ciotti, fundador de Libera, asociación que recoge a más de 1500 agrupaciones que luchan contra la mafia. Antes de entrar en la parroquia ha saludado brevemente a la multitud de fieles que se habían dirigido hasta allí para verle pasar.

Una vez en la iglesia, el Pontífice ha caminado por el pasillo central saludando y bendiciendo a los presentes, que se encontraban allí en representación de las 15.000 personas que, en estos años, en Italia han sufrido el dolor de la pérdida de un ser querido a mano de la violencia mafiosa.

Para comenzar la Vigilia de oración, una mujer ha leído unas líneas para agradecer al Santo Padre su presencia y  ha pedido que se cumpla un camino de "paz, verdad y justicia en nuestras vidas y sobre todo en nuestro país".

Entre los cantos y las oraciones, se han podido ver rostros de dolor, rostros pensativos y ojos de los que caían lágrimas en recuerdo de esos seres queridos.

"Pensábamos encontrar un padre y hemos encontrado también un hermano, el hermano Francisco", ha comenzado don Ciotti su discurso. Emocionado le ha dado las gracias por la acogida y ha señalado que este era un momento que han esperado y deseado mucho. Las personas que están aquí -ha afirmado- tienen historias dolorosas y distintas y "necesitan verdad y justicia". Don Luigi ha hablado de estas víctimas inocentes, incluidos algunos niños. "Quien pierde la vida por causa de la justicia, dona vida, es él mismo vida", ha afirmado el sacerdote. Así mismo ha recordado a todas estas "personas que la mafia ha quitado su dignidad y libertad" y a sus familiares, muchos presentes esta vigilia de oración, que "necesitan verdad", ha insistido. Don Luigi ha recordado que este "no es solo un problema criminal, es un problema social y cultural" y que es necesario que "la política esté al servicio del bien común".

El Papa ha escuchado en silencio y en profunda actitud de recogimiento, uno a uno los nombres de las víctimas asesinadas a manos de la mafia en Italia. A continuación, se ha leído el pasaje del Evangelio de las Bienaventuranzas.

El Santo Padre, en sus palabras a los presentes les ha dado las gracias por haber hecho esta etapa en Roma que me permite encontraros aquí. "El deseo que siento es de compartir con vosotros una esperanza", ha dicho. Así ha pedido que esta esperanza sea también el sentido de responsabilidad que poco a poco venza sobre la corrupción en cualquier parte del mundo. El Papa ha pedido sanar "los comportamientos, relaciones, elecciones, tejidos sociales, así que la justicia gane espacio y crezca". "Sé que sentís fuertemente esta esperanza y quiero compartirla", ha afirmado Francisco.

Por ello, el Santo Padre ha querido expresar su solidaridad por quienes han perdido una persona querida víctima de la violencia mafiosa. "Gracias por vuestro testimonio, porque no os habéis cerrado, os habéis abierto, habéis salido para contar vuestra historia de dolor y esperanza", ha indicado el Papa.

Del mismo modo ha indicado que "quisiera rezar con vosotros, lo hago de corazón, por las víctimas de la mafia. Pedir la fuerza de ir adelante, no desanimarse, continuar luchando contra la corrupción".  

Finalmente, el Papa no ha querido terminar su intervención sin dedicar unas palabras a "los protagonistas ausentes". "A los hombres y mujeres mafiosos: por favor, cambiar de vida, convertíos, parad de hacer el mal, que nosotros rezamos por vosotros, convertíos. Lo pido de rodillas y por vuestro bien. Esta vida que vivís ahora no os dará placer, no os dará alegría, no os dará felicidad. El poder, el dinero que tenéis ahora, de tantos negocios sucios, de tantos crímenes mafiosos, está ensangrentado, es poder ensangrentado y no podréis llevarlo a la otra vida. Convertíos, todavía hay tiempo para no terminar en el infierno, que es lo que os espera si continuáis en este camino. Habéis tenido un padre, una madre, pensad en ellos. Llorad un poco y convertíos".

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Francisco en Sta. Marta: el peligro de manipular la palabra de Dios
El Santo Padre propone en la homilía de este viernes, humildad y oración para ser dóciles al Espí­ritu Santo

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 21 de marzo de 2014 (Zenit.org) - Si un cristiano no es humilde y no reza, corre el riesgo de apropiarse de la palabra de Dios y de utilizarla para lo que le conviene. El papa Francisco lo dijo hoy en la homilía de su misa cotidiana en Santa Marta, tomando inspiración de la lectura del Evangelio. Era la parábola de los viñadores homicidas, que primero asesinan a los siervos y por último al hijo del patrón de la viña para apropiarse de la herencia. A Jesús le escuchan los fariseos, ancianos y sacerdotes a quienes -explica el Papa- se dirige para hacerles entender cuanto han caído bajo, por no tener el corazón abierto a la palabra de Dios”.

“¡Este es el drama de aquella gente, pero también el nuestro! Se han apropiado de la palabra de Dios y la palabra de Dios la convierten en su palabra, según sus intereses, según sus ideologías, sus teologías... pero a su servicio. Y cada uno la interpreta según la propia voluntad, según el propio interés. Aquí está el drama de este pueblo. Y para conservar ésto, asesinan. Esto le sucedió a Jesús”.

Y el Papa prosigue: “El jefe de los sacerdotes y de los fariseos al escuchar la parábola de Jesús entendió que hablaba de ellos. Intentaban capturarlo y hacerlo morir”. De esta manera, afirma el Papa, “la palabra de Dios está muerta, está aprisionada, el Espíritu Santo queda enjaulado en los deseos de cada uno de ellos”. Y es lo que nos sucede a nosotros, indica el Papa, “cuando no estamos abiertos a la novedad de la palabra de Dios, cuando no somos obedientes a la palabra de Dios”.

“Entretanto --prosigue Francisco-- hay una frase que nos da esperanza. ¡La palabra de Dios está muerta en el corazón de esta gente y también puede morir en nuestro corazón! Pero no termina, porque está viva en el corazón de los simples, de los humildes, del pueblo de Dios. Intentaban capturarlo pero tenían miedo de la multitud del pueblo de Dios, porque ésta lo consideraba un profeta”.

“Aquella era una multitud de gente simple, que seguía a Jesús, porque lo que Jesús decía les hacía bien al corazón, les calentaba el corazón. Esta gente no se había equivocado, no usaba la palabra de Dios para hacer su conveniencia, sentía y buscaba ser más buena”.

Y el Papa se interroga: “¿Qué podemos hacer para no asesinar la palabra de Dios?, y para “ser dóciles y no enjaular el Espíritu Santo?”

“Dos cosas simples”, indica Francisco. “La actitud de quien quiere escuchar la palabra de Dios es primero, la humildad; segundo la oración. Esta gente no rezaba. No sentía necesidad de rezar. Se sentían seguros, se sentían fuertes, se sentían dioses. Humildad y oración: con la humildad y la oración vamos adelante para escuchar la palabra de Dios y obedecerle. En la Iglesia, humildad y oración. De manera que no nos suceda lo que le pasó a esta gente: no asesinaremos para defender la palabra de Dios, esa palabra que nosotros creemos que es la palabra de Dios, pero que está totalmente alterada por nosotros”.  

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El Santo Padre habla con el presidente de Malta de inmigración
El fenómeno migratorio afecta de lleno a este pequeño Estado miembro de la Unión Europea

Por Iván de Vargas

MADRID, 21 de marzo de 2014 (Zenit.org) - El papa Francisco ha recibido esta mañana al presidente de Malta, George Abela, que termina en estos días su mandato, y con él ha afrontado el tema de la inmigración. Una cuestión que afecta de lleno al Estado más pequeño de la UE.

En el encuentro, desarrollado en un clima de cordialidad, "se ha tratado el tema de la contribución de Malta en el seno de la Unión Europea y el de algunas situaciones en la región del Mediterráneo, incluido el fenómeno de la migración hacia Europa que interesa a la Iglesia y al Gobierno".

Además, "se ha hablado de las profundas huellas del cristianismo en la historia, la cultura y la vida del pueblo maltés, así como de las buenas relaciones entre la Santa Sede y Malta, recordando las visitas pastorales realizadas por el beato Juan Pablo II y por Benedicto XVI", señala el comunicado difundido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Durante las últimas dos décadas, Italia, Grecia y la isla mediterránea de Malta han absorbido los flujos migratorios que llegan desde el norte y este de África hasta sus costas. 

La llamada vía del Mediterráneo central es la principal puerta de entrada a Europa para muchas personas que buscan una vida mejor, y la cifra de inmigrantes que acceden por mar a Italia o Malta se ha multiplicado por tres durante el último año debido, principalmente, a la llegada de refugiados sirios que huyen de la guerra civil, y de los que escapan de las hambrunas en el Cuerno de África.

Tras el naufragio que tuvo lugar el pasado mes de octubre en Lampedusa, en el que murieron 366 inmigrantes eritreos, y la posterior visita del Santo Padre a la isla italiana, con la que quiso mostrar al mundo este drama, el Gobierno de Italia ha lanzado la operación “Mare Nostrum” combinando embarcaciones, helicópteros y aeronaves no tripuladas para supervisar el mar Mediterráneo y salvar cientos de vidas humanas. 

Por su parte, Malta ha pedido reiteradamente ayuda a sus socios comunitarios para afrontar el desafío de la inmigración. Una problemática que ha adquirido nuevas dimensiones con las redes criminales o con los traficantes de personas.

Ubicado a 80 km de Sicilia, 106 km de Lampedusa y 333 km de Libia, el archipiélago maltés es un paso casi obligatorio de los barcos de inmigrantes que intentan llegar al Viejo Continente.

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Pareja de recién casados posa para un 'selfie' papal
El novio, Marco Antonio Lome, tocado por la simplicidad y la humildad del Pontí­fice argentino

Por Junno Arocho Esteves

CIUDAD DEL VATICANO, 21 de marzo de 2014 (Zenit.org) - No es ningún secreto: el papa Francisco es un fenómeno en el ‘continente digital’. La comunidad de internautas sigue y comparte a través de las redes sociales todo lo que el Santo Padre dice y hace.

Así que cuando el Pontífice argentino aparece en un 'selfie' -un autorretrato realizado con un teléfono móvil- es mejor que sepas que su difusión va a ser viral. Quizás el más famoso tuvo lugar el año pasado, cuando un grupo de jóvenes de la diócesis de Piacenza posó con el Santo Padre en la Basílica de San Pedro.

Ciertamente, Marco Antonio Lome y su esposa Zaira Venegas no podían imaginarse que ellos también tendrían su propio 'selfie' con el Papa. Como muchas parejas de recién casados​​, Lome y Venegas viajaron a Roma después de sus recientes nupcias para recibir la bendición papal. Como es costumbre, al final de cada audiencia general, el Santo Padre saluda individualmente a las parejas.

Al describir su encuentro con Francisco, Lome reconoció que tenía muchas ganas de decirle y contarle muchas cosas, pero su emoción era tan grande que no se lo permitió. "Sentí mucha alegría y al mismo tiempo admiración por la sencillez y alegría que transmite el Papa", dijo a ZENIT. "No hay palabras para describirlo sino estando ahí lo ves, lo percibes. Es estar cerca del vicario de Cristo pero no como lo pintan ciertos medios de comunicación sino como "alguien" muy cercano, muy paternal, muy humilde y preocupado por nuestras cosas", prosiguió.

Marco Antonio Lome, que dirige el Instituto Juan Pablo II para el Matrimonio y la Familia en Guadalajara (México), le explicó al Pontífice que se dedica a "promover una verdadera cultura de la familia". Después de mostrar al Santo Padre una imagen de los alumnos del Instituto, su esposa Zaira le preguntó si podían darle un abrazo por el Día del Padre, que en Italia se celebra el 19 de marzo, coincidiendo con la fiesta de san José. "Nos dijo que sí y le dimos un abrazo", recordó Lome. "Nos dio la bendición y nos dijo: ‘recen por mí’", añadió. 

Reuniendo todo su valor, Lome preguntó también el Papa si estaría dispuesto a hacerse una foto con la pareja. "Ya están tomándoles muchas fotos, pero si ustedes quieren está bien", dijo Francisco,  según relató Lome.

Para Marco Antonio Lome, su experiencia de conocer al Santo Padre encierra un triple compromiso. En primer lugar, requiere “un testimonio de fe personal y de matrimonio”. Además, supone un llamado a orar por el papa Francisco y por todos los que trabajan en la labor de "pastorear a la Iglesia". Finalmente, "el testimonio que el Papa nos dio de sencillez, ternura y alegría", destacó Lome. "Ya lo dice él: ser el rostro de la misericordia de Dios. Que tan importante es en la actualidad dar testimonio de católicos coherentes pero también de católicos alegres (alegres por Cristo, por el Evangelio, por la Iglesia). De esta manera también vivimos y expresamos la universalidad de la Iglesia”, concluyó.

Aquí puede ver el 'selfie' papal.

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El Papa escucha la composición de un sacerdote y le anima a proseguir
El joven español le entrega al Pontífice un DVD y un CD en la plaza y después este le escribe animándole a seguir componiendo buena música

Por H. Sergio Mora

ROMA, 21 de marzo de 2014 (Zenit.org) - Un joven sacerdote español, Sergio Moreno le ha entregado al Santo Padre, al concluir la última audiencia pública de febrero en la plaza de San Pedro, un DVD y un CD con su obra más emotiva, un Ave María, junto con una carta en la que explica el sentido de la misma.

“El Santo Padre no solo me lo agradece con un 'muchas gracias, el Señor lo bendiga; la escucharé con mucha atención', sino que días después recibo respuesta de su Santidad en la que me dice: “Le felicito, es muy bella, conmovedora, le animo a seguir componiendo buena música”, le confió el padre Moreno a ZENIT.

Y añadió que “es el segundo Papa que escucha esta obra; ya lo hizo Benedicto XVI. Recibo así la bendición apostólica de dos Pontífices cuyo amor a María Madre nuestra es indiscutible”.

El sacerdote español indicó que el Ave María será nuevamente interpretada por la Coral y Filarmónica de Tívoli, bajo la dirección del Maestro Francesco Romanzi, el próximo 26 de mayo, a las 21,00, en la Iglesia de san Biagio.

“El 8 de diciembre de 2012 --recordó el padre Moreno-- el Ave María compuesto para coral y orquesta fue interpretado por primera vez en Roma, en la Embajada Española ante la Santa Sede. Y ahora el Señor me regala otro gran momento en la Plaza de San Pedro”.

(Ver el video del Ave María en la Emb. de España en Roma)

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Santa Sede


Divorciados vueltos a casar y la comunión: el pensamiento del cardenal Kasper
La relación al consistorio del purpurado alemán en "Evangelio de Familia" ha desencadenado un fuerte debate. Pero, ¿qué ha dicho realmente?

Por Antonio Gaspari

CIUDAD DEL VATICANO, 21 de marzo de 2014 (Zenit.org) - Del 5 al 19 de octubre de 2014 se celebrará, en Roma, el sínodo extraordinario sobre la familia. Para prepararlo mejor se ha formulado -por voluntad del papa Francisco- un cuestionario con 38 preguntas enviado a todas las diócesis del mundo.

El secretario del Sínodo de los obispos, el cardenal Lorenzo Baldisseri, ha explicado que de las diócesis se espera "no solo lo que piensa el obispo" sino "una síntesis de lo que la gente piensa y vive", a fin de "tener el pulso de la base".

En este contexto y en preparación al sínodo, el cardenal Walter Kasper formuló una larga y detallada relación sobre el tema El Evangelio de la Familia en el consistorio extraordinario del 20 al 21 de febrero.

El sábado 1 de marzo el texto completo de la relación del cardenal Kasper fue publicado por el periódico romano Il Foglio. El suceso ha desatado un enorme revuelo, no solo porque la publicación no ha sido autorizada por el autor, sino sobre todo porque sobre la cuestión de los divorciados vueltos a casar y el acceso a la comunión hay ya, de hecho, una intensa discusión.

Antes incluso de leer y entender cuál era realmente el pensamiento del purpurado alemán, han llovido críticas y polémicas. ¿Pero qué ha dicho realmente Kasper? El texto completo de la relación del cardenal fue publicado la semana pasada por ediciones Queriniana en un libro de 78 páginas, titulado El Evangelio de la Familia.

En el quinto capítulo, titulado precisamente El problema de los divorciados vueltos a casar, el cardenal Kasper escribe: "Si se piensa en la importancia de las familias para el futuro de la Iglesia, el número en rápido crecimiento de las familias disgregadas aparece como una tragedia aún más grande. Hay mucho sufrimiento. No basta considerar el problema solo desde el punto de vista y de la perspectiva de la Iglesia como institución sacramental; necesitamos un cambio del paradigma y debemos considerar la situación también de la perspectiva de quien sufre y pide ayuda".

Está claro, afirma el purpurado que "no se puede proponer una solución diferente o contraria a las palabras de Jesús. La indisolubilidad de un matrimonio sacramental y la imposibilidad de nuevo matrimonio durante la vida de la otra pareja forma parte de la tradición de fe vinculante de la Iglesia que no puede ser abandonada o disuelta en referencia a una comprensión superficial de la misericordia a bajo precio".

La pregunta es por tanto cómo la Iglesia puede corresponder al binomio inseparable de fidelidad y misericordia de Dios en su acción pastoral en relación con los divorciados vueltos a casa por lo civil. Ya la Familiaris consortio en el número 24 y la Sacramentum caritatis en el numero 29, hablaban de forma amorosa de estos cristianos, asegurándoles ser parte de la Iglesia e invitándoles a participar en la vida de la misma.

Cierto “las situaciones son muy distintas y deben ser diferenciadas. Una solución general para todos los casos no puede existir". También la Congregación para la Doctrina de la Fe, ya en 1994, afrontó la cuestión, y el papa Benedicto XVI sintetizó su posición durante el Encuentro internacional de las familias en Milán en 2012, reiterando que "los divorciados vueltos a casar no pueden recibir la comunión sacramental pero pueden recibir la espiritual".

El cardenal Kasper sostiene que si la respuesta de los Padres de la Iglesia no era unívoca "sin embargo, en principio está claro que la Iglesia ha continuado buscando siempre un camino más allá del rigorismo y del laxismo, haciendo en ello referencia a la autoridad de unir o disolver (Mt 16,19; 18,8; Jn 20,23) dada por el Señor". "En el Credo -dice- procesamos: credo in remissionem peccatorum. Lo que significa: para quien se ha convertido el perdón siempre es posible. Si lo es para el asesino, lo es también para el adúltero".

En este contexto el cardenal enumera algunas opciones a los padres sinodales: "Si un divorciado vuelto a casar: 1. Se arrepiente de su fracaso en el primer matrimonio, 2. Si ha aclarado las obligaciones del primer matrimonio, si ha excluido definitivamente que vuelva atrás, 3. Si no pude abandonar sin otras culpas los compromisos asumidos con el nuevo matrimonio civil, 4. Si se esfuerza en vivir de la mejor forma posible el segundo matrimonio a partir de la fe y de educar a los propios hijos en la fe, 5. Si tiene el deseo de los sacramentos como fuente de fuerza en su situación, ¿debemos o podemos negarles, después de un tiempo de nueva orientación (metanoia), el sacramento de la penitencia o después de la comunión?"

"Deseo -continúa el purpurado- que sobre el camino de tal discretio, durante el proceso sinodal consigamos encontrar una respuesta común para testimoniar de forma creíble la Palabra de Dios en la situaciones humanas difíciles, como mensaje de fidelidad, y también como mensaje de misericordia, de vida y de alegría".

En conclusión Kasper escribe: "No podemos limitar el debate a la situación de los divorciados vueltos a casar y a las otras muchas situaciones pastorales difíciles que no han sido mencionadas en el presente contexto. Debemos tomar un punto de partida positivo y redescubrir y anunciar el Evangelio de la familia en toda su belleza".

"La verdad convence a través de su belleza", prosigue el cardenal, y exhorta: "debemos contribuir, con las palabras y los hechos, a hacer que las personas encuentren la felicidad en la familia y de tal forma puedan dar a otras familias testimonio de su alegría. Debemos entender nuevamente la familia como Iglesia doméstica, hacerla el camino privilegiado de la nueva evangelización y de la renovación de la Iglesia, una Iglesia que está en camino hacia la gente y con la gente".

"En familia -concluye el purpurado- las personas están en casa, o por lo menos buscan una casa en la familia. En las familias la Iglesia encuentra la realidad de la vida. Por esto las familias son una prueba de la pastoral y urgencia de la nueva evangelización. La familia es el futuro. También para la Iglesia constituye el camino del futuro".

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Segunda predicación de Cuaresma 2014 - San Agustín, «Creo en la Iglesia una y santa»
Padre Raniero Cantalamessa, ofmcap.

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 21 de marzo de 2014 (Zenit.org) - Este viernes por la mañana, el papa Francisco asistió en el Vaticano junto a la Curia Romana, a la segunda predicación de cuaresma en la Capilla Redemptoris Mater. Como en otras ocasiones, el sermón fue pronunciado por el predicador de la Casa Pontificia, padre Raniero Cantalamessa.

San Agustín fue citado para explicar que "la Iglesia está formada por diversas personas reunidas y amalgamadas juntas por la caridad que es el Espíritu Santo".

«Creo en la Iglesia una y santa»

Desde Oriente a Occidente

En la meditación introductoria de la semana pasada hemos reflexionado sobre el sentido de la Cuaresma como un tiempo en el que ir con Jesús al desierto, ayunar de alimentos y de imágenes, aprender a vencer las tentaciones y, sobre todo, crecer en la intimidad con Dios.

En las cuatro predicaciones que nos quedan, prosiguiendo la reflexión iniciada en la Cuaresma del año 2012 con los padres griegos, entramos en la escuela de cuatro grandes doctores de la Iglesia latina —Agustín, Ambrosio, León Magno y Gregorio Magno— para ver qué nos dice a nosotros hoy cada uno de ellos, a propósito de la verdad de fe de la que ha sido especialmente defensor es decir, respectivamente, la naturaleza de la Iglesia, la presencia real de Cristo en la Eucaristía, el dogma cristológico de Calcedonia y la inteligencia espiritual de las Escrituras.

El objetivo es redescubrir, tras estos grandes Padres, la riqueza, la belleza y la felicidad de creer, pasar, como dice Pablo, «de fe en fe» (Rom 1,17), de una fe creída a una fe vivida. Un mayor «volumen» de fe dentro de la Iglesia será precisamente lo que construya luego la fuerza mayor de su anuncio al mundo.

El título del ciclo está tomado de un pensamiento querido para los teólogos medievales: «Nosotros –decían- somos como enanos que se sientan sobre las espaldas de los gigantes, de modo que podemos ver más cosas y más lejos que ellos, no por la agudeza de nuestra mirada o por la altura del cuerpo, sino porque somos llevados más arriba y somos alzados por ellos a una altura gigantesca»[1]. Este pensamiento ha encontrado expresión artística en algunas estatuas y ventanas de las catedrales góticas de la Edad Media, donde están representados personajes de estatura imponente que sostienen, sentados a hombros, hombres pequeños, casi enanos. Los gigantes eran para ellos, como son para nosotros, los Padres de la Iglesia.

Después de las lecciones de Atanasio, de Basilio de Cesarea, de Gregorio Nacianceno y de Gregorio de Nisa, respectivamente sobre la divinidad de Cristo, sobre el Espíritu Santo, sobre la Trinidad y sobre el conocimiento de Dios, se podía tener la impresión de que quedaba muy poco por hacer a los padres latinos en la edificación del dogma cristiano. Una mirada sumaria a la historia de la teología nos convence enseguida de lo contrario.

Empujados por la cultura de la que formaban parte, favorecidos por su fuerte temple especulativo y condicionados por las herejías que estaban obligados a combatir (arrianismo, apolinarismo, nestorianismo, monofisismo), los padres griegos se habían concentrado principalmente en los aspectos ontológicos del dogma: la divinidad de Cristo, sus dos naturalezas y el modo de su unión, la unidad y la trinidad de Dios. Los temas más queridos a Pablo —la justificación, la relación ley-evangelio, la Iglesia cuerpo de Cristo— habían quedado al margen de su atención, o tratados de paso. A su objetivo respondía bastante mejor Juan con su énfasis sobre la encarnación, y no Pablo que plantea el misterio pascual en el centro de todo, es decir, el obrar más que ser de Cristo.

La índole de los latinos más inclinada (Agustín aparte) a ocuparse de problemas concretos, jurídicos y organizativos, que de los especulativos, unido a la aparición de nuevas herejías, como el donatismo y el pelagianismo, estimularán una reflexión nueva y original sobre los temas paulinos de la gracia, de la Iglesia, de los sacramentos y de la Escritura. Son los asuntos sobre los que quisiéramos reflexionar en la presente predicación cuaresmal.

2. ¿Qué es la Iglesia?

Comenzamos nuestro análisis por el más grande de los padres latinos, Agustín. El doctor de Hipona ha dejado su huella en casi todos los ámbitos de la teología, pero sobre todo en dos de ellos: el de la gracia y el de la Iglesia; el primero, fruto de su lucha contra el pelagianismo; el segundo, de su lucha contra el donatismo. El interés por la doctrina de Agustín sobre la gracia ha prevalecido, desde el siglo XVI en adelante, tanto en el ámbito protestante (a él se vinculan Lutero, con la doctrina de la justificación, y Calvino, con la de la predestinación), como en el ámbito católico a causa de las controversias suscitadas por Jansenio y Bayo1. En cambio, el interés por sus doctrinas eclesiales es predominante en nuestros días, debido al Concilio Vaticano II que ha hecho de la Iglesia su tema central, y a causa del movimiento ecuménico en el que la idea de Iglesia es el nudo crucial que hay que desatar. Al buscar en los padres ayuda e inspiración para el hoy de la fe, nos ocuparemos de este segundo ámbito de interés de Agustín que es la Iglesia.

La Iglesia no había sido un tema desconocido para los padres griegos y para los escritores latinos anteriores a Agustín (Cipriano, Hilario, Ambrosio), pero sus afirmaciones se limitaban la mayoría de las veces a repetir y comentar afirmaciones e imágenes de la Escritura. La Iglesia es el nuevo pueblo de Dios; a ella se le promete la indefectibilidad; es «la columna y la base de la verdad»; el Espíritu Santo es su supremo maestro; la Iglesia es «católica» porque se extiende a todos los pueblos, enseña todos los dogmas y posee todos los carismas; siguiendo la estela de Pablo, se habla de la Iglesia como del misterio de nuestra incorporación a Cristo mediante el bautizo y el don del Espíritu Santo; ella ha nacido del costado traspasado de Cristo en la cruz, como Eva por del costado de Adán dormido. 2

Pero todo esto se decía ocasionalmente; la Iglesia no es aún tratada como tema. Quien estará obligado a hacerlo es precisamente Agustín que durante casi toda su vida tuvo que luchar contra el cisma de los donatistas. Nadie quizás hoy se acordaría de esta secta norteafricana, si no fuera por el hecho de que ella fue la ocasión de la que nació lo que hoy llamamos eclesiología, es decir, una reflexión sobre lo que es la Iglesia en el designio de Dios, su naturaleza y su funcionamiento.

Alrededor del año311, un cierto Donato, obispo de Numidia se negó a readmitir en lacomunióneclesialaaquellos que durante lapersecución de Dioclecianohabían entregado los Libros Sagrados a las autoridades estatales, renegando de lafepara salvar la vida. Enel año311fue elegido obispo de Cartago un cierto Ceciliano, acusado (según los católicos, injustamente) de haber traicionado la fedurante la persecución de Diocleciano. Un grupo desetentaobispos norte-africanos, liderados por Donato, se opuso contra este nombramiento. Ellos destituyeron Ceciliano y eligieron a Donato en su lugar. Excomulgado por el papaMilcíadesenel año313, permaneció en su puesto, produciendo uncisma, que creó en el Norte de África una Iglesia paralela a la católica hasta la invasión de los vándalos que tuvo lugar un siglo después.

Durante la polémica, habían intentado justificar su posición con argumentos teológicos y, al refutarlos, Agustín va elaborando, poco a poco, su doctrina de la Iglesia. Esto ocurre en dos contextos diferentes: en las obras escritas directamente contra los donatistas y en sus comentarios a la Escritura y discursos al pueblo. Es importante distinguir estos dos contextos, porque dependiendo de ellos, Agustín insistirá más en algunos aspectos o en otros de la Iglesia y sólo del conjunto se puede obtener su doctrina completa. Veamos pues, siempre someramente, cuáles son las conclusiones a las que el santo llega en cada uno de los dos contextos, empezando por el directamente antidonatista.

A. La Iglesia, comunión de los sacramentos y sociedad de los santos.El cisma donatista había partido de una convicción: no puede transmitir la gracia un ministro que no la posee; los sacramentos administrados de este modo carecen, pues, de cualquier efecto. Este tema, aplicado al principio a la ordenación del obispo Ceciliano, se extenderá pronto a los demás sacramentos y en particular al bautismo. Con él los donatistas justifican su separación de los católicos y la práctica de volver a bautizar a quién se incorporaba a sus filas.

En respuesta, Agustín elabora un principio que se convertirá en una conquista para siempre de la teología y crea las bases del futuro tratado De sacramentis: la distinción entre potestas y ministerium, es decir, entre la causa de la gracia y su ministro. La gracia conferida por los sacramentos es obra exclusiva de Dios y de Cristo; el ministro sólo es un instrumento: «Pedro bautiza, es Cristo quien bautiza; Juan bautiza, es Cristo quien bautiza; Judas bautiza, es Cristo quien bautiza». 3  La validez y la eficacia de los sacramentos no es impedida por el ministro indigno: una verdad que, se sabe, el pueblo cristiano necesita también hoy recordar...

De este modo, neutralizada la principal arma de sus adversarios, Agustín puede elaborar su grandiosa visión de la Iglesia, mediante algunas distinciones fundamentales. La primera es aquella entre Iglesia presente o terrestre, e Iglesia futura o celeste. Sólo esta segunda será una Iglesia de todos y de sólo santos; la Iglesia del tiempo presente siempre será el ámbito en el que estén mezclados trigo y cizaña, la red que recoge peces buenos y peces malos, es decir santos y pecadores.

Dentro de la Iglesia, en su fase terrena, Agustín opera otra distinción: entre la comunión de los sacramentos (communio sacramentorum ) y la sociedad de los santos (societas sanctorum). La primera une entre sí visiblemente a todos los que participan de los mismos signos externos: los sacramentos, las Escrituras, la autoridad; la segunda une entre sí a todos y sólo a aquellos que, más allá de los signos, tienen en común también la realidad escondida en los signos (la res sacramentorum), es decir, el Espíritu Santo, la gracia, la caridad.

Puesto que aquí abajo siempre será imposible saber con certeza quién posee el Espíritu Santo y la gracia —y más todavía si persevera hasta el final en este estado—, Agustín termina para identificar la verdadera y definitiva comunidad de los santos con la Iglesia celeste de los predestinados. «¡Cuántas ovejas que hoy están dentro, estarán fuera, y cuántos lobos que ahora están fuera, entonces estarán dentro!»4.

La novedad, sobre este punto, también respecto de Cipriano, es que, mientras éste hacía consistir la unidad de la Iglesia en algo exterior y visible —la concordia de todos los obispos entre sí— Agustín la hace consistir en algo interior: el Espíritu Santo. La unidad de la Iglesia se efectúa, así, por el mismo que opera la unidad en Trinidad. «El Padre y el Hijo han querido que nosotros estuviéramos unidos entre nosotros y con ellos, por medio de ese mismo vínculo que les une a ellos, es decir, el amor que es el Espíritu Santo»5. Él desempeña en la Iglesia la misma función que el alma ejerce en nuestro cuerpo natural: es decir, es su principio animador y unificador. «Lo que alma es para el cuerpo humano, el Espíritu Santo lo es para el cuerpo de Cristo que es la Iglesia»6.

La pertenencia plena a la Iglesia exige las dos cosas juntas: la comunión visible de los signos sacramentales y la comunión invisible de la gracia. Pero ésta admite grados, por lo que nada dice que se debe estar por fuerza dentro o fuera. Se puede estar en parte dentro y en parte fuera. Hay una pertenencia exterior, o de los signos sacramentales, en la que se sitúan los cismáticos donatistas y los malos católicos mismos y una comunión plena y total. La primera consiste en tener el signo exterior de la gracia (sacramentum), pero sin recibir la realidad interior producida por ellos (res sacramenti), o en recibirla, pero para la propia condena, no para la propia salvación, como en el caso del bautismo administrado por los cismáticos o de la Eucaristía recibida indignamente por los católicos.

B. La Iglesia cuerpo de Cristo animado por el Espíritu Santo. En los escritos exegéticos y en los discursos al pueblo encontramos estos mismos principios basilares de la eclesiología; pero menos presionado por la polémica y hablando, por así decirlo, en familia, Agustín puede insistir más en aspectos interiores y espirituales de la Iglesia que aprecia mucho. En ellos, la Iglesia es presentada, con tonos a menudo elevados y conmovidos, como el cuerpo de Cristo (falta todavía el adjetivo místico que será añadido a continuación), animado por el Espíritu Santo, hasta tal punto afín al cuerpo eucarístico que coincide en rasgos casi totalmente con él. Escuchemos lo que escucharon, en una fiesta de Pentecostés, sus fieles sobre este tema:

«Si quieres comprender el cuerpo de Cristo, escucha al Apóstol lo que dice a los fieles: Vosotros sois el cuerpo de Cristo y sus miembros (1 Cor 12,27). Por tanto, si sois el cuerpo y los miembros de Cristo, en la mesa del Señor se coloca vuestro misterio: recibid vuestro misterio. A lo que sois respondéis: Amén y respondiendo los suscribís. Se te dice, en efecto: El cuerpo de Cristo, y tu respondes: Amén. Sé miembro del cuerpo de Cristo, para que sea verídico tu Amén… Sed lo que veis y recibid lo que sois»7.

El nexo entre los dos cuerpos de Cristo se basa, para Agustín, en la singular correspondencia simbólica entre el devenir del uno y el formarse de la otra. El pan de la Eucaristía es obtenido al amasar muchos granos de trigo y el vino de una multitud de granos de uva, así la Iglesia está formada por muchas personas, reunidas y fusionadas por la caridad, que es el Espíritu Santo8 . Como el trigo disperso sobre las colinas fue primero cosechado, luego molido, amasado en agua y cocido al horno, así los fieles diseminados por el mundo han sido reunidos por la palabra de Dios, molidos por las penitencias y los exorcismos que preceden al bautizo, sumergidos en el agua del bautismo y pasados al fuego del Espíritu. También en referencia a la Iglesia se debe decir que el sacramento «significando causat»: significando la unión de muchas personas en una, la Eucaristía la realiza, la causa. En este sentido, se puede decir que «la Eucaristía hace la Iglesia».

3. Actualidad de la eclesiología de Agustín

Tratamos ahora de ver cómo las ideas de Agustín sobre la Iglesia pueden contribuir a iluminar los problemas que ésta debe afrontar en nuestro tiempo. Quisiera detenerme, en particular, sobre la importancia de la eclesiología de Agustín para el diálogo ecuménico. Una circunstancia hace que esta elección sea particularmente actual. El mundo cristiano se está preparando para celebrar el quinto centenario de la Reforma protestante. Ya empiezan a circular declaraciones y documentos conjuntos de cara al acontecimiento9. Es vital para toda la Iglesia, que no se eche a perder esta ocasión, permaneciendo prisioneros del pasado, tratando de verificar, quizá con mayor objetividad e irenismo que en el pasado, las razones y las culpas de unos y otros, sino que se haga un salto de calidad, como ocurre en la «exclusa» de un río o de un canal, que permite luego a los naves proseguir su navegación a un nivel más alto.

La situación del mundo, de la Iglesia y de la teología ha cambiado respecto de entonces. Se trata de partir nuevamente desde la persona de Jesús, de ayudar humildemente a nuestros contemporáneos a descubrir la persona de Cristo. Debemos referirnos al tiempo de los apóstoles. Ellos tenían delante un mundo pre-cristiano; nosotros tenemos delante un mundo en gran parte post-cristiano. Cuando Pablo quiere resumir en una frase la esencia del mensaje cristiano no dice: «Os anunciamos esta o aquella doctrina»; dice: «Anunciamos a Cristo y Cristo crucificado» (1 Cor 1,23) y también: «Anunciamos a Cristo Jesús Señor» (cf. 2 Cor 4,5).

Esto no significa ignorar el gran enriquecimiento teológico y espiritual producido por la Reforma, o querer volver al punto anterior; significa permitir a toda la cristiandad que se beneficie de sus logros, una vez liberados de algunos forzamientos debidos al clima acalorado del momento y a las sucesivas polémicas. La justificación gratuita mediante la fe, por ejemplo, debería ser predicada hoy —y con más fuerza que nunca—, pero no en oposición a las buenas obras, que es ya una cuestión superada, sino en oposición a la pretensión del hombre moderno de salvarse por sí solo, sin necesidad ni de Dios ni de Cristo. Estoy convencido de que si viviera hoy esta sería la manera con que el mismo Lutero predicaría la justificación por la fe.

Veamos cómo la teología de Agustín nos puede ayudar en esta empresa de superar los obstáculos seculares. El camino a recorrer hoy es, en cierto sentido, en dirección opuesta al seguido por él con respecto a los donatistas. Entonces se debía partir de la comunión de los sacramentos hacia la comunión en la gracia del Espíritu Santo y en la caridad; hoy debemos partir desde la comunión espiritual de la caridad hacia la plena comunión en los sacramentos, entre los cuales está, en primer lugar, la Eucaristía.

La distinción de los dos niveles de realización de la verdadera Iglesia —el externo, de los signos, y el interno, de la gracia— permite a Agustín formular un principio, que habría sido impensable antes de él: «Puede, por lo tanto, haber en la Iglesia católica algo que no es católico, como puede haber fuera de la Iglesia católica algo que es católico»10. Los dos aspectos de la Iglesia —el visible e institucional y el invisible y espiritual— no pueden ser separados. Esto es cierto y lo confirmó Pío XII en la Mystici Corporis y el Vaticano II en la Lumen Gentium, pero mientras ellos, a causa de separaciones históricas y del pecado de los hombres, por desgracia no coincidan, no se puede dar mayor importancia a la comunión institucional que a la espiritual.

Para mí, esto plantea un interrogante serio. ¿Puedo yo, como católico, sentirme más en comunión con la multitud de los que, bautizados en mi misma Iglesia, se despreocupan, sin embargo, completamente de Cristo y de la Iglesia, o sólo se interesan de ella para decir de ella lo malo, de lo que me siento en comunión con el grupo de aquellos que, aun perteneciendo a otras confesiones cristianas, creen en las mismas verdades fundamentales en las que creo yo, aman a Jesucristo hasta dar la vida por él, difunden su Evangelio, se ocupan de aliviar la pobreza del mundo y poseen los mismos dones del Espíritu Santo que tenemos nosotros? Las persecuciones, tan frecuentes hoy en ciertas partes del mundo, no hacen distinción: no arden iglesias y matan personas porque sean católicos o protestantes, sino porque son cristianos. ¡Para ellos somos ya «una sola cosa»!

Esta es, naturalmente, una pregunta que deberían plantearse también los cristianos de otras Iglesias respecto de los católicos, y, gracias a Dios, es precisamente lo que está sucediendo en medida oculta pero superior a lo que las noticias corrientes dejan adivinar. Un día, estoy convencido, nos sorprenderemos, u otros se sorprenderán, de no haberse dado cuenta antes de que el Espíritu Santo estaba actuando entre los cristianos en nuestro tiempo al abrigo de la oficialidad. Fuera de la Iglesia católica hay muchísimos cristianos que miran a ella con ojos nuevos y empiezan a reconocer en ella sus propias raíces.

La intuición más nueva y más fecunda de Agustín sobre la Iglesia, como hemos visto, ha sido individuar el principio esencial de su unidad en el Espíritu, más que en la comunión horizontal de los obispos entre sí y los obispos con el Papa de Roma. Igual que la unidad del cuerpo humano la da el alma que vivifica y mueve todos los miembros, así es la unidad del cuerpo de Cristo. Es un hecho místico, antes incluso que una realidad que se expresa social y visiblemente hacia el exterior. Es el reflejo de la unidad perfecta que existe entre el Padre y el Hijo por obra del Espíritu. Jesús fijó una vez para siempre este fundamento místico de la unidad cuando dijo: «Que sean uno como nosotros somos uno» (Jn 17,22). La unidad esencial en la doctrina y en la disciplina será el fruto de esta unidad mística y espiritual, nunca podrá ser la causa.

Los pasos más concretos hacia la unidad no son, por ello, los que se hacen alrededor de una mesa o en las declaraciones conjuntas (por importante que sea todo esto); son los que se hacen cuando creyentes de distintas confesiones se encuentran para proclamar juntos, en fraternal acuerdo, Jesús es Señor, compartiendo cada uno su carisma y reconociéndose hermanos en Cristo. Vale para la unidad de los cristianos lo que la Iglesia proclamó en sus diversos mensajes para la jornada mundial de la paz, incluido el último de este año: la paz empieza por el corazón de las personas, el fundamento de la paz es la fraternidad.

4. ¡Miembros del cuerpo de Cristo, movidos por el Espíritu!

En sus discursos al pueblo, Agustín nunca expone sus ideas sobre la Iglesia, sin sacar enseguida consecuencias prácticas para la vida cotidiana de los fieles. Y es lo que queremos hacer también nosotros, antes de concluir nuestra meditación, casi colocándonos entre las filas de sus oyentes de entonces.

La imagen de la Iglesia cuerpo de Cristo no es nueva de Agustín. Lo que es nuevo en él son las conclusiones prácticas que deduce de ella para la vida de los creyentes. Una es que ya no tenemos más razón de mirarnos con envidia y celos los unos a los otros. Lo que yo no tengo y los otros, en cambio, sí tienen es también mío. Escuchas al Apóstol enumerar todos esos maravillosos carismas: apostolado, profecía, sanaciones…, y quizás te entristeces pensando que no tienes ninguno de ellos. Pero, atento, advierte Agustín: «Si amas, no es poco lo que posees. En efecto, si amas la unidad, todo lo que de ella es poseído por alguien, ¡lo posees tú también! Destierra la envidia y será tuyo lo que es mío, y si yo destierro la envidia, es mío lo que tú posees»11.

Sólo el ojo en el cuerpo tiene la capacidad de ver. Pero, ¿Acaso ve el ojo solamente para sí mismo? ¿No es todo el cuerpo el que se beneficia de su capacidad de ver? Sólo la mano actúa, pero ¿acaso ella actúa sólo para sí misma? Si un piedra está a punto de golpear el ojo, ¿acaso la mano permanece inmóvil, diciendo que el golpe no se dirige contra ella? Lo mismo ocurre en el cuerpo de Cristo: lo que cada miembro es y hace, ¡lo es y lo hace para todos!

He aquí desvelado el secreto por el que la caridad es «el camino mejor de todos» (1 Cor 12,31): me hace amar a la Iglesia, o a la comunidad en la que vivo, y en la unidad todos los carismas, no sólo algunos, son míos. Pero hay todavía más. Si amas la unidad más de lo que yo la amo, el carisma que yo poseo es más tuyo que mío. Supongamos que yo tenga el carisma de evangelizar; yo puedo complacerme o presumir de él, entonces me convierto en «un címbalo que rechina» (1 Cor 13,1); mi carisma «no sirve para nada», mientras que a ti que escuchas, no dejará de beneficiarte, a pesar de mi pecado. Para la caridad, tú posees sin peligro lo que otro posee con peligro. La caridad multiplica realmente los carismas; hace del carisma de uno el carisma de todos.

¿Formas parte del único cuerpo de Cristo? ¿Amas la unidad de la Iglesia?, preguntaba Agustín a sus fieles. Entonces, si un pagano te pregunta por qué no hablas todas las lenguas, ya que está escrito que aquellos que recibieron el Espíritu Santo hablaban todas las lenguas, respóndele también sin dudar: ¡Cierto que hablo todas las lenguas! Pertenezco, efectivamente, a ese cuerpo, la Iglesia, que habla todas las lenguas y en todas las lenguas anuncia las grandes obras de Dios12.

Cuando seamos capaces de aplicar esta verdad no sólo a las relaciones internas, a la comunidad en que vivimos y a nuestra Iglesia, sino también a las relaciones entre una Iglesia cristiana y otra, ese día la unidad de los cristianos será prácticamente un hecho consumado.

Recojamos la exhortación con que Agustín cierra muchos de sus discursos sobre Iglesia: «Por tanto, si queréis vivir del Espíritu Santo, conservad la caridad, amad la verdad, y alcanzaréis la eternidad. Amén»13.

© Traducido del original italiano por Pablo Cervera Barranco

[1] Bernardo de Chartres, en Juan de Salisbury, Metalogicon, III, 4: CCCM 98, 116.

1 A este ámbito de influencia de Agustín está dedicado el libro de H. de Lubac, Augustinisme et théologie moderne (Aubier, París 1965) [trad. it.: Agostinismo e teologia moderna (Il Mulino Bolonia 1968).

2 Cf. J.N.D. Kelly, Early Christian Doctrines (London 1968) cap. 15 [trad. it.: Il pensiero cristiano delle origini (Bolonia 1972) 490-500].

3 Agustín, Contra epist. Parmeniani II,15,34; cf. todo el Sermo 266.

4 Agustín, In Ioh. Evang. 45,12: «Quam multae oves foris, quam multi lupi intus!».

5 Agustín, Discursos, 71, 12, 18: PL 38,454.

6 Agustín, Sermo 267, 4: PL 38,1231.

7 Agustín, Sermo 272: PL 38,1247s.

8 Ib.

9 Cf. el documento conjunto católico-luterano «Del conflicto a la comunión», http://www.lutheranworld.org/sites/default/files/FCTC_ES-Del_conflicto_a_la_comunion.pdf

10 Agustín, De Baptismo , VII, 39, 77 .

11 Agustín, Tratados sobre Juan, 32,8.

12 Agustín, Discursos, 269, 1.2: PL 38,1235s.

13 Agustín, Sermo 267, 4: PL 38, 1231.

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Mirada al mundo


Obispos europeos piden construir un mundo presidido por la solidaridad
Mensaje de la COMECE ante las próximas elecciones al Parlamento Europeo en mayo en el que abordan temas como la pobreza, la juventud, la solidaridad, la inmigración o el medioambiente

Por Rocío Lancho García

CIUDAD DEL VATICANO, 21 de marzo de 2014 (Zenit.org) - Las elecciones al Parlamento Europeo se celebran este año entre el 22 y el 25 de mayo. "El resultado configurará dicha institución durante los próximos cinco años y tendrá importantes consecuencias para aquellos a quienes les corresponda liderarla durante este periodo". Así lo recuerdan los obispos de la COMECE (Commission of the Bishops' Conferences of the European Community) en un comunicado enviado para invitar a los ciudadanos a votar y exhortarles a tomar conciencia de la importancia de estas elecciones.

Como obispos de la COMECE, quieren ofrecer orientación al votante europeo en la formación de su conciencia, y lo hacen poniendo de relieve los temas que son importantes, "para evaluarlos a través del prisma de la Doctrina Social Católica".

Los obispos, en primer lugar, instan a los jóvenes "a hacer oír su voz participando en el debate político y, sobre todo, votando". Del mismo modo piden que los aspirantes al escaño sean "conscientes de los daños colaterales de la crisis económica y bancaria" y observan que el papa Francisco "ha llamado públicamente la atención sobre la difícil situación de los pobres y vulnerables, de los jóvenes y personas discapacitadas, sin olvidar a aquellos que han sido empujados a la pobreza por la reciente crisis". El número de "nuevos pobres" está creciendo a un ritmo alarmante, indican.

Pero, los obispos de la COMECE afirman que "el mensaje cristiano es de esperanza" y añaden que "creemos que el proyecto europeo está inspirado en una visión noble de la humanidad. Los ciudadanos, las comunidades e incluso los estados-nación deben ser capaces de dejar de lado sus intereses particulares en la búsqueda del bien común".

Por otro lado, los prelados europeos indican que "una cultura de la moderación debe ser la fuente de inspiración de la economía social de mercado y de la política medioambiental. Tenemos que aprender a vivir con menos, pero por la misma razón, hemos de hacer lo posible para que los que viven en una pobreza real accedan a un reparto más justo de los bienes". 

Además, abordan en el comunicado algunas "áreas específicas de las políticas de la UE respecto de las cuales nos gustaría dirigir la atención de nuestros conciudadanos".  De este modo señalan que "es importante que el progresivo movimiento hacia la unidad en la UE no sacrifique el principio de subsidiariedad, pilar básico de la familia única de estados-nación que constituye la Unión Europea, ni ponga en peligro las tradiciones históricas que existen en muchos de los estados miembros".

Otro de los pilares de la Unión que citan es la solidaridad, "que debe gobernar las políticas en todos los niveles de la UE, entre las naciones, las regiones y grupos que constituyen la población. Tenemos que construir un mundo diferente, presidido por la solidaridad".

Asimismo, consideran esencial recordar que "todos los ámbitos de las políticas socioeconómicas se han de sustentar en una visión del hombre arraigada en un profundo respeto a la dignidad humana. La vida humana debe ser protegida desde el momento de la concepción hasta el de la muerte natural. La familia, como célula básica de la sociedad, debe gozar también de la protección que necesita". Tratando el tema de la migración, los obispos recuerdan que "la UE tiene una frontera exterior común. La responsabilidad de la recepción e integración de los inmigrantes y solicitantes de asilo debe ser compartida proporcionalmente por los estados miembros. Es de vital importancia que el tratamiento de los inmigrantes en cada punto de entrada de la UE sea humano, que sus derechos humanos sean respetados escrupulosamente, y que, posteriormente, se haga todo lo posible, también por parte de las Iglesias, para asegurar su integración con éxito en la sociedad de acogida". También invitan a respetar y alcanzar los objetivos de emisión de CO2, "promover el entendimiento internacional sobre el cambio climático".

Al respecto de la la libertad religiosa indican que "es característica fundamental de una sociedad tolerante y abierta. Esta libertad incluye el derecho a manifestar las propias creencias en público". Además, apoyan "todas las medidas destinadas a proteger la consideración del domingo como el día común de descanso semanal". Y finalmente, abogan "por conseguir el nivel y la calidad en la atención a la que tienen derecho, pero también pedimos políticas que creen nuevas oportunidades para los jóvenes".

Para concluir el comunicado, piden "que el proyecto europeo no se ponga en riesgo ni se abandone por las dificultades de la presente situación. Es esencial que todos nosotros -políticos, candidatos y todas las demás partes implicadas- contribuyamos constructivamente a modelar el futuro de Europa. Todos tenemos demasiado que perder si el proyecto europeo descarrila".

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Nigeria: más de 100 cristianos asesinados en el centro del país
El gobernador de Kaduna ha descrito los ataques como una masacre "impía y bárbara"

Por Iván de Vargas

MADRID, 21 de marzo de 2014 (Zenit.org) - Nigeria se ha convertido en el paradigma de la persecución religiosa que sufren los cristianos en muchas partes del mundo. En lo que va de año, la cifra de asesinados en atentados contra iglesias y centros religiosos cometidos es incalculable, en su mayoría, por la facción radical Boko Haram, que pretende imponer la sharia (ley islámica) en el norte del país. Muchas de las víctimas mortales son mujeres y niños que han sido ejecutados, quemados vivos o matados a machetazos. El último episodio trágico se remonta a los pasados 14 y 15 de marzo, cuando al menos 100 personas murieron en ataques dirigidos contra tres pueblos cristianos. 

“Hay por lo menos 100 cuerpos procedentes de tres pueblos atacados por hombres armados”, declaró a la prensa local Yakubu Bitiyong, diputado del estado de Kaduna, donde se produjeron los hechos durante la noche del viernes al sábado.

Unos 40 asaltantes armados con fusiles y machetes atacaron las localidades de Angwan Gata, Chenshyi y Angwan Sankwai, en el distrito de Kaura, en el sur del estado de Kaduna, y abrieron fuego contra los habitantes en sus domicilio, donde dormían, según relató Bitiyong.

Parte de las víctimas “murieron tiroteadas y quemadas en sus casas y otras fueron seccionadas a machetazos”, precisó.

El comisario de la Policía de Kaduna, Aminu Lawan, confirmó los ataques, pero no quiso dar un balance de víctimas. También se negó a precisar quiénes fueron los agresores, aunque algunas fuentes acusan a los pastores musulmanes de la etnia fulani. Al cierre de esta edición, el numero de muertos podría ascender ya a unos 200.

Por su parte, el gobernador de Kaduna, Mukhtar Yero describió los ataques de este fin de semana como una masacre “impía y bárbara” y se comprometió a ordenar una investigación.

“Esta situación es inaceptable, y vamos a intensificar los esfuerzos para mejorar la vigilancia e impedir que vuelva a ocurrir”, reconoció en un comunicado de prensa. “Oramos para que Dios pudiera exponer a las personas que están causando este problema. Oramos para que Dios toque sus corazones para detener estos actos cobardes o destruir sus malvadas maquinaciones”.

El conflicto territorial entre pastores de religión musulmana y los agricultores de mayoría cristiana en Plateau, Bauchi, Kaduna, Taraba y Adamawa, han dejado miles de víctimas en estos años. Sin embargo, en los últimos tiempos se comienza a detectar un vínculo entre los asaltantes y grupos extremistas islámicos que operan en otras zonas del continente.

Además, la violencia en las provincias cercanas al Sahara no ha hecho más que aumentar, con la sucesión de atentados terroristas, en su mayoría perpetrados por las milicias de Boko Haram.

Desde 2011, han sido asesinados cerca de 1000 fieles y se han producido más de 400 ataques contra iglesias cristianas. Muchos creyentes saben que su vida corre peligro por acudir a la misa del domingo. 

Entre las acciones más sangrientas de Boko Haram, cuyo nombre significa "la educación no islámica es pecado", se encuentran los ataques contra iglesias cristianas durante la Navidad de 2011 y la Semana Santa de 2012, que causaron decenas de muertos.

Los ataques de Boko Haram han provocado el éxodo de decenas de miles de personas que han escapado al vecino Níger. El gobierno de Niamey les ha concedido el estatuto de refugiado, pero varios trabajadores de la ONU aseguran que también ha prohibido la construcción de campamentos formales, temiendo que una estructura formal pudiera fomentar aún mayor afluencia de refugiados.

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Rome Reports


La Biblioteca Vaticana digitalizará más de 80.000 manuscritos (Video)
Contiene una de las colecciones más importantes del mundo

Por Rome Reports

ROMA, 21 de marzo de 2014 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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El Papa planta un olivo virtual por la paz (Video)
El Papa se reunió en Santa Marta con los líderes del proyecto Scholas Occurrentes

Por Rome Reports

ROMA, 21 de marzo de 2014 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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Más de 250 representantes de 8 religiones recuerdan a Chiara Lubich (Video)
En el sexto aniversario de su fallecimiento, los Focolares recordaron a Chiara Lubich con un encuentro interreligioso en Roma

Por Rome Reports

ROMA, 21 de marzo de 2014 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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Espiritualidad


En el brocal del pozo
III Domingo de Cuaresma -

Por Mons. Enrique Díaz Diaz

SAN CRISTóBAL DE LAS CASAS, 21 de marzo de 2014 (Zenit.org) - Éxodo 17, 3-7: “Tenemos sed; danos agua para beber”

Salmo 94: “Señor, que no seamos sordos a tu voz”

Romanos 5, 1-2, 5-8: “Dios ha infundido su amor en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo”

San Juan 4, 5-42: “Un manantial capaz de dar vida eterna”

En el brocal del pozo de la comunidad desfilan todas las historias y los chismes, se narran las alegrías y los dolores, suceden los encuentros y desencuentros. Hoy nosotros nos acercamos también al brocal del pozo de Jacob, tan venerado por los samaritanos, y descubrimos a Jesús, sediento, pidiendo de beber. Hay pasajes del evangelio que uno no quisiera casi ni tocar pues corre el riesgo de dar su propia interpretación y disminuir la fuerza y vitalidad de las palabras de Jesús. El evangelio de la samaritana es uno de esos. San Juan es experto en buscar “signos y señales” de vida. A partir de un acontecimiento va descubriendo y profundizando el significado de cada una de las palabras. Hoy no necesitamos de ningún hecho de vida: bástenos contemplar el cántaro vacío que va y viene en manos y hombros de la mujer. Miremos el brocal del pozo donde sucede el diálogo y adentrémonos en la serie de equívocos entre los significados del agua, de la adoración, del alimento y, en fin, de la vida misma. Cada palabra de Jesús aparece dicha no solamente para aquella mujer, sino para cada uno de nosotros. Este domingo, y los siguientes, nos presentan lecturas que están llenas de signos que debemos descubrir, dejarnos provocar por ellos y encontrar su mensaje y su vida. Un primer paso será pues, contemplar la escena y escuchar las palabras de Jesús: “Dame de beber”.

Jesús nos descubre la más grande señal del amor: suplicar, pedir, manifestarse necesitado del otro. Su amor rompe todos los esquemas: la rivalidad de los pueblos, la discriminación de la mujer y la acusación de pecado. No necesita cántaro ni cuerda para ir a lo profundo del pozo, Él va al fondo de la persona y busca encontrar la fuente en cada una, una fuente que sólo Él es capaz de hacer brotar. Si descubre la verdad de la mujer y le hace ver su vida como en un espejo, no es para humillarla, al contrario, se manifiesta sediento de agua, de verdad y de amor. Después, ignorando las palabras agresivas de la mujer, le ofrece una nueva imagen de sí misma, de lo que puede ser, de una belleza que se puede alcanzar quitando las costras que entorpecen aquel rostro que juzgan y acusan los samaritanos. Un espejo sólo muestra lo externo del rostro y deja a la persona amargada al contemplar sus imperfecciones, o muy pagada de sí misma al reconocer su belleza externa. En cambio Jesús le ofrece una imagen inédita, nueva, esplendente. No se trata sólo de restaurar al hombre viejo (o a la mujer vieja), sino de hacer nacer un hombre/mujer nueva. Y esta es la manera de actuar de Jesús: mirar más allá de los ojos, en su mirada mostrar su amor y crear una persona nueva.

Hoy Jesús se acerca hasta el brocal de nuestro pozo, nos pide abandonemos nuestras actitudes defensivas y abramos nuestro corazón. ¡Él es capaz de hacer brotar agua viva de nuestro agrietado corazón! Éste es el método evangelizador de Jesús: con infinita misericordia, cavar en el corazón del hombre, hacerlo consciente de sus propias nostalgias, poner al desnudo sus necesidades más profundas y descubrirle todas sus ingentes posibilidades. Pero el hombre, al igual que aquella mujer, busca huir de lo profundo y desea encontrar la felicidad en cosas pasajeras. Se conforma con saciar la sed en las aguas falsas de los placeres que nos ofrece el mundo. Pasa “de marido en marido”, buscando el verdadero amor y al final se encuentra más insatisfecho y más vacío que nunca. Un cántaro roto que nunca logrará llenarse; que mientras más se afana, menos encuentra porque busca en el exterior lo que sólo se encuentra en el fondo de su corazón. Jesús sigue invitando a mirar hacia dentro de nosotros. La misma adoración a Dios, no es algo externo, prácticas bellas pero huecas, que más parecen satisfacer los propios egoísmos que buscar verdaderamente al Dios de la vida. Hay que adorar al Señor en espíritu y verdad.

En los últimos tiempos se ha desatado una feroz lucha por la posesión del agua. Cada día hay menos, cada día más cara, cada día más lejos. Aún no nos damos cabal cuenta de lo necesaria que es en nuestra vida, todavía la desperdiciamos, la contaminamos y destruimos los entornos que favorecen su conservación. El tema de la sed es muy actual.

La sed es símbolo de una necesidad íntima, vital, tormentosa. Más allá de la sed fisiológica, hay una sed más profunda en cada hombre, en cada sociedad, en cada comunidad: cada vez buscamos más cosas para apagarla pero nada basta, nada la satisface. “Si conocieras el don de Dios…”, por eso en este domingo nos encontramos de frente a la sed de un pueblo en el desierto, a la sed de Jesús, a la sed de la mujer junto al pozo. Si supiéramos lo que en verdad necesitamos, no nos conformaríamos con placebos mitigantes, con falsas ilusiones. Aunque la publicidad, las modas y las ambiciones se conjuren para crearnos necesidades, nosotros nos descubrimos sedientos de eternidad y de vida verdadera. No podemos conformarnos con lo superfluo, ni saciarnos con lo inmediato. Pero somos contradictorios: necesitamos escuchar y no dejamos de hablar; necesitamos al hermano y le ponemos fronteras; necesitamos el verdadero amor y buscamos comprarlo; necesitamos a Dios y le cerramos el corazón.

Jesús excava un manantial en el interior de la persona: “el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un manantial capaz de dar la vida eterna”. “Dentro de él”, no en el exterior. La fuente que da vida y fecundidad brota del interior del hombre, porque en el interior del hombre habita el amor de Dios, su única fuente. Para ofrecer su don, Jesús pide primeramente sinceridad al presentarnos ante Él, descubrirnos necesitados, sedientos de amor. Nos invita a que nos volvamos a Él con un corazón unificado, no disperso, que no busquemos en otro, o en otras cosas, lo que sólo en nuestro interior puede hacer brotar. Queden las palabras de Cristo muy prendidas en nuestro corazón, meditémoslas y dejemos que broten sentimientos y deseos que den respuesta a cada una de ellas: “Dame de beber”, “El agua que yo te daré… un manantial de vida eterna”, “Soy yo, El que habla contigo”, “A Dios se le adora en espíritu y verdad”.

Señor Jesús, mira nuestra sed infinita de felicidad, de pan y cariño, de liberación total, de fraternidad y justicia, y concédenos descubrirte a ti en lo profundo de nuestros deseos, para saciarnos de ti. Amén.

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Beato Miguel Gómez Loza - 21 de marzo
«Laico mexicano, mártir de Cristo Rey. Junto al beato Anacleto González lideró la asociación católica. Fue impulsor de la prensa católica; fundó la sociedad de Propagación de la Buena Prensa»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 21 de marzo de 2014 (Zenit.org) - La intensa vida de este laico, altamente comprometido con la Iglesia, se inició el 11 de agosto de 1888 en Paredones, Jalisco, México, en el seno de una humilde familia de campesinos. La exquisita tutela ejercida con su madre Victoriana, unida a un infinito agradecimiento por haberle dado la vida, hizo que él y Elías, el primogénito y su único hermano, alteraran el orden de sus apellidos cuando ya el cabeza de familia había muerto y Elías se disponía a ingresar en el seminario. También influyó en las decisiones que Miguel tuvo que tomar relacionadas con su futuro, en particular sus estudios, ya que eso suponía tener que abandonar la aldea donde vivían y dejar sola a la madre que dependía de él. Un gesto que da idea de la sensibilidad de este gran hombre, que iba a coronar con su sangre su amor por Cristo y la Iglesia.

Era valeroso, audaz, creativo, apasionado, coherente y fiel. No le costó acceder a misiones de responsabilidad dentro de los movimientos defensores de la Iglesia. Hermanado con el también beato Anacleto González, ambos lideraron la Asociación católica siendo referentes ineludibles para los jóvenes mexicanos. La huella que había dejado en su parroquia como acólito, catequista y sacristán, unida a su actividad como promotor de acciones que repercutían en el bien de los vecinos, como el establecimiento de cajas de ahorros, ponían de relieve su valía.

Ingresó en el seminario de Guadalajara, que abandonó al constatar que no tenía vocación para el sacerdocio, y cursó derecho. Pero, poco antes, en 1913, marcando una época de febril actividad se afilió al Partido Católico Nacional y al grupo estudiantil de La Gironda. Anacleto y él, que fueron parejos casi hasta en la muerte, se vincularon a la Congregación Mariana del Santuario de San José de Gracia y asumieron la dirección de la Unión Latinoamericana, que se había creado entonces. Hombre idealista, llevado de su pasión y ardor apostólico, Miguel no dudaba en enfrentarse a quien se pusiera en contra de los principios cristianos. Eso le acarreó disgustos y contratiempos, entre otros, un arresto. Siendo estudiante universitario en Morelos el celo que le caracterizaba le llevó a mostrar su frontal oposición a las tesis sostenidas por un partidario del presidente Juárez. Si había que ir lejos, lo hacía. Esa fue la tónica de su vida.

Impulsó la prensa católica y fundó la sociedad de Propagación de la Buena Prensa. Siendo uno de los instauradores de la Asociación católica de la juventud mexicana, desde ella siguió promoviendo numerosas acciones sociales y editoriales marcadas por la aparición de diversas publicaciones. Su papel activo en defensa de la fe eclesial seguía ocasionándole problemas, en este caso, profesionales. De hecho, no logró que avalaran sus estudios con el título acreditativo correspondiente. Aún así, continuó luchando sin desmayo.

Contrajo matrimonio con Mª Guadalupe Sánchez Barragán a finales de 1922. De él nacerían tres hijas. Establecido con su familia en los Altos de Jalisco se integró en la parroquia y desplegó su buen hacer entre los vecinos, granjeándose su respeto y afecto. Fue testigo de la bendición de la primera piedra del monumento dedicado a Cristo Rey que pensaba erigirse en Guanajuato. Ello se produjo en un momento difícil desde el punto de vista político, que fue derivando progresivamente a situaciones de alta incomodidad y serio riesgo para su vida. Sufrió el destierro instigado por el alcalde de Arandas de manera arbitraria e injusta, sin que mediara juicio alguno. Durante tres meses tuvo que afincarse en Jalpa de Cánovas, siendo, como siempre, ardiente y activo promotor de los valores cristianos.

De regreso a Guadalajara ingresó en la Adoración Nocturna del Santísimo Sacramento. Cuando en 1924 el gobernador de Jalisco decretó el cierre del seminario, tuvo en Miguel un bravo competidor a través de la Unión Popular fundada por él junto a Anacleto en 1925. Llegó a oídos de la Santa Sede su excepcional labor y le otorgó la cruz Pro Ecclesia et Pontifice, siendo galardonados también sus compañeros. En febrero de 1926 volvió a ser encarcelado y prosiguió una encendida labor apostólica orando junto a los reclusos y difundiendo la Palabra de Dios. En abril salía de la cárcel, cuando fue nuevamente apresado por la policía secreta. En ese instante se libró, puede que hasta de una muerte segura, por la mediación que ejerció un puñado de amigos. Una vez se vio en la calle lideró un movimiento de jóvenes afines a la Unión Popular que partieron dispuestos a todo con el fin de establecer sus principios en distintos lugares. Todo ello en medio de una precariedad económica seria, impuesta por el boicot del que eran objeto.

El hermano de Miguel falleció a finales de diciembre de 1926. Y en enero del año siguiente éste partió hacia los Altos. Se unió a una vía de resistencia pacífica contra el estado que se había empeñado en poner contra las cuerdas a los seguidores de Cristo. Nombrado gobernador de Jalisco en abril de 1927, se estableció en la Presa de López sosteniendo con firmeza la fe de la gente, al tiempo que mantenía activa la revista «Glaudium». Hizo de comisario castrense entre los afiliados del movimiento que presidía, y congregó a los cristeros en octubre de ese año para celebrar unidos la festividad de Cristo Rey.

En los primeros meses de 1928 el modo de sostener la resistencia emprendida por los católicos parecía estar más o menos bajo control. Sin embargo, el 21 de marzo, hallándose en un lugar cercano a Atotonilco, no pudo impedir que unos militares federales le asesinaran acribillado a balazos por el pecho y por la espalda, junto a su secretario Dionisio Vázquez. Antes intentó destruir la documentación que revelaba la identidad de católicos que conformaban su grupo. Juan Pablo II lo beatificó el 20 de noviembre de 2005 junto a otros mártires mexicanos incluido Anacleto.

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