2.04.14

Rouco-Bastante

Hay que destapar a los personajetes ruines que pululan por el mundo. Es la mejor manera de darse cuenta de con quién nos las tenemos que jugar. Y es que, además, uno se queda la mar de a gusto.

Como el título del artículo de hoy es el que es, conviene no desdecirse.

Jesús Bastante Liébana. Es, como es de todos conocido, el cómplice de José Manuel Vidal en Religión Digital do mora mucho de lo malo que, teológicamente hablando, hay en España y en el mundo conocido de habla hispana o no hispana. Todo aquel, pues, que tenga una visión torcida de la Iglesia católica puede encontrar, en tal página internáutica un nido donde habitar con los huevos que la serpiente allí ha puesto.

Bueno.

Sabemos que el cardenal Rouco Varela es Arzobispo de Madrid. Como tal celebró el funeral por el alma del que fuera Presidente del Gobierno de España hace, ya, muchos años, y recientemente fallecido Adolfo Suárez González. Y dijo, en la homilía, algo tan elemental como esto:

“La concordia fue posible con él. ¿Por qué no ha de serlo también ahora y siempre en la vida de los españoles, de sus familias y de sus comunidades históricas? Buscó y practicó tenaz y generosamente la reconciliación en los ámbitos más delicados de la vida política y social de aquella España que, con sus jóvenes, quería superar para siempre la guerra civil: los hechos y las actitudes que la causaron y que la pueden causar”.

Pues bien. Cualquiera que mire lo que pasa ahora mismo en España puede ver que, en efecto, hay hechos y actitudes no parecidas sino exactamente iguales que las que acabaron produciendo el estallido de la Guerra Civil en 1936: quemas de templos o intento de quemarlos, profanaciones, insultos, vejaciones contra miembros del clero, etc.
Eso nadie lo puede negar a no ser alguien que sea discípulo del Príncipe de este mundo o, llamado también, Satanás.

Pero para Jesús Bastante Liébana esto son cosas dichas por persona que no está bien de la cabeza.

No crean que exagero porque en un momento determinado del artículo publicado dice el cómplice de Vidal, esto:

No hay ambiente guerracivilista más que en las mentes enfermas de personajes como el todavía cardenal de Madrid.

Es decir que el cardenal Rouco Varela es una persona “enferma”. Y, claro, como no se trata, ni habla Bastante, de enfermedad física, debemos entender que se trata de una enfermedad mental. Vamos, que está poco menos que loco o que está más para allá que para acá.

Por eso dice que debería irse a su casa el aún (esperemos que por mucho tiempo) Arzobispo de Madrid y miembro importante de la Conferencia Episcopal Española.

¿Qué les ha hecho el bueno de don Antonio María a más de uno para que manifiesten tanto odio y animadversión?

Es una pena que personajes como Jesús Bastante Liébana sigan chupando del bote progre y, además, quieran sentar cátedra con opiniones tan deplorables e inquietantes como las manifestadas en su libelo contra el que ha sido un muy buen Presidente de la Conferencia Episcopal Española.

Pero lo más curioso es que, en un momento determinado, llama Jesús Bastante Liébana, al cardenal Rouco Varela, lo siguiente o, mejor, lo mete en el saco de los que llama:

“Profetas de desventuras, corazones corrompidos por el odio”

¡Él!. Llama Bastante “corazón corrompido por el odio” al cardenal gallego cuando él mismo destila odio en cada una de las palabras y en cada uno de los párrafos que ha conseguido hilvanar con las mismas y en los que no se ve más que hasta dónde se puede llegar estando ciego del todo.

Lo bien cierto es que esto que ha pasado no es más que reflejo de lo que dijo Jesucristo acerca de que si a Él lo habían perseguido que no esperaran sus discípulos que a ellos no les persiguieran (cf. Jn 15,20)

Sabemos, por tanto, que a quien se persigue no es a otro que al cardenal Antonio María Rouco Varela y, otro por tanto, que el perseguidor es Jesús Bastante Liébana que, en esto (como suele suceder con el Mal) ha mostrado siempre gran perseverancia y contumacia. Vamos, que tiene siempre en su punto de mira al Arzobispo de Madrid y no sabe cómo decir, de forma que se entienda, que tiene que irse a su casa o, lo que es lo mismo, que deje los cargos que ahora ocupa.

Y, ciertamente, todo esto es bastante penoso por ser, por decirlo así, Jesús Bastante Liébana poco pollo para tanto arroz. Además, digamos, a lo castizo (por ser Madrid de donde hablamos, nos viene la mar de bien) que de dónde saca p’a tanto como destaca…

En fin… cada cual se retrata como buenamente puede pero este desliz de bilis de parte de Jesús Bastante Liébana debería tener cuidado en no tragárselo no vaya a envenenarse…

En realidad, hay personas que no se dan cuenta que ante creyentes como Rouco Varela hay que tener un poco de humildad y no tanta manifestación de soberbia humana. Pero eso, claro está, no está al alcance de quienes se creen más que nadie. Eso es, seguramente, para los pequeños en la fe y no para otros que ya sabemos…

Por cierto, hace muy bien el cardenal Rouco Varela, como vemos en la imagen aquí traída, en poner la expresión que pone porque, la verdad, hay personajes que dan un poco de grima.

Eleuterio Fernández Guzmán