19.04.14

Pagaron un fuerte rescate, y aún así los mataron


Dos hermanos mártires de la guerra civil española fueron asesinados el 19 de abril de 1937: Jaime y Ramón Llach Candell.

Quedarse con el oro y el moro

Jaime y Ramón tenía respectivamente 58 y 61 años, habían nacido en Torelló (Barcelona) y eran sacerdotes de la Congregación de Hijos de la Sagrada Familia, fundada por san José Manyanet en 1864. Jaime era ecónomo y profesor del colegio San Ramon de Penyafort de Vilafranca del Penedès, al cerrarse este en mayo de 1936 por la revolución, pasó al de Sant Julià de Vilatorta. Ramón -el mayor de los cuatro hermanos que eran religiosos de ese instituto- era ecónomo de la congregación y profesor del Colegio de la Sagrada Familia. Residía en Barcelona y el domingo 19 de julio de 1936 fue a celebrar misa en las Arrepentidas y, al terminar, ya no pudo regresar al seminario. Refugiado en varias casas de Barcelona, con su hermano Jaime estuvo también en Girona. Regresados a Barcelona, trabajó en la Academia Guiu. Aunque pagaron una fuerte suma para que respetaran sus vidas, el 17 de abril los detuvieron en la calle Sepúlveda, 3, y, encarcelados en San Elías, fueron asesinados en el cementerio de Montcada i Reixac.

Dos religiosos que sufrieron, por tanto, la misma suerte que los maristas cuyo rescate se gastó Tarradellas en armas. Puede pensarse que, de haberse logrado ocultar un poco más, tras la guerrilla con la que en mayo siguiente eliminaron los comunistas a los anarquistas en Barcelona -Montcada dejó en consecuencia de ser el matadero donde estos llevaban a sus víctimas-, quizá los hermanos Llach habrían salvado la vida. La historia sin embargo fue como fue, y por lo que hace a los nacionalistas catalanes (por lo de que ERC se llevara el dinero de los maristas, no sabemos quién extorsionó a estos dos mártires), supieron adaptarse al dominio comunista tan bien como lo habían hecho al de los anarquistas.

Más sobre los 1.523 mártires beatificados, en “Holocausto católico”.