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Servicio diario - 13 de abril de 2014

El papa Francisco

El Papa en el ángelus: 'Juan Pablo II será patrono de las JMJ'
Los jóvenes brasileños pasan a los polacos la cruz de la Jornada Mundial de la Juventud. Francisco anuncia que 15 de agosto estará en Daejeon, Corea

El Papa interroga ¿Quién soy yo entre los personajes de la Pasión?
El una plaza de San Pedro colorida con miles del flores, el Santo Padre celebra el domingo de Ramos

Comunicación

Preparan un seminario de comunicación para los obispos del Cono Sur
Mons. Celli invita a los obispos de Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay al seminario en Buenos Aires del 12 al 15 de mayo

Espiritualidad

Beata Margherita da Citta' di Castello
«La vida de esta beata, tan maltratada por la naturaleza y por su cercano entorno, brilla en todo su fulgor enseñándonos lo que sucede cuando el infortunio de nacer malherida se troca en gracia y misericordia divinas»

Foro

Inadaptaciones tecnológicas
Y las derivas impuestas socialmente a los no nativos digitales


El papa Francisco


El Papa en el ángelus: 'Juan Pablo II será patrono de las JMJ'
Los jóvenes brasileños pasan a los polacos la cruz de la Jornada Mundial de la Juventud. Francisco anuncia que 15 de agosto estará en Daejeon, Corea

Por H. Sergio Mora

CIUDAD DEL VATICANO, 13 de abril de 2014 (Zenit.org) - Delante de una plaza de San Pedro con unos 90 mil fieles, el papa Francisco al concluir hoy la ceremonia del Domingo de Ramos rezó el ángelus.

“Al concluir esta celebración dirijo un saludo especial a los 250 delegados --obispos, sacerdotes, religiosos y laicos-- que han participado a las Jornadas Mundiales de la Juventud organizadas por el Pontificio Consejo para los Laicos. Inicia así el camino de preparación al próximo encuentro mundial que se realizará en julio de 2016 en Cracovia y que tendrá por tema «Beatos los misericordiosos porque encontrarán misericordia»” dijo.

Y el Papa adelantó lo que iba a suceder en breve: “De aquí a poco jóvenes brasileños entregarán a jóvenes polacos, la cruz de la Jornada Mundial de la Juventud. La entrega de la cruz a los jóvenes fue realizada hace treinta años por el beato Juan Pablo II: él les pidió que la lleven por todo el mundo como signo del amor de Cristo por la humanidad”.

Y prosiguió: “El próximo 27 de abril tendremos todos la alegría de celebrar la canonización de este Papa, junto con Juan XXIII. Juan Pablo II que fue el iniciador de las Jornadas Mundiales de la Juventud se volverá su gran patrono, y en la comunión de los santos seguirá siendo para los jóvenes del mundo un padre y un amigo”.

“Pidamos al Señor --rezó el Santo Padre-- que la cruz, junto a la imagen de María Salus Populi Romani sea un signo de esperanza para todos, revelando al mundo el amor invencible de Cristo".

A este punto un grupo de jóvenes brasileños le entregó la cruz de dimensión grande a sus pares polacos.

“Saludo a todos los romanos y a los peregrinos” prosiguió el papa Francisco y añadió: “Saludo en particular a las delegaciones de Río de Janeiro y de Cracovia, guiadas por sus arzobispos: los cardenales Orani Joao Tempesta y Stanislaw Dziwisz. En este contexto tengo la alegría de anunciar que si Dios quiere, el próximo15 de agosto en Daejeon, en la República de Corea, encontraré a los jóvenes asiáticos en su su gran concentración continental”.

Y concluyó sus palabras indicando: “Y ahora nos dirigimos a la Virgen Madre para que nos ayude a seguir siempre a Jesús, con fe y con amor”.

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El Papa interroga ¿Quién soy yo entre los personajes de la Pasión?
El una plaza de San Pedro colorida con miles del flores, el Santo Padre celebra el domingo de Ramos

Por H. Sergio Mora

CIUDAD DEL VATICANO, 13 de abril de 2014 (Zenit.org) - En un plaza de San Pedro adornada con miles de flores, el papa Francisco vestido con paramento purpura, con un pastoral de madera y visiblemente emocionado celebró el Domingo de Ramos. Después de la lectura del evangelio del día, que narra cuando los apóstoles duermen, el beso de Judas, el arresto de Jesús, la negación de San Pedro, el Papa dejó de lado en texto preparado para la homilía y la improvisó enteramente, interrogando repetidamente si 'soy yo' como alguno, o cómo cuál de quienes vivieron esos momentos trágicos de la Pasión.

"Esta semana comienza con la procesión festiva, con los ramos de olivos: todo el pueblo recibe a Jesús. Los niños, los jóvenes cantan y alaban a Jesús", recordó el Santo Padre al iniciar su homilía.

"Pero esta semana --prosiguió el Papa-- va adelante en el misterio de la muerte de Jesús y de su resurrección. Hemos escuchado la Pasión del Señor. Nos hará bien hacernos solamente una pregunta:  ¿Quién soy yo? ¿Quién soy yo delante a mi Señor? ¿Quién soy yo delante a Jesús que entra festivamente en Jerusalén? ¿Soy capaz de expresar mi alegría, de alabarlo, o tomo distancia? ¿Estoy yo delante a Jesús que sufre? Hemos sentido tantos nombres, tantos nombres. Grupos de dirigentes, algunos eran sacerdotes, algunos fariseos, algunos maestros de la ley que habían decidido asesinarlo. Esperaban la oportunidad de apresarlo".

"¿Soy yo como uno de ellos? Y hemos sentido otro nombre: ¡Judas!, treinta monedas. ¿Soy yo como Judas? Hemos sentido otros nombres, los discípulos que no entendían nada, que se dormían mientras el Señor sufría. ¿Mi vida está dormida? O soy como los discípulos que no querían quizás traicionar a Jesús? ¿O como aquel otro discípulo que quería solucionar todo con la espada. Soy yo como ellos?”.

“¿Soy yo un Judas que recita de amarlo y besa al Maestro para entregarlo, traicionarlo? ¿Soy un traidor? ¿Soy como esos dirigentes que rápidamente constituyen el tribunal y buscan falsos testimonios? ¿Soy yo como ellos? ¿Y cuando hago estas cosas si las hago, creo que con esto salvo al pueblo? ¿Soy yo como Pilato, que cuando veo que la situación se pone difícil me lavo las manos, no sé asumir mi responsabilidad y dejo condenar o condeno yo a las personas?”.

“¿Soy yo como aquella multitud que no sabía bien si estaban en una reunión religiosa, en un juicio o en un circo, y elige a Barrabás? Para ellos era lo mismo, era más divertido para humillar a Jesús. Soy yo como los soldados que golpean al Señor, le escupen, lo insultan, se divierten con la humillación del Señor? ¿Soy yo como el cireneo que volvía del trabajo, cansado, pero tuvo la buena voluntad de ayudar al Señor a cargar la cruz?".

"¿Soy yo como aquellos que pasaban delante a la cruz y hacían sus burlas a Jesús?: 'Tanto coraje, que baje de la cruz y creeremos en él'. La burla de Jesús. ¿Soy yo como aquellas mujeres llenas de coraje, como la madre de Jesús, que estaba allí y sufría en silencio? ¿Soy yo como José, el discípulo escondido que lleva el cuerpo de Jesús para darle sepultura?”.

“¿Soy yo como estas dos Marías que se quedan en la puerta del sepulcro llorando, rezando? ¿Soy yo como estos dirigentes que el día siguiente van a lo de Pilatos para decirle: 'Mire que éste decía que iba a resucitar; que no suceda otro engaño' y bloquean la vida, el sepulcro, para defender la doctrina, para que la vida no venga afuera. ¿Dónde está mi corazón? ¿A cuál de ellos me asemejo? Y que esta pregunta nos acompañe durante toda la semana".

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Comunicación


Preparan un seminario de comunicación para los obispos del Cono Sur
Mons. Celli invita a los obispos de Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay al seminario en Buenos Aires del 12 al 15 de mayo

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 13 de abril de 2014 (Zenit.org) - El Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales (PCCS) y el CELAM han organizado del 12 al 15 de mayo 2014 un Seminario sobre Comunicación para Obispos del Cono Sur (Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay). 

Lo indica la página web del (PCCS) que añade:El seminario se celebrará en Buenos Aires, y tratará el tema "La comunicación al servicio de una autentica cultura del encuentro". 

Este espacio de formación ilustrará de forma teórica y práctica las potencialidades de la Comunicación enraizada en la Espiritualidad y Eclesiología de Comunión. Espiritualidad de comunión, que partiendo de una conversión pastoral, implica comunicación dentro y fuera de la Iglesia, en las redes sociales y en la cultura de diálogo, sin descuidar la planificación estratégica de comunicación aprovechando todos los medios disponibles.

Los obispos que lo deseen pueden encontrar más información e inscribirse en el seminario mediante este enlace: http://bit.ly/1e7obqi

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Espiritualidad


Beata Margherita da Citta' di Castello
«La vida de esta beata, tan maltratada por la naturaleza y por su cercano entorno, brilla en todo su fulgor enseñándonos lo que sucede cuando el infortunio de nacer malherida se troca en gracia y misericordia divinas»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 13 de abril de 2014 (Zenit.org) - Tan mal considerada fue esta beata en su más cercano entorno que, exceptuando las humildes personas de bondadoso corazón que la ayudaron, incluidos los dominicos, durante un tiempo pocos pudieron entrever la finísima obra de orfebrería que Dios realizaba en ella cincelando su espíritu con la deslumbrante e inigualable luz de su belleza. Con el ejemplo de su vida, y las gracias de las que fue adornada, se asesta un mazazo a los prejuicios, a la fría conceptualización de una persona por su aspecto externo que, en este caso concreto, fue acompañada de una falta de piedad inaudita. Porque Margherita nació en 1287 en el castillo de Metola (perteneciente entonces a la Massa Trabaria), provincia de Pesaro y Urbino, Italia, con dolorosas deformidades.

Afectada de ceguera, lisiada –con ostensible cojera y una prominente joroba– simplemente por su debilidad, y no es poco, debería haber polarizado en ella toda la ternura de sus padres Parisio y Emilia. Además, siendo nobles y pudientes podrían haberla colmado de atenciones. No fue así. Su llegada parecía obedecer a una desgracia más que a una bendición. Una joven hermosa y saludable habría encajado perfectamente en tan selecto entorno. Pero no era su caso. Siendo la primogénita, la pobre criatura defraudó las esperanzas de su padre que hubiera deseado un varón, y se hizo acreedora de su desdén. La confiaron a una persona del servicio y fue bautizada por el capellán de la fortaleza con absoluta discreción, por no decir casi de forma clandestina. No había lugar para ella en el castillo.

Para mantenerla a resguardo de miradas ajenas, fue recluida en una celda. Cuando fortuitamente fue descubierta por unos invitados, la trasladaron a un habitáculo construido en las inmediaciones de la fortaleza, en una zona boscosa, con un ventanuco para introducir la comida. Tenía 6 años y sus padres no habían vuelto a verla desde que nació. Así que la condenaron a vivir en una fría cárcel. ¡Cuánta desgracia junta! Tan solo el capellán, que le enseñó a orar, pudo apreciar la inteligencia que le adornaba y cómo iba creciendo pertrechada en la sabiduría que proviene de la gracia divina.

Nueve años permaneció en tan inhóspito lugar, sola, contando únicamente con la visita puntual del sacerdote y alguna esporádica de Emilia. En ese tiempo ya había aprendido a reconocer el amor de Dios que acoge a sus hijos con infinita misericordia al margen de defectos y debilidades. En Cristo crucificado halló el modelo a seguir para abrazarse a la cruz, gozosa de poner a sus pies sus particulares sufrimientos regados con muchas lágrimas. El estallido de la guerra obligó a sus padres a aceptarla en la fortaleza, aunque la trataron como a una prisionera manteniéndola en el sótano en pésimas condiciones. Confortada por el capellán, soportaba tanta ignominia con fortaleza y confianza.

Hacia los 15 años un día fue conducida por sus padres a Città di Castello para solicitar la mediación de un franciscano, (puede que fuese el lego fray Giacomo, fallecido poco tiempo antes con fama de santidad, y ante cuya tumba se produjeron algunos milagros) y lograr su curación. Para ello hicieron un fatigoso viaje atravesando los Apeninos. Da la impresión de que buscaban, sobre todo, librarse de tan embarazosa presencia. Como no obtuvieron lo que deseaban, dejaron a la muchacha en una iglesia abandonada, a su libre albedrío.

La ceguera del corazón, infinitamente más tenebrosa que la física, era atuendo de los padres de Margherita. Obviamente, Dios en su infinita misericordia no iba a desentenderse de esta hija predilecta, tan cruelmente tratada. Y como hace con todos, de forma especial con los que están inmersos en el drama del sufrimiento, la bendeciría de forma singular. Así pues, aunque la joven deambuló llena de angustia como una vagabunda, mendigos, y luego campesinos de gran corazón, se apiadaron de ella. Se cumplía su honda impresión de que aunque sus padres la desampararon, Dios nunca la abandonaría. Hacia sus 20 años ingresó en un convento, parece que regido por oblatas, que prescindieron de ella al no soportar la presencia de tanta virtud en un claustro de costumbres algo laxas como era aquél en esos momentos. Para vivir con un santo hace falta disponerse a la exigente entrega consignada en el evangelio, de lo contrario se corre el riesgo de sucumbir ante las propias flaquezas. Es lo que entonces ocurrió.

De nuevo en la calle, Margherita fue acogida por un bondadoso matrimonio compuesto por Venturino y Grigia. La Orden de predicadores la aceptó como laica y durante treinta años vistió el hábito de la Tercera Orden de santo Domingo feliz al poder encarnar la riqueza de este carisma. Gran penitente, acostumbrada a la austeridad, a las mortificaciones y a la oración, fue escalando las altas vías de la contemplación. Con su ejemplo conmovía a la gente que acudía a ella en busca de consejo. Era especialmente devota de la Sagrada Familia y tuvo debilidad por los pobres y los enfermos, a los que socorrió junto a los reclusos y a los moribundos.

Aprendió de memoria el Salterio y solía meditar en el misterio de la Encarnación. Fue agraciada con éxtasis, junto a los dones de profecía y milagros. Murió el 13 de abril de 1320. Según parece, en su corazón encontraron tres perlas que tenían esculpidas respectivamente las imágenes de Jesús, María y José. Quienes la conocían le habían escuchado decir en numerosas ocasiones: «¡Oh, si supierais el tesoro que guardo en mi corazón, os maravillaríais!». Su cuerpo, que se conserva incorrupto –como se constató al abrir el ataúd para darle nueva sepultura el 9 de junio de 1558–, se venera bajo el altar mayor de la basílica de San Domenico en Città di Castello. Pablo V la beatificó el 19 de octubre de 1609. El prelado que se hallaba en Urbino en 1988 la proclamó patrona de los ciegos para esa diócesis.

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Foro


Inadaptaciones tecnológicas
Y las derivas impuestas socialmente a los no nativos digitales

Por Jorge Enrique Mújica

ROMA, 13 de abril de 2014 (Zenit.org) - La inadaptación a la tecnología, al consumismo y a la comida 'basura' o 'chatarra' son una nueva causal para aplicar la eutanasia en Suiza, un país de «primer mundo». La víctima tiene nombre y una historia detrás: inglesa de nacionalidad, keniata de nacimiento, Anne, profesora jubilada de arte, apeló precisamente a la inadaptación a lo arriba referido para que se le practicara la eutanasia. De este modo se asesinó legalmente a esta mujer de 89 años y sin hijos.

La profesora Anne refirió en distintos momentos que las cosas ya no se hacían como antes. En una entrevista ofrecida días antes de su muerte a The Sunday Times («It’s adapt or die — she couldn’t adapt», 06.04.2014) Anne manifestó su horror al tener que enfrentarse a una sociedad en la que «tantas personas se pasan la vida sentados frente a un ordenador o una televisión». Y añadía: «Nunca he tenido una televisión, solo he tenido una radio. La gente está cada vez más alejada. Nos estamos convirtiendo en robots. Esto es falta de humanidad».

Más allá de que este caso se esté convirtiendo en una bandera para todos grupos que promueven el asesinato «voluntario» de cualquier persona y bajo cualquier pretexto (la profesora Anne, por ejemplo, no tenía enfermedad grave ni mucho menos incurable) o de que haya sido precisamente la «clínica» Dignitas la que una vez más haya hecho valer el principio de que «cualquier pretexto es válido para matar», está algo más profundo: ¿en qué medida las tecnologías nos están haciendo menos humanos?

Es verdad que ahora internet nos acerca al lejano pero no es menos cierto que en muchos casos y no pocas veces nos aleja de los cercanos. Y por cercanos no se entiende solamente el núcleo familiar que nos rodean sino incluso aquellas personas con las que de uno u otro modo entramos en contacto todos los días.

Un estudio publicado por Pew Research Forum («Two Dramas in Slow Motion», 11.04.2014) mostraba el nuevo rostro de la sociedad americana, un rostro que plantea desafíos especiales debido a los desfases de edad en la población: para 2060 la pirámide poblacional de la Unión Americana será más bien un rectángulo. Esto supondrá que Estados Unidos tendrá la misma cantidad de población mayor de 85 años que la de menores de 5 años. O en palabras más sencillas: natalidad muy baja y vidas más longevas. Las consecuencias de este nuevo panorama será, según el estudio del Pew Research, una tensión política y económica pues habrá menos adultos en edad laboral que deberá financiar a un bloque no mínimo de jubilados.

Volviendo al campo de la tecnología, el estudio del conocido grupo demoscópico americano muestra que los jóvenes de hoy son la primera generación de nativos digitales: el mundoon line es su hábitat natural mientras que otros han tenido que adaptarse a esa realidad omnipresente. Las tecnologías se constituyen pues como indispensables ya no sólo para la interacción social y la adquisición de información sino también para la aceptación social.

En una entrevista realizada el 31 de marzo pasado por jóvenes belgas al papa Francisco, el Santo Padre respondía de este modo aludiendo a la cultura del descarte:

«Hemos entrado en la cultura del descarte: lo que no sirve a la globalización, se descarta. Los ancianos, los niños, los jóvenes. Pero así se descarta el futuro de un pueblo porque en los niños, en los jóvenes y en los ancianos está el futuro de un pueblo. Los niños y los jóvenes porque llevarán adelante la historia y los ancianos porque son los que deben darnos la historia de un pueblo, cómo ha ido el camino del pueblo. Y si se descartan tendremos un grupo de gente sin fuerza porque no habrá tantos jóvenes y niños y, además, sin memoria. ¡Y esto es gravísimo!».

Más allá del caso puntual de la profesora Anne, que es en definitiva una experiencia de sinsentido de la vida ante una situación de soledad, no deja de ser llamativo que a la hora de denominar y clasificar a los grupos humanos en virtud del acceso y uso (o no) a las tecnologías, los que tienen entre 18 y 33 años sean llamados «milllennial», los que tienen entre 34 y 49 años «Gen X», los que tienen entre 50 y 68 años «boomer» y –aquí está la sorpresa– los que tienen entre 69 y 86 años «silent». Hay formas de imponer silencios tecnológicos y así descartar a personas que por diversas razones no logran habilidades en ese campo. El desenlace de Anne posiblemente es parte de ese «silent» impuesto.

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