“Sean fuertes en la fe y generosos en la caridad con las personas con las que se encuentran”, lo dijo el Papa la mañana del lunes dirigiéndose a la Guardia Suiza del Vaticano, acompañados por el comandante Daniel Anrig y sus familiares, en ocasión de la fiesta del cuerpo de seguridad pontificio, que se celebra este 6 mayo en recuerdo del sacrificio de 147 soldados que murieron en el saqueo de Roma el 6 de mayo 1527, en el acto de defender al Papa Clemente VII del asalto de los Lansquenete. Además de conmemorar la muerte heroica de estos soldados, como cada año, en esta ocasión realizarán su juramento solemne treinta nuevos reclutas.

 
“Un día especial” -dijo Francisco- en el que se conmemora el “acto heroico” de los precursores de la Guardia Suiza, cuyo cuerpo fue establecido en 1506 bajo el pontificado de Julio II: “Su dedicación es la confirmación de que su valor y su lealtad han dado sus frutos, como dice el Evangelio: la semilla sembrada en la tierra creció y murió”.
Sin embargo, “el contexto social y eclesial -dijo el Papa- ha cambiado mucho desde entonces: la empresa es diferente en comparación con aquellos días”.
 
“Pero el corazón del hombre, su capacidad de ser fiel y valiente -acriter et fideliter, su lema, se ha mantenido igual”.”Su servicio – añadió Francisco – es un auténtico testimonio de dedicación para una tarea importante y difícil, en un tiempo y espacio particulares, en una ciudad museo como Roma “cruce de caminos de los turistas y peregrinos ” de todo el mundo, que vienen por diferentes motivaciones”.
“En este movimiento de la historia y de historias personales también están ustedes. Con su peculiar servicio, están llamados a dar un testimonio cristiano pacífico y alegre a los que vienen al Vaticano para visitar la Basílica de San Pedro y para encontrar al Papa”.
De ahí la invitación: “Vivan intensamente sus jornadas. Sed fuertes en la fe y generosos en la caridad con la gente que encuentran”.Luego el Papa resaltó que el uniforme de la Guardia Suiza, que “llama tanto la atención de la gente” tiene 100 años. “Sus colores y su forma son conocidos en todo el mundo: recuerdan la dedicación, la fiabilidad y la seguridad. Identifican un servicio único y un pasado glorioso”.
“Pero recuerden que no es el uniforme, sino aquel que lo viste el que debe impresionar a los demás por la gentileza, por el espíritu de acogida, y la actitud de caridad hacia todos”.Caridad también entre ustedes, dijo el Papa, “dando importancia a su vida en comunidad, al compartir los momentos felices y los más difíciles… “
” … No ignorando a los que se encuentran en dificultad y a veces necesitan una sonrisa y un gesto de aliento y amistad; evitando una distancia negativa que los separa de sus compañeros de clase y de la vida de todas las personas del mundo, que pueden generar desprecio, marginación y racismo”.Por último, el agradecimiento del Papa: “Queridos guardias suizos, cada día puedo experimentar de cerca su dedicación y su empeño: por eso les estoy muy agradecido”.
(MZ-RV)