Congreso iMisión celebrado el fin de semana en Madrid

Escuchar es el primer mandamiento para evangelizar a través de las redes sociales

 

«Escucha». Es la primera palabra de la plegaria que reza cada día el pueblo de Dios en el Antiguo Testamento. Y una acción imprescindible para conocer qué alegrías, sufrimientos y anhelos laten en el corazón de quien está al otro lado de la pantalla. Supone el primer paso en la evangelización por redes sociales, o por cualquier otro medio. Es el común denominador que expresaron expertos y representantes de instituciones católicas en las jornadas de iMisión que tuvieron lugar el pasado fin de semana en la Universidad San Pablo CEU de Madrid.

08/04/14 8:49 AM


(Martín Ruiz/InfoCatólica) El encuentro para la evangelización a través de Internet organizado por iMisión en Madrid el 4, 5 y 6 de abril ha sido narrado en la última semana por 15.000 tuits con la etiqueta #iCongreso, emitidos por asistentes y seguidores online, plasmados en unos 40 millones de impresiones. Es decir, este evento ha tenido, a través de terminales móviles y ordenadores, una cifra de impactos cercana a la de toda la población española.

Durante tres jornadas, 250 personas de al menos diez países diferentes se han «desvirtualizado» y han debatido, reflexionado, reído, cantado, tuiteado, rezado… en torno al modo de evangelizar el sexto continente, el continente digital. Una «quedada» que ha interesado también a medios de comunicación como COPE, Ecclesia, Religión en Libertad, Alfa y Omega, 13TV, TVE, La Razón, TeleMadrid, Ciudad Nueva y, también, InfoCatólica.

Pero estos hitos y los esfuerzos de cada día serían vanos si, como han expresado los expertos, no se pone en el centro de la comunicación: el amor de Dios, explicado desde la propia experiencia.

En ese sentido, las tres conclusiones que ha extraído el staff de iMisión han sido:

  1.  Antes de nada, debemos escuchar el latido del corazón humano, ser el rostro amable de Dios para el mundo de hoy, y estar donde está la gente.
  2. Solos no podemos: no debemos ser francotiradores, sino crear sinergias, mostrar una sola Iglesia.
  3. Evangelizar desde el testimonio: desde la normalidad, los selfies (autoretratos con el móvil), la alegría, el buen humor y también la coherencia con el mensaje.

Los alejados se acercan

Hablar con quienes ya creen es interesante. Pero aún lo es más «llegar a los alejados, a la periferia existencial de aquel a quien la Misa no le dice nada, porque no va; el Evangelio no le dice nada, porque no le interesa; los tuits o lo que se publique no le transmiten nada», planteaba el sábado en el iCongreso una persona del público.

Los canales sociales suponen una oportunidad de romper este muro helado y abrazar a quienes se acercan a cuestionar o incluso a insultar a los cristianos. Ha llegado el momento de aprovechar el feed-back, la bidireccionalidad que ofrece el 2.0, para «hacerse todo a todos, a fin de ganar a algunos», proponía Gustavo Entrala, de la agencia 101, citando a San Pablo.

Estar en el mundo, aunque siendo conscientes de cuáles son las armas del mundo y en qué batallas conviene o no entrar. Pero sin dejar pasar la oportunidad de entablar conversación con quienes piensan diferente. Y sobre todo, conjugando el verbo escuchar. Aquí algunas de las reflexiones de los ponentes al respecto:

Monseñor Celli, presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales:

En el nuevo ambiente digital habitado por cientos de miles de personas, los cristianos estamos llamados a «ayudar a las personas de hoy a descubrir el rostro de Cristo». La comunicación no son los instrumentos, las técnicas o estrategias de persuasión. La comunicación, en definitiva, es la constante dinámica de donación de nosotros mismos, permaneciendo dispuestos a acoger a lo que otros nos ofrecen.

Sed promotores de la Cultura del Encuentro. El Santo Padre Francisco nos ha exhortado a los comunicadores a hacernos «prójimos». El Papa nos indica que el buen samaritano no sólo se acerca, sino que se hace cargo del hombre medio muerto que encuentra al borde del camino. Por lo tanto, comunicar significa tomar conciencia de que somos humanos, hijos de Dios y que tenemos que construir una Iglesia que sea casa de todos.

Os invito a preguntaros si vuestra comunicación es aceite perfumado para el dolor y vino bueno para la alegría.

Estamos llamados a ser testigos coherentes de la fe que profesamos, teniendo en cuenta que nuestra vocación misionera no tiene que ser vivida como un expansionismo beligerante, sino como una voluntad de donarse a los demás, siendo disponibles y pacientes para atender las necesidades, preguntas y dudas de tantas personas que buscan la verdad y el sentido de su existencia.

Monseñor Munilla, presidente de la Comisión para la Comunicación Social del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa:

Las personas tenemos dos orejas. Una, para ponerla en el latido del corazón del mundo y la otra, en el latido del corazón de Dios.

El Papa Francisco nos invita a los cristianos a poner el oído en el latido del corazón del mundo. Y tenemos carismas distintos, porque uno no puede estar en todo ni escuchar todo. Habrá quien escuche más ese latido en la música, otro lo escuchará en el arte, otros escucharán el latido de las reivindicaciones sociales, de la lucha por la justicia…

Con respecto a la otra oreja el Papa también advierte otra clave, que es poner el oído en el corazón de Dios. Y con unas prioridades en el orden de evangelización: Primero Keryma; segundo, catequesis formativa, y tercero, explicación moral.

Porque si uno predica el Kerygma sin haber comenzado por escuchar a ver dónde están las grandes inquietudes, las grandes preguntas del hombre, puede ser que el Kerygma no venga suficientemente preparado en el momento y el lugar adecuado.

Os animo a ser valientes para dirigir el Kerygma de manera nítida cuando haya que decirlo, tras haber escuchado, haber puesto el oído. Pero después de haber escuchado el latido del mundo que busca la felicidad, sed valientes para decir: «Jesucristo ha sido la respuesta a mi deseo de felicidad». Sed valientes para decir que Jesucristo es amor, y que el amor de Dios se ha revelado en Jesucristo.

Antonio Spadaro, ciberteólogo italiano:

No se trata sólo de escribir y escribir y escribir, sino también de escuchar la voz que hay detrás dentro de todo corazón humano. Para comunicarse por Twitter hay sobre todo que leer.

A veces estamos dando demasiadas respuestas cuando la gente no se ha hecho las preguntas. Y es importante poder plantear preguntas interesantes que puedan despertar la conciencia y la fe de las personas. El objetivo es ser testigos, también en el ambiente digital, haciendo posible el encuentro con Cristo.

Sergio Codera, de Curas Online, que suman 60.000 seguidores entre Twitter y Facebook:

A los curas online nos pasa que, como somos curas, les encanta venir a por nosotros en Twitter. Ésa es una ventaja. Les escuchamos, empatizamos y tratamos de responder. Lo bueno es que vienen. Y luego se encuentran cosas que no se esperan. Nosotros sembramos y si Dios quiere, que riegue.

Hay un canal anticristiano que a todo lo que decimos le hace RT, en plan de burla y para que sus seguidores vengan a por nosotros. Y nosotros le damos las gracias, le decimos: «Muchas gracias por hacernos llegar a quien más nos necesita».

Xiskya, monja tuitera con más de 20.000 seguidores:

Sin la escucha no podemos conocer ni entender las necesidades de la gente, ni tampoco entrar a debatir ni a dialogar. Twitter precisamente es una red social que se presta mucho a esa escucha y a ese diálogo en directo, online, en tiempo real.

Creo que, en general, en las cuentas institucionales católicas falta bastante escucha. Yo me he dado cuenta de que sobre todo se emiten muchos tuits informativos como si el Twitter fuera un panel de anuncios, pero no hay un diálogo, ni retuits, ni se marcan favoritos, y si acaso los hay, es cuando nos alaban.

Pienso que ni cuando nos alaban, ni cuando nos insultan, tenemos que tomárnoslo muy enserio. Sino que lo importante es entablar conversaciones constructivas y que hagan reflexionar. Sobre todo cuando el otro piensa distinto, y a lo mejor podría tener algo de razón.

Para llegar al corazón del otro hay que conocer qué es lo que está sufriendo, qué es lo que está preocupándole, qué es lo que está viviendo.

Susana Herrera, profesora titular e investigadora en la Universidad Carlos III:

El mensaje no se hace llegar bombardeando, sino escuchando. Teniendo en cuenta que el otro tiene algo que decir.

La nueva evangelización no es tanto una tarea como una actitud, y lo principal es centrarse en el anuncio del Kerygma, que es el anuncio de que Dios nos ama y Cristo ha resucitado.

Para evangelizar por cualquier vía es imprescindible la oración, para cargarnos de Dios con tanta asiduidad como cargamos nuestro móvil; y apostar por tuits que aportan fe y contagian esperanza. Si comenzamos por predicar antes de nada temas de moral sexual, etc. nos vamos a estrellar.

José María Olaizola, de Oficina Digital de la Compañía de Jesús:

El objetivo es llegar a todo el mundo. A la gente que ya está, y lanzar guiños a ver si alguien se acerca. Intentamos tender puentes de diálogo con la fe de gente que no está consolidada. Durante estos años hemos tratado de crear espacios de diálogo de todo tipo.

Para llegar a los no creyentes, es necesario tocar los temas que les interesan. Hacer una lectura creyente, pero partiendo de un sentido más amplio, más genérico.

Es necesario que el evangelizador sea un traductor, que salga de los lenguajes, conceptos que quizás él ya tiene asumidos, pero que al otro le pueden asustar. Es clave traducir. Uno cuando redacta un artículo en una revista tiene que estar divulgando, traduciendo… Pues lo mismo en las redes sociales.

No se puede llegar a todo el mundo de la misma manera. Determinadas estrategias para llegar a algunas personas pueden hacer que espantes a otras. Hay que ser muy consciente de la necesidad de salir al encuentro del otro.

Sofía Altimari, de Arguments:

Nacimos en Internet cuando empezamos en la JMJ a dar respuestas a temas controvertidos de la opinión pública. Pensamos que es necesario creer lo que se dice y ser consecuentes. Si no, suena como a mentira. Es muy importante la coherencia de nuestra propia vida cristiana.

Lo principal es ponerse en el lugar del otro. Es un ejercicio que cuesta, pero que hay que hacer. Buscar el reframing, encuadrar los puntos que tenemos en común, ayuda a explicar mejor las cosas.

Por poner un ejemplo, hace ya tiempo que venimos entablando una relación de diálogo con algunos góticos, que comenzaron criticándonos y metiéndose con nosotros a través de Twitter. Ahora no podemos decir que seamos los mejores amigos, pero sí que hemos logrado un clima de cierto respeto.

Evangelizar es difícil. Pero la complicación muchas veces nos la montamos nosotros mismos en nuestra cabeza. Lo importante es que vean la alegría que tú sientes y experimentas.

María Orbegozo, Arguments, Cultura de la Vida:

En cultura de la vida es fundamental la escucha porque te encuentras a personas que piensan distinto a ti, que, por una razón o por otra, están a favor del aborto y el hecho de entablar un diálogo y escuchar su postura, te enriquece también, porque te pones en su lugar. Haces un ejercicio de reflexión «a ver, qué le lleva a esta persona a defender una cosa como es el aborto».

Porque yo suelo decir que la gente no es mala. Si defienden una cosa y lo defienden con argumentos es porque realmente lo creen así. Entonces, escuchar te hace quizás ponerte un poco en su lugar, buscar lo que tenemos en común, también para poder dar tus argumentos. Intentar hacerle entender tu postura. Siempre desde el respeto, que es fundamental.

Álvaro Real, del portal católico Aleteia:

No podemos ser un gheto, no podemos centrarnos en el seguidor católico. Dios actúa en todos. Cristo está vivo. Debemos intentar responder a todas las preguntas que nos hacen y buscar la verdad en cada pregunta que nos hacen. No ofrecemos ni ideologías ni respuestas, ofrecemos la búsqueda de la verdad. Sabiendo que es a Él a quien buscamos y está vivo. Nosotros sólo somos instrumentos.

Queremos llegar a todo el mundo, también a las periferias, como hace el Papa Francisco. Y contarlo con alegría, el problema es que muchas veces lo contamos con cara triste. Hemos visto que cuando uno busca la verdad sinceramente la encuentra, y finalmente Él aparece.

Santiago Requejo, de la red social de oración My Feelings:

Lo que hacemos es una red social que reza para cambiar el mundo. Para que el mensaje de la fe cambie el corazón. Lo primero es un compromiso personal. No podemos pensar que las personas que no creen son malas personas. Debemos empatizar. El mensaje es el que es, pero tenemos que hacer un esfuerzo por adaptar el envase. O tienes una estética que al menos no espante, con contenidos muy visuales, humanos y empatizas, o no tienes nada que hacer.

Como empezamos con un vídeo para rezar el rosario, que fue el más visto de Youtube en España, la gente nos empezó a mandar peticiones para que rezáramos por ellos. Ahora somos una red social de oración, que rezamos unos por otros. También por los que no creen.